Empezamos bien, con un título rimbobante. Tampoco se me ocurre otro, así que tocará apañarse, o ser criticado/ignorado no-se-qué-es-peor. Al lío.
Ayer se dieron un montón de cosas en Cataluña. Por cosas me refiero principalmente a hostias, aunque también se dieron unas cuantas opiniones. Dos, en realidad, aunque llenas de matices. La que emite gran cantidad de mi entorno, replicando muy de cerca las de los medios de comunicación de masas va por aquí: a mi no me gusta Rajoy, pero la culpa es de Puigdemont. Que es como decir que Rajoy tiene razón.
Perdonen que no me haya presentado. Hola, soy yo. Nací en democracia. Mis padres me enseñaron que pegar es perder la razón, que la patria es el último refugio de los miserables (usando Senderos de Gloria para la lección) y que ellos habían creído que no era necesario matar a nadie para conseguir tener un país mejor. A consecuencia de ello, yo creo que pegar es perder la razón, que la patria mola poco y que se puede trabajar, pensar, diseñar, construir e incluso soñar con un país mejor. Soy un puto cursi.
Otra cosa que aprendí por ahí es que la responsabilidad y el poder van unidos. El poder, hoy en día, está mal definido, es un bug del sistema. En realidad cuando hablamos de esos conceptos abstractos lo suyo es añadir una conjunción o preposición. Poder a secas solo tiene una central nuclear, que tiene un huevo y medio. Igual que «la libertad» está vacía si no hablamos de «¿libertad para qué? (porque si es solo para comprar un trozo de tela o un circuito integrado con conectividad wi-fi, con todos los respetos, apagalo y vámonos), hay que preguntarse: Poder… ¿poder hacer qué?
Educador español enseñando física de partículas en provincias. Esquema.
España es un estado completamente centralizado, o al menos lo es al 99%. Existen pequeñas parcelas de responsabilidad repartida por este estado centralizado que se erige en supervisor de todo y de todos y que por lo tanto hace dejación de funciones cuando así lo desea. Tenemos amplios ejemplos de todo ello, desde la burbuja inmobiliaria como ente con vida propia hasta el tsunami de corrupción, pasando por la politización de las estructuras de control que deberían haber hecho de contrapeso en todas esas situaciones (BdE, CSPJ, Tribunal de Cuentas, TC…). Hace dos semanas un gobierno en minoría revocó de facto la autonomía de Cataluña tras un consejo de ministros, sin que ni el Congreso ni el Senado ni los tribunales ni absolutamente nadie fuera capaz de objetar de manera efectiva a una decisión que la Constitución prevee en el artículo 155 pero que ni siquiera hizo falta invocar. Invocarlo habría requerido dar explicaciones en el Senado y el Congreso, uy no, quita bicho. En resumen: el Estado Central es el único poder en España, es el único que puede hacer lo que sea, sin dar explicaciones, sin moderación, sin peros. Eso es poder, que se joda Vandellós.
Si me han seguido uds. hasta aquí, igual ya saben por donde voy. Hace un par de años en Cataluña se eligió un govern que salió de las urnas con un mandato claro: 80% a favor de un referéndum. El govern, con su enorme retahila de peros posibles (que los hay, pero esto no trata de eso, que una cosa es equidistante y otra demagogo), no tiene, como les digo, poder para nada. Lo que tiene emana de su población, según la teoría clásica del estado moderno (si es que uds. creen en esas cosas, ya les aclaro que Mariano no). En este brete, el govern lleva desde entonces entre la espada y la pared, con casi casi una única obligación, una cosa que era lo único que tenía que hacer, quisiera o no (modo conspiración «on»: preferían no hacerlo). BUT, si no quería, lo suyo era deponer las actas y rendirse. Lo más probable es que sus sustitutos hubieran tenido un mandato clavadito al anterior. Ese 1% de poder que no tiene el Estado, verán, lo tiene la gente, pero su efectividad es muy baja porque no solemos estar de acuerdo en nada, ni siquiera en la necesidad de estar de acuerdo o no.
Grupo de personas estando de acuerdo. Representación gráfica.
Y ahora, un símil.
Ella se lo buscó.
Un greatest hit en tiempos pretéritos (o no tanto), hoy por hoy, está meridiano que esa frase implica culpar a una víctima de lo que su agresor, que era el que tenía el poder para hacer nada, o todo, y que por tanto tenía la responsabilidad de hacer todo, o nada, va y el muy cabrón hijoeputa hizo. Supongamos que estoy hablando con gente que puede estar, como mínimo, de acuerdo con eso.
