Mi padre va a morir pronto, ayudarle es una pérdida de tiempo. Si pudiera pedir un deseo, desearía que nos dejara. Regan Gascoigne, sobre Paul Gascoigne (o sobre la RBBE)

RBBE REDACCIÓN EL PARDO  Hace unas semanas, como en la guerra, feliz mas hundido tras haber visto a camaradas y amigos caer bajo la metralla del mobbing, fui a celebrar que yo seguía vivo. Y celebrélo por todo lo alto, tajándome como un bendito. Estuve en el Moe, local que repetidamente recomienda esta casa, no en vano, jóvenes azafatas sudamericanas que lo quieren todo y lo quieren ahora hacen noche pared con pared en el triste, lúgubre y aburrido Eurobuilding, que parece decirlas cual Poltergeist 3: id al Moe, id, degustad la verdadera Hispania. El caso es que yo no me fui a ninguna habitación que no fuera la de mi casa. Y al llegar, ciego como una mona pero entero como para morir por España, me encontré con La Muerte. Una mujer de larga y pálida melena, ataviada con una gabardina negra de inmensas hombreras, danzaba girando sobre sí misma frente al portal. Yo la esquivé para meter la llave como la histórica estocada de El Fundi en San Isidro 2008 ‘o la puerta o yo’, no sin advertir su rocambolesca presencia. Pero como es lógico, ella se percató también de la mía y con su hermosa cabellera cana, de espaldas a este redactor, giró el cuello y me sonrió con arrugas y misteriosos enigmas a partes iguales. Mi ser, que había matado a la cerradura limpiamente, no pudo sino entrar en queo un pelín tenso pensando: he visto al mismísimo Satán, vaya por Dios, ahí me estaba fiscalizando a mí, ni más ni menos, el Demonio. Al día siguiente, en los albores de la violencia doméstica que todo español honrado experimenta más de una vez por semana, no sé cómo salió el tema, pero le comenté a mi costilla eludiendo alguna tarea cotidiana que no recuerdo –faltaría más-: cuidado, que vi a La Muerte hace una noche, danzaba en círculos frente al portal, se detuvo ante mí y, sin cesar su tétrico baile, me esbozó una sonrisa, la cual yo entendí como el final de mis días, mucho cuidado conmigo. Riose la Santa Varona que me aguanta, hasta explicarme que de Muet-te nada. Que se trataba de una puta loca del vecindario a la que ya conocería si fuese a hacer la compra alguna puta vez en mi vida, pues yace frente al supermercado, igualmente engalanada con ese escalofriante abrigo oscuro, todos los putos días del año hablando sola y gritándole a los perros. Entonces, extraje una lectura del sucedido gracias al cual depuse generosa y suavemente en días posteriores: la imaginería católica no hay que tomársela ni muy en serio, ni muy en broma. Es lo mismo que se le exige sin normas a los lectores de esta casa, pero como aquí los comentarios son tan brillantes o más que las entradas, termina uno creyéndose el conjunto y haciéndose uno, cosa, Una, como España, y si bien gritamos Viva El Rey, Viva España y Viva la ETA, Viva España en General, no debe el Creador confundirse con el vulgo y sí saber localizar su polla sita más o menos entre las piernas: No, señores, no, nunca, esta casa, La Real Bitácora Balompédica Española, ha renegado de Luis Aragonés. Ni me líen, ni me metan en tamaña lata de callos Litoral. Ahora viene un punto y aparte –tecnicismos en el interior.

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RBBE REDACCIÓN VARSOVIA Que no se va a hablar más de la Eurocopa, mis cojones, hombre ya. Porque llevo tres semanas amordazado, impedido para dirigirme a la parroquia errebebera, discriminado no por razones de preferencia sexual, que sería hasta respetable, o de raza, que sería lo normal, sino por mi desafección hacia el equipo de la Real Federación Española de Fútbol. Pero mientras un solo informativo de Cuatroº nos recuerde de nuevo que somos campeones de Europa, yo tengo todo el derecho del mundo a explicar cómo de mal me siento, como si esto fuera el foro de la Super Pop. Y es que qué duro es ser antiespañol, y que jamás había sido así, porque ser antiespañol en Catalunya no es que fuera normal, es que era hasta fácil. Uno nace en un entorno determinado, con una familia determinada y unos amigos determinados y antes de que te quieras dar cuenta estás intentando buscar excusas racionales, con más o menos éxito y gracia, para justificar una postura que ni siquiera recuerdas haber escogido y por la que nadie te ha interrogado. Y hasta hace una semana y pico ser antiespañol me había dado, en lo tocante a lo estrictamente futbolístico, más alegrías de las que les había dado a ustedes no serlo, no me lo negarán. Pero se intuye un cambio de ciclo en la última década y media: hemos pasado de una selección catalana que llenaba Montjuïc contra Bulgaria mientras la española caía en los cuartos del Mundial de USA, a otra selección catalana que ni llena contra Argentina mientras que España se proclama campeona de Europa con todas las de la ley. Y yo sin perderme detalle. Mecagoendiós.

