Mi padre va a morir pronto, ayudarle es una pérdida de tiempo. Si pudiera pedir un deseo, desearía que nos dejara. Regan Gascoigne, sobre Paul Gascoigne (o sobre la RBBE)

RBBE REDACCIÓN COMANDANTE FRANCO ESQUINA CAIDOS DE LA DIVISIÓN AZUL  A pesar de que para nosotros era una certeza incontrovertible que el baloncesto es un deporte para mariconas y como tal lo hemos predicado a todo aquel que nos ha querido escuchar, habilitando para ello incluso la celebrada sección «mundogay» dándole así la visibilidad que merece la cosa, no parecía que la nuestra fuera la opinión mayoritaria y los medios de masas han seguido considerándolo un deporte recio y viril justificando con ello la desproporcionada atención mediática de la que goza. O al menos así ha sido hasta hoy, que se ha abierto una vía de agua que va a acabar por derrumbar los diques de contención de la farsa a poco que entre en contacto con una instalación de gas de baja calidad: un negro alto y fuerte se ha puesto a llorar como una madalena porque otro negro alto y fuerte le ha chillado por no sé qué en una escena más propia de las matrimoniadas del Moreno que de un deporte profesional serio. Joder, llorando, en el puto banquillo, tapado con la toalla para que el mundo no le viera pero hostias, ¡si le han visto hasta los del Marca! Y de estas lágrimas esperemos que vengan los lodos que recubran de mierda este deporte de invertidos. Pero mientras esto no acontece y el baloncesto no se convierte en un deporte con la misma consideración del quidditch debemos seguir informando, mal nos pese, y lo haremos a nuestra manera. En la entrega de hoy, la división medio oeste. Pues eso, pues vale.

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Ruud ha muerto, el Barça es libre. Y los jugadores vascos, con el gesto así mu serio, mu solemne, se niegan a jugar bajo la denominación de ‘Euskadi’ porque ellos lo que son es ‘Euskal Herria’, que viene a ser todos los lugares donde se habla euskera. Han puesto a su federación en un brete y amenazan con no jugar el partido. Desde aquí, no podemos sino desear que lleguen hasta las últimas consecuencias. Es España todo un país de filólogos. No se puede entender si no que ocurra esto o que cientos de miles de personas salgan a la calle para que no se llame ‘matrimonio’ a la unión de personas del mismo sexo. Ya sabemos, no soy tan ingenuo, que todo es política. Lo de los gais, reacción meapilas seguida por todos los idiotas que maman consignas como deficientes; lo de los vascos, rollo expansivo, imperialista de Matel de 8 a 12 años cuidado con no tragarse las piezas los peques de la casa que se pueden atragantar, pero invasivo al fin y al cabo. Lo que no entiendo es el porqué de tanto disimulo. Nosotros, esta bitácora española, lo que también se puede denominar como unión de Aragón y Castilla y ridículos fueros adyacentes que tras cinco siglos de trasiego hasta nuestros días ha llegado igual de árida y pintoresca, no nos andamos con hostias ni tomamos al idioma, cualquiera que sea, como rehén, no decimos «no, ejque a los negros no se les puede denominar propiamente como ‘personas'», decimos: muerte a lo diferente, muerte al extraño, muerte a la discrepancia. ¿Por qué no siguen nuestro ejemplo? En fin, hablando de muerte y de minorías me ha venido a la mente la figura del presidente Obama y las doce mil velas depositadas en la preciosa Iglesia retrofuturista del Buen Suceso (Princesa 43) por el diario El País y el diario Público para que lo maten y vender doce mil millones de periódicos haciéndose las plañideras, por lo que vamos a hablar de negritos, qué carai, y las cosas exóticas que les gusta hacer, como jugar al valoncesto.

