Propuestas 9-M: Reforma de la ley electoral

0. Introdución a la idea.

Propuesta 1. Financiación autonómica.

Propuesta 2. Reforma de la ley electoral.

La ley electoral en España es una norma que no ha cambiado en lo sustancial en nada desde las primeras elecciones democráticas. Es el resultado de una serie de disposiciones constitucionales (mínimas, la verdad, pero relevantes, en la medida en que consagran la provincia como circunscripción inevitable y establecen el número mínimo y máximo de posibles diputados en Cortes) y de la Ley orgánica de Régimen Electoral General, que data de 1985 y que, además, vino a recoger lo que habían sido las pautas establecidas legalmente con anterioridad  (y que, a su vez, copiaron los iniciales decretos que regularon las elecciones constituyentes de 1977). La enorme estabilidad de la ley electoral, que se ha trasladado, a su vez, a las diversas normas electorales autonómicas (que más o menos han replicado el modelo estatal, dejando muy poco margen a la imaginación, la innovación o la experimentación, lo que no deja de ser una pena), no es en sí misma mala cosa. Es más, estoy por decir que es algo más bien bueno.

No obstante lo cual, creo que ha llegado el momento de tratar de reformarla, y estaría bien que así lo plantearan los partidos políticos que concurren a las próximas elecciones, porque son cada vez más patentes una serie de problemas que convendría tratar de resolver cuanto antes. Así, puede constatarse que la actual forma de traducir votos de los ciudadanos en representación parlamentaria tiene los siguientes efectos negativos:

– Genera distorsiones respecto del valor del voto muy acusadas como consecuencia de la asignación de al menos dos diputados por circunscripción (repartiéndose el resto según la población). De modo que las provincias menos pobladas tienen una sobrerrepresentación que si ya era notable en los inicios de nuestra democracia hoy es crecientemente desproporcionada. Los votos precisos para conseguir un escaño en Teruel o Cuenca, por ejemplo, nada tienen que ver con los necesarios en Madrid o Sevilla.

– Plantea problemas de proporcionalidad, no como consecuencia de la fórmula empleada para asignar escaños dentro de cada circunscripción, sino como resultado de que la mayoría de éstas son demasiado pequeñas como para que partidos con menos de un 20% de los votos puedan aspirar a lograr representación, perdiéndose, por así decirlo, todos los sufragios que reciben los partidos no mayoritarios en prácticamente todas las circunscripciones. Por eso Izquierda Unida o, en general, cualquier partido no mayoritaro con una presencia más o menos uniforme y constante en todo el territorio nacional tiene tantos problemas para lograr escaños. El modelo beneficia a los grandes partidos en cada circunscripción, que lo son PP y PSOE en la mayor parte de los casos. Los partidos nacionalistas, cuyo peso medio o grande en sus respectivos territorios les permite rentabilizar satisfactoriamente los votos que obtienen, quedan así indirectamente beneficiados y, con muchos menos votos que otros partidos tan minoritarios como ellos a escala nacional (o, lo que es peor, mucho menos minoritarios), obtienen mucha mejor representación. Pero se trata éste de un efecto más aparente que real pues, como se dice, el modelo les suele asignar un número de escaños que más o menos refleja su peso electoral en número de votos. En realidad, quienes se benefician de esta forma de reparto, dado que son los que monopolizan escaños en las pequeñas circunscripciones más allá de que haya otros partidos en liza con un número apreciable de votos son PP y PSOE, como en su día lo fue también la UCD, que obtienen elección tras elección una evidente prima de representatividad.

Hasta la fecha estos problemas no han sido sentidos como demasiado graves porque, dentro de lo que cabe, los resultados electorales y la expresión de la voluntad popular ha quedado siempre, más o menos, bien traducida. Además, este sistema, con ser proporcional y no mayoritario, ha facilitado sobremanera la gobernabilidad y la construcción de mayorías, como puede constatarse en que las diferentes cámaras salidas del sistema electoral en vigor han permitido con facilidad mayorías absolutas (González I, González II, González III -si bien obtuvo sólo 175 diputados, a 1 de la mayoría absolua que requiere la mitad más uno de los miembros, puede entenderse que lo fue al no tomar posesión de sus actas de diputados algunos parlamentarios de HB, lo que genera la duda de si jurídicamente estamos o no ante una mayoría absoluta- y Aznar II) y mayorías muy cómodas para para los partidos en el poder (Suárez I, Suárez II y Rodríguez Zapatero en la actualidad). Incluso, cuando los resultados han sido más ajustados, el sistema ha trasladado una composición de las cámaras que ha permitido la gobernabilidad sin ningún problemas (González IV y Aznar I).

Sin embargo, creo que es posible avanzar en la materia y, respetando el marco constitucional y las decisiones al respecto marcadas en el artículo 68 de la Constitución, plantear algunas mejoras que, conservando el sistema sustancialmente estable, permitirían minimizar algunos de los problemas descritos, dado que la actual cultura democrática nos hace más sensibles a los mismos (prueba de la evolución de la sociedad española en estas materias) y, sobre todo, como consecuencia de que las pautas demográficas y electorales han agravado y previsiblemente agravarán más los efectos de sobrerrepresetación de ciertos partidos y territorios.

Para ello, y como es compromiso de estas propuestas ser realizadas dentro del marco constitucional, conviene recordar qué dice la Constitución respecto de las Cortes Generales y, en concreto, respecto del Congreso (el Senado lo dejamos para otro día, porque su reforma sí que tiene sentido sólo si se acomete desde la radical modificación constitucional de su estructura):

Artículo 68 de la Constitución española de 1978.

1. El Congreso se compone de un mínimo de 300 y un máximo de 400 Diputados, elegidos por sufragio universal, libre, directo y secreto, en los términos que establezca la ley.
2. La circunscripción electoral es la provincia. Las poblaciones de Ceuta y Melilla estarán representadas cada una de ellas por un Diputado. La ley distribuirá el número total de Diputados, asignando una representación mínima inicial a cada circunscripción y distribuyendo los demás en proporción a la población.
3. La elección se verificará en cada circunscripción atendiendo a criterios de representación proporcional.
4. El Congreso es elegido por cuatro años. El mandato de los Diputados termina cuatro años después de su elección o el día de la disolución de la Cámara.

La Constitución establece pues un marco muy concreto en el que hemos de movernos nosotros para realizar nuestras sugerencias y habrá de encuadrarse cualquier reforma de la ley electoral:
– La composición del Congreso es de entre 300 y 400 diputados (hoy, como es sabido, la ley fija 350)
– La circunscripción electoral es la provincia
– Cada provincia ha de tener asignado un número mínimo de representantes (en la actualidad dos) y el resto se distribuyen según su población
– El reparto de diputados en cada circunscripción ha de hacerse por medio de sistemas que garanticen la proporcionalidad.

A mi juicio todas estas previsiones constitucionales (quizás con la excepción de la declaración de la provincia como circunscripción electoral, pues los efectos de igualación electoral que pretende conseguir en beneficio de zonas menos pobladas podrían conseguirse por medio de otros mecanismos) son, además, bastante sensatas. Empezando, por ejemplo, por la adopción de un modelo proporcional que, como se ha dicho, tiene el único riesgo de propicionar menos estabilidad gubernamental, algo que es manifiesto que en España no ha pasado y está lejos de que ocurra. Así que creo que el balance entre riesgos y ventajas hace que el decantarnos por la proporcionalidad, como hace la Constitución, sea una elección sensata. Asimismo, la mera lectura del precepto demuestra que los problemas de nuestro sistema nada tienen que ver con el reparto de escaños realizado según el sistema D’Hondt, a pesar de la mala prensa que suele tener (se trata de un sistema de reparto proporcional, con prima ligera a los grandes partidos, de gran tradición desde Jefferson y que fue muy usado en la República Federal de Alemania, aunque en la actualidad muchos de sus Länder han evolucionado hacia otras reglas algo más complejas) y de que no pasaría tampoco nada por elegir otro sistema de asignación siempre y cuando respetera la proporcionalidad que ordena la Constitución a la hora de repartir escaños. Por eso no creo que sea imprescindible buscar un cambio en nuestra norma máxima. Si pudiéramos simplemente cambiar la ley electoral y mejorarla para que no se produzcan los problemas descritos, apurando las posibilidades que el actual marco nos proporciona y profundizando en la senda marcada por sus principios, la operación sería óptima.

Posibilidades legales de reforma que se proponen, dentro del marco constitucional:

1. Ampliación del Congreso de los Diputados hasta los 400 miembros. Ya de por sí esta medida mitigaría en algo los problemas que en la actualidad se dan, pues ampliaría las dimensiones de muchas circunscripciones, permitiendo a medianos partidos obtener representación en alguna más y reduciendo además ligeramente la infrarrepresentación de las provincias más grandes. Pero es que, además, estos 50 diputados adicionales pueden ser especialmente provechosos si se juega con ellos con algo de imaginación y flexibilidad, como se tratará de exponer a continuación. Con un sistema de reparto que fomentara ciertos reequilibrios de la proporcionalidad territorial y de partidos se podrían multiplicar los efectos beneficiosos sobre el sistema electoral de la ampliación en 50 diputados del Congreso, aunque la medida por sí sola ya ayudaría a mejorar un poco las cosas.

2. Mantenimiento de la asignación inicial de dos diputados por provincia. Aunque podría plantearse pasar a un único diputado por provincia de mínimo, lo cierto es que la diferencia tampoco es tan grande entre un caso y otro. Pasaríamos de tener muchas provincias que reparten sólo 3 diputados a bastantes de ellas que repartirían sólo 2. Pero incluso con un mínimo en 2 diputados como tenemos ahora puede llegar a ocurrir, como le pasa a Soria en estas elecciones, que ni siquiera se asigne ni uno más por población a una circunscripción muy poco poblada. Así que la cosa, en términos de desequilibrio, no me parece tan grave. Y, de este modo, tenemos garantizado cierto reequilibrio en beneficio de las áreas más despobladas que, aunque en la actualidad no pasa en lo esencial la defensa de las mismas por una representación en el Congreso algo incrementada (la lógica de partidos la hace más bien irrelevante, de facto) sino más bien por su capacidad de actuación en el seno de las Comunidades Autónomas y a través de éstas, sí dota al Congreso de una visión de la realidad más plural en su conjunto y más tendente a reflejar la sensibilidad de la España más desfavorecida y con mayores problemas de viabilidad económica y social de futuro.

