.tribuna:Karate a muerte en Concha Espina*
Pocos ecos quedan ya de las tanganas que se podían ver antiguamente en los campos de fútbol, cuando aún jugaban hombres. Luis Fabiano y Diogo el pasado año no se puede decir dieran un espectáculo escalofriante, sino más bien irrisorio. Y más se perdió con Hierro, que si fue capaz de partirle la cara a Stchoikov directamente, o engancharle una patada a Soler veinte segundos después del pitido final del partido. Se ven cochinadas, sí, pero ya no como antaño. Para rememorar una de las más sonadas, la del Partido de Homenaje y Loor a Su Majestad El Rey Juan Carlos I de Borbón y Borbón 1984, tenemos a nuestro habitual colaborador Tacitus, que viajó desde Barcelona y estuvo presente, testigo de excepción de todos lo sucedido y que, a buena cuenta, podríamos apostar a que no se gastó más de quince pesetas.
Estas cosas no pasan porque sí. Los Capuleto y los Montesco, los Clanton y los Earp, los Cabanillas y los Izquierdo. Todos los grandes duelos a muerte de la historia tienen en común un rencor acumulado durante largo tiempo. Como en el mundo del fútbol las cosas van tan deprisa, aquí apenas habían transcurrido tres años, tiempo más que suficiente. El triple pitido no señaló el final, sino el principio.
Para la prehistoria queda el puñetazo de un tal Villar a un tal Cruyff. Pero eso era sólo envidia. Luego vino el odio. Cuando Goiko cazó a Schuster en San Mamés y le rompió la rodilla, y dos años después a Maradona en el Camp Nou destrozándole el tobillo, ya quedó claro que no podía haber ni olvido ni perdón. Ese año Diego tuvo tiempo de reaparecer y meter dos goles en San Mamés. El alemán, graduado por correspondencia en diplomacia por la Akademie von Ribbentrop, ya había dicho que ir a Bilbao era peor que ir a Corea. Eran los años de MASH.
El viaje había empezado bien. Salimos muy pronto por la mañana, bailamos sardanas y cantamos rancheras –al pasar por Guadalajara. A la llegada, nos enteramos del accidente de un autocar lleno de seguidores, como nosotros. Hubo bastantes muertos. De eso no se acuerda nadie.
El campo, lleno, en proporción tres a uno a favor de ellos. Recién ganada su segunda liga, tres cuartas partes del estadio rugían y cantaban “todos queremos más”. Encima teníamos el handicap de un grupo de argentinos, con tambores, marcando una cadencia que incluso en una trirreme romana hubiera sido considerada sumamente irritante. Éramos pocos y estábamos divididos. Y encima nos marcaron en el minuto trece, el partido tuvo poca historia. Al acabar, el kung-fu desenfrenado. En la grada, confusión ¿Qué ha pasado? ¡¡Que Clemente le ha pegado a Maradona!! ¡¡Clemente hijodeputa!!
Esa tarde de mayo, luego vino una gloriosa Eurocopa, en el Santiago Bernabéu la historia de rencores, el bronco partido, y la victoria final de Athletic desataron una de las mejores tanganas de la historia. Se repetía como un mantra la vergüenza que suponía ese espectáculo delante de S.M. Y yo digo, si S.M es un español de verdad, no habrá disfrutado más en su vida que viendo una sesión de karate a muerte, encima entre catalanes y vascos. ¿O acaso el emperador no disfrutaba mientras los bárbaros se despedazaban entre ellos?. Seguro que a S.M. se le escapó alguna risita contenida.
Fue un duelo que acabó en tablas. Los levantapiedras rurales tipo Goiko, Endika o Rocky Lizarazu contra gente de la calle, el de Villa Florito, el ceutí –Migueli, arrea y mata a Goikoetxea, se cantaba-, o ese digno representante del barriobajerismo catalán, Paco Clos, que tuvo unos minutos de gloria, parecidos a los de su debut con la roja, cuando después de debutar con gol ante Escocia declaró “ehto eh la ojjtia”. A todo esto Schuster, siempre educado, siempre a lo suyo, devolviendo al público las latas que le tiraban.
A la vuelta al autocar, después de presenciar una sesión más de violencia callejera, cutre, muy cutre, aún tuve tiempo de enterarme que Bravo con su Lady Lady tampoco había podido ganar Eurovisión. Nunca supe si allí también hubo tangana.