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RBBE REDACCIÓN COMANDANTE FRANCO ESQUINA CAIDOS DE LA DIVISIÓN AZUL Llega la segunda entrega del análisis RBBE way de la liga norteamericana profesional de valoncesto. ¿Interesa? Pues oye, se ve que sí, así que sin más preámbulos, porque tampoco tenemos gran cosa que decir sobre esto, Wolfe desmenuza lo que cree que va a pasar en la división central (¿qué coño es la división central? ¿Hay algo más allá de la segunda división, la segunda división bé y la división doscientos cincuenta?), encuadrada en la conferencia este. Hay que joderse.

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RBBE REDACCIÓN COMANDANTE FRANCO ESQUINA CAIDOS DE LA DIVISIÓN AZUL Ya está aquí la nueva temporada de la NBA y RBBE-facción MG, fiel a su cita- por una vez y sin que sirva de precedente- acude raudo al rescate de las masas incultas de la ex-república yugoslava de España para que puedan dejarse sus menguadas pesetas (ah, la peseta, dulce pájaro de juventud que nos permitía salir de copas una vez por semana!) en Bwin con un poco más de esperanzas que con las sospechosas apuestas de ese culé infiltrado en Madrit conocido como Don Manolo.

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RBBE REDACCIÓN SIDI IFNI Si hay un deporte, aparte de las chuminadas ésas que nos empezarán a vender dentro de unas semanas con ocasión de los Juegos Olímpicos, en el que una competición absorbe toda la atención de manera que parezca que sólo exista esa prueba, ése es el ciclismo y su Tour de Francia, que acaba de empezar hoy. Y ha empezado fuerte, al menos televisivamente, porque, o sigo soñando después de haber frecuentado hace unas horas un antro que contaba con la presencia de numerosos trannys no profesionales que encima se dirigen a la gente de orden como si tal cosa, o acabo de escuchar a Pedro Delgado, ese firmante del Manifiesto por una Lengua Común, diciendo que es injusto que Tom Boonen, ese biciclista belga, y por tanto, pederasta, se vea privado de participar en la carrera por dar positivo por cocaína en un control civil, mientras otros deportistas no tienen esos problemas pese a consumirla habitualmente. A esto, el catalán que le acompaña, apellidado De Andrés, como aquel centrocampista del Athletic de los ochenta, le pregunta que de quién habla, a lo que el segoviano, ni corto ni perezoso y seguramente con mueca de hastío como el que tiene que aclarar quién ha ganado la liga francesa de fútbol, añade “Ronaldinho, ¿no?”. A estas últimas líneas, excepto a lo de la pederastia, debemos añadir un (sic) del tamaño de Jan Ullrich, grande entre los grandes en todos los sentidos.

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RBBE REDACCIÓN VARSOVIA Ante la imposibilidad de llamar a consulta a nuestro especialista en estos menesteres, que guarda cama por su incapacidad de mantener el equilibrio sobre una motocicleta y al que aprovechamos para mandarle un fuerte y viril abrazo de apoyo, nada de mariconaditas de tocarse el culo y chocar las palmas, asistimos atónitos a la inexistente reacción popular que ha suscitado que el club que durante décadas ha sido uno de los pilares básicos de la comunidad heterosexual española, junto con el brandy Veterano, los Ducados y Concha Velasco, deje de tontear con la homosexualidad veladamente como ha venido haciendo los últimos años (con devaneos más o menos sonados que van desde el pajote de Míchel a Valderrama al fichaje de Beckham pasando por las sucesivas renovaciones de Guti o la exhibición impúdica del nacle del Buitre) para asumir a calzón quitado que los homosexuales tienen alma y que esconderlos queda como feo, proponiendo remozar los Estatutos de la centenaria institución para añadir al tradicional «Real Madrid Club de Fútbol» la coletilla «y de Baloncesto». De momento sólo se atreven con el nombre, y no se va a cambiar la franja morada del escudo por una de color rosa, pero por algo se empieza. La Real Bitácora Balompédica Española, consternada, contribuye al debate público rompiendo el cerco mediático que ha permitido que se colara la propuesta de rondón mientras se distraía a la parroquia con que si Cristiano Ronaldo tal o el pasillito cual y emplaza a los socios del Real Madrid Todavía Club de Fútbol a votar en contra de la modificación de los Estatutos del club para mantener en las sombras lo que jamás debería haber salido de ellas. Aunque sería gracioso ver cómo se las apañaría el Futbol-bàsquet-handbol-hoquei-futbolsala-rugbi-atletisme-beisbol-ciclisme-hoqueigel-hoqueiherba-patinatge-voleibol Club Barcelona para hacer el papel de carta y las tarjetas de visita.

