Por váyanse a saber ustedes qué oscuros intereses del Gran Capital los redactores de la Real Bitácora Balompédica Española llevamos varios días mano sobre mano (y ambas, sobre los huevos) viendo la vida pasar com la vaca que espera el AVE en las inmediaciones de Sants bloqueados por un exceso de trabajo que somos incapaces de sacarnos de encima de manera que cómo íbamos a ser capaces de escribir para la RBBE, que no sólo no nos da dinero sino que nos da disgustos. Y es una lástima que este momento de explotación del proletariado haya coincidido con uno de los momentos de la temporada en los cuales, aún sin haber fútbol del de verdad, ha pasado un mayor número de cosas interesantes dignas de ser glosadas a través de las lentes deformadas con las que nos miramos el mundo: que si Clemente puede ir a Irán, que si Cruyff puede volver al Barça, que si Deco puede volver a conducir, que si los negritos están jugando en África una competición cuyo mayor interés reside en saber cuánto más pronto va a volver la estrella de turno a tu equipo que al del rival, que si los Sevilla – Osasuna vuelven a ser los Sevilla – Osasuna mientras que Aquí Hay Tomate baja la persiana aún sin haber aclarado si Jaime Cantizano y Javi Navarro viven un apasionado y viril romance, que si a Munúa le van a meter preso mientras que la tercera edad se apodera de las porterías, que si el Levante va a acabar jugando con los juveniles, que si en la JuanCarling Cup todos se han conchabado para llevarnos la contraria -a ver si hoy hay suerte y escribimos algo sobre esta apasionante competición-, que si Dios va al Calderón y Raúl no va a la Selección, que si el futuro Rey de España ya se nos ha hecho un hombretón y cumple 40 años… Lo que nos faltaba, saturados en el trabajo y también en la Bitácora, que ya me dirán por dónde le hincamos el diente a la actualidad. La sensación es parecida a tener que aparcar en el aparcamiento vacío del Carrefour de Leganés, que te pones nervioso y no sabes qué plaza escoger. Como tener un harén, vamos, que seguro que nosotros nos acabamos pajeando como un mono antes que decidirnos por tal o cual chochete. Y hablando de pajearnos, y teniendo en cuenta que no os íbamos a dejar en la estacada, hemos decidido dedicarle una entrada al tal Wilhelmsson, un jugador que ha recalado en el mercado de invierno en el Deportivo de la Coruña y del cual el que esto escribre sólo sabía que en el Pro Evolution Soccer 6 salía más baratito que Cristiano Ronaldo para cubrir el extremo derecho pero que a todas luces escondía cosas infinitamente más interesantes que su habilidad sobre el campo. Gocen, queridos lectores, y solacen sus perdidos ratos de ocio. De buen seguro que en el interior de esta entrada encuentran motivos suficientes para seguir visitando la Real Bitácora Balompédica Española aunque nos tiremos otra semana más sin hacer una sola actualización de calidad.
Hola. ¿Se puede? Lo digo porque como desde mi última aportación tan interesante como poco atinada, aquí no ha vuelto a escribir ni Blas, que lleva ahí lo de Cruyff (mis reverencias, don Johan) una semana enterita. Igual estamos en huelga y yo, como de costumbre, no me he enterado y estoy aquí haciendo el gil. Y encima, además de pringao, resulta que soy un esquirol. Si esto fuera así, tengan a bien no publicar esto, que no quiero problemas con los piquetes. Si no hay huelga, tirón de orejas para los escribientes. A ver si al final esto se va a convertir en un blog de apuestas en el que de vez en cuando se habla de fútbol. Encima, los cabrones me dejan ahí arriba toda la semana para que se vea bien que he fallado los pronósticos. Masones todos.