3. Mantenimiento de la circunscripción electoral en la provincia, dado que la Constitución lo impone, lo que significa que las listas se presentan provincialmente y el cómputo y asignación de escaños se realiza en su seno. Pero, eso sí, interpretando esta exigencia de la Constitución de modo flexible, permitiendo que los 50 diputados que se añaden al Congreso sea asignados por medio de un modelo de reparto proporcional pero novedoso y flexible a partir de los restos que no han generado diputado en cada circunscripción. Probablemente esta propuesta bordea la inconstitucionalidad, pero es la mínima intervención que se me ocurre que pueda tener un efecto relevantesobre el sistema y creo que, en el fondo, no altera la idea de que la circunscripción seguiría siendo provincial, dado que no se presentaría lista alguna a escala nacional y la asignación de escaños sería por provincias y respetando criterios de población. El reparto de diputados, asimismo, tendría en cuenta también las listas en las provincias y se asignarían diputados a partir de las mismas. De modo que creo que puede argumentarse que no estamos ante el establecimiento de una circunscripción adicional a las provinciales para esos 50 nuevos diputados, sino ante una fórmula de reparto diferente, dentro de las circunscripciones ya existentes, para los mismos.

4. Mantenimiento de la regla de reparto D’Hondt de escaños, a partir de la cual se asignarían como hasta ahora los 350 diputados «tradicionales» pero con la que, además, se pretende actuar para asignar de forma distinta los 50 últimos escaños, de la siguiente forma:

Como es sabido, D’Hondt reparte los escaños en cada circunscripción dividiendo el número de votos obtenidos por cada candidatura entre todos los números naturales que hay entre 1 y el número de escaños a repartir. Así, si una provincia reparte 5 diputados y los partidos A, B y C han logrado respectivamente 10.000, 9.000 y 3.000 votos los cocientes serían (A: 10.000, 5.000, 3.333, 2.500, 2.000; B: 9.000, 4.500, 3.000, 2.250 1.800; C: 3.000, 1.500, 1.000, 750, 600). Como consecuencia de eso, A obtendría 3 diputados por los cocientes 10.000, 5.000 y 3.333 y B obtendría los otros dos, por sus cocientes 9.000 y 4.500 mientras que C, cuyo primer cociente es de 3.000, quedaría fuera del reparto. Un 15% de los votos en una circunscripción que reparte 5 escaños te deja fuera del reparto, como este ejemplo permite demostrar (y ése es el problema que conduce a la infrarrepresentación de partidos como IU cuando algo así les ocurre en una provincia tras otra, por sus reducidas dimensiones medias -la gran mayoría de las circunscripciones en España tienen menos de 7 escaños a repartir, que es el número mínimo a partir del cual el reparto funciona más o menos bien-).

La propuesta de reforma es en el fondo simple, aunque a lo mejor difícil de explicar. La idea sería, realizado el inicial reparto así, como siempre, que los 50 diputados adicionales hasta los 400 se repartieran a partir de la suma de los mayores cocientes que los partidos han tenido en cada circunscripción que han quedado sin representación (en este caso, para A, 2.500 votos y para B y para C 3.000). Esto es, tomando los cocientes mayores de cada partido en cada circunscripción que no han permitido obtener diputado. Sumadas todas las provincias tendríamos una suma total de votos a partidos que no han sido, por así decirlo «usados» en asignar diputados en cada circunscripción. Que no lo han sido todavía. Porque el nuevo sistema asignaría los 50 escaños que quedan a la suma de estos restos según, de nuevo, el sistema D’Hondt. Así, por ejemplo, empleando los restos no usados de todas las provincias españolas se lograría asignar diputados donde entrarían los grandes partidos (y de hecho, normalmente, en situación de preeminencia) pero también los medianos y pequeños (y éstos lo harían a vecs de manera desproporcionadamente beneficiosa a su proporción real de votos, sí, pero en una desproporción tanto más acusada cuanto más lo hubiera sido su preterición en el reparto de los primeros 50 escaños).

Estos nuevos diputados serían asignados por circunscripción a partir de criterios de población, que se derivarían del hecho tan sencillo de que fueran asignándose a los mejores restos de cada uno de los partidos a que correspondan, hasta que no queden más diputados. Así, si al PP le correspondieran, por ejemplo, 18 diputados más de los 50 que se reparten por este sistema es de prever que los primeros de estos 18 serían, a su vez, para las circunscripciones «grandes» dado que sus restos sin asignación de diputados en las mismas serán mayores que en otras. En cualquier caso, de todos modos, el empleo de este sistema asegura un reparto proporcional según población de estos diputados, dado que lo serían según los votos no empleados en el cómputo de los primeros 350 diputados.  Matemáticamente sólo puede corregir los resultados que actualmente tenemos mejorando la proporcionalidad tanto entre partidos como en lo que se refiere a la asignación de diputados por territorios, cumpliendo así a la perfección el objetivo que marca el mandato constitucional del art. 68.

El modelo pretende, pues, reequilibrar en algo el sistema. Veamos qué habría pasado aplicándolo a las últimas elecciones, en las que el reparto fue:
PSOE: 164
PP: 148
IU: 5
Diversos partidos de implantación regional: 33

Tomo todos los datos a partir de los cuales hago los cálculos (que pueden contener muy ligeras desviaciones, pero que en lo sustancial dan una idea muy exacta de en qué términos irían las cosas) de aquí:
http://www.elecciones.mir.es/MIR/jsp/resultados/index.htm

Para poder distribuir los 50 escaños que van del 351 al 400 necesitamos saber cuántos votos «no han sido usados». Esto es, la suma de los mayores restos que no han obtenido escaño de cada partido en todas las provincias. Calcularlo, en algunos casos, es fácil, ya que si el partido no ha obtenido ningún escaño todos sus votos están en este caso:

PA – 181,868
BLOC-EV – 40,759
PSM – 40,289
Ciudadanos en Blanco – 40,208
Aralar – 38,560
Los Verdes-E – 37,499
PAR – 36,540
CDS – 34,101
Els Verds-AE – 30,528
PSA – 24,127
PH – 21,758

Luego, es relativamente fácil también sacarlo con los nacionalistas con escaños pues aunque es menos cómodo y hay que haer números la cosa no tiene demasiado trabajo, ya que estas formaciones se presentan en pocas circunscripciones. Estos son sus votos «no aprovechados»:

CiU – 191,989
ERC – 176,841
PNV – 113,710
EA – 59,419
BNG – 130,077
CC – 93,310
NaBai – 30523
Cha – 53,672

Con IU lo he sacado descontando a sus votos obtenidos en total aquellos votos empleados hasta los restos sin escaño en las tres circunscripciones cdonde sacan representación (Madrid, Barcelona y Valencia), para ahorrarme muchas operaciones en el resto de provincias. Me sale una cifra de espanto, como era de prever: de sus 1.284.081 votos, 962.674 no cuentan a efectos de distribuir escaños.

Los datos más pesados de obtener son los del PP y PSOE ya que eso obliga a calcular en todas las provincias (menos en Girona y Lleida para el PP y en Ceuta y Melilla para el PSOE donde al no obtener escaño alguno todos los votos se cuentan íntegramente) el cociente d’Hondt mayor que no obtiene escaño. Pero bueno, está más o menos hecho (a expensas de que pueda haber algún error aritmético que, ya digo, no resta validez al experimento, que aspira a mostrar tendencias). Como era de prever, las cifras globales de PP y PSOE son muy semejantes (los últimos restos de cada uno de ellos en cada provincia no se van mucho, algo lógico). Las diferencias con Izquierda Unida son algo más grandes de lo que yo pensaba así, a priori, y llegan más o menos a ser un 2 a 1 a favor de los grandes partidos. Pero aún así puede constarse el reequilibrio que se va a producir en esta asignación de escaños. Éste es el ranking completo de “votos no utilizados”.

PSOE – 2,145,550
PP – 2,106,647
IU – 962,674
CiU – 191,989
PA – 181,868
ERC – 176,841
BNG – 130,077
PNV – 113,710
CC – 93,310
EA – 59,419
Cha – 53,672
BLOC-EV – 40,759
PSM – 40,289
Ciudadanos en Blanco – 40,208
Aralar – 38,560
Los Verdes-E – 37,499
PAR – 36,540
CDS – 34,101
Els Verds-AE – 30,528
NaBai – 30,523
PSA – 24,127
PH – 21,758

Sobre estos datos, sólo queda ahora distribuir 50 escaños por medio del sistema D’Hondt. Esto es lo que nos sale:

PSOE (32.6% de los votos «no utiulizados todavía para repartir escaños»): 19 nuevos diputados
PP (32.0%): 18
IU (14.6%): 8
CiU (2.9%): 1
PA (2.8%): 1
ERC (2.7%): 1
BNG (2.0%): 1
PNV (1.7%): 1
CC (1.4%): Ninguno
EA (0.9%): Ninguno
Cha (0.8%): Ninguno
Bloc (0.6%): Ninguno
PSM (0.6%): Ninguno
Ciud. en Blanco (0.6%): Ninguno
Aralar (0.6%): Ninguno
Los Verdes-EV (0.6%): Ninguno
PAR (0.6%): Ninguno
CDS (0.5%): Ninguno
Els Verds-EA (0.5%): Ninguno
NaBai (0.5%): Ninguno
PSA (0.4%): Ninguno
PH (0.3%): Ninguno

Con estos resultados el Congreso de los Diputados de esta legislatura, con 400 diputados, habría quedado como sigue:

PSOE: 183 (los 164 obtenidos con los 350 tradicionales + 19 derivados del reparto a partir de los restos)
PP: 166 (148 + 18)
IU: 13 (5 + 8)
CiU: 11 (10 + 1)
ERC: 9 (8 + 1)
PNV: 8 (7 + 1)
CC: 3 (3 + 0)
BNG: 3 (2 + 1)
PA: 1 (0 + 1)
Cha: 1 (1 + 0)
EA: 1 (1 + 0)
NaBai:1 (1 + 0)

Como puede verse, dado que los partidos mayoritarios tienen también una mayoría de “restos sin utilizar”, ellos siguen teniendo una mayoría de los escaños de estos 50 que se reparten. Pero es menos mayoría que la que obtienen con los 350 diputados clásicos. De ahí el efecto reequilibrador que se produce.