1 agosto, 2007 a las 3:38 pm
Schuster, ese hombre…Con todo su talento, no he conocido jugador más despreciable en toda mi vida. Los cortes de manga a los jugadores del Real Madrid en la final del año anterior; lo de tirar las latas a la grada en ésta; cuando se marchó al hotel en taxi, sin esperar a que acabara el partido, abandonando a sus compañeros en la final de la Copa de Europa de Sevilla porque le habían sustituido; cuando escupía a los contrarios; cuando dijo aquello de «a mi no me toca el pirrilindolo, porque si me toca el pirrilindolo es que lo mato» por un problema con Jesús Gil…
Por cierto, ¿algún aficionado vallecano podría comentar la retirada de Julen Lopetegui? Creo que ocurrió poco después de enfrentarse a Goiko (por aquel entonces, entrenador del Rayo) en un aeropuerto por una cuestión táctica. Me suena que fue a hostia limpia mientras esperaban las maletas, sin que ningún miembro de la expedición se atreviera a meterse por medio…
1 agosto, 2007 a las 4:01 pm
Schuster ha reconocido haber cambiado mucho con respecto a aquel tipo arrogante que fue. Pero debió de ser muy, muy amigo de Maradona como para renunciar de por vida a su selección por el quítame allá esas pajas de ha nacido mi primer hijo y paso de ir a jugar contra Albania. Si Schuster hubiera formado con Alemania en el 82, que se perdió lesionado creo, y el 86, que había renunciado, estaríamos hablando de otro palmarés internacional. Que los pobres alemanes fueron merendados por las dos selecciones de moda, Argentina 86 y Holanda 88, con Bernardo ahí imponiendo orden no hubiera sido así.
1 agosto, 2007 a las 4:20 pm
Contaba Maradona, en relación al partido en el que Goiko le envió al Hospital Central, que ese partido lo empezó Goiko cazando a Schuster. En un momento del partido se acercó Diego a Goiko y le dijo: «deja de darle al rubio, que es buena gente». Acto seguido Goiko le rompía el tobillo a Maradona.
La puntilla para Maradona fué ver a la semana siguiente, desde la cama del hospital, como Goiko era ovacionado y homenajeado por un repleto y vitoreante San Mamés.
Hijos de puta!!!
1 agosto, 2007 a las 4:23 pm
La semana siguiente y diez años después cuando volvió con el Sevilla. Se pierden las buenas costumbres. O sólo se conservan en el Calderón (DEP)
1 agosto, 2007 a las 4:32 pm
Si habéis tenido el placer de leer esa joya de la literatura contemporánea y adalid del léxico complejo que es «Yo soy el Diego», sabréis que el tándem formado por Bernardo y el Pelusa cuando jugaban juntos en el Barcelona era de armas tomas, con recomendaciones de uno a otro sobre cómo tocar los cojones mejor a Núñez y consejos para pasarse por el forro del paquete testicular la disciplina de equipo y pirarse a partidos de homenaje y semejantes…
En cuanto a aquella final, una auténtica batalla campal que casa perfectamente con el espíritu y la estética de esta bitácora, deudora de tiempos en los que todos los jugadores del Athletic formaban parte, como mínimo, del Comando Vizcaya (o Bizkaia) y los del Barça eran más conocidos en locales como El Molino que por sus hazañas balompédicas…
1 agosto, 2007 a las 4:33 pm
Efectivamente, eran muy buenos amigos. En las memorias de Maradona habla de un edificante episodio con Bernardo. El tema es que ambos querían ir a un partido de homenaje fuera de España y Núñez no se lo permitió, incluso les escondió el pasaporte. A estos dos genios no se les ocurrió mejor medida de presión que irse a la sala de trofeos del Barça a romper todo lo que encontrasen. Creo que se cargaron dos o tres copas antes de que las lágrimas de Nicolás Casaus, que presenciaba el espectáculo, les apaciguaran.
1 agosto, 2007 a las 4:37 pm
Cuando el centenario del Barça Tv3 hizo un programa bastante bueno, que creo plagió Telemadrid. Total que trajeron a Diego al plató, el Diego del 99, con ojitos brillantes y sonrisa perenne. Allí estaba Schuster, y recuerdo los abrazos que se daban, y el alemán, «me cagoenlaputa, hostia …» en plan efusivo. Total que conectaron en directo con Goiko, y Maradona le deseó que como entrenador tuviera mejor suerte que como futbolista. El otro se lo tomó a mal, y se rebotó un montón, todo el pñublico abucheando, y Maradona diciendo que solamente le deseaba suerte y tal.
El día de la lesión también estaba en el campo. Había odio en la grada. Al acabar nos aceercamos mis colegas y yo al hotel Princesa Sofia, a 100 metros del estadio. Llegó el autocar del Athletic todo apedreado, ni un solo cristal, éramos cuatro gatos allí, todos menores de 15 años. Recuerdo a Clemente crispado pasar a un metro mío, y a alguien que aún se encaró con alguno de esos niños que le increpó.
1 agosto, 2007 a las 4:46 pm
Bueno, plagio no. El programa del centenario del Madrid se lo encargaron a la misma productora que había realizado el de TV3.
1 agosto, 2007 a las 4:59 pm
No sé que periodicó denominó a la entrada del bueno de Goiko al 10 «Atentado al Fútbol».
La verdad es que como entrenador el tío no ha tenido demasiada suerte. O nivel, ya puestos.
1 agosto, 2007 a las 5:03 pm
Sí, plagio seguramente no sea correcto, pero chocó un poco que calcaran para el Madrid el programa hecho con motivo del centenari.
Los programas con los viejos, los Ramalllets, Biosca … o el de presidente Llaudet, un abuelo cascarrabias en silla de ruedas fueron los mejores
1 agosto, 2007 a las 5:15 pm
Es curioso que los enemigos del barcelonismo de la época fueran Goiko, Guruceta y Clemente. La pena es que no se le dio bola al debate ideológico futbolístico entre Menotti y Clemente, la primera entrega en España del eterno debate oratores vs. laboratores. Hubo que esperar a la rivalidad Tenerife-Sevilla y a que PRISA necesitara robar audiencia a Supergarcía, que hasta entonces vivía plácidamente desconvocando huelgas de pilotos en directo y hablando sobre los escándalos en la federación española de vela o lucha grecorromana, a veces hasta las dos y media, para alegría de Pumares.
1 agosto, 2007 a las 8:37 pm
Me encantaría ver a alguien rompiendole la boca a Maradona… Que pena que esté retirado!
Arriba España!
2 agosto, 2007 a las 12:35 am
El titular de Sport fue «Atentado a Maradona».
2 agosto, 2007 a las 2:01 am
¡Jajajaja, «Atentado a Maradona» es incluso mejor!
Hablando de Biosca, mirad lo que me he encontrado en el blog de Torbe, escrito por Vizcaíno Casas:
“Lola Flores fue en su juventud tan apasionada en el amor como en el cante. Uno de sus romances más intensos lo mantuvo con el futbolista del Barcelona Gustavo Biosca. Cuando el muchacho le comunicó que, sintiéndolo mucho, tenían que terminar su relación porque había decidido enderezar su vida, Lola (que se enamoraba profundamente de sus hombres, aunque el arrebato le duraba poco) le rogó que, al menos, tuviesen un encuentro de despedida. Encuentro en la cama, se entiende.
Se reunieron, pues, donde solían amarse y marchó la Flores al cuarto de baño. Para regresar a poco, completamente desnuda y con un lazo negro prendido del vello de su pubis. En señal de duelo por la muerte de aquel amor”.
2 agosto, 2007 a las 8:06 am
Schuster también tuvo una bonita reacción hacia el Real Madrid cuando jugaba en el Atleti. En la mayor fiesta que ha visto uno en el Calderón, excepto el doblete, es decir, la última jornada de liga de la temporada 91-92, con el Madrid desperdiciando el 0-2 que llevaba contra el Tenerife, el público saltaba, gritaba y lloraba de emoción… y los jugadores también participaban. Manolo también daba saltos de alegría y Schuster hacía cortes de manga.
Al año siguiente (92-93) ya es que ni se movía y la gente le cantaba la versión de «We will rock you» con la letra «Vago, vago Schuster».
2 agosto, 2007 a las 9:39 am
Recuerdo que tenía 11 años cuando aquello, y en nuestro colegio, sito en el centro de Valencia, estuvimos rememorando la tangana durante al menos una semana. Incluso uno de mis compañeros se agenció un himno del Athletic que intentamos proferir en euskaldun. Y os habéis saltado a Calderé, malas personas, aquel tipo medio calvo con las medias bajas a lo Gordillo, que también repartió lo suyo esa noche. Ese que Muñoz se llevó al glorioso Mundial 86, y que si no recuerdo mal, terminó jugando en el Sant Andreu.
2 agosto, 2007 a las 10:13 am
¡Cuántos recuerdos!
Aquello era sabor…
2 agosto, 2007 a las 6:38 pm
Calderé hizo el servicio militar en Alcalá de Henares (perido en el que militó en la gloriosa RSDA Alcalá), con los paracaidistas, eso hace un hombre de cualquiera.
3 agosto, 2007 a las 12:24 pm
Referente a este tema, una vez me contó un amigo del Athletic (como yo) que después de la lesión Maradona y Goiko mantuvieron una buena relación, según él, Goiko asistió a la boda de Maradona en el 90.
Pero la verdad no lo he podido confirmar nunca, me suena a falso.
3 agosto, 2007 a las 3:29 pm
Me parece Hombre Gris que el reencuentro fue en el 93, cuando volvió Maradona con el Sevilla a San Mamés, momento en el que Goiko le pidió perdón. Lo miraré en la biografía.