Vengo de comerme con mi viejo unas cigalas, rape con almejas, milhojas segoviano, martin codax, pacharanes y paseito al sol. Demasiado bueno como para mancharlo de presente. Así que al llegar a casa, antes de echarme a sobar, he tirado de hemeroteca. 7 de enero de 1977, I año triunfant del Punk. Julio César Iglesias: «Como aquel Felipito de la televisión que personificaba a un trabajador parado, Cruyff sigue. Ello significa que podremos seguir admirando sus regates; que seguirá internándose en el área de vez en cuando, con el balón controlado y ese flequillo suyo, que parece un anuncio de champú, por los aires. Y su decisión de seguir en España no puede ser más juiciosa. Porque si las apariencias no mienten, las cosas han cambiado notablemente en el Barcelona. Antes, Cruyff mandaba mucho; ahora manda muchísimo. A este paso. Cruyff for president. Hay que hacer, sin embargo, una importante aclaración antes de opinar sobre la irresistible ascensión de Johan Cruyff: en el mundo del fútbol, como en el de la alta Política, es arriesgado hacer conjeturas. Los clubs se han provisto de tal cantidad de expertos en bulos, tácticas y economía elemental, que ya no sabemos si Fulanito falla un gol porque se ha indispuesto con su novia, porque ha metido la pierna en vez de meter el pie, o porque hace cuatro meses que la directiva del club está ejerciendo el derecho de retención sobre su sueldo. Cuando Cruyff dice que se va (o cuando lo dice su suegro, que parece una sucursal suya, siempre nos preguntamos si el chico llora por nostalgia o por dinero) nunca se sabe si pretende volver a la tierra suya o si maniobra para que le mejoren la prima. Si un día se fuera, el Barcelona perdería a un relevante personaje. Se da por cierto que consiguió que echaran y readmitieran a Rinus Michels; que influyó decisivamente en el fichaje de Neeskens y en el despido de Weisweiler. Se afirma también que aquel incidente que desembocó en la dimisión de cuatro directivos «no constituye un su cese aislado, sino la consecuencia de un estado de cosas». De un estado que no es precisamente de buena esperanza para Agustín Montal, y que muestra el decisivo papel de Cruyff en todos los sucesos barcelonistas importantes. Además. desde el primer momento. Cruyff había aportado la novedad de ser un futbolista parlamentario en un indudable antecedente vocacional. Insatisfecho por las limitaciones propias de su cargo de capitán, tomó la determinación de interpelar todas las decisiones de los árbitros. Fue un destacado ponente en aquella reunión de futbolistas tan parecida a una asamblea. Y ha entrado en nuestros hogares para instarnos, desde el área vertical del televisor, a que hagamos pintadas en las paredes de nuestras casas. Como si el secreto del pase al hueco estuviera en la brocha gorda. ¿Para qué va a marcharse? Está claro que su autoridad ha salido ya fuera de banda y se rumorea que Montal no piensa presentarse a las próximas elecciones. Quiere decirse que con tina adecuada campaña presidencial y un poco de suerte… Por lo pronto, Cruyff lo tiene un poco mejor que Jimmy Carter.» -imagen: James Woods caracterizado como jugador de la naranja mecánica. Museo del Louvre.
Decíamos ayer: COMBINADA.- Atl. Madrid-Valencia.- 1 / Betis-Getafe.- 1 / Levante-R.Madrid.- 2.- 30 € (Posible ganancia: 173,75 €). “Entró, entró”, como decía Juan José Castillo, aquel comentarista de los partidos de tenis de Orantes e Higueras. Si hay gente por aquí de mi quinta (cuarenta inviernos me contemplan) seguro que lo recuerdan. Frases como “Del cuarenta a nada hemos pasado al yus” (anda que no tardé años en descubrir que en realidad era “deuce”) o la ya mencionada “entró, entró”, son inolvidables. Pero lo que más recuerdo era que durante los puntos, al estar en silencio, se le escuchaba perfectamente la respiración. No se si es que se ponía el micrófono demasiado cerca de la nariz o es que en vez de respirar bufaba. Lo que tenía que roncar ese tio…Que tiempos aquellos. El fútbol lo transmitía José Félix Pons, el baloncesto Héctor Quiroga, que era más madridista que Roncero, y por aquel entonces comenzaba a transmitir los partidos de balonmano el gran Luis Miguel López (“Aaaaaadentro!!”). Y televisaban boxeo, cuando peleaban los españoles del momento, Pepe Durán, Perico Fernández, etc.