EDITAMOS para celebrar que 682 socios de los 896 presentes en la Asamblea de hoy, siguiendo las directrices de la RBBE, le han hecho un enorme corte de mangas a la directiva gayfriendly -aunque la prensa pretenda ocultar nuestra influencia y decir que ha sido por culpa de nimiedades como los cambios propuestos en los mecanismos de voto por correo o elección de compromisarios-. Larga vida al Real Madrid.

Hoy empieza el Giro. Sí, hombre, aquella carrera de bicicletas que transmitía Telecinco hace unos años bajo la batuta de Quique Supermix y que marcaría para siempre la política deportiva de la cadena amiga: publicitar los éxitos de un deportista español hasta que la gallina de los huevos de oro diga basta. Menos mal que más tarde llegaría Eugeni Berzin, aquella flor opiácea de un día que, a su vez, estuvo a punto de perder su único logro hasta que Induráin se quedó sin material a falta de pocos kilómetros para la meta de la penúltima etapa cuando llevaba una ventaja que le iba a permitir vestirse de rosa en vísperas del paseo por Milán. Este año la carrera cuenta con la presencia de otro ganador de Tour en ejercicio, Alberto Contador, pero la inclusión de su equipo en la lista a última hora y casi a traición ha imposibilitado que ningún canal en abierto explote el target de estudiantes, parados, funcionarios y jubilados macho que se ven obligados a tragarse la femenina u homosexual, según los casos, programación de las sobremesas de entre semana, siendo Eurosport quién retransmita las tres semanas de competición. En el caso Astaná podemos comprobar de nuevo que el ciclismo es un deporte étnicamente puro: todos los intentos por demonizar a equipos ciclistas han sido o bien a equipos de ciegos –llamárase como se llamara la ONCE de Manolo Sáiz cuando fueron a por ellos, parece que Liberty Seguros, lo cuál no carece de cierta ironía-, el Festina con sede social en Andorra, y ahora el equipo kazajo cuyo presupuesto apoquina un Estado que cuenta con un Presidente vitalicio que gobierna un país dónde la minoría rusa acomete las gestas (Vinokourov, Baikonur, Kivilev… los tres R.I.P. en sus diversas variantes) y la mayoría asiática, y por tanto bárbara y digna de ser apartada de este ario deporte, las celebra. Ni siquiera el fichaje del mejor ciclista alemán de la actualidad, Andreas Kloden, en homenaje a la minoría alemana descendiente de los alemanes del Volga les redime. Pero como quiera que los totalitarismos siempre han otorgado gran importancia al agitprop, y en previsión de que pudiera pasar lo que pasó, se contrató también a representantes de dos pueblos especialmente llorones y ponedores de excusas, Levi Leipheimer y el propio Contador. Éste será catalogado como el mejor por la prensa española en caso de ganar, mientras que dirá que no es posible rendir sin haber planificado la carrera meses antes si no triunfa. En todo caso, tiene opciones de ganar más de una etapa al ser el recorrido muy cuesta arriba. Pese a que este año no se subirá a la ya mítica estación invernal de Furcia, la cronoescalada de Coronas, cuyo humo nos retrotrae a carreteras sin asfaltar, como es el caso de este puerto de montaña, y otras cimas dan posibilidades al de Pinto de vencer y no conformarse con ser cuarto en la general sin ganar nada, algo muy nuestro. Aunque nos quieran vender la carrera de la Gazzetta como el duelo a muerte entre los últimos ganadores de Tour, Giro (Danilo Di Luca) y Vuelta (Denis Menchov), en RBBE tenemos claro con quién vamos y a quién sí vamos a ver subido en lo más alto del podio uno o quizá varios días: Paolo Bettini. Y es que hay que ser tonto para estar atento y a tope las tres semanas de carrera y acabar entre los quince primeros sin haber ocupado prácticamente ningún plano en la RAI con lo fácil que es subrayar tres o cuatro días en el calendario, ganar dos etapas y descansar el resto mientras se intenta intimar con las azafatas del protocolo.