El sistema compensa de alguna manera a IU, que con casi un 5% de los votos tendría que tener 19-20 diputados con un modelo de proporcionalidad estricto. Aunque se queda en 13, es mucho más sacar 13 de 400 que simplemente 5 de 350.

Igualmente, los dos grandes partidos retroceden ligeramente. Siguen estando primados (los 183 diputados del PSOE representan 45’75% de los escaños, con sólo un 42’59% de los votos; el PP y sus 166 suponen el 41′5% de los diputados, pese a tener sólo el 37′71% de los votos), pero lo están algo menos.

Los partidos de medianos de base regional, formaciones normalmente nacionalistas, a los que el anterior sistema ni beneficia ni perjudica, ganan algunos diputados en los casos, en realidad, en que proporcionalmente les tocaría por pura proporcionalidad. Así, habiendo 50 diputados más a repartir, consiguen 1 los que están en el entorno del 2% de los votos, más o menos. A saber CiU, ERC y PNV. Adicionalmente, gana un diputado el BNG, a cuenta de sus votos que no generan diputado en dos provincias. Y aparece el Partido Andalucista, que es a escala andaluza lo que IU a escala nacional: presencia pequeña pero homogénea en las diferentes provincias andaluzas, arreglando la injusticia de que con muchos más votos que otras formaciones como la Cha, NaBai o EA no estuviera representado en el Congreso.

El sistema, como digo, me parece mucho más satisfactorio que el actual, pues mejora bastante la proporcionalidad y representatividad del mismo. Sin que se resiente, además, por ello, la gobernabilidad. La simulación lo deja bien a las claras, ya que las posibilidades de obtener una mayoría no varían demasiado respecto a la actual configuración del parlamento. Me interesa resaltar esta cuestión porque es obvio que, aunque más proporcional y por ello respetuoso con el mandato constitucional, es obvio que el gran problema que podría tener un sistama como el propuesto, como cualquier sistema de reparto más proporcional, sería la mayor dificultad para construir mayorías de gobierno. Sin embargo, dado que la política española ha demostrado que ése no es problema con la estructura de partidos que tenemos y una creciente bipolarización de la vida política que no hay visos de que disminuya (es más, parece que, antes al contrario, esta evolución se hace cada dia más exagerada), parece que los beneficios compensan sobradamente los costes posibles. Porque nada puede ser más beneficioso para una democracia que el hecho de que el parlamento refleje lo mejor posible la voluntad expresada por los ciudadanos.

Por último, hay que tener en cuenta, además, que las mayorías de gobierno pueden bastarse perfectamente con la articulación de mayorís simples amplias. No es preciso, aunque la cultura política española así lo crea, que se disponga de mayoría absoluta o de una gran comodidad para lograrla para que el país sea gobernable. La mayoría absoluta sólo es precisa para la elección en primera vuelta del Presidente del Gobierno, para ganar una moción de censura, para aprobar los presupuestos en algunos casos y para la aprobación de leyes orgánicas y estatutos de autonomía. Tampoco pasa nada porque haya ocasiones (éstas) en que lograr articularlas sea difícil y requiera de consensos amplios y en algunos casos transversales. Es más, ello puede configurar también un espacio para la mejora de la calidad de los usos de nuestra democracia que no conviene despreciar.

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Una última reflexión respecto del reparto por circunscripción de los escaños asignados por este sistema. Irían, una vez determinado a qué partido, a los restos mayores de los distintos repartos provinciales con sistema D’Hondt. Así, el de CiU sería un escaño más por Barcelona, donde tiene su resto mayor sin escaño (83.836 votos frente a una media de unos 35.000 en las otras provincias catalanas), así como el de ERC. El del PA sería por Sevilla. El del PNV por Vizcaya. El del BNG por A Coruña. Como puede verse, el sistema también contribuye al reequilibrio de la asignación de escaños en beneficio de las provincias más pobladas, a las que la norma de reparto de dos escaños de mínimo común a todas perjudica.

Respecto de los de los grandes partidos, si tomamos el caso del PSOE, el resto 17 por Madrid (el primero sin diputado) es de 90.863 votos, el 14 por Barcelona de 84.535, el 7 por Valencia de 76.729 y el 9 por Sevilla de 71.033.  Además, ha de tenerse en cuenta que el 18 por Madrid es de 85.815, el 19, 81.299 y el 20, 77.234. Con esto se quiere significar que entrarían muchos diputados por Madrid y Barcelona, esencialmente, en las listas de los grandes partidos (de los 19 nuevos del PSOE, como vemos, 6 ó 7 serían por Madrid 3 ó 4 por Barcelona, entrarían seguro uno más por Valencia y otra más por Sevilla…). De nuevo, se demuestra que el mecanismo ayuda también indirectamente a compensar las desproporciones de votos necesarias para conseguir escaño en las diferentes provincias, reduciendo la desproporción que en la actualidad perjudica a los grandes núcleos de población (que seguirían infrarrepresentados, pero no tanto).



48 comentarios en Propuestas 9-M: Reforma de la ley electoral
  1. 1

    Estupendo. Espero con ganas la parte referida a la reforma del Senado :-)
    Un par de matices: la mayoría de González en 1989 no fue técnicamente absoluta, ya que sacó justo la mitad de diputados (son 350, no 348). Virtualmente sí lo fue, ya que por entonces Herri Batasuna tenía 4 diputados que nunca acudían a la cámara y el único diputado de CC (entonces AIC, para uno de los enésimos papelones de Rosa Conde), Luis Mardones, le daba su apoyo casi incondicional.

    El segundo matiz es que entiendo que tu análisis cojea mientras sigamos hablando de presentar listas, y no de elección nominal, aunque sea parcialmente. Mientras siga existiendo la disciplina de partido y el hooliganismo político, las mayorías absolutas en este país son la forma más cómoda (y menos democrática, claro) de sacar leyes adelante, en especial las más polémicas. Con, al menos, un porcentaje de diputados (¿50%?) que tuvieran que ganarse el escaño en el día a día por ser de elección directa, la cosa cambiaría mucho, ya que podrían hacerse negociaciones individuales para propuestas concretas y, además, el papel de la provincia (y, por ende, de los electores que por ella se ven representados) sería mucho más relevante. De hecho, esto es lo que ocurre en Estados Unidos, que no todo allí va a ser para asaetearlos.

    Saludos.

    Comentario escrito por Otis B. Driftwood — 06 de febrero de 2008 a las 2:59 pm

  2. 2

    simplemente magistral, dentro de las opciones que hay hoy en dia.

    Comentario escrito por manolito — 06 de febrero de 2008 a las 5:04 pm

  3. 3

    Gracias por los comentarios. ¡Ya me gustaría a mí que alguien recogiera ésta o alguna ocurrencia semejante!

    Por lo demás, he eliminado los comentarios que completaban el texto que había ido metiendo en las últimas horas y los he añadido al cuerpo inicial del texto. Disculpad las molestias.

    Respecto de lo que comenta Otis de la legislatura de González de 1989, he corregido un poco la redacción en el texto. Se supone que los diputados de HB en esa legislatura no llegaron a formar parte de la misma, por esos rollos de que no les aceptaron el juramento «por imperativo legal». De modo que la cámara no estuvo compuesta por 350 miembros efectivos. Ha habido siempre un debate jurídico, con más trascendencia teórica que práctica, al menos de momento, sobre si en tales casos la mayoría absoluta la marca la mitad más uno de los miembros teóricos de la cámara o la mitad más uno de los miembros reales que constituyen la cámara para esa legislatura.

    Comentario escrito por Andrés Boix Palop — 06 de febrero de 2008 a las 7:55 pm

  4. 4

    La verdad es que el blog lleva una temporada interesantísimo. ¡Felicidades! Que, la verdad, una no pensaba que la cosa pudiera mejorar y no, mejora, mejora…

    La propuesta me parece impecable e incluso, aún diría más, totalmente constitucional.

    ¡Hay que enseñársela a los políticos, resaltando que tendrán 50 poltronas más que ocupar, a ver si así pican!

    Comentario escrito por Clara S. — 06 de febrero de 2008 a las 10:00 pm

  5. 5

    En mi opinión, lo más justo y sencillo sería aplicar la fórmula del resto mayor, que terminaría con estos problemas sin impedir a los partidos minoritarios la opción de tener representación. ¿Cuál es su opinión? ¿Qué desventajas vería?
    ¿Y la fórmula mixta del sistema alemán?

    Gracias por esta brillante exposición. Si todos los profesores tuvieran ese conocimiento y esa dedicación a la vida jurídica y a los temas de actualidad, la Universidad sería otra cosa y, por ende, los juristas también.

    Un saludo, Profesor!

