(Nota previa: Bien por nosotros. Lo hemos conseguido. Ahora las complicadas operaciones matemáticas que exige el seguimiento semanal de la sección correrán a cargo del propio Don Manolo, harto de ver como tres licenciados universitarios eran incapaces de acertar ni por aproximación. Un amigo mío, al casarse, y temeroso del poder del lobby feminista, decidió hacer las tareas de la casa mal a posta para que las acabara asumiendo, como es de recibo, su señora. La jugada le salió mejor que bien: hoy ya están divorciados.) La semana pasada, lo comido por lo servido, merced al empate martingalo del Athletic (domingo histórico: ¡¡¡gané una apuesta con el Depor!!!) y al del (éste no fue martingala, sino tirado con astucia y un par de cojones) Villarreal-Almería, la jornada terminó con una mínima ganancia. 44 euros gracias al gol de Negredo y 59 por el de Ricky. Total, 103 euros gracias a la cantera del Madrid, que surte de delanteros a todos los equipos de España (Barça incluído) menos al suyo mismo. Bueno, menos da una piedra. El caso es sumar. Queda mucha liga. Hay que seguir trabajando. El vestuario está unido.
Sólo como un favor se puede entender la derrota del Madrid ayer. Un favor técnico. Un abrazo a la afición. Un resultado, de nuevo, de tintes metafísicos. El porqué, muy fácil: ¿Quién, qué clase de humano, aficionado, un homínido a secas que se les denomina, puede aguantar la liguilla de la Champions? Como si fueran novelas decimonónicas con niños de seis años que terminan su jornada laboral en una fábrica mugrienta pegados a una estufa mordisqueando un mendrugo de pan, recuerdo cómo me dormía de joven con los Real Madrid Dinamo. Podría describir todos los calores que me subían hasta las orejas, la dulzura del aturdimiento y, finalmente, el sueño en fase abisal para despertarme a las diez y pico preguntándome acojonado quién soy, dónde me hallo, gritando que alguien debería hacerse con el cristal oscuro o todo acabará para los Gelfings. Ahora veo los partidos mientras trabajo y la situación es similar. Ni giro el cuello. Ni cuando el del Plus berrea, ya sé que en un noventa por ciento se trata de fueras de banda muy emocionantes. Yo creo que Platini debería mandar todo este sistema a tomar por el putísimo culo de una vez ya. Eliminatorias, como antaño, contra el equipo de una cofradía de pescadores del Báltico, si se quiere que entren muchos, pero que haya algo de salsa, algo de vida, y que equipos malos como el Madrid tengan su merecido antes de Navidad. Sin embargo, las cosas son lo que son y hay que agradecer al Madrid que deje los deberes para el último minuto a fin de que nuestro corazón lata un poco, los periódicos se acojonen algo y el himno de la Champions no suene como si fuera italodisco en un lupanar onubense. De lo que vi ayer, me extrañó que Robinho marcara un gol de tiro limpio y colocado. Se debió equivocar. No giré el cuello mucho más. Respecto al Sevilla, el gol de Keita ha supuesto toda una oleada mediática de loas a su «disparo lejano». Por ese charro, ahora nos lo van a vender como que tiene un cañón. Hasta un veterano como Felipe Miñambres se derretía en elogios ayer en Público diciendo que lo tiene todo, ¡tó! la clase del extremo, el tiro del no sé qué y el regate del no sé cuántos. Qué asco da este deporte cuando está incardinado, fantasmal y hueco. Cuando está «antes de marzo». Parece el Pedro Páramo de los cuyons. En fin, espero y deseo que el Madrid vaya a la Huefa y dispute un título con equipos de su nivel. Son ni sé los años ya cayendo en octavos impenitentemente sin dar la más mínima batalla. Habrá que empezar desde lo más fácil, como en el Super Pang, que ningún mindundi, sólo los más avezados con camiseta de capucha y vaqueros pesqueros blancos, tenía cojones a echarle cinco duros para jugar al Panic Mode. Humildad y paciencia: por un Madrid huefo.