Tres carreras disputadas, tres pilotos ganadores y BMW -sin ganar una carrera- en lo más alto. Pero el interés ya no está en evoluciones, roturas, incapacidades varias o demás parafernalia, sino en las peculiares filias del presidente de la parte «legal» del espectáculo, el nunca bien ponderado Max Rufus Mosley -hijo de Sir Oswald Mosley y una de las hermanas Mitford-, y más propio de las películas de Ozores, Pajares y Esteso que del glamour british que destila la F-1. ¿Acaso pensaba el abuelete que las furcias tenían el móvil a mano por si fallaba la canguro o se ponía malo el niño? ¿Será la forma que tiene Ron Dennis de cobrarse venganza por la multita de 100 millones y la pérdida del campeonato de constructores?

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En muestra de luto por la preponderancia del fútbol inglés en Europa, he aquí nuestro homenaje. Si pensaban que ya habían salido del armario todos los que estaban dentro, están muy equivocados, aún hay más. Esto que viene a continuación es, si cabe, aún más grave, pues hoy nos hablarán de ciclismo, que no es que sea un deporte de maricones propiamente dichos, si no de niños, que es algo que aún está peor visto, sobre todo si no son hembras. ¿O acaso alguien ha osado seguir montando en bicicleta después de haber adquirido un medio de locomoción motorizado?, sea un ciclomotor para los que pensaban más en niñas que en fútbol, sea un coche para los que creían más en las mujeres que en el estudio. Pues se ve que algún insensato sí, y ni siquiera para hacerlo en los preocupantemente cómodos sillines de las bicis de chica, que diría Milhouse Van Houten, para acabar de ir a juego con la depilación galaicoportuguesa, a falta de confirmar si es brasileña. Sin embargo, debemos reconocer que sí es algo más digno que las carreras de coches o las de motos, dónde los licenciados en algo se esfuerzan por mejorar a la máquina y no al Hombre, dónde si no eres enano tienes pocas posibilidades de triunfar y en cuyos podios no te acompañan azafatas que te besan, si no otros tipos pequeños que encima te mojan. Pero lo que de verdad acerca al ciclismo a la heterosexualidad –un acercamiento comparable al que una nave tripulada pueda efectuar al Sol- es que ha contribuido a una de las costumbres más reciamente españolas que hay, la siesta, especialmente en la etapa del bigotón Pedro González en TVE, cuya voz nasal y monótona dormía hasta al verdadero interesado en la etapa de turno, sólo de vez en cuando se despertaba con el chasquido de la piedra del mechero del interfecto. Y es que el ciclismo siempre ha sido un deporte de radio, el único que ha hecho coincidir a Supergarcía y a De la Morena en un acontecimiento deportivo -y además obsequiándonos con sus peleas por conseguir los primeros jadeos del vencedor de etapa- y en sus apreciaciones, pues ambos afirmaban que era el deporte del que más presumían saber, algo muy lógico cuando las reglas del juego se limitan en pedalear y llegar antes que los otros. Ésos fueron precisamente los tiempos gloriosos del ciclismo, cuando muchedumbres seguían las andanzas de Perico Delgado, ahora comentarista populista y sin embargo agradable de escuchar, que en activo vendría a tener a Laurent Fignon como su Hamilton particular, aunque el de color negro todavía no ha escupido a ninguna cámara de Telecinco, lamentablemente. En su ocaso apareció Indurain, que si bien alargó un tanto la gallina de los huevos de oro haciendo la goma en las mediciones de audiencia, jamás movilizó la misma pasión que su superior jerárquico, que disponía incluso de turbas enfurecidas dispuestas a apedrear a su rival por el triunfo como ocurrió en la penúltima etapa de una Vuelta en la sierra madrileña con Robert Millar, que recientemente ha vuelto a la palestra mediática por haber acabado sus días como tranny, fruto esto, con toda seguridad, de aquella experiencia traumática. Y ya van unas cuantas perlas para considerar a esto digno de RBBE, ni siquiera explotamos aquello de que la afición vasca es la más entendida del mundo, por lo que, sin más preámbulo, os dejamos con Carlos, gallego áureo de pro y ex rival de Pereiro Sio –otro pontevedrés que habla mejor que rinde, y es que su pueblo dista apenas unos pocos kilómetros del de Salgado-, que hoy nos viene a hablar de un tipo que se ve que es el mejor del mundo en lo suyo, Paolo no sé qué más, gran profesional y mejor persona.