El que tenía el poder, el que tenía la responsabilidad, quien, además, tiene que defender a la población, quien tiene que organizar la convivencia (organizador de convivencia: dicese del Estado, según la concepción moderna que de este se tiene a partir de los eventos de la revolución francesa y bla, bla, bla) muy por encima de defender un supuesto «estado de derecho» (que no es más que un instrumento, cuya legitimidad hereda de ser, precisamente, un buen instrumento, y no uno malo, Trujillo tenía un estado de derecho, y unos cuantos retoños, ilegítimos todos a tutiplen) era y es, y hasta que la cosa cambie, el gobierno central y sus tentáculos. La responsabilidad es del que viola, es del que mata y es del que levanta la porra y del que ordena que se levante. Es del que puede no violar, no matar, no levantar una porra.
La doctrina del miedo, dice Naomi Klein, es un sistema de control. Consiste en acojonar con las consecuencias peores en el futuro si no se siguen una serie de directrices que no seguiría nadie atendiendo a su presente. Se rompe cuando la ilusión de un futuro peor se pierde, porque el teatro de sombras falla y la credibilidad del vendedor de pócimas asquerosas se va a la mierda.
Ayer se dieron un montón de cosas en Cataluña, pero la credibilidad de unos, de una idea de Estado en el que supuestamente debemos confiar, que ya estaba tocada, dejó de existir. El poder entró en fusión del nucleo. El Fukushima español. Ya no sirve, este pacto que nos dimos entre todoszzzzZZZ. Se ha roto.
Con todo mi cariño, les deseo a todos ustedes, y a Espanya: bona nit, i bona sort.
Catalanes, qué majos son, saludando.
A ver si lo he entendido. Hay un montón de políticos corruptos que vieron en la propuesta independentista una vía de escape en plan simpa. Y el dueño del bar, Mariano, pensó: esta es la mía. Voy a dejar claro lo mal que me parecen este tipo de prácticas que lo único que consiguen es romper mi querido bar, España (léase con s aspirada /¡E´paña!/). Dos por uno: todos se olvidan del engorroso asunto de la pp-rupción y la próxima vez más votos para mí. Mariano Inmortal.
Entonces el asunto de la corrupción acaba, con la colaboración de los medios periodísticos que tan deontológicamente actúan, en una lucha de identidades culturales.
Y ahora, en un ejemplo de cómo movilizar a la plebe, se ha pasado de reivindicar una identidad cultural a la lucha por nuestras libertades, por nuestros derechos, por nuestros hijos que heredarán esta tierra. Ya no es un asunto de quién puede votar, de si el referendum es anticonstitucional, de si se puede cambiar la constitución… no, no. Hemos pasado a luchar por nuestra libertad de expresión. Como si el logro de la independencia fuese a borrar la corrupción y la incompetencia a uno y otro lado de la frontera.
No sé, a mi ese relato de que todo fue una vía para desviar la atención… pues sí, se puede leer que en medio de unos recortes brutales, reprimidos con la misma o más fuerza (en términos relativos a la peñuqui que había enfrente) que lo del domingo y con una clara opción de desgaste, el govern vio la posibilidad de subirse a un carro que la sentencia del TC del Estatut abrió.
Pero más allá de eso, si partimos de la base de que somos personas, tenemos derechos y que, a priori ni unos ni otros somos «más personas» o merecemos un trato diferente, la realidad es que los catalanes han votado lo que han votado, y han salido a defender lo que han salido a defender. Y un gobierno represivo ha sacado a la policía para darles de hostias sin un verdadero motivo, simplemente argumentando que «se lo merecían». Y yo vivo en ese Estado, y algo así es mucho más grave, porque los corruptos y los gobiernos van cambiando, pero la estructura del Estado es, hoy por la mañana, inapelable. Aquí no hay una lucha de identidades culturales, por mucho que el españolismo crea ver enfrente un reflejo de si mismo, aquí se está cuestionando el nivel de la democracia que tenemos, de su tolerancia y de las opciones que tenemos de tener una mejor.
En resumen, me da igual si esto empezó para tapar la corrupción o los recortes, se ha subido la confrontación al nivel de los derechos individuales que resulta que son mucho más importantes. Y en eso estamos.
Joder, el mejor artículo que he leído sobre la cosa. A sus pies, ¿le limpio las botas?
Buen articulo, demonios, pero/por eso mismo no esperes que te lo compre el País/tu país.
He dejado de leer tras el «80%».
Miente, tergiversa y manipula. Lo tiene todo para liderar el pruces.
A ver, Intel, que yo nunca he dejado de leerte por pensar que mentías/tergiversabas/manipulabas. ¿Donde quedan aquellas discusiones en el Maketo? Si te parece mal lo del 80%, me lo desmontas y yo trato de argumentar de otra forma por qué creo que CiU se subió a un carro que ya iba en una dirección, que si el gobierno central, o el estado (eligiendo a otros representantes) o el resto de actores se hubieran portado de otra manera, igual el referéndum no habría sido necesario, pero que acusar a JxS de ser el provocador/instigador de lo del domingo no se sostiene. Y que no tiene nada de demócrata ignorar a un parte de la población que hace una demanda pacífica y perfectamente razonable (por nimia: apenas piden tener derecho a preguntar, como si fuera posible quitarle a alguien el derecho a preguntar, a mi de pequeño me decía que por preguntar no pasaba nada).
Ayer Citizen Felipe salió a reforzar mi anterior comentario, by the way: esto ahora va sobre el nivel de democracia que queremos, que se nos va a quedar al resto pase lo que pase en Cataluña. Obviamente tanto él como el PP quieren usar la independencia para quedarse con un país más pequeñito pero bastante peor, en el que su gobierno sea absolutamente eterno.
España es un país centralizado a 99%…
Han intervenido la autonomía…
Afines contradictorias. Y no soy capaz de pasar de ahí. Ante alguien tan ciego como para decir que España es un estado centralizado poco hay que aprender.
Precisamente ahí está mi piedra de toque, don Rafael. El poder y la responsabilidad deben estar en equilibrio. El sistema de autonomías españolas supone un salto interesante en esa ecuación: el gobierno de una autonomía es elegido por sus ciudadanos, por lo que tiene una legitimidad que emana de estos, a lo que debería corresponder un poder. PERO, el poder que la autonomía NO viene de ahí, viene de la responsabilidad que le otorga el estado central.
Como quedó demostrado el 22 de septiembre, un gobierno en minoría puede suspender de facto ese poder tras una reunión de un consejo de ministros. Sin control parlamentario. Sin apelación posible. Sin que nadie exija una comparecencia.
Es decir, el poder de las autonomías no es real, es una delegación por parte del único poder que la interpretación actual de la Constitución reconoce: el que emana del pueblo indivisible, España al completo, traducido por su gobierno de turno. El actual, votado por apenas un 35% de los que se animaron a ir al colegio electoral.
Por eso digo que la descentralización es una patraña, una ilusión en la cual se elige a unos supuestos representantes que son en realidad subalternos de quien ha sido elegido por el resto de los españoles.
Hay otra versión de los hechos, a lo mejor más ajustada a la realidad. Tras el 9-N el frente independentista se agrupa y pide al pueblo una mayoría contundente para avanzar hacia la independencia y resulta que el «plebiscito», realizado con todas las garantías democráticas ( mesas plurales, apoderados, interventores , , con anticatalanes y todo) y resulta que quedan bastante lejos de la mayoría abrumadora que pretendían lograr, dejándose algunos votos con respecto a las elecciones anteriores y con un porcentaje de participación de esos que legitiman los resultados. Pero lejos de replantearse un poco la cosa y , ojo, amparados en una aritmética parlamentaria y control de las instituciones que emana del marco jurídico que pretenden superar ( en el fondo es hasta admirable la facilidad de los prusesistas para aplicar o no la ley en cada momento a su conveniencia) deciden una huida hacia adelante porque claro, la independencia y el referéndum debe ser ahora o nunca, ya que los probes nenes catalanes no tienen ni pa de come, y las fuerzas de ocupación están todo el día viola que te viola a las jovencitas esteladas y no tenemos tiempo para debatir la cosa está del referéndum y la independencia. Y como todo es tan urgente y corte tanta prisa, pues de paso para aprobar esto del referéndum lo hacemos de un día para otro con trampas y saltándose a la torera los reglamentos, dictámenes y todas esas nimiezas legales ideas por charnegos y demás gente de mal vivir.
Se vota y punto, y quien no esté de acuerdo es un facha. En cajas opacas, y precintadas ( si es que han cuidado todos los detalles los jodios) que lