Diario de un aspirante a tertuliano

La última lágrima

Publicado en Uncategorized por el 31 de diciembre, 2003

A pocas horas para que acabe el año, es el momento para un último deseo. Si aquello que pedimos hace doce meses sigue sin hacerse realidad, podemos volver a insistir para que el 2004 se muestre todo lo generoso que el 2003 no lo ha sido. La nochevieja es la ocasión también para el último sorbo de felicidad del año. Es la noche en la que se aprovecha hasta la última gota de la alegría propia de estas circunstancias. Aunque los deseos que pedimos, por desgracia, se esfumarán con la nochevieja porque nadie garantiza que con el nuevo año las cosas estén impelidas a cambiar por imperativo del calendario.

Pero al finalizar un año se recuerda cuál ha sido el último pensamiento que nos ha pasado por la cabeza, el último sentimiento que nos estremeció, la última ilusión fraguada con el mismo material del que dicen que están hechos los sueños. Cuando muchos lean estas líneas, ya habrán tenido el primer sueño, o la primera pesadilla, del 2004. El único remedio que se me ocurre para conjurar que los malos recuerdos de este año que termina desbaraten las ilusiones del nuevo año es que nos quedemos sólo con lo mejor del 2003. Que la última palabra, la última nota, la última lágrima del año sea la mejor.

Así, no me queda más que presentar el disco del año -según el New York Times, aunque a mi personalmente no me hacía falta que el NYT lo dijera para saberlo-, uno de los mejores trabajos musicales de 2003: «Lágrimas Negras», con el talento de Bebo Valdés y Diego El Cigala. «Valdés, el pianista que ha ayudado a moldear la música Cubana durante los últimos 60 años, se encuentra con El Cigala, el tradicional cantaor flamenco de ‘hierro y sangre’; utilizando boleros como medio, fusionan dos lenguajes que resultan en un bellísimo tercer camino». (Ben Ratliff en NYT, 28-12-2003). La mezcla de flamenco y jazz caribeño da lugar a perlas como esta, mitad bolero, mitad son cubano:

«Aunque tú me has echado en el abandono,
Y aunque tú has muerto mis ilusiones,
En vez de maldecirte con justo encono,
En mis sueños te colmo,
En mis sueños te colmo de bendiciones…»

Que nadie que quiera adentrarse en este universo mágico deje de pasarse por esta página, donde puede escuchar un poco de la genialidad de estos dos monstruos: «Bebo&Valdés. Lágrimas Negras».

La palabra de 2003

Publicado en Uncategorized por el 29 de diciembre, 2003

A través de esta noticia me entero de que existe una página donde se ha encuestado a internautas para determinar cuál es la palabra del año. En ‘yourdictionary.com’ han obtenido un top ten con un resultado bastante curioso: «’Embedded’ es la palabra que mejor describe el acontecimiento más importante de este año. Reúne lo más destacado de 2003 en sólo ocho letras», dicen en la web. Es decir, que ‘embedded’ es la palabra del año, por delante de ‘blog’, ‘SRAS’ y ‘taikonauta’.

Ahora que tanto proliferan los resúmenes del año, es evidente que la elección de algunos de estos términos está influida por el imperativo de la actualidad. ‘Embedded’ hace referencia al estado en que viajaron los periodistas de guerra en Irak junto a las tropas estadounidenses. La traducción hispana trajo alguna que otra confusión: ¿‘empotrados’ o ‘incrustados’? ‘SRAS’, por si alguien no lo recuerda, es el nombre de la neumonía asiática. Y ‘taikonauta’ es la particular denominación que se han dado los astronautas (como diríamos en Europa) o cosmonautas (como los llamarían en EEUU) de China.

Que entre las primeras palabras del ránking esté ‘blog’ es, en cambio, más llamativo por el efecto a largo plazo. No se trata de algo de mera actualidad, sino que significa que este 2003 ha sido posiblemente el año en que más personas han conocido por primera vez los blogs.

