.mundogay:Jack Haley, el puro de la victoria humano*
[Nota de la Redacción: para aquellos que crean que hemos hablado poco del clásico Barça – Madrid y pretendan acusarnos de criptobarcelonismo, apuntamos hoy que, para compensar, en esta segunda entrada del Mundo Gay ni tan siquiera se mencionará el clásico bis disputado hace unas horas en el Palau Blaugrana.] Red Auerbach, legendario entrenador de los Boston Celtics, vivió en la época en la que todavía se podía fumar en los Estados Unidos, allá por los 50 y 60. Era un genio de la psicología deportiva y se cuentan miles de anécdotas sobre sus argucias para sacar de quicio al oponente con la complicidad del público del Boston Garden, que lo idolatraba. Una de las más repetidas era su costumbre de encender un enorme puro en el banquillo cuando consideraba que el partido ya estaba resuelto a favor de su equipo, para fastidio del contrario. Lo que no pasaba de ser una mera provocación se elevaba a categoría de (mala) arte psicológica cuando realizaba ese mismo gesto durante los minutos finales de un partido igualado. Los jugadores contrarios se acojonaban pensando que el gran Red había visto algo oculto para los demás que los condenaba a la derrota y el entrenador se descentraba preso de la ira por la petulancia del abuelo. Esa costumbre dio lugar a la expresión “fumarse el puro de la victoria” (smoking the victory cigar), bastante habitual en el argot deportivo yankie.
Muchos años después, en 1995, llegaba a los Chicago Bulls Jack Haley, patético jugador de baloncesto que ha pasado a la historia no por cómo jugaba, sino por cómo no jugaba, pero que tendría el honor de ver su nombre unido al del legendario Auerbach.
Haley era un pívot blanco de 2,08, lento, torpe, pesado y con nulo conocimiento del juego. Hay jugadores rústicos pero inteligentes que aceptan sus limitaciones y se centran en labores de intendencia, como bloquear, rebotear y pasarle la bola al base. Éste no era el caso de Haley. Su carácter voluntarioso le llevaba a intentar proezas sobre la cancha para las que no estaba intelectualmente dotado, como botar el balón o tirar a canasta, convirtiéndose en el equivalente baloncestístico de un Javier Pérez Villarroya corriendo la banda, tirando caños y centrando al segundo anfiteatro.
Jack Haley Villarroya, sacando de banda en el Bernabeu en un partido frente al Betis
Hijo de un ricachón de Long Beach, papaíto pagó para que el niño jugara en UCLA, mítica universidad californiana de donde salieron genios como Abdul-Jabbar o Reggie Miller. Tras cuatro años comiéndose los mocos en UCLA, no consiguió ningún contrato profesional, pero sí debió contratar un buen representante que tuvo la increíble habilidad de colárselo a un pujante por aquellos tiempos IFA Español, equipo que tardó 4 meses en darse cuenta del gol recibido y reenviarlo a USA con un lacito.
Vengou muy ilushionadou porque me han dichou que el Spaniol es un gran equipou y el IFA un gran supermercadou.
De vuelta a USA, estuvo pululando por varios equipos NBA siendo un jugador de relleno en las rotaciones. Su momento de fama llegó sin embargo en 1995. Michael Jordan, tras dos temporadas retirado del basket, había vuelto a Chicago Bulls mediada la temporada anterior y no había logrado el título, por lo que pidió el fichaje de Dennis Rodman, la cabeza peor amueblada de toda la historia de la NBA, pero aún así el mejor reboteador de la liga. La temporada anterior había jugado en San Antonio Spurs, coincidiendo allí con Haley y al parecer, el pijo blanco de Long Beach y el gansta de New Jersey, se habían hecho coleguitas en el vestuario.
Rodman no se hablaba con nadie en el vestuario Bull, por lo que ficharon a Haley de relleno para tener contento al tío que de día cogía rebotes y comía hamburguesas y de noche le petaba el fogón a Maddona. Aquellos Bulls hicieron la mejor temporada regular de la historia, 72 victorias y sólo 10 derrotas, y ganaron el título arrasando en los play-off con Jordan, Pippen, Kukoc, Harper, Kerr y Rodman haciendo diabluras cada noche. Y allí estaba Haley, en el banquillo, con el único mérito de ser la niñera de Rodman, sin jugar nunca pero agitando la toalla tras cada canasta inverosímil de un compañero y siendo el primero en acudir a palmear el culo Jordan en los tiempos muertos.