Si ayer contábamos que la casi totalidad de los grandes dejó atado y bien atado el pase europeo a falta de una fecha, hoy no podremos hacer ningún análisis global puesto que quedará mucha tela por cortar la última jornada. El único que cumplió fue el Chelsea paseándose autoritariamente por Trondheim como si fuera un Quisling de la vida en 1940. Por otro lado, el del sótano, Valencia y Benfica serán los únicos que afronten el último partido sin posibilidades de pasar a octavos. Les quedará luchar por la HUEFA, que no interesa para nada a los chés en este año de despropósitos que el gordito del bigote ha de intentar pasar como sea para poder acometer su pelotazo en la patria chica de esta disciplina antes de que los valencianistas le planten fuego, que dirían en Galicia, y no sólo a su ninot, aunque ponga como excusa la rigurosa expulsión de Albelda y el pésimo estado de forma de sus delanteros. A los madridistas portugueses sí les interesará para poner en bandeja el título local, como de costumbre, al Oporto, pero este año igual tienen suerte, el Shakhtar necesita ganar y esperar que el Milan sea honrado y pulverice al rústico Celtic. Algún barcelonista se acordará de cómo el Leeds United les eliminó una vez de una fase de grupos con Shevchenko intentando apuntar al palo los penaltys en lugar de marcarlos, como si de un reportaje de los nefastos Ribot y Romero se tratara y no de un partido oficial, pero ésa es otra historia. En cuanto a los portistas, tienen asequible no sólo calificar, sino también el primer puesto, les basta con ganar en casa a los amigos del club conocido como Besitkas por la prensa española. Grande Rüstü, como siempre. El partido de la jornada será, sin duda, el Marsella-Liverpool. A los subcampeones sólo les vale ganar para depender de ellos mismos y pasar, aunque seguramente como segundos, lo que generará una eliminatoria estelar en los octavos como mínimo. Quiera Dios que no sea ni así, pero mucho nos tememos que tras dejarse remontar un 0-1 a favor, los franceses y asimilados ya han hecho todo lo que tenían que hacer en esta edición de la Copa de Europa -luego nos preguntan que qué es un equipo grande, y no hay más que decir que aquél que siempre ha tenido buenos jugadores, y no los que ganan cosas con Boli, Sauzée, Abedi Pelé (fijo que mejor que el brasileño) o Boksic y ahora se presentan con Taiwo, Zenden y Niang como estandartes, aunque ojo con Nasri, que tiene buena pinta-. Mención también para los dos goles de Kid Torres, los importantes, además. Y el Madrid, ¿qué? Pues el típico partido de Alemania, nada nuevo, mucha vergüenza ajena y mucha blasfemia pero con el agravante de que se trataba del Werder Bremen B, además de que el resultado puede ser tildado de corto y con razón, debería haber sido un 6-4. De todas formas, muy mal se tendrán que dar las cosas para que los de Bernardo no humillen a la SS Lazio, más parecida actualmente a las hordas de quinceañeros y fanáticos extranjeros que defendían el búnker de la Cancillería en abril de 1945 que a las siglas que le dan nombre. De hecho, ya ni con serbios se refuerza, y sus goles se los tienen que fabricar entre un albanés y un macedonio. La Hostia. Y el Werder, aún con Diego y Frings, difícil lo tendrá para ganar en El Pireo, por lo que podrá darse el insólito hecho de que un conjunto griego pase de la fase de grupos Kovacevic mediante, y es que no hay nada como irse a una liga menor para rejuvenecer diez años. Vamos, como los resúmenes de Antena3 pero al revés.