En un puesto de honor de estas palabras del año no podía faltar algo que es un fenómeno en sí mismo: el ‘bushism’. Los ‘bushismos’ son las palabras de uso común pasadas por la peculiar pronunciación del actual inquilino de la Casa Blanca. Dentro de ese registro hay a su vez un ránking donde se incluye, para orgullo de todos los españoles de bien, la palabra del año en La Moncloa y la delegación de Asuntos Sociales del Ayuntamiento de Madrid: ‘Ansar’. Si alguien quiere recordar aquel momento en que Bush bautizó a Ánsar, aquí tiene la crónica del Guardian, escrita con evidente envidia porque a ellos el emperador Bush II (que diría Anson) no les cambió el nombre de Mr. Blair: «Bush renames Spanish Prime Minister».

El pavo, el gallo, el besugo y la vaca loca

Publicado en Uncategorized por el 24 de diciembre, 2003

Tal día como hoy de hace más de cien años nació Juan Ramón Jiménez. Décadas más tarde, sería Ramón Gómez de la Serna quien escribiera en una biografía del «andaluz universal» que «sólo los poetas se atreven a inquietar la Nochebuena», y hay quienes «nacen ese día sobresaltando las vecindades». No antes del gallo, sino después, el día de Navidad, hay quien nace también para poner patas arriba el mundo, a pesar de los desequilibrios económicos. Como sin él no estaría yo escribiendo aquí, y eso ya me parece motivo suficiente de celebración, no puedo pasar sin cumplir con el rito: Felicidades, Guillermo.

Si alguno de Ustedes acude a una Misa del Gallo, que piense en ponerle cara de Guillermolópez al niño en el pesebre. ¿No se lo imaginan? ¡Lo que seríamos capaces de hacer si tuviéramos desde estos púlpitos de LPD la mitad de la capacidad de influencia que tiene el cristianismo desde los suyos! Como se puede comprobar en la portada, el Sumo Pontífice es guía espiritual de esta Página. Lo que quizás no sepan es que se trata de una estrategia para, eventualmente, lanzar una OPA iconográfico-financiera al Vaticano a la muerte de Wojtyla. Así nacería la religión LPDiana, sustituyendo al caduco cristianismo. Mientras eso ocurre, invito desde aquí a todos a adorar al niño Guillermolópez, que nació en estas fechas tan señaladas para salvarnos de nuestra aburrida existencia gracias a LPD.

Una vez le he hecho la pelota al ‘jefe’ (no te enfades, Guillermo, que ya sé que las religiones no te van; pero la LPDiana serviría para salvar económicamente a la web, mira si no cómo se lo montan los católicos con un tipo que nació hace dos milenios), vamos al tema navideño.

Volviendo al día presente, que es el 24 cuando escribo, hay que decir que de la cena de Nochebuena se puede discutir cualquier cosa menos que es el acto más tradicional que se suele celebrar en estas fiestas. Sólo al genio Jesús Quintero se le ocurrió romper en una ocasión esa imagen familiar que la mayoría vive esta noche con un programa en el que reunió en torno a una mesa navideña a unos mendigos y pordioseros, si no recuerdo mal. Estos años pasados, Quintero también realizó capítulos especiales del programa que hace para Canal Sur con cenas de lo más peculiares. En una de ellas, personajes típicamente quinterianos, como el Risitas o el Sabio de Tarifa compartían mantel con un invitado que desentonaba entre tantos freaks, el Señor Pavo.

La conversación en la mesa discurrió durante unos minutos sobre un gran tema de interés social: el pavicidio que se comete cada Navidad. El pavo, vivo y graznando junto a los demás comensales, parecía cuanto menos feliz por no haberse convertido en un segundo plato en aquella cena. Los pavos son unos grandes incomprendidos en esta sociedad consumista y desalmada. Tan solo bastaría con una buena campaña de publicidad para convencer a todo el mundo de que los pavos son el mejor acompañante de una cena de Nochebuena… pero vivos, y no asados al horno. Vivo, el pavo, y sentado junto al cuñado para que le dé conversación.