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RBBE REDACCIÓN EL PARDO Pensábamos que era Capdevila con su cubata, pero nuevas tomas desde el ángulo contrario, contrario, le dan el título a tres cuartas partas del equipo:

 EAH

(traducción mah o menoh) 

Entrevistador a Ejsventijarl: ¿Esto qué… difícil de soportar?

Ejsventijarl: …mmm… ffff… ellos pueden hacer lo que quieran pero…

(vídeo cortesía de Asin Gana el Madrit)

RBBE REDACCIÓN EL PARDO Decíamos ayer eso. Que antes, cuando bajábamos a pelotear solos al campo de fútbol del barrio, tirábamos desde la casa de Dios por la escuadra para que un hemisferio de nuestro cerebro le narrase al otro el gol de España en la final que acababámos de conseguir. Eso nunca se olvida. Uno crece, aprende a follar al raso, se saca la polla en las discotecas y se marca proyectos de futuro como aprender a bailar con un cubata en el hombro. Uno deja de ser un niño. Pero eso sigue ahí. Vas por la calle, ves un paquete de tabaco arrugado y chutas entre una mierda de perro y una farola apostándole al Demiurgo que si la cuelas entre ambas referencias visuales, España gana la final. Un romanticismo perdido. Al final, la que se ha hecho mayor es la selección. Hablemossssh de ellohh.

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RBBE REDACCIÓN EL PARDO  Conozco a uno que cuando, en los setenta, se enteró de que España no había ganado una medalla en la Olimpiada en su puta vida, a partir de ese momento cuando jugaba al solitario con las cartas (lo que venía a ser la wii de aquellos días) si salía el copón se ponía muy contento porque pensaba: ¡medalla para España! Este hombre lloró con lo del Mundial de Corea. Y lloró en la fría redacción de una televisión, en una esquina, a moco tendido con su camiseta y su bandera de España. No lloró como el de Cuatro, agarrándo al cámara del cuello para que lo viera toda España. Este hombre vio el partido conmigo el otro día. Al término del mismo, y tras haberlas pasado bastante putas, sobre todo haciendo entender a las tías que no se puede ir a mear si quedan cinco minutos porque lo gafas todo y te joden -cosa que no entendió cierto día El Kiko de las Gentes cuando nos echó el Bayern de Munich- nos pusimos a hablar. Ser de La Roja como habíamos sido nosotros hasta ese día ya no tenía sentido. Se había esfumado nuestro rol vital. Abnegados, obstinados y soñadores, volvíamos a España cada dos años con fe o sin ella, pero dispuestos a reventar los lacrimales delante de la tele pasase lo que pasase. Desde ayer por la tarde es mucho más fácil, infinitamente más fácil, decir: yo voy con España a muerte gane o pierda. Pero a mi al menos no me entran ganas de coger a todas estas gentes a las que yo veo y me pregunto si soñarán un par de veces al mes con Melomerezco hundiendo la cabeza entre los hombros, y cantarles: Sólo sois del equipooooo, cuando sale campeóooon. Pero es lógico. Nadie quiere identificarse con algo que se come la mierda constantemente, con un equipo del que se ríe medio país. Si con esta victoria la gente le presta más atención a los amistosos de la selección y logramos que un presidente pierda la impunidad moral para quejarse de que se seleccionan demasiados jugadores de su equipo, eso que hemos ganado. Porque hay que mirar adelante. No hacer como otro amigo, quien me contaba ayer el crisol de emociones tales como la pena, la tristeza, el asco y el desasosiego que le producía ver en su parque de Ciudad Lineal a los ecuatorianos celebrando los triunfos de su selección en el Mundial de Alemania. Comentaba que, borrachos como cerdos, entonaban con una cadencia lenta, somnolienta y deprimente el grito: ¡Sí, se puede! Y que por eso le daba nauseas el rollo de Cuatro con el ¡podemos!, porque le venían aquellas gentes a la mente. Pero hay que valorar qué pensarán los italianos cuando nos vean cantar la canción esta de White Stripes a la voz de «Lo, lorolo, loroooolo», cuando ellos en el Mundial lo hacían diciendo «Cam-pioni-del Mon-do». Esto es como una cadena infinita. Pero hablemos de la final y menos de vergüenzas, porque estamos que lo tiramos. Aunque bien pensado, hay sinvergonzonerías que no se pueden dejar pasar. Sí, hablemos de Rulo.