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No dirán que no se lo advertimos. El mundogay es insondable, y de su armario ropero de cuatro cuerpos va saliendo cada día más y más gente que se pretendía Ombre pero que, en la intimidad, igual se calzan una liga con puntilla, o una bolsa del Condis en la cabeza o miran, ¡entero!, un partido de un deporte que hemos aprendido que se conoce como baloncesto. La buena acogida de los artículos sobre este deporte de personas que visten camisetas imperio de colores y botan un balón naranja ¡con las manos! ha provocado que otros venzan la vergüenza y se expongan al escarnio público de nuestra selecta parroquia ofrenciéndose a contarnos como si fuéramos gilipollas cómo funcionan otros, digámosles también, deportes. Se sorprenderían, o mejor dicho, se irán sorprendiendo, de la amplia gama de parafilias que albergan sus compañeros comentaristas: desde el ajedrez a la halterofilia pasando por la segunda división del fútbol español, a cuál más raro. Lo de hoy quizá sea lo más raro de todo: carreras de coches. Sí, carreras de coches. Sin balón. No entre futbolistas mamaos después de una derrota de su equipo haciendo el chorras dándole zapatilla a sus Porsches por las avenidas más céntricas de las principales ciudades del mundo (Silva, Lardín, Adriano, Banega y tantos otros), no. Carreras entre personas que se entrenan para ello y cobran por hacerlo, con coches carísimos preparados por ingenieros que estudian para ello en unas instalaciones expresamente construidas para todo ello que escapan a la jurisdicción del Sheriff Pere Navarro. Alucinante. Claro que como íbamos a tener noticia nosotros de estos fenónemos marginales de extrarradio cuando las carreras las retransmiten bien de madrugada (y a esas horas no nos busquen precisamente delante de una tele) o bien los domingos al mediodía (hora en la que a los redactores de esta casa es mejor buscarnos en la cama). Que ya me dirán quién coño mira estas cosas, bah, que tendrá una audiencia pareja a Hijos de Babel. Por suerte o por desgracia, Javi sí lo conocía y está dispuesto a ser el corresponsal de la RBBE a lo largo de la temporada de Fórmula 1. Pero es que Javi es vasco, y en él concurren dos factores que justifican su, en principio, lamentable actitud y su elogiable ofrecimiento: a) los deportes tradicionales (levantamiento de piedras, partir troncos o el ultratenis industrial que practica el Athletic de Caparrós, que si no fuera por el detalle del césped se diferenciaría poco o nada del frontón en muchas de sus modalidades) ya no pueden ofrecer glorias a la exigente afición vasca, huérfana ya no de héroes, sino incluso de deportes, en mayúscula, y b) como es bien sabido, los vascos no follan -especialmente las vascas- y el espit tiene unos efectos devastadores, de manera que salir de parranda es tirar la noche y la salud y para eso, a determinadas edades, ya te quedas en casa. Y parece que esto de la Fórmula 1 es un poco mejor -sólo un poco- que la teletienda o Pueblo de Dios.

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