    Comentario escrito por piterino — 06 de febrero de 2008 a las 11:36 pm

  6. 6

    Buenísimo. Felicidades por el análisis y por el trabajazo que comporta. Me permito añadir una observación que juega también a favor de una revisión del sistema en el sentido que apuntas: si utilizáramos los 50 escaños «sobrantes» de esta o similar manera, ello alentaría a otros partidos políticos de similares características a IU (vocación de implantarse a lo largo de todo el país y carácter minoritario en todas las circunscripciones en las que se presentan) a presentarse y a hacer campaña, sabedores de que aunque la división provincial de facto les dejara sin apenas posibilidades, la posterior «pedrea» de los 50 escaños les podría compensar al menos en parte (como muy bien has dejado reflejado en el caso de IU). El CDS, por ejemplo, probablemente no habría desaparecido, o habría tardado más en desaparecer, con un sistema de estas características. Y no me cabe duda de que en tal caso UPyD, por ejemplo, sacaría escaño en estas elecciones.

    Un cordial saludo

    Comentario escrito por Guillermo López — 07 de febrero de 2008 a las 9:45 am

  7. 7

    Hola
    Andrés ¿Se podría votar por distritos, de modo que los candidatos no fueran elegidos por el orden de lista, sino por el número de votos que consiguiera el partido en cada distrito?
    Ya que no es posible un sistema de listas abiertas, por lo menos que el reparto de los escaños que le tocara a cada partido estuviera relacionado con el número de votos conseguidos en cada distrito y que ni siquiera el primero de la lista tuviera su elección asegurada.

    Comentario escrito por galaico67 — 07 de febrero de 2008 a las 11:24 am

  8. 8

    Realmente me parece bastante currado por tu parte, pero, siendo algo demagógico, le veo algunos inconvenientes.

    Hay 50 culiparlantes más, ¿para qué?.

    El reparto de esos 50, aunque has comentado el tema de tirar de lista provincial, según repartos, etc…, me parece muy complejo, votos restantes por Ávila, por Barcelona??, por ejemplo, le sabría igual a UPN que el nuevo diputado del PP fuese de Murcia y no de Navarra? ¿O ahora con el rollo PP Valencia vs PP Aragón?? ¿O el PSOE Extremadura vs PSC?

    Puestos a cambiar, pues reforma constitucional… A mí me gusta el sistema mayoritario, tipo británico, diputados por cada xmil habitantes/colegios electorales, y que cada cuál sepa quién es su diputado. El problema es que las mayorías absolutas requieren, quizás, más cultura democrática…

    En fin, saludos

    Comentario escrito por asertus — 07 de febrero de 2008 a las 12:07 pm

  9. 9

    Menudo trabajazo! Muy bueno!

    Aprovechando que en un examen del año pasado la pregunta estrella fue «¿Qué reformas introducirías en el sistema electoral español para que el Congreso de los Diputados fuera más proporcional?», te comento que, de acuerdo con lo estudiado entonces, la proporcionalidad electoral absoluta se podría alcanzar con las siguientes cuatro condiciones:

    1. Fórmula electoral proporcional pura.
    2. Circunscripción electoral única.
    3. Número de puestos escaños a elegir sin establecer previamente.
    4. Ausencia de primas electorales y de barreras electorales de exclusión.

    Todas estas medidas son impensables, pero las que propones son relativamente fáciles de aplicar.

    Esto está, muy sencillito y masticadito, en el «Manual de Ciencia Política», edición de Rafael del Águila.

    Salut.

    Comentario escrito por NK — 07 de febrero de 2008 a las 5:18 pm

  10. 10

    Buena idea, pero ¿un sistema que perjudica, aun marginalmente, a los dos grandes partidos? Sencillamente inabordable. También albergo serias dudas obre la constitucionalidad: los 50 escaños no se asignarían por los votos de las provincias separadas, sino de un fondo común nacional, al margen de que el reparto tuviera en cuenta las listas presentadas por ellas. Infringiría el principio de la circunscripción provincial.

    La nueva idea de bombero sugerida es sumar todos los votos emigrantes en una circunscripción única. En la práctica sería un coto cerrado PSOE-PP.

    Comentario escrito por Tvrtko (Berengario) — 07 de febrero de 2008 a las 8:12 pm

  11. 11

    Por ir respondiendo a cosas:

    – De la reforma del Senado tendremos ocasión de hablar largo y tendido en el futuro, porque es seguro que tarde o temprano se hará. Como será reforma de Constitución mediante queda, eso sí, fuera de las ambiciones de estas propuestas para el 9-M que tengo la intención de seguir realizando.

    – La idea de la circunscripción única para los votos de inmigrantes, idea de bombero como bien señala Tvrtko (Berengario), sí que requiere abiertamente de una reforma constitucional (esa circunscripción no es una provincia, como es obvio). Además de una salvajada, creo, porque obligaría a poner tantos escaños como para Valencia, por ejemplo (son unos 2.000.000 de personas), esto es, la tercer en reparto de escaños. Y luego, además de que beneficiaría esencialmente a PP y PSOE, otra cosa, y es que la altísima (como es comprensible) abstención que va anudada a ese tipo de votante haría que hubiera una sobreprima brutal en esos votos.

    – El argumento de Tvrtko (Berengario) sobre la inconstitucionalidad de la propuesta es, como he reconocido desde un primer momento, el gran obstáculo a la propuesta. Ahora bien, reconociendo que su explicación es «la canónica», creo que podemos ser algo flexibles en esto (como lo estamos siendo en muchas otras interpretaciones constitucionales que abandonan la lectura «canónica», véase la ley de igualdad y las listas paritarias) en aras al mejor cumplimiento de principios de la propia Constitución. En este caso, la idea de proporcionalidad en reparto de diputados según votos y población que consagra el propio art. 68.

    – Como dice NK, es más o menos sencilla determinar cómo montar un Congreso verdadera y absolutamente proporcionado al voto ciudadano. La cuestión es si, en el fondo, eso sería bueno. Las correcciones que favorecen la estabilidad, siempre y cuando no sean demasiado groseras, la verdad, tampoco están tan mal. De todos modos, más allá de que la cosa nos pareciera atractiva como perspectiva, ello sí requiere de una reforma constitucional. Porque el gran escollo, el gran agente perturbador de la proporcionalidad en España, es la circunscripción provincial. Y eso está constitucionalmente garantizado, de momento.

    – Reforma constitucional mediante, como dice asertus, las opciones son muchas. Y aquí cada cual tiene la suya, por lo que conviene ir con ojo. Para eso siempre he pensado que las CC.AA. y sus sistemas electorales podrían haber sido un excelente vivero de pruebas y experimentación en este sentido, para ver cómo funcionaban las cosas con otros modelos. Por ejemplo, yo propuse para la Comunidad Valenciana, que tiene unos 5 millones de habitantes, una ley electoral que dividiera el territorio, aprovechando en lo sustancial las comarcas ya existentes, en 50 circunscripciones de unos 100.000 habitantes que elegirían un diputado empleando el sistema mayoritario. Y, de este modo, tendrían «su» diputado. Luego, además, se elegirían 51 diputados autonómicos más por medio de una lista única de partido con reparto proporcional de los diputados en todo el territorio autonómico y sin necesidad de sperrklauseln (el número de diputados, de facto, ya la situaría más o menos en el 2%). Creo que este modelo estaría bien experimentarlo en alguna CCAA, porque a mi juicio tendría estas ventajas: acercar a los ciudadanos a sus representantes, por eso de que tendríamos a un diputado claramente «nuestro»; conformar un espacio de elección en el que lo importante no sería sólo el partido sino también la trayectoria y cualidades de los diputados; garantizar que habría un importante espacio a la representación proporcional de todas las tendencias políticas; y por último intuyo que el sistema proporcionaría mayorías bastante estables.

    – No entiendo exactamente qué propone galaico67. Detalles, ¡por favor! Me pasa lo mismo con la idea de Piterino, que no la veo. Por favor, algo más de detalles. Por cierto que, a mí, el sistema alemán no me parece mal, pero en España, a día de hoy, aplicarlo requeriría de una reforma constitucional. Puestos a meternos en ese berenjenal, como digo, mejor empezar por probar modelos diferentes en las CCAA.

    – Como mínimo, por Dios, que suban el número de diputados a 400, que eso al menos incrementaría la talla de las circunscripciones y permitiría que en 5 ó 6 más de las 3 ó 4 donde ahora hay un mínimo de «vidilla» electoral las cosas permitieran ejercer un derecho al voto más libre. Que yo como ciudadano acepto gustoso que haya 50 poltronas más a cambio de que Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Málaga, Zaragoza, Las Palmas, Vizcaya, Tenerife, Baleares, Cádiz… vayan a elegir cada una de ellas algunos diputados más, con lo que se abriría el espacio en muchas circunscripciones a partidos que lograran en torno al 10% de los sufragios y en otras incluso a los que estén en el 5%. Y de eso se trata, joder, que como bien dice Guillermo nuestra democracia sería mucho mejor con partidos del estilo UDyP, CDS y demás con posibilidades de obtener representación.

    Comentario escrito por Andrés Boix Palop — 08 de febrero de 2008 a las 10:33 am

  12. 12

    Me parece bien aumentar el número de escaños a 400, pero añado: ¿qué tal, de esos 400, considerar como «escaños vacíos» la suma de las abstenciones, votos en blanco y votos nulos? Tal vez así los candidatos se dormirían menos en los laureles…

    Comentario escrito por Marianito Gafotas — 08 de febrero de 2008 a las 10:55 am

  13. 13

    Andres, es algo que perjudica el poder de la cupula de cada partido, asi que es poco viable, pero…

    Circunscripción de 1000.000 de votantes.
    Diez distritos de 100.000 votantes.
    Los partidos presentarian una lista de 10 candidatos, uno asignado a cada circunscripción.Una unica lista, con diez nombres, para no hacer papeletas para cada distrito, pero el voto al partido en el distrito se adjudica al candidato por el distrito.
    Se vota y cada partido obtiene los votos que pueda, pero se ordenan los candidatos de cada partido por orden de votos en los distritos

    De este modo se puede personalizar el voto y castigar -premiar un candidato sin penalizar en la misma proporción al partido.

    Los candidatos y los partidos se tendrían que trabajar un poco más la calle, ya que un primer ó segundo puesto en la lista de partida no garantizaría nada. Exagerando, si ZP ó Rajoy se presentaran por el mismo, puede que incluso uno no llegara a obtener acta de diputado.
    La relación candidato-partido se equilibraría un poco. El candidato sería un poco más -moralmente- dueño de su acta y las cupulas de los partido perderían poder. Ya que es imposible que ejerciten la democracia interna, se les podría influir bastante desde fuera.

    Es que el cunerismo me pone malo…

    Saludos

    Comentario escrito por galaico67 — 08 de febrero de 2008 a las 12:06 pm

  14. 14

    Gran texto. Buena idea. Buena conversación subsiguiente.

    A ver, para situarnos en un contexto aún más cercano a la realidad, permítaseme profundizar un poco más sobre los cálculos que haría el PSOE si alguno de sus consultados habituales le llegase con esta propuesta. Si sacamos en porcentaje el cambio en reparto de escaños que resultaría de aplicar la idea aquí propuesta a las elecciones de 2004, la cosa queda así:

    PSOE pasaría de 46,87% a 45,75%.
    PP pasaría de 42,28% a 41,5%.
    IU, de 1,42% a 3,25%.

    Los partidos nacionalistas que eventualmente pueden apoyar al PP, dependiendo siempre de la coyuntura (CC y CiU), pierden peso relativo (CiU, de 2,85% a 2,75%; CC, de 0,85% a 0,75%). Y, de hecho, el resto de formaciones presentes en el Congreso, perderían igualmente. Así las cosas, la suma de PSOE e IU sería de 50% justo, como quien dice, en el caso hipotético. Me pregunto, pues yo: ¿el PSOE no podría plantearse perder un poco de poder relativo para doblar en capacidad a un aliado potencial en casi todas las elecciones? Sobre todo tras este trato de favor.

    Obviamente, por muy bonito que se pinte, la respuesta es «no». Porque los partidos suelen preferir, y es lógico que así sea, agarrar bien agarrada su cuota de poder y sobrerrepresentación. Pero sobre todo porque ya sabemos que Izquierda Unida es el competidor directo del PSOE en ese sector que decide elecciones cuando la abstención es alta o baja, la izquierda descontenta o «volátil».

    La pregunta perversa es si al PP le interesaría perder unos pocos votos para dárselos a IU, que no compite en absoluto, ni lo más mínimo, en votos, con ellos, pero sí puede minar a su rival. Una especie de revival de la famosa «pinza» de Anguita, vamos. Aquí cabría preguntarse cuál sería el costo de votos para IU de ir de la mano con el PP hoy por hoy, aunque fuese para conseguir doblar su representación. Y a pesar de todo, con las fuerzas nacionalistas en contra, es imposible llevar adelante nada, porque no se suma mayoría absoluta necesaria para reformar Ley Orgánica por ningún lado.

    Así que la genial propuesta se queda en el papel. Pero la clave está más o menos clara: construir algo que haga ganar proporcionalidad al sistema a la vez que contente a nacionalistas e IU, y además al PP o al PSOE. Da igual a cuál de los dos, pero que uno de ellos tire del carro parlamentario. Hale, a exprimirse el cerebro.

    Comentario escrito por Jorge Galindo — 11 de febrero de 2008 a las 12:24 am

  15. 15

    PD: galaico67, Marianito, buenas ideas, pero como dice Tvrtko, un sistema que perjudique a ambos partidos mayoritarios no es abordable. O, mejor dicho, realista, hoy.

    Comentario escrito por Jorge Galindo — 11 de febrero de 2008 a las 12:25 am

  16. 16

    Creo, Jorge Galindo, que tienes toda la razón. Por eso, precisamente, la propuesta trata de ser una muy moderado instrumento de corrección de los actuales desequilibrios.

    Creo, a la luz de los datos que manejamos, que presentaría un reequilibrio cierto, pero con poco «coste» para los grandes partidos, dentro de lo que cabe. Tampoco la «gobernabilidad» se vería afectada.

    Por lo demás, el PSOE puede ser tentado con la idea de fortalecer a IU, como dices. O incluso el PP, maquiavélicamente, tal y como señalas. O con la idea de que eso favorecería un desgaste del PSOE a manos de partidos como UPyD, CDS, que le podrían ayudar a recuperar el poder.

    Pero, en esencia, lo que dices es cierto. Ahora bien, a veces las mejoras democráticas y cierto comportamiento de principio sí son esperables de los partidos políticos, aunque les supongan perjuicios ciertos, directos y evidentes. No sé, me viene a la mente la renuncia del PSOE a prolongar en esta última legislatura el modelo de RTVE como televisión de partido.

    Pues eso, lo mismo. Que, a fin de cuentas, tampoco es tanto el sacrificio en este caso, según he tratado de demostrar y, a cambio, se tiene una gran ganancia, creo, en términos de representatividad e higiene democrática.

    Comentario escrito por Andrés Boix Palop — 11 de febrero de 2008 a las 12:54 pm

  17. 17

    RTVE tenía que ser limpiada porque entraba dentro de los puntos de ataque que, en mayor o menor medida, ayudaron al PSOE a sacar al PP en 2004.

    No se me entienda mal (culpa mía por no aclararlo): no comparto la idea de que todos los partidos democráticos son catch all, o todos los políticos buscan conservar el poder. Pero no pierdo de vista que eso es en parte cierto, y que, en todo caso, la proporcionalidad no está en la agenda político-ideológica de ninguno de nuestros partidos mayoritarios en un punto siquiera importante. Por eso me parece que, por suerte o por desgracia, la propuesta tendría que suponerles un beneficio como organización más que un punto en común con su ideario. Ahora, es cierto que resulta jodido venderle una idea de mayor proporiconalidad a un partido que ha propuesto las burradas que ha propuesto el PP con respecto a nuestro sistema electoral, las dos o tres veces que ha decidido que tocaba decir algo.

    Comentario escrito por Jorge Galindo — 11 de febrero de 2008 a las 2:09 pm

  18. 18

    Me parece una propuesta magnífica, pero como bien dices, difícil de explicar. Creo que una manera más sencilla de aplicarla, sin tener que ponerse a contar los «restos no aplicados» (que sería un engorro y cuya definición puede ser controvertida) es hacer como se hace en Suecia (donde tienen 310 escaños asignados a circunscripciones y 39 de compensación, un caso similar a España):

    1º: los 350 escaños «fijos» de las provincias se asignarían como hasta ahora.

    2º: se haría un reparto «provisional», con la ley d’Hondt, del total de 400 escaños en una circunscripción única nacional entre todos los partidos.

    3º: se compararían los escaños asignados provisionalmente a los partidos en el paso 2º con los que hayan obtenido en el paso 1º. Si un partido ha obtenido en las provincias un número de escaños superior o igual a los que le correponden en el reparto nacional, se queda con esos escaños y queda excluido del reparto de escaños de compensación. Los demás partidos, que habrían obtenido en las provincias menos escaños de los que les corresponderían a nivel nacional, tendrían derecho a escaños de compensación.

    4º: se realizaría un segundo reparto definitivo en circunscripción única nacional. En este reparto sólo entrarían los partidos con «derecho a compensación» del paso anterior. Teniendo en cuenta el total de votos de esos partidos, se les repartirían los 400 escaños MENOS los que hubieran sido asignados ya a los partidos «sin derecho a compensación».

    Creo que así el cálculo sería más sencillo y fácil de explicar y entender (porque no sólo se trata de establecer un sistema justo, sino que además lo parezca, y los cálculos demasiado complicados hacen sospechar al público, aunque sean correctos).

    Comentario escrito por Darth — 15 de febrero de 2008 a las 2:55 pm

  19. 19

    Sencillamente espectacular, magistral. Creo que esto merecería un intento de campaña viral. Yo, por mi parte, copio, pego y se lo envío a mis contactos de la agenda de correo electrónico, empezando con los de IU. Estaría bien que algún grupo articulado cogiera esta propuesta, o algo semejante, e hiciera bandera de la misma.

    Porque, a día de hoy, UyPD sigue sin decir qué reforma electoral propugna, más allá de asegurar que sí, que su objetivo es cambiar la ley electoral. Pero no explican qué alternativa proponen.

    Y con IU tres cuartos de lo mismo.

    Hay que difundir esto.

    Comentario escrito por Marta Signes — 17 de febrero de 2008 a las 8:01 pm

  20. 20

    No se dice nada del 3% mínimo para entrar en el reparto en cada circunscripción. Qué sentido tiene ahora? Qué habría que hacer?

    Comentario escrito por Josep Abel Gnzález — 10 de marzo de 2008 a las 11:55 pm

  21. 21

    El 3% tiene poca incidencia. La única circunscripción donde es relevante es Madrid, y más o menos coincide con los votos precisos en ella para obtener un escaño. En las restantes da igual, porque la barrera del 3% es totalmente superflua: son necesarios porcentajes mucho mayores para conseguir diputado, dado el número de escaños en juego por cada circunscripción.

    Por lo demás, me encantaría tener un rato para calcular cómo afectaría a los resultados del 9-M la propuesta. Pero no tengo tiempo ahora. A ver si otro día… Parece obvio que, como esta vez el más beneficiado de los grandes partidos ha sido el PSOE, que ha logrado diputados un pelín más «baratos» en nº de votos que el PP, que en este caso tampoco habría grandes diferencias entre ellos. Probablemente se repartirían 18 diputados cada uno. No sé, por ahí andarían. IU sumaría, probablemente, un mínimo de 7 más, que no compensarían sus pérdidas derivadas de la falta de proporcionalidad de la ley en su totalidad, pero algo servirían para que se lamieran las heridas. Y probablemente UPyD se sacaría 2. Pero vamos, estos cálculos están hechos a ojo de buen cubero.