Parece que la fase de liguilla de esta edición de la Liga de Campeones no será más que una forma como otra cualquiera de hacer clin clin caja y si te he visto, no me acuerdo. Todo hace indicar que pasarán todos los llamados a hacerlo, exceptuando quizá al Olympique Lyonnais que dicen los nuevos conocedores de lenguas, que tendrá que ganar en Ibrox, algo que tampoco parece una gesta digna de figurar en los anales de la Historia fumbolística. También el PSV Eindhoven, más por la Copa de Europa que ganaron con Hiddink, héroe antifascista en todos los órdenes, que por otra cosa, deberá demostrar su condición de favorito aprovechándose de la esperada indolencia del Inter, ya clasificado como primero y que ayer vio como Samuel e Ibrahimovic se borraban del partido con sendas amarillas que les permitirán pasar limpios a octavos, adjetivo sospechoso hablando como hablamos de dos tipos con apellidos claramente semíticos y antieuropeos. El Barça también convirtió en trámite el último partido ante el Stuttgart merced a su empate en Lyon, que deja a aquel que quiera ver y oír una cosa bien clara: han de jugar los mejores, aplicable también a la Roja y a cualquier combinado deportivo o del sórdido mundo de los naipes. Rijkaard lo sabe, y por ello perdió los nervios por tercera vez desde que está en Barcelona, viéndose ante la espada de una afición que clama -por una vez, con sentido- por la alineación de Bojan y contra la pared de la dependencia privada que Ronaldinho parece tener en todo antro que se precie de la capital catalana. Por su parte, el Sevilla cumplió con los pronósticos y ajustició al Arsenal B en un entretenido partido que, sin embargo, clarificó el porqué de la mala temporada de los andaluces: demasiados errores defensivos y poca claridad en ataque. Aún así, un despeje que Ramón Trecet tildaría de horripilante, un gran cabezazo de Luisfa error de marcaje mediante y un penalty que sí se pitó hacen que los palanganeros dependan de sí mismos para acabar primeros de grupo y mandar al Arsenal (pronúnciese como palabra aguda, si quiere usted epatar a cualquier ciudadano del mundo no sudamericano) al bombo de los tontos que se las tendrán que ver con los grandes transatlánticos. En ese bombo también estará la Roma, que está cuajando una buena temporada con veteranos y noveles que están ofreciendo un gran rendimiento y que fueron más que suficiente para doblegar a un patético -quién te ha visto y quién te ve- Dynamo Kyiv. Decidieron Ludovic Giuly, el único que ha hablado claro sobre el Barcelona esta temporada, afirmando que los entrenamientos son un cachondeo infumable, Christian Panucci -tres goles en tres partidos, y todos decisivos- y el montenegrino Mirko Vučinić, joven promesa del fútbol balcánico que no disputó el mundial de Alemania´06 pese a estar convocado por el inexistente Estado de Serbia y Montenegro aduciendo una discutible lesión. Tuvo que salir el capitán de aquella selección, el serbobosnio Savo Milošević, prometiendo dedicar todos los éxitos que se consiguieran únicamente al pueblo serbio, algo que los montenegrinos no conseguirán olvidar nunca, pues les libró de ser objeto de las chanzas de cualquier minoría étnica habitante de la taifa de Djukanovic. En el otro encuentro del grupo, Cristiano Ronaldo volvió a dar la victoria al Manchester sobre su antiguo club, y volvió a no celebrar el gol, ya no por respeto a sus compatriotas, sino más bien por el ejercicio de vista del portero sportinguista, de ahí la cara de incredulidad del ambiguo extremo azorino a la hora de frotarse con sus compañeros. Lo único que no estuvo en su sitio, el Steaua-Slavia, partido de Intertoto o de UEFA a lo sumo, y antes de que digan nada, quizá la foto, pero prueben a teclear en su Google Images los vocablos «todo en su sitio» y lo entenderán.