Haley sólo jugó un día aquella temporada. Fue el 21 de abril del 96, frente a los Washington Bullets, un partido relativamente igualado que los Bulls acabaron ganando de sólo 10 puntos. Jugó la friolera de 7 minutos y tuvo los santos cojones de tirar 6 veces a canasta (metió 2). Nadie sabe porqué Phil Jackson decidió que Haley jugara aquél día, ya que ni tenía lesionados, ni sus otros pívots problemas de faltas. Quien menos lo entendió fue Jim Lynam, el entrenador de Washington, quien consideró la participación de Haley en el partido como un insulto y una provocación: the human victory cigar, el puro de la victoria humano, que Phil Jackson se fumó en memoria del gran Red Auerbach.
Jack Haley Sr. con Jack Halley Jr.: Human Victory Cigar con Human Victory Cigarrette.
29 diciembre, 2007 a las 11:23 am
¿De que mierda estais hablando? ¿Baloncesto? Me siento profundamente ofendido.
29 diciembre, 2007 a las 1:01 pm
Éste es capaz de tener los santos cojones de lucir en público su anillo de la NBA.
29 diciembre, 2007 a las 2:08 pm
Un mito. Gente como Jud Buechler tiene 3 anillos, y seguro que los luce.
Os remito una vez más a Basketbawful.
http://basketbawful.blogspot.com/2006/01/word-of-day-human-victory-cigar.html
29 diciembre, 2007 a las 2:48 pm
Por lo menos Jud Buechler jugaba, aunque fueran los minutos de la basura. Pero que en toda una temporada regular y unos playoffs juegues 7 minutos y tengas un anillo, tiene narices.
29 diciembre, 2007 a las 6:38 pm
El caso del peor jugador de baloncesto que he visto arrastrarse por una pista y lucir anillos de campeón es el de Will Perdue.
Este tío coincidió en los Bulls de Dios y en los SAS de Robinson – Ducan (primer anillo).
Y les aseguro, estimados contertulios, que por muchos 7 pies que mida, un servidor se lo zumba en un 1 vs 1.
29 diciembre, 2007 a las 7:20 pm
¿Por qué tanta alabanza al genio? Reivincido a los malos que tuvieron su momento de gloria. ¿No merece un canto épico -en forma de reseña en Mundogay- el bueno de Kurt Rambis, ese Superlópez de los Lakers de Magic Johnson, que lucía sin pudor pierna desde la zona inglinal con shorts -nunca una pieza de vestir recibió un nombre con más sentido- a la altura de la última costilla?
http://es.youtube.com/watch?v=BhkTP-vRRsI
30 diciembre, 2007 a las 7:49 pm
Buscando en la web, resulta que el tío fue drafteado por ¡Chicago!
Kurt Rambis no era tan malo. Sí, en la actualidad no jugaría en la NBA; puede que ni en la ACB, pero no se le puede comparar con Haley (¿No era Healy el prota de «Este chico es un demonio»?)
Y enhorabuena a los seguidores rojiblancos que, con unos 6 meses de retraso, han descubierto este gran blog. Menos mal que los comentarios están desactivados…
30 diciembre, 2007 a las 8:13 pm
Pensaba virilizar un poco esto retomando el balompié y aportando algún ejemplo futbolístico de Puro de la Victoria Humano, pero malamente voy a virilizar nada cuando el único especímen que mesocurre es Maxi López. Estaréis contentos los del lobby fucsia.
30 diciembre, 2007 a las 8:15 pm
espÉcimen, concho
30 diciembre, 2007 a las 8:16 pm
¿Cómo se llamaba el fulano -andorrano- que fichó Cruyff para el drimtim?
30 diciembre, 2007 a las 8:24 pm
Es verdad, joder. Un nombre de pila bizarrito. Leocadio, o Luzbelio, algo asina. Patroclo.
30 diciembre, 2007 a las 8:43 pm
¿Lisardo?
30 diciembre, 2007 a las 9:25 pm
Lucendo, señores. El andorrano que fichó esa gran mente preclara del fútbol, se llama Lucendo. Anda que hay que tener los huevos cuadrados para fichar a este tío, a Romerito, a Ekelund, a Korneiev, a Escaich y tantos y tantos otros… buff… Cela, Quique Estebaranz… Definitivamente, Cruyff sí que era un artista.