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RBBE REDACCIÓN EL PARDO  Este chico ha enterrado el espíritu de La Roja como filiación romántica. Ya no es de raros amar a esa camiseta ex perdedora con todo tu corazón. Bien está. Mejor. Ahora llego a casa. Mañana, de buena noche, le buscaremos explicación a este magno fenómeno paranormal. Qué bonito y qué bien llevado todo ¡Viva España!

RBBE REDACCIÓN EL PARDO La vida es muy puta. Pasan tantas mierdas. Quién no tiene un amigo profundamente deprimido, o con ataques de pánico, o desquiciado… La vida es tan puta que parece mentira que en un partido de fútbol pueda uno encontrar las más limpias y profundas alegrías de su vida. Tanto que, más que puta, parece patética. Pero así es ella. Y hay que estar a la altura de las circunstancias. Por ese motivo, he decidido enviar un vídeo mensaje a la nación arengando a nuestros muchachos ataviado de tranny, por supuesto, para conservar todas las esencias e idiosincrasia de esta página. Poneos en píe, tomad nota de todo lo que se diga y nunca olvidéis estas palabras: Os habla RBBE:

VER VÍDEO

Subtitulo la conclusión para sordos: Vencimos y venceremos, somos católicos, apostólicos y romanos, sabemos que tenemos que pasar este baño de sangre, pero el sagrado corazón de Jesús nos ayudará.

Y ahora, analicemos la que nos viene encima esta noche.

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RBBE REDACCIÓN EL PARDO  Si bien elegimos como imagen al gitanito ye-ye, la jornada de ayer, glorioso día, estuvo marcada por el juego de Puyol y un tanto que abrió la lata obra de Xavi. Dos jugadores catalanes que han situado a la rojigualda balompédica en lo más alto. Algo con lo que ni habíamos soñado, pero que ha sucedido por fin. España, esa selección estajanovista del disgusto cruel, ha llegado a la final de la Eurocopa. Es ahora cuando tenemos que pensar en todos nuestros ridículos, en cómo se han reído de nosotros toda la vida, para poder paladear, con todos sus contrastes, el aroma de la victoria. El, como han hecho las selecciones nacionales punteras del continente en toda la historia, medirse a Alemania para tocar el cielo. Ayer España jugó un partido memorable, sin temblor de aductores, pero que no se diferencia mucho de lo hecho tiempo ha. Caímos contra Yugoslavia por el cuello blando de Melomerezco, nos jodió Italia en el 94 cuando jugábamos a placer, se miccionó sobre fosas descubiertas Inglaterra a merced de Manjarín ecce jugada en solitario, Nigeria demostró que el raulismo patético fue antes el zubizarretismo sangrante del clan vasco, Raúl envió su penalti a las nubes, Corea nos hizo marketing en lo rojo del recto y Francia clavó al Marca y al As en el blanco de la diana panfletaria. Nunca presentamos malos equipos ni mal juego, excepto en la Euro de Portugal. Ahora, ya de una vez, con un Luis Aragonés despojado de los hilos que mueven al monigote, España ha sido ella misma y encima le ha sonreido la suerte. Milagro. No siempre cuando se hace lo que hay que hacer, y menos cuando se viene de no hacerlo casi nunca, la suerte cae de tu lado. Derrotamos a Italia tirando de la fortuna; el pase a la final ha sido una serenata de la muy putísima tuna. Perdonen el ripio, pero poco mejor se puede describir nuestra anhelada grandeza. Somos por fin finalistas y, tócate, a la Cruyffé.