Demasiadas son las veces que, durante nuestra vida, nos lamentamos de no haber sabido aprovechar la oportunidad cuando se presentó, conscientes de que obedeciendo a alguna extraña regla de equilibrio universal las segundas oportunidades son escasas. Sirva lo mismo para esa primera novia de la escuela con granos purulentos y corrector bucal como para la derrota del Comunismo Internacional en su afán por dominar el mundo. Pero como toda regla tiene su propia excepción, aunque infrecuente, puede que se nos presente la oportunidad de enmendar la plana y abandonar la retórica del «What if…?» y el wishful thinking para escoger, esta vez sí, el camino correcto: a saber, la niña fea se nos ofrece hoy bajo la forma de una diosa del porno amateur con una dotación mamaria inversamente proporcional a la rigidez de su moral o bien el telón de acero se abre de nuevo para mezclar agua y aceite y, en las fases eliminatorias para el Mundial de 2010 a celebrar en Sudáfrica (Europa), el azar (o el club Bildelberg, o la Trilateral, o los masones, por qué no, ansiosos todos ellos de reverdecer viejos conflictos con razón a aquello de los pescadores y los ríos revueltos) nos ha deparado en las liguillas asiáticas el enfrentamiento entre la República Democrática de Corea y un país que, casualmente, también se conoce como Corea, del Sur en este caso, y en las liguillas americanas, el enfrentamiento entre la Comunidad Autónoma de Cuba y el Imperio useño. La Guerra Fría se recalienta como un plato precocinado guardado largo tiempo en el congelador. Si los dos capítulos de mayor tensión en el enfrentamiento entre el Mundo Libre y el Mundo Más Libre (la Guerra de Corea, 50-53, -primer enfrentamiento bélico, en el backyard eso sí, que tampoco es cuestión de abusar, entre comunistas y capitalistas, y del que resultó la división antinatural que todavía hoy sigue vigente- y la Crisis de los Misiles de Cuba, 1962, -con la URSS acudiendo de manera poco disimulada al rescate de los hermanos cubanos después del episodio de Bahía Cochinos-) no se saldaron con resultados demasiado positivos para los nuestros, hoy tenemos la oportunidad de tomarnos merecida revancha, con el aliciente de no tener que poner al mundo en general al borde del colapso nuclear. Y como un Marca de la vida cualquiera, la RBBE proclama voz en grito y mástil enhiesto puño en alto: esta vez sí, VENCEREMOS.
Hombres de poca fe. Nenazas que os tienen que quitar una a una las pelusillas de algodón del rasposo vello de la vulva para que la súbita inhalación de una de ellas no vaya a dar con sus hilos en los alveolos durante la succión y rompa uno a toser cual combinado nacional búlgaro en 1998 subiendo cuatro peldaños de una escalera. Desgraciados de mârde que el día que os desfloraron había más alzacuellos alrededor que en una beatificación de mártires del derby de la 36ª jornada. Bastardos de Songo´o Jaques y tesoreros de Tristán Diego en en general, que estamos a quince putos euros del saldo positivo, del hacer pasta. Y lo que es más, en la última entrada de Don Manolo se acertó una combinada tal que así: R. Madrid – Mallorca.- 1 con hándicap / Villarreal – Sevilla.- 1-X / Valencia – Murcia.- 1 / Español – Athletic.- 1 / Recre – Osasuna.- 1.- 30 €. Que esto empieza a chutar y aquí nadie dice nada. En fin, dejemos que hable El Maestro.