Es un buen invitado, el pavo, para una cena a lo Quintero. Pero necesitamos a más gente para visualizar la confraternidad entre los humanos y el reino animal. Por ejemplo, a Carod-Rovira para que acuda a la cena vestido de Copito de Nieve. Y a la inefable pareja del año, Trillo y Blanquita (la cabra de la legión, para quien no conozca Guiñolandia). En la cena no pueden faltar otros invitados ilustres: Sardá y las bestias de su circo televisivo, el trompetista australiano de la Copa Davis -para amargarle la cena a Letizia, que se sentaría a su vez junto a una rana republicana- y, por supuesto, el añorado Álvarez del Manzano, que este año no nos ha deleitado con el tradicional villancico madrileño. Tampoco debe faltar a la cena la vaca loca que han encontrado en Washington, a la que (aún) no se le ha demostrado conexión alguna con la Casa Blanca. Y, a falta de pavo o besugo para cenar, puesto que el menú habrá de ser vegetariano, también tendrían que ser invitados a esta Nochebuena unos cuantos tertulianos de las diferentes cadenas de radio: seguro que, con ellos, no faltarán a lo largo de la cena varios diálogos de besugos.

Con este plantel, a ver quién me dice que la cena navideña no sería tan entretenida como las de Jesús Quintero. El único personaje imprescindible que podría faltar esta vez es Papa Noel: me temo que si empieza a repartir regalos por Oriente, en vez de por Occidente, sufrirá las consecuencias de un allanamiento de morada indebido. Tiene que aprender que, en estos tiempos, no se puede ir vestido de rojo por ahí tranquilamente.

toles.gif

El premio gordo es para…

Publicado en Uncategorized por el 22 de diciembre, 2003

El Partido Verde. No, no digo que el gordo de la lotería de hoy le haya tocado a ningún partido político, que tampoco lo sé, aunque hay alguno que otro que necesitaría el premio como agua de mayo para sobrevivir económicamente. Me refiero a que la lotería de los votos, según las circunstancias que a continuación explico, podría tocarle en las próximas elecciones a la Presidencia de EEUU al candidato del Partido Verde. ¿Alguien se imagina a un ecologista en la Casa Blanca?

Gracias al blog de JR, me encuentro con un test de afinidad realmente curioso: ¿cuál es el candidato que más se acerca a sus ideas? Después de contestar a unas preguntas, te aparece una lista con los precandidatos demócratas, los de partidos minoritarios y, por supuesto, George W. Bush. Viendo algunos porcentajes, incluidos mis resultados, me da la impresión de que si los progres trasnochados de la vieja Europa votáramos en EEUU, el presidente sería del Green Party. Y, siendo excesivamente pragmáticos, lo seguro es que una buena parte del electorado, con la óptica de los europeos, se decantaría por los candidatos demócratas más a la izquierda.

No deja de llamar la atención que el bipartidismo extremo, en el caso estadounidense, deje a la izquierda a partidos con los que bastante gente puede coincidir pero que se ven demasiado izquierdistas. En cambio, a la derecha ese juego de dos partidos le beneficia en tanto que Bush, por ejemplo, asume las tesis de la extrema derecha y se queda sin rival por ese flanco.

Este es el test, por si alguien se anima a situar sus preferencias en el panorama presidencial yanqui. Y el que sigue es mi ranking, tal cual me ha salido:

1. Your ideal theoretical candidate. (100%)
2. Green Party Candidate (97%)
3. Socialist Candidate (92%)
4. Sharpton, Reverend Al – Democrat (79%)
5. Clark, Retired General Wesley K., AR – Democrat (73%)
6. Kucinich, Rep. Dennis, OH – Democrat (73%)
7. Dean, Gov. Howard, VT – Democrat (71%)
8. Moseley-Braun, Former Senator Carol, IL – Democrat (67%)
9. Edwards, Senator John, NC – Democrat (59%)
10. Kerry, Senator John, MA – Democrat (59%)
11. Gephardt, Rep. Dick, MO – Democrat (54%)
12. LaRouche, Lyndon H. Jr. – Democrat (47%)
13. Lieberman, Senator Joe, CT – Democrat (42%)
14. Libertarian Candidate (31%)
15. Hagelin, Dr. John – Natural Law (10%)
16. Bush, President George W. – Republican (8%)
17. Phillips, Howard – Constitution (7%)