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RBBE REDACCIÓN EL PARDO No son ánimos de joder. Es la verdad. Vale que hubieran jugado igual con la puta madre de Dios presente en la plantilla, pero hemos llegado a lo más alto a costa de la Italia más baja. Si nos sobran excusas cuando nos joden, que nos sobren autopiropos en la dicha es más injusto aún que nuestra puta deleznable e histórica suerte. Y no estoy para hostias. Dejo un after lleno de gente ajena a este resultado y despierta desde el viernes deseando ser culminada por gente que se ha duchado hoy, como los que trabajamos los findes, para venir aquí a reconciliarme con mis hermanos y que esto, nuestro esto, este pedazo de esto, no quede en balde. En el curro me ha tocado analizar mucho el conjunto, así que el análisis de hoy volverá a ser un jugador por jugador: one x one, que dice esta casa. No sin antes, sentir admiración y respeto por este comentario que nos devuelve el corral tal y como le emitió llorosa Errebebé a La Madre Patria Italia su misiva cuando se enteró del cruce que ayer tuvo feliz lugar. Todos a una, puta Osasuna; todos Trinos; somos latinos: “Como indiano que soy -viva Venezuela- y considerando todos los lazos históricos y étnicos que desgraciadamente nos unen a Ustedes, quería felicitarlos y, de pasada, exhortarlos a que de una buena vez dejen la puta mariconería que los ha caracterizado con respecto a su selección nacional. A pesar de la soberana indiferencia con la que tratan a la mayoría de los americanos, nosotros sentimos por ustedes un cariño igual al que puede sentir un hijo abandonado por su puta madre…Este creo que es un punto tratado con anterioridad; ustedes son nuestra puta madre, pero puta y todo, siguen siendo nuestra madre, por lo que, en esta Urocopa, lo queramos o no, son nuestra referencia… De manera que si bien, con todas las burlas y el pesimismo en los artículos y comentarios de este post nos hemos podido reír, es hora de que vuelvan a aupar a su selección adecuadamente, y dejen la terapia de grupo para alguno de los tantos problemas políticos sobre el regionalismo que aqueja a su Reino…”

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La única conclusión que se puede extraer del partido contra Grecia es que Gott mit uns. Ahora bien, con lo visto ayer, Alah es un demiurgo que ofrece unas prestaciones bastante mejores que las de nuestro Dios cristiano. Aunque en defensa del Misterio hay que señalar que si ayudar, ayuda poco, por lo menos nos deja sobrellevarlo con la bebida. No es de extrañar que el vino sea un símbolo de nuestra liturgia. Dios nos putea tanto que necesitamos trasegar. De esta forma, después del partido te puedes estar cuarenta y ocho horas de juerga en perfecta comunión espiritual. No está mal. Y luego puede que una tía que has conocido esa noche te pida que le lleves a la hija al colegio que ella está demasiado ciega y ahí vayas tú a cuatro patas con una monada de seis años a recreando una hermosísima postal navideña a encontrarte con unas miradas del resto de pápas y mámas a las que respondes clavando ojos también porque eres muy digno y como que les vienes a decir: échale la culpa de esto a los catalanes si tienes cojones. Y luego, pasado el trago, a seguir dándole hasta la tarde. Igual es la primera vez en la vida que he pasado del jotabé a las cervezas y no al revés porque una vocecilla interna me anunciaba que no sería de extrañar que me diera un coma etílico. Pero ¿y las risas? Cuando una mujer hace reír a un hombre y encima bebe más que él qué más le puedes pedir a la vida ¿un amanecer? lo tuve. Si acaso, una Roja campeonando. A todo esto, en mitad de la odisea un camarero rumano me enseñó sus fotos con Hagi. El fútbol siempre está presente en todo. Máxime cuando tiramos nuestra civilización occidental por el váter en orines perfectamente destilados por nuestro hígado. Que nada, el tío resulta que mucho Hagi y muchas hostias pero odiaba al Madrid. El porqué: era del Dinamo Bucaresti. Una suerte de Atlético de Aviación, ‘perros rojos’ es su apodo, no te digo más. Y odiaba al Steaua con toda su alma, al cual identifica con el Madrid.  El caso es que al Dinamo lo entrena actualmente Walter Zenga, otrora portero del Inter y de la selección, reputísima selección, contra la que nos enfrentamos este domingo. Es una cita histórica que vamos a solventar con un fácil tres a cero, pero estamos todos acojonados y no es para menos. En ese sentido, vamos a disimular. Vamos a decir que a nosotros lo que nos interesaba de esta Eurocopa era doblegar a la URSS. Que lo de llegar lejos es de pobres ¡trabajar en verano, habrase visto! Y vamos a escurrir el bulto a lo grande: con un enviado especial al España Rusia. Se llama Miguel. Es católico y de derechas. Como todas las personas normales que se visten por los pies, aunque luego sean de izquierdas o de derechas. Y no estoy loco. Lo mandamos a Innsbruck y éste es el resultado. Comentadle con cariño que está muy estresado. Trabaja junto a mí y en verdad os digo que es un tormento la hiel que nos enculan.

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