El COE ha retirado la letra del himno. Menos mal. Semejante truño era una iniciativa deleznable se mirase por donde se mirase. A priori: en España no tenemos letra. Punto. De nuevo, como cuando se cuestiona la Monarquía de origen divino o las fronteras de nuestro Imperio, nos encontramos con los típicos cobardes. Gente que no tiene valor para asumir las cosas como son y tirar para delante. Nuestro himno, la Marcha Granadera, ya tiene una letra muy buena: el callarse la puta bocaza por una jodida vez. Además, ser español podrá tener muchos significados, pero hay uno que los resume todos: la vergüenza. Por tanto, la letra del himno de España es la voz solemne de la más profunda indignación: el silencio. Es como el padre que tiene un hijo heroinómano. Al principio mucha escandalera, tras desengancharlo en el Proyecto, un disgusto terrible la recaída, y a la tercera, cuando vuelve a reincidir, nada, el silencio. Eso es ser español. Ese padre. No en vano, en España si hay un sentimiento unitario es el de la vergüenza. En el Norte hay quien se avergüenza de no ser de mente rápida y verbo ágil como un andaluz y monta la ETA, por vergüenza, así como quien se avergüenza de haberse pasado media vida comulgando y otra media cantando hez en catequesis y quiere condenar al resto del país a sufrir el mismo tormento, también tenemos a los que se avergüenzan de no atreverse a hacer la mili, o a los que se avergüenzan de haber adoptado el estrafalario ideal comunista tras el happy end 89-92 y quieren que los demás se sientan culpables por consumir, exactamente igual que quien se siente realizado en una gran superficie adquiriendo y adquiriendo y tacha de ‘friquis’ (léanse las comillas como asco por el término) a las personas de familias en las que al menos un miembro ha abierto un libro una vez en la vida y así un largo etcétera por todos los pueblos que moran en nuestra estepa miserable y en nuestros verdes valles recónditos e incomunicados. Estaba todo perfecto, pero no, había que cambiarlo. Desafiar el orden lógico del cosmos. Si hasta nuestro Rey, en loor a España, con su forma de hablar se aproxima al silencio en su dicción cuanto le es posible (aunque hay quien apunta a que se debe a un falso paladar donde oculta las últimas joyas de la familia desde el día en que Bárbara Rey se las hurtara del anterior escondrijo en la búsqueda de un orgasmo por vía dactilar intraintestinal y luego tuvo que ir -en palabras de una colaboradora del programa ‘Está Pasando’ de la cadena amiga- «el CSI a registrar su casa») Y a posteriori: porque ¿qué íbamos a lograr con esta letra? Ni más ni menos que una legión de porteras aun mayor. Ya hay bastantes pseudo patriotas que mientras suena el himno hacen un escrutinio del rostro de los jugadores a ver si en sus muecas se detecta antiespañolismo. Cotillas, maricones ¡y falsos! pues los patriotas auténticos, cuando suena la Marcha Real, no vemos tres en un burro porque estamos llorando a moco tendido estrujando el diástole con el puño como una garrapata agonizante. No queremos letra. Y menos de un parado. No sé qué cojones hace un parado escribiendo letras para canciones. Otra forma de violar las leyes del Universo. En España, los trabajadores pringan, los maricones hacen protocolos, las putas nadan en ellos y los parados ponen bombas, joder. Hasta dónde hemos ido a parar. Qué vergüenza. Por lo demás, el Madrid sigue en sus trece a la espera de ser devuelto a la realidad por la Roma, el Barça derrota al mehó equipo der mundo con cierta tranquilidad -gracias a la marcha de los africanos, por otro lado- y una buena noticia, sólo una, augura un año de bien para la Patria, regresa a los banquillos el jugador español que ha guardado mayor parecido con David Beckham, el Tato Abadía, hombre de nulo regate, escasa velocidad, pero Dios a balón parado. Gora Logroñés. El conjunto vasco por antonomasia está de enhorabuena.
Ya era hora. Atrás han quedado pantomimas como Buyo vs Cañizares, Barthez vs Coupet, o Kahn vs Köpke, Lehmann y el que haga falta, por fin ha sucedido. Por fin se han dejado de remilgos y un cancerbero ha agredido a su rival por la titularidad. Parecía claro que la gesta tendría que llegar del Uruguay o de un potrero –ojo disléxicos- extremadamente miserable de la Argentina, y así ha sido. Gustavo Adolfo Munúa Vera, ese amante de la poesía y sin embargo de euskéricos ancestros, ha roto la baraja. Lo que no parecía que fuera a suceder nunca es que haya sido el titular del arco el encargado de salir de puños, pero las recientes declaraciones del agredido no explicándose su reciente suplencia y, lo que es peor, el hecho de que éste se haya convertido en topo de la canallesca al decir que el equipo no cree en Lotina y que se van irremediablemente a Segunda –Muera la Inteligencia y la Verdad-, han obligado al nuevo héroe de esta bitácora a obrar en consecuencia y dejar al interfecto con poca visión, aunque sólo sea en el ojo izquierdo. Si a todo esto añadimos que dicho agredido es judío, como Yahvé manda cuando se habla de pogromos, y que no sólo es israelí, sino también francés de pasaporte, su acción cobra mucho más sentido todavía. Esperemos que la cosa no quede en una anécdota aislada y surjan más héroes. Difícil vemos que vuelva a suceder en España, porque pocos porteros suplentes serían capaces de atentar contra un bicharraco como Kameni, contra un italiano calvo que sustituye a Franco, o contra un santo, según algunos. César Sánchez lleva bastantes años mereciendo una buena, pero desde que López Vallejo se enteró siendo adolescente de que el Milan le seguía, se le puso una cara de susto que aún le dura. Y de los titulares, podríamos esperar agradables sorpresas de Viera, aunque sólo fuera por nacionalidad, pero la sombra de Diego López es muy alargada, dos metros son muchos metros. Y Valdés, afamado mascachapas, ni suplente tiene, así que sólo nos queda rezar para que Coñete acepte la oferta del Flumínense y se vaya a jugar a una liga cuyos estadios no reciben precisamente bien a los ciudatranys que en ellos ingresan.
Llevamos dos semanas seguidas sin perder dinero, gran noticia. Esta semana hemos apostado 100 euros y los hemos convertido en la friolera de 102,13 eurazos. Es fantástico dedicar unas horas a estudiar la jornada y escribir aquí, luego pasar el domingo en vilo pendiente de los partidos, sudar sangre cada vez que atacaba el Valencia la portería del Levante o rezar a todos los dioses porque no empate el Bilbao en El Sardinero en los últimos minutos, todo eso se compensa con la inmensa alegría de los 2,13 euros de premio. Un grandioso botín. En fin, vamos a ver si despegamos de una vez, que está a punto de terminar la primera vuelta y todavía estamos con saldo negativo. Y direis, ¿porqué coño habla siempre en plural, si es él y solo él quien pronostica y solo él quien apuesta? Pues pluralizo porque yo solamente soy quien hace esta faena, pero en realidad somos todos quienes nos jugamos el dinero y/o el prestigio con estas apuestas. Cuando Casillas salva un partido con un paradón no gana él sino el Madrid. Porque él no juega para sí mismo sino que representa a todo el equipo. Y cuando Ginobili falla un triple en el último segundo de la semifinal del mundial, no pierde Ginobili, pierde Argentina. Y esto es lo mismo. Así que a ver si espabiláis en la segunda vuelta, que vamos perdiendo.
Aquí en grande, para que la pongáis de fondo de pantalla y podáis hacer partícipes de vuestra indignación a vuestros compañeros de despacho.
Nada que ver con el que proponíamos de manera colegiada desde la RBBE. Ellos sabrán lo que se hacen.