Apariencias

Publicado en Uncategorized por el 18 de diciembre, 2003

Ahora que se acercan las entrañables, cualquiera puede darse cuenta fácilmente de hasta qué punto cultivamos -y lo hacemos todo el año, no sólo en navidades- el mundo de la apariencia. Estas fiestas son fustigadas por sus detractores con el argumento de la redoblada hipocresía con que se adorna cualquier encuentro, lleno de felicidad y buenos sentimientos navideños, con familiares o compañeros de trabajo a los que el resto del año no se les aguanta ni un mal chiste. No es menos cierto, sin embargo, que las apariencias -forzadas por las circunstancias o falseadas en pos de una armonía inexistente- son un elemento más de la vida en sociedad. Siempre será preferible un hipócrita a un cínico. Porque el primero, al menos, trata de guardar las apariencias.

No son pocas las actividades cotidianas que realizamos con la ayuda de las apariencias, intentando salvar una realidad desfavorable para nuestros intereses mediante un aspecto exterior vistoso y vendible. Consciente o inconscientemente, disfrutamos utilizando el engaño de hacer parecer algo que no es, de la misma manera que nos gusta la apariencia de ambientes colectivos tan artificiales como gratificantes para quienes participan de la mentira. Uno puede pasear en estas fechas por tiendas donde todo el mundo se funde la tarjeta de crédito comprando regalos, y da la sensación de que el personal empieza a ser más feliz conforme más se introduce en el consumismo habitual de la Navidad. El tipo que anda vestido de Papa Noel, el ambiente festivo y los adornos parecen ser más importantes para la consecución de la felicidad efímera del centro comercial que la propia utilidad de los objetos adquiridos en las tiendas. Esto me recuerda una divertida descripción de la Costa Azul que realiza Edgar Neville en un libro que recientemente cayó en mis manos, «Don Clorato de Potasa»:

«Aquella sociedad tenía en cuenta hasta las más pequeñas aspiraciones del turista. Llevaban, por ejemplo, esos señores y esas damas que se suben en los coches de alquiler de Niza y que luego pagan a la vista del público, con la sonrisa en los labios, para hacer creer a las gentes sencillas que no es un robo la carrera. Tenían varios millonarios americanos, que de continuo repartían cheques fabulosos, incobrables luego, pero halagaban la mentalidad de los honrados comerciantes de Lyon o de Burdeos, venidos en vacaciones, al darse cuenta de que alternaban con los reyes de la finanza.»

Las apariencias son fundamentales para halagar el gusto y decantar la moda que todo individuo está dispuesto a seguir. La fiebre consumista no puede sobrevivir sin esos estúpidos detalles que le dan una significación al acto de comprar que con seguridad no tiene. Pero eso da igual: lo que importa no es qué es en realidad sino qué parece. Como suele ocurrir, igualmente, en las entrevistas de trabajo o en la presentación en sociedad de un producto que se intenta vender, ya se trate éste de unas acciones en bolsa, una película o un programa electoral.

Uno de los ejemplos más curiosos de esta obsesión por las apariencias nos lo da la publicidad. En concreto, ese anuncio de un móvil multimedia (cuya marca no es necesario nombrar, pero que es Movistar) del que se vende como principal virtud que sirve para fardar delante del cuñado en la cena de Nochebuena debido a sus múltiples prestaciones. Ese prototipo de cliente ‘orgulloso’ con su móvil con cámara incorporada, que disfruta presumiendo de tecnología frente a toda la familia, es el vivo retrato de nuestro más cotidiano culto por la apariencia. Poder enviar una foto a través del teléfono móvil es, la mayoría de las veces, una fruslería. Pero nadie duda que lo mejor de ese producto es poder compararlo, favorablemente, con el móvil del cuñado. Y estar orgulloso de lo bien que lucen las apariencias.