    Sí se puede decir ya cuál es la diferencia entre los resultados en escaños fruto de la ley electoral y lo que serían unos resultados más proporcionales (cálculo gentileza de Soriano publicado aquí: http://www.lapaginadefinitiva.com/dbactualidad/actualidades/116):

    PSOE 158 (frente a los 169 que ha obtenido)
    PP 145 (153)
    IU 14 ( 2)
    CiU 11 ( 11)
    PNV 4 ( 6)
    UPyD 4 ( 1)
    ERC 4 ( 3)
    BNG 3 ( 2)
    CC 2 ( 2)
    NaBai 1 ( 1)
    C.And. 1 ( 0)
    EA 1 ( 0)
    Ciudad. 1 ( 0)
    PACMA 1 ( 0)

    Comentario escrito por Andrés Boix Palop — 11 de marzo de 2008 a las 3:09 pm

  22. 22

    Me parece buena idea… No esta nada mal, pero yo voy más alla… Yo utilizaria los 40 escaños (390)y los repartiria de la siguiente forma: Crearia una Circunscripciones para los Españoles de fuera con 6 escaños a repartir. Los 34 que faltan los repartirian por las Comunidades Autonimicas: 1 para cada una de ellas (Ceuta y Melilla se llevaria 1 para compartir).. y los que falten por población. Madrid, Cataluña, Andalucia, Valencia, Pais Vasco y C. León, con dos escaños más…. Canarias, La Mancha, Galicia con 1 más… Asturias, Rioja 0 escaños más…

    Estos escaños se repartirian asi: Por ejemplo Andalucia: Tendria 3 escaños más (1 fijo, y dos por poblacion) y irian a parar a los partidos que no lleguen al 10 por cierto… en esta caso se lo llevaria 2 IU, y uno CA…

    Con los datos de todas las comunidades saldria una cosa asi:

    PSOE: 170 (1 de Melilla y Ceuta)
    PP: 154
    IU: 18
    CIU: 10
    PNV: 6
    ESQUERRA: 5
    UPYD: 4
    UNITAT 2
    EDPV: 2
    CC 2
    BNG: 2
    NA-BAI: 1
    CA:1
    PAR:1
    EA:1
    NC:1

    FALTARIA LOS 6 DE LOS Circunscripciones de los inmigrantes.

    Comentario escrito por Manuel — 13 de marzo de 2008 a las 11:40 pm

  23. 23

    Hay artículos de la Constitución cuya efectividad queda vacía de contenido dados los mecanismos para recurrir las normas que no los aplican o que, en ocasiones, atentan directamente contra ellos.

    Un ejemplo es el de la progresividad del sistema tributario, artículo 31, otro el del igual valor de cada sufragio que ahora IU se decide a recurrir así, http://www.elpais.com/articulo/espana/IU/presenta/denuncia/Ley/Electoral/considerarla/anticonstitucional/elpepuesp/20080314elpepunac_26/Tes

    Me parece una fórmula válida para que pongamos la atención sobre la necesidad de un cambio del sistema electoral. Éste pudo ser útil para reforzar la consolidación de partidos políticos tras la dictadura pero ahora es realmente obsoleto y contrario a la filosofía de la Constitución.

    Me parece también un toque de atención para aquéllos que estamos interesados en cómo funciona la organización pública.
    Sobre esta cuestión los grandes partidos políticos no van a hacer nada. Tampoco los nacionalistas. Y poco IU con sus dos diputados.
    ¿Qué se podría hacer para que, no obstante, sintieran la necesidad de meterlo en sus agendas?

    Comentario escrito por Mar — 14 de marzo de 2008 a las 5:41 pm

  24. 24

    Creo que es importante señalar que el otro día leí a Bonifacio de la Cuadra en «El País» referir una propuesta de reforma que, sintéticamente planteada, se parecía mucho a esta:

    http://www.elpais.com/articulo/opinion/Izquierda/democracia/votos/elpepiopi/20080317elpepiopi_5/Tes

    Al parecer fue Peces-Barba quien se refirió a esta posibilidad en un artículo de 17 de noviembre de 2007. No lo encuentro en el buscador de «El País», pero si la idea es la misma, o semejante, eso significa dos cosas:

    – Que Peces Barba lo propuso mucho antes
    – Que algo tendrá la propuesta, que muchos llegamos a una solución más o menos semejante por distintos caminos y cada uno por nuestra cuenta.

    Comentario escrito por Andrés Boix Palop — 21 de marzo de 2008 a las 12:19 am

  25. 25

    Muy bien la propuesta.

    Ahora la cuestión, más allá del aparato de los partidos, cómo movilizarnos para pedir esto.
    No puede ser mediante iniciativa legislativa popular porque es materia de ley orgánica.

    Comentario escrito por Mar — 21 de marzo de 2008 a las 11:24 pm

  26. 26

    La mayoría de las propuestas que he leido (porejemplo la de Rosa Díez) requieren una modificación de la Constitución.
    El sistema electoral favorece a los grandes partidos pero mucho menos que los de los paises de nuestro entorno (anglosajones, Francia, Alemanis…) en los que los pequeños partios tipo IU, CDS o UPyD no tendrían posibilidad alguna de tener un escaño. Los grandes partidos nunca querrán reformar el sistema si no es para parecerse a estos sistemas de los paises de nuestro entorno que les garanticen la gorbernabilidad automática en caso de ganar las elecciones. Rosa Díez y los demas minoritarios deberían estar agradecids de estar en uno de los pocos paises que les permiten estar en el Parlamento con un número tan bajo de votos.

    Comentario escrito por Rafa — 22 de marzo de 2008 a las 5:43 pm

  27. 27

    Os adjunto una web que ha surgido como respuesta a los ultimos resultados electorales. Su fin es el de recolectar un alto numero de firmas para de esa manera hacer presión para conseguir que los escaños en las elecciones generales se repartan a nivel nacional y no provincial. Un saludo.

    Las webs son:

    http://www.escanosreales.tk (usuarios de Internet Explorer 6.0 o inferior)

    http://www.escañosreales.es (usuarios de con una versión de Internet Explorer igual o superior a la 7.0 o que usen otro navegador)

    Comentario escrito por Pablo Burraco — 24 de marzo de 2008 a las 1:02 pm

  28. 28

    Muchas gracias!

    Comentario escrito por Mar — 24 de marzo de 2008 a las 11:48 pm

  29. 29

    Creo que también se puede considerar otras posibilidades:

    1) Modificar la Constitución. Antes que nadie se rasgue las vestiduras, que tenga en cuenta que ya se hizo en su día, y sin demasiado ruído, para permitir el voto a los ciudadanos de la CEE residentes en España en las elecciones municipales. Y también está pendiente (cosa en lo que hay consenso) la modificación para permitir que reine Leonor y no Froilán.

    2) Rehacer las provincias. Con el despliegue del Estado de las Autonomías, esos entes son totalmente prescindibles. No creo que la Constitución fije el número de provincias ni sus fronteras, por lo que sería factible reformar el sistema, manteniéndolas únicamente a efecto virtual. Se puede convertir España en una provincia única o, si no es tan factible, una única provincia por comunidad autónoma.

    Al final, se trata de voluntad. El sistema actual va bien a todos los grandes, y los reformistas todavía están discutiendo si el problema es que salen muy pocos diputados de IU o demasiados de ERC.

    Comentario escrito por Lluis — 27 de marzo de 2008 a las 12:06 pm

  30. 30

    Como reforma del sistema electoral, yo por mi parte he estado probando una constitucionalmente impecable, si bien poco significativa en lo correspondiente a los resultados.

    Se modificaría elnúmero de diputados hasta 399 (o si quieren 400, importaría poco), y se reduciría el mínimo provincial a 1 (acabando de paso con el agravio de los ceutíes respecto a los sorianos, que siendo pocos mas reciben dos escaños, mientras que aquellos sólo uno).

    Como sistema de asignación de escaños por provincias se tomaría el de Huntington-Hill(que es el utilizado, si no me equivoco en el congreso de los estados unidos), o una ligera modificación del método de los restos impares que lo hiciera compatible con la asignación inicial de un escaño. Estos segundo sistema tiene la propiedad matemática de minimizar la injusticia en el reparto. El primero es prácticamente igual pero con sesgo mínimo hacia las circunscripciones menos pobladas)

    La asignacíon de 399 escaños con el método Hill-Huntington quedaría como sigue:

    Con 1 Escaño: Melilla(0), Ceuta(0), Soria(-1), Teruel(-2) y Segovia(-2).

    Con 2 Escaños: Ávila, Palencia, Zamora, Cuenca, Huesca y Guadalajara (Todas pierden 1 escaño).

    Con 3 Escaños: Álava, Rioja, Burgos, Salamanca, Ourense, Lugo y Albacete (Todas pierden 1 escaño).

    Con 4 Escaños: Lleida(0), Cáceres(0), León(-1) y Huelva(-1).

    Con 5 Escaños: Valladolid, Ciudarreal, Castellón, Cantabria y Navarra (Todas con el mismo número de escaños).

    Con 6 Escaños: Toledo, Almería, Jaén, Badajoz, Guipuzcoa y Girona (Todas con el mismo número de escaños).

    Con 7 Escaños: Tararagona y Córdoba (Ambas con un escaño más).

    Con 8 Escaños: Pontevedra, Zaragoza y Granada (Las 3 con un escaño más)

    Con 9 Escaños: Asturias(+1), Baleares(+1), Las Palmas(+1), Tenerife(+2).