En cuanto al artículo de Jack Haley, brillante por cierto, viene a demostrar una vez más que la NBA es una puta liga que paga bien. Evidentemente cuenta con grandísimos jugadores, pero ni son todos lo que están, ni están todos los que son. Y que el paquetorro este que el IFA cortó a las primeras de cambio llegara a los Bulls por ser amiguete de la mala bestia de Rodman… en fin. Siempre nos quedará la Euroliga…
30 diciembre, 2007 a las 9:48 pm
Hombre, la entrada de Ezquerro como revulsivo en el Espanyol-Barça fue un poquito «puro de la victoria humano», aunque me da a mí que provocó más risas que ira…
P.D. El que el Real Madrid haya aplastado al Barça en balompié, y haya caído en maricabol, no hace sino acrecentar nuestra superioridad: aquí sólo juegan onvres, y a los onvres no se les dan bien los deportes de invertidos.
30 diciembre, 2007 a las 9:54 pm
El día que saquen a Saviola en Chamartín también será una buena Chusta de la Victoria Humana.
31 diciembre, 2007 a las 9:38 am
Curioso lo del Barsa* de Cruyff. Acabó algunos partidos jugando con la delantera con la que bajó al Español a Segunda división (Escaich y Korneiev).
* Lo siento, estoy en un teclado israelí y ya tengo bastante con poner acentos y ñs como para buscar la «ce trencada».
31 diciembre, 2007 a las 12:01 pm
Joder KR, pues escribes «Barcelona» y santas pascuas…
Los cambios para aplaudir a alguien faltando un par de minutos son otro tipo de HVC. Que siempre me he preguntado que cómo te tiene que sentar si eres el que entras para jugar el descuento (vi la cara de Rosicky al sustituir a Cesc y oye, era un poema, suerte que marcó y se arregló la tarde, que sino le habrian jodido pero bien la Nochevieja).
Feliz año, queridos lectores.
31 diciembre, 2007 a las 1:20 pm
Sólo un apunte sobre Lucendo, manchego de pro y producto del fútbol base blaugrana antes de que llegara Cruyff, que, eso sí, tuvo los santos huevos de darle la alternativa en la primera jornada de liga en Valladolid, igual que haría casi una década después con otro futbolista de parecido rendimiento, Iván de la Peña. La diferencia más grande es que el primer partido oficial de Johan entrenador con el Barça acabó 2-0 para los locales, y el estreno de lo pelat, 0-2 para los visitantes.
Tras vaivenear por varios equipos -creo- tras su salida del Barça, Lucendo acabó en el FC Andorra, entonces en 2ª B, se aclimató al país, y acabó siendo el primer capitán de la historia de su selección, jugando en ella hasta bien entrada la treintena. Buen tipo, por cierto.
Feliz año a todos.
2 enero, 2008 a las 12:53 pm
El día que saquen a Saviola en Chamartín también será una buena Chusta de la Victoria Humana.
Jamás me explicaré la falta de tacto rectal de Schuster, por no sacar al Conejo de la Victoria en los minutos de la puta basura el 23-D…
2 enero, 2008 a las 7:53 pm
Y diré más sobre Lucendo y su estancia andorrana, ese gran paraíso de contrabandistas y blanqueadores de dinero, regentados por el Obispo de la Seu de Urgell y el Presidente de la República Francesa (a ver quién mejora eso).
Acabó sus días en el Principado conduciendo un camión de pan Bimbo como repartidor y con una barriga más que prominente.
3 enero, 2008 a las 7:40 pm
Pues a mi Jack Haley me ha recordado más a Karembeu…
4 enero, 2008 a las 1:37 am
Sin duda alguna un gran tipejo, aunque aun así me quedo con el grandioso Jim McIlvaine: pívot (cruce entre John Goodman y un armario empotrado) perteneciente a esa clase de jugadores que promediaban más faltas personales que puntos ó rebotes.
Encima el muy cabrón firmó un contrato con los Seattle Supersonics de 33.6 millones de dñolares acreditando 2,3 puntos y 2,9 rebotes en su anterior equipo, ahí con dos cojones.
Fijo que su representante era Nuria Bermúdez.