Es una putada. Es una putada que unos estudiantes de la Universidad de Barcelona, impedidos de usar el nombre de la ciudad, capitalizado ya por un grupo de extranjeros aficionados al football, funden un club con el nombre de Español sin ser capaces de anticipar cien años en qué charca maloliente se iba a convertir el oasis político catalán. Y que gracias a las amistades de uno de estos estudiantes consigas el título de Real de manos de Alfonso XIII, que iba a dar apoyo a una escasamente celebrada Dictadura allá por los años 20. Es una putada que el primer torneo serio que guardes en tus vitrinas sea la Copa española de 1929, justo el año en que se disputa la primera competición en formato de Liga y que se adjudica tu vecino ciudadano, situación que se repetirá varias veces –la de que el vecino gane algo las escasas veces que tú ganas- y que, pasados los años, se agravará hasta el punto que ni tan siquiera sea necesario que el vecino gane nada para que cualquier cosa que le ataña tenga más repercusión mediática que tu victoria. Porque es una putada, no me negarán, que los medios no te hagan caso: ni los catalanes por español, ni los españoles por catalán. Es una putada que en España se imponga por los santos cojones de un señor bajito de voz aflautada –y de varios millones de personas más- una dictadura militar y al club del otro lado de la Diagonal le maten de manera inmisericorde a su presidente: ni mil encarcelados por el caso Matesa, como el “modélico empresario” Vilà Reyes , pueden neutralizar el valor de un presidente mártir, por más que hayas recibido hostias de libertarios, nacionalistas y fascistas, todos a la vez, y hayas sido tan intervenido por el aparato del estado como cualquiera. Y qué me dicen de que de entre los centenares de miles de inmigrantes que llegaban con las famosas maletas de cartón en los no menos famosos trenes polvorosos la mayoría que silenciosamente pretendía integrarse lo hiciera abrazando con pasión los colores azulgranas (como bien recogieron los eminentes sociólogos de La Trinca) mientras que los blanquiazules quedaban la mayor de la veces para que se solazaran sin demasiado convencimiento los que venían ya convencidos de casa de que el Barça era el mismísimo diablo y que llegaban a Catalunya con cara de asco empujados por la servidumbre de comer caliente varias veces al día. No menos putada que mientras que el otro club de la ciudad era liderado durante décadas ya democráticas por empresarios de claro pasado –y presente- fascista, que no tenían empacho en ceder las instalaciones de su club para misas del Papa, campañas de AP o actos del Opus, el tuyo lo encabece el único presidente no vasco reconocidamente nacionalista y que se vea forzado a compartir alquiler con actividades tan subversivas como la Festa del Súpers o los partidos de los Dragons. Pero los hechos son tozudos y poco importa que tu máximo accionista, al margen de sus afinidades ideológicas, financie y mantenga varios medios de comunicación de carácter marcadamente catalanista o empresas con razón social sita en el Cap i Casal, ya que todo languidece ante el hoy presidente rival por el mero hecho de que este lleve Els Segadors en el móvil, sin prestar luego demasiada atención –o, peor, perdonándoselo- a los flirteos justificados de mala manera con la extrema derecha españolista por vía de la familia política. Y, tirando del hilo de la ultraderecha, tiene que putear sobremanera que en el único tema en el que acaparas infinitamente más atención mediática que tu vecino sea en el de los Ultras, ya que a pesar de contar ciertamente con varias decenas de fascistas recalcitrantes entre tu hinchada conocidos como Brigadas Blanquiazules, no sólo son inferiores en número a los que habitualmente albergaba el fondo del Camp Nou, sino que incluso cuentan los primeros en su haber con una víctima mortal a manos de los segundos. Que ya es putada que siendo -por oposición a tu vecino, cuya magnitud le convertiría en pocos años en el club del país- el auténtico club de la ciudad de Barcelona y de las familias que la señoreaban, te veas endeudado por la mala gestión de tus propias directivas y forzado a venderte tu histórico estadio en la zona noble de la ciudad para acabar convertido en el club deportivo de mayor nivel de Cornellà y buscando nicho de mercado en el ordinario cinturón industrial. Y hablando de Cornellà y de nichos, hay que ser muy masoca o muy perico para desear que los culés te sigan pisoteando de por vida o que un trasunto de Leandro enfundado en la zamarra azulgrana miccione en tu morada eterna.
La putada de ser del Español pues, es que exista el Barça (aunque esta centenaria existencia incómoda depare la posibilidad de protagonizar momentos inolvidables como éste). Delenda est Barça, entonces. Pero como desde la RBBE no podemos acceder a –ni tan siquiera colaborar con- tan elevados propósitos, lo que sí vamos a hacer es darle un soplo de aire fresco en la nuca de este histórico club para librarle de varios quilos de caspa gran reserva y, de la mano de un culé hard line, estampar siguiendo el dogma de la Ilustración Masculina recién teorizada los comentarios que nuestro lector Montecristo ha hecho del desempeño de las hordas pericas en el curso –sí, no se rían- 2006-2007. Porque el Español también es un club de Barcelona, moderno, cosmopolita, democrático, rico, culto, encantador y suertudo con las mujeres. Un club catalán, qué cojones, y como tal merece ser tocado por el meñique divino del diseño, y no se quejen, que peor hubiera sido que lo ilustrara Mariscal.
El Estrella Roja 2007/2008 viaja a la estela del reverdecido líder Partizan, comandado por el gran Djukić, teniendo ahí, entre medias, cual mosca cojonera, al Vojvodina, invitado de piedra al museístico y todos-los-años-lo-mismo duelo entre los dos grandes del depauperado fútbol serbio. Porque extraño será que esta microliga compuesta de diez equipos superpoblada de (night) clubs de la capital (en Belgrado hay hasta un Hadjuk, que por lo demás, no tentemos al demonio, nada tiene que ver con el de Split) no se la acabe llevando, oh sorpresa, el tiburón de siempre: el Estrella Roja. Como aparente residuo de la época de la gloriosa federación (a efectos deportivos lo fue, ¿alguien lo duda?), las cuotas de poder y, consecuentemente, de éxitos deportivos se siguen repartiendo entre amigos: el fútbol para el Estrella, el baloncesto para el Partizan (los curiosos, escépticos y licenciados en Estadística pueden consultar los resultados por ahí, que aquí no los vamos a poner) de una manera tan abrumadora que parece un chiste. Por eso, uno sonríe leyendo la prensa deportiva local (que es lo mismo que nacional, casi, pues con la Vojvodina de nuevo movilizada con el viejo asunto de la secesión y con el final countdown para que Kosovo sea república terrorista musulmana independiente: de los repectivos líderes de los 3 partidos favoritos para ganar las inminentes elecciones, 2 proceden del movimiento terrorista albanés, las fronteras de Serbia van a acabar coincidiendo con los confines de la Ciudad Blanca, que no otra cosa significa Belgrado en serbio), decíamos que uno sonríe leyendo la prensa local/nacional con ese contrabando ilícito de ilusiones que genera de manera tan procaz y torticera (pareado indeseado: perdonen las disculpas).
En primer lugar, en este bocado que le hemos dado al año balompédico, pedir perdón a los lectores por la falta de seguimiento que RBBE ha hecho del mismo. Estamos en periodo de refundación. Yo timonel tengo un curro ahora en el que hago noticias como churros de todo tipo de temas y al llegar a casa túmbome con la Pardo Bazán y digo que le den por culo al mundo porque estoy hasta la polla de los sucedidos. No me siento capaz ni de teclear. Sin embargo, no hay mal que por bien no venga. Ya tenemos, al loro, corresponsal en Serbia. Esta semana publicaremos su primera aportación. De esta manera, pasaremos, en la medida de lo posible, a repartirnos los días y funcionar de forma temática. Don Manolo los viernes y yo los domingos. Entre medias, los colaboradores habituales y los nuevos como buenamente puedan. Por otro lado, vamos a intentar dar una vuelta más de tuerca a la virilidad de la página. Las fotos, a partir de ahora, serán puramente masculinas: hechas a mano. Al menos las de mis artículos. Yo no me fío de que un tío haga cosas químicas con papeles y leches y me diga que eso es lo que hubo. Aquí de mi puño saldrá lo que yo he visto. La verdad. Los lectores confían en mi sinceridad. Así que, pese a la falta de talento, en las ilustraciones quedará garantizado que una buena persona, castellana vieja, ha tratado de plasmar lo que ha visto con sus ojos marrones oscuros. Nada de líquido revelador, el paro y el fijador: putas mariconadas. A partir de ahora, Dios, Patria, Rey e Ilustración Masculina. También tenemos correos sin contestar. En breves me pongo. No preocuparse. Esto no es un Ministerio. Este es un hogar católico. Por lo demás, nada, todo va bastante bien. En la liga nadie vale ni para tomar por el culo, todo es incertidumbre semana a semana. Y para la Eurocopa ya estamos clasificados, jugando bien y con la prensa a favor generosa en superlativos. Es lo que yo llamo estar, como decían Whitesnake: Ready An’ Willing.