    Con 10 Escaños: Vizcaya y Coruña (Ambas suman 2 escaños)

    Con 11 Escaños: Cádiz(+2)

    Con 12 Escaños: Murcia(+2)

    Con 13 Escaños: Málaga(+3)

    Con 16 Escaños: Sevilla y Alicante Ambas suman 4 escaños)

    Con 22 Escaños: Valencia(+6)

    Con 47 Escaños: Barcelona(+16)

    Con 53 Escaños: Madrid(+18)

    Si en lugar de Hill-Huntington utilizáramos el sistema de los restos impares, únicamnete variarían, Ávila, que elegriría un sólo escaño, y Madrid, que elegiría 54. En cuanto a resultado electorales, desgraciadamente no habría cambios muy notables: IU sacaría 5 (2 en Mad, 2 en Bcn y 1 en Svq) UPyD 2 en Madrid, CiU volveríaa sus 15 escaños de siempre y el PNV recuperaría en Vizcaya el que perdería en Álava, pero al menos, las circunscripciones de Madrid y Barcelona quedaría mas asequibles a cualquier partido minoritario, e incluso Valencia, Alicante y Sevilla para alguno que sea no tan minoritario (Hasta ahora sólo lo eran, Mad, Bcn, y Vlc)

    Comentario escrito por Erjai — 27 de marzo de 2008 a las 4:06 pm

  31. 31

    Convertir España en una provincia ,ó las autonomias en uniprovinciales sería convertir las pequeñas provincias en jardines – o colonias, si se tiene más mala uva- de las capitales. y eso será muy representativo pero muy poco acorde al terreno.
    Aparte de la asignación de votos, porque lo que nadie comenta es como adjudicar las cabezas que representaran esos votos. Igualmente habría que presentar listas provinciales, supongo, y a partir de ahí, ordenando los candidatos de cada partido por su número de votos, o por el porcentaje que hayan alcanzado en su provincia , adjudicar los escaños. Vamos, que sería un rollo con contabilidades múltiples e incongruencias varias.

    Otra solución, también en la dirección que apuntas, podría estar en cambiar provincias por distritos electorales , intentando equilibrar el número de votos necesarios para conseguir un escaño. Así habría provincias que tendrían que agregarse para constituir un único distrito- y generalmente serían provincias con características comunes- y provincias que tendrían que disgregarse en varios distritos.
    Y caminar hacia la elección directa de representantes.Lo de listas de candidatos es algo que tiene directamente a lo inutil. Es pagar y conceder prebendas por la cara, por ser servidores del partido y no de la plebe. Ni los conocemos ni les importamos. Y con listas de 20 , 30 ó 50 personas ni me lo imagino. Desvario económico en estado puro. Para eso elegimos seis diputados por autonomía y le damos a su voto un valor, como en las votaciones ponderadas de la UE. Nos ahorrariamos una pasta en sueldos, jubilaciones y asesores.

    Comentario escrito por galaico67 — 27 de marzo de 2008 a las 4:46 pm

  32. 32

    Galaico67,

    El actual sistema provincial tampoco sirve para nada. Una Diputación, con una presidencia, una cámara de diputados y un cuerpo de funcionarios, y una serie de competencias que pueden ser perfectamente repartidas entre la administración central, las autonómicas o incluso algún ayuntamiento. Y se podría aprovechar mejor lo que ahora cuesta el mantenimiento de la estructura.

    El problema de este país es que todo el mundo intenta uniformizar, y los que mandan parece que en su vida no se han alejado tres kilómetros de una gran capital. De ahí que se intente tratar de la misma forma a una ciudad de 300.000 habitantes que a un municipio rural de 300.

    En Catalunya, por ejemplo, hace unos decenios se crearon los Consejos Comarcales, dotados de las mismas competencias. Tienen sentido, para mi, en zonas rurales, donde los municipios carecen de medios para resolver por su cuenta temas como el transporte escolar, la asistencia sanitaria, los servicios sociales o una planificacióo coherente de la red de carreteres locales. En cambio, en el área de Barcelona esas instituciones carecen de todo sentido, pero aún así existen, limitadas a poco más que a organizar competiciones deportivas escolares.

    La desaparición de las provincias no perjudicaría en nada (a lo sumo, a los que viven de presidirlas). Permitiría simplificar un poco la administración española y, si alguien decidiese actuar con criterio, se podría trabajar en mancomunidades de servicios que se encargaran de proporcionar servicios a las entidades locales que no pueden gestionarlos por si solas, eso si, únicamente allí donde fuese necesario.

    Comentario escrito por Lluis — 28 de marzo de 2008 a las 10:24 am

  33. 33

    El sistema de los «restos» me sigue pareciendo un sistema extraño. Demasiado a posteriori. El sistema es injusto porque desequilibra el número de votos necesario para un escaño de una provincia a otra, debido, como bien dices, al mínimo de 2 por provincia. Reducir a 1 el mínimo no soluciona el problema. Eliminar dicho mínimo es anticonstitucional y, además, plantea la posibilidad de que alguna provincia quede sin representar.

    Pues modifiquemos la Constitución. Y, ya puestos, establezcamos circunscripciones más grandes y con más sentido (Comunidades Autónomas) -lo cual, por cierto, no creo que convierta a algunas provincias en jardines de las capitales… y eso que soy de Granada-, y hagamos -ahora sí- un reparto proporcional, sin mínimo establecido.

    Sin entrar a qué partido beneficiaría o perjudicaría (de hecho, probablemente cambiaría la mentalidad frente al voto de muchos españoles), resultaría un sistema más justo, por más homogéneo.

    Un análisis más detallado en:

    http://joomla.socialismoyrepublica.net/index.php?option=com_content&task=view&id=21&Itemid=26

    Saludos.

    Comentario escrito por Ignacio — 02 de mayo de 2008 a las 7:18 pm

  34. 34

    IU propone un Congreso de 400 diputados

    Ese medio centenar de escaños nuevos saldrían principalmente de los votos de cada circunscripción que, según el reparto de la ley actual, hasta ahora no daban derecho a diputado

    AGENCIAS – Madrid – 08/05/2008

    Izquierda Unida (IU) ha propuesto hoy una reforma de la ley electoral que conllevaría aumentar hasta 400 el número de diputados en el Congreso y reducir a uno el mínimo de escaños por provincia, así como crear una «bolsa» o fondo estatal de restos de votos para repartir los cincuenta nuevos asientos en la Cámara baja. El coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, ha dado cuenta de estos «criterios» de reforma en una rueda de prensa en el Congreso y ha anunciado que solicitará una reunión con la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, para tratar sobre el cambio de la ley electoral.

    De la Vega viaja hacia la laicidad

    Gaspar Llamazares Trigo
    A FONDO
    Nacimiento: 28-11-1957
    Lugar:(Logroño)
    La noticia en otros webs

    webs en español
    en otros idiomas
    En concreto, los 50 nuevos escaños saldrían de la suma nacional de restos, es decir, los votos de cada circunscripción que no dan derecho a escaño; reducir a uno el número mínimo de escaños por circunscripción y repartir el resto en función de la población y aplicar la fórmula Saint Lagüe, utilizada en los países escandinavos, en lugar de la Ley D’Hont.

    Saludo «con cautela» al Gobierno

    De la Vega aseguró ayer en su comparecencia en la Comisión Constitucional de la Cámara Baja que el Gobierno promoverá una subcomisión en el Congreso para estudiar la reforma de la norma electoral. Llamazares ha saludado «con cautela» este anuncio del Ejecutivo porque «no es la primera vez que se anuncia la reforma del sistema electoral y fracasa en el Parlamento», pero ha remarcado que su formación mantendrá una «actitud activa» en esta materia.

    Con las líneas marcadas por Llamazares, IU-ICV pasaría a tener entre 11 y 12 diputados frente a los 2 con los que cuenta actualmene. El parlamentario de IU ha considerado que el «criterio fundamental» del cambio electoral «debe ser recuperar la representatividad del sistema electoral español, que hoy está en grave peligro», y retomar el «principio democrático de una persona, un voto». IU considera que su propuesta no conllevaría una reforma de la Constitución, sino que podría aplicarse sólo con la modificación de la actual ley del régimen electoral.

    IU pide «plazos» al Gobierno

    Asimismo la formación que lidera Llamazares exigirá «plazos» al Gobierno para este cambio y cree que entre el informe del Consejo de Estado y el procedimiento parlamentario no debería pasar más de un año para la reforma. La formación de izquierdas aclara que con sus propuestas «ninguna formación política, ni estatal ni de ámbito nacionalista, resulta particularmente perjudicada por los cambios planteados, que sólo tienen por objeto adecuar los votos logrados por cada uno a la representación final que obtenga».

    Llamazares también se ha pronunciado sobre la intención del Ejecutivo de modificar la Ley de Libertad Religiosa y ha dicho que espera que «suponga una rectificación por parte del Gobierno en relación a su política de laicidad y de relaciones con la Iglesia».

    Comentario escrito por Andrés Boix Palop — 08 de mayo de 2008 a las 1:32 pm

  35. 35

    Para las cuentas sobre los cambios de asignación de diputados por provincias, me gustaría recordar un dato sobre el voto emigrante. Los emigrantes votan hasta ahora en la circunscripción provincial, pero no forman parte del censo provincial a la hora de repartir los escaños. Es decir, que aquellas provincias en las que el peso del censo emigrante es mayor (como en Galicia o en Canarias) han aumentado sus ciudadanos con derecho a voto… y en algunos casos, y de forma paradójica, han bajado en escaños. Ese es el caso de A Coruña, que ha visto aumentado su censo y reducido 1 diputado.

    Comentario escrito por Cesare — 09 de mayo de 2008 a las 9:07 pm

  36. 36

    Cesare, creo que no entiendo demasiado bien. Si La Coruña ha perdido un diputado es porque, aunque haya aumentado su censo, lo ha hecho de forma proporcionalmente menor a otras provincias, por lo que lo ha perdido en la «redistribución» de escaños que se hacen. Si, por ejemplo, en el otro extremo de la provincia, Almería ha aumentado su población mucho más que La Coruña, pues puede darse el caso de que, por mucho que en este caso también haya aumentado el censo, se pierda el diputado.

    En cualquier caso, no sabía que el voto de emigrantes no se tiene en cuenta a la hora de repartir escaños. Pero me parece más sensata esta medida que su opuesta, dada la escasa participación que, por motivos obvios, tiene esa parte del electorado. Quizás sería mejor solución tenerlo en cuenta a partir de una modulación que corrigiera el diferencial de abstención.

    Comentario escrito por Andrés Boix Palop — 16 de mayo de 2008 a las 11:09 am

  37. 37

    Creo que es hora de empezar a buscar la mejor solución, indepedientemente de su constitucionalidad.
    Lo digo porque, de todas formas, hay que acometer algunas reformas en la Carta Magna. Parece ser que no habrá problemas para consensuar la reforma de la sucesión monárquica, imprescindible si se quiere evitar un Froilán I, y no creo que una reforma para cobijar una nueva ley electoral no provocaría demasiados problemas.

    No veo ningún problema en una lista única para todo el Estado, a partir de allí incluso el reparto mediante la ley d’Hondt no distorsinaría demasiado la voluntad popular. Partidos como IU o UPyD tendrían una representación acorde a los votos obtenidos, y no perjudicaría a los partidos nacionalistas. Los únicos que perderían una decena de escaños como mínimo serían los dos grandes, PP y PSOE. Por eso mismo pienso que nunca se va a acometer una reforma de la ley electoral. No tienen nada que ganar con ello.

    Comentario escrito por Lluis — 16 de mayo de 2008 a las 11:46 am

  38. 38

    Muy interesante blog! Hace poco leí un reportaje sobre el mismo tema en un portal colombiano dedicado a proveer información electoral y sobre los candidatos en Colombia, especialmente lo relacionado con las elecciones 2010 en Colombia y con los candidatos al congreso y a la presidencia.

    Comentario escrito por Elecciones 2010 Colombia — 04 de febrero de 2009 a las 5:53 am

  39. 39

    En el año 2005 elevé un escrito formal al Presidente de la Junta Electoral Central proponiendo una modificación del Reglamento de la Ley Electoral para que » fuese el elector quien introdujese el voto, y no el Presidente de la Mesa Electoral». Según las actas del Senado la propuesta se tramitó pero desconozco en que sentido, aunque me enviaron acuse de recibo. (http://www.senado.es/legis8/expedientes/814/index_814000056.html)

    Hace pocos dias un partido político con representación en el Congreso, Convergencia y Unió, eleva como novedosa la misma propuesta tal y como viene reflejado en la edición digital de 20 minutos: http://www.20minutos.es/noticia/448502/0/meter/voto/urna/,

    donde se destaca «El grupo de CiU en el Congreso quiere que los electores puedan depositar personalmente su voto en las urnas, en lugar de hacerlo el presidente de la mesa, porque supone un paso más hacia la «plena madurez» democrática, y por ello ha instado al Gobierno a que reforme la Ley Electoral»

    Va siendo hora de que los Organismo Públicos, además de «escuchar» las propuestas de los Partidos hagan lo mismo con las de particulares. Y, además de tramitarlas, actúen y les respondan sobre el estado de las mismas. Así, la democracia será mejor y más plena.

    Muchas gracias

    Reciba un cordial saludo

    Antonio Viqueira
    Cartagena. Murcia

    Comentario escrito por Antonio Viqueira — 17 de febrero de 2009 a las 10:07 pm

  40. 40

    De todo lo leido, solo creo algo interesante el comentario 18.

    Comentario escrito por Ana — 22 de octubre de 2009 a las 11:59 pm

  41. 41

    Caray, Ana, ¡gracias! ¿Qué es exactamente lo que hace que el resto de propuestas no te parezcan interesantes en lo más mínimo?

    Enlazo, de paso, un trabajo reciente sobre la cuestión, interesante y realista:

    http://www.indret.com/pdf/669_es.pdf

    Comentario escrito por Andrés Boix Palop — 29 de octubre de 2009 a las 1:35 pm

  42. 42

    Sabe alguien si se está proponiendo que no haya discriminación por el color del voto?

    Me explico, actualmente,al votar en blanco, formo parte de una estadística, y no se respeta el principio de representación ciudadana al no computar dichos votos.

    Hay casos reales donde los votos en blanco han llegado a ser tan numerosos que hubieran tenido qeu dejar una silla vacia en representación de estos ciudadanos, como en las generales del 96, y en muchos ayuntamientos.

    Sabe alguien si algún partido está planteando esto?

    Atentamente, guillermo desde menorca

    Comentario escrito por guillermo — 01 de diciembre de 2009 a las 2:27 pm

  43. 43

    Creo que nadie está en esa línea con la excepción de «Ciudadanos en Blanco». A mí no me parece una prioridad, la verdad, porque a diferencia de lo que ocurre con otros efectos del sistema, éste no genera, de momento (dado que tampoco hay demasiados votos en blanco), anomalías. El caso que mencionas de las elecciones del 96, de hecho, no fue tal: en ninguna circunscripción hubo un número tal de votos en blanco que les hubiera permitido llegar al 3% de voto que permite acceder al reparto de escaños.

    Comentario escrito por Andrés Boix Palop — 02 de diciembre de 2009 a las 8:20 am

  44. 44

    Perdón, el dato lo di mal, fue en las EUROPEAS DEL 99, donde la circunscripción electoral es única y con 360.000 votos en blanco y por encima de 2 partidos que obtienen una silla, el voto en blanco no obtiene ninguna.

    En concreto, hay 11 eurodiputados que estuvieron con menos votos (o coeficiente d’hondt)que los 360.000 del voto en blanco.

    En las sigientes elecciones, las municipales del 2000 fueron 400.000 los ciudadanos que optaron por el voto en blanco, esta vez si que hay un 3% de corte, y sin embargo te puedo dar datos de circunscripciones concretas donde superó el 6 y incluso el 8% y donde no hubo silla vacia, como en el municipio de Bañoles en las municipales del 2003 por citar alguno.

    Para el análisis detallado de la distribución d’hondt en las europeas sobre el voto en blanco se puede consultar http://www.votoblanco.galeon.com/

    Y sobre el alcance o importancia del reconocimiento del voto en blanco, yo creo que se debe estudiar con detenimiento. Voy a poner un ejemplo:

    Imáginemos que en las próximas elecciones los partidos presentan en sus listas a candidatos abiertamente involucrados en casos de corrupción y que por una sola vez, el 100% de los votantes lo hace en blanco, y tan solo los candidatos se votan a si mismos. resultado de la votación: 100% de participación y 100% de cargos politicos asignados.

    El principio de representación ciudadana y democracia representativa no está claro. Por encima del valore del numero de voto en blanco actual está el respeto al voto del ciudadano. No crees que se está estableciendo una discriminación por motivos del color del voto?

    Atte. guillermo

    Comentario escrito por guillermo — 02 de diciembre de 2009 a las 8:45 am

  45. 45

    En efecto, parece que ahí sí se dio el caso. Hay que tener en cuenta que, al ser una circunscripción única que reparte más de medio centenar de escaños, el «coste» de obtener representación es escaso (algo, por lo demás, bueno). Como no es ésa la norma en nuestro país es lógico que el problema no sea acuciante.

    Dicho lo cual, y yo he votado en blanco alguna vez, no me parece escandaloso que estos votos no se cuenten a la hora de atribuir escaños. Yo, cuando voto en blanco, lo hago de manera simbólico-expresiva para manifestar que querría haber podido votar, pero nadie me ha parecido suficientemente presentable. Este efecto se consigue igualmente haya o no escaños en blanco. Que tampoco pasaría nada porque los hubiere.

    En cualquier caso, dada la prestación de los eurodiputados españoles, creo que los partidarios de que haya escaños en blanco debieran estar contentísimos al comprobar cómo, en la práctica, hay unos cuantos.

    Comentario escrito por Andrés Boix Palop — 17 de diciembre de 2009 a las 6:19 pm

  46. 46

    Gracias por tus comentarios.
    ¿crees que el voto en blanco computable ayudaría a una regeneración de los partidos y sus porpuestas, al estar expuestos todos ellos a la pérdida del escaño por el voto en blanco crítico del ciudadano?

    En cuanto a la urgencia o no de pedir el voto en blanco computable, crees que podemos esperar unos cuantos años más a que los partidos políticos se pongan a trabajar en más transparencia democrática? (me estoy refiriendo a la falta de transparencia en su financiación y a la injerencia en el poder judicial por parte del legislativo)

    Atte. Guillermo Alonso de Armiño

    Comentario escrito por guillermo — 18 de diciembre de 2009 a las 10:06 am

  47. 47

    Si de lo que se trata es de dar mas representatividad en el Congreso a la opinión/expresión del pueblo, creo que esta reforma propuesta NO entra en lo esencial del asunto. Las listas electorales son elaboradas por los partidos de una manera quasi anti democrática e impuestas a los ciudadanos, que no podemos elegir libremente a nuestro representante. Así que no puedo estar de acuerdo o en desacuerdo en como me representa con mi representante del PSOE/PP/… de (p.ej.) Albacete en el congreso, puesto que el hará lo que le mande el partido, que es el que le pone en la lista. No soy yo con mi voto el que le elige o no. A mi el día de las elecciones me dan a elegir entre guatemala o guatepeor. La solución a esto pasa por elecciones con un sistema de listas abiertas (estilo Gran Bretaña) o mixto, donde se elige a un diputado por circunscripción en lista abierta y al resto en listas cerradas (estilo Alemania),o algo en esta dirección.
    Las propuestas de este artículo, aunque muy voluntariosas, no dejarían de ser mas que humo sin resultados.

    Comentario escrito por M. G. Pérez — 23 de abril de 2010 a las 12:23 pm

  48. 48

    estoy de acuerdo con ana

    Comentario escrito por alvaro h — 30 de julio de 2012 a las 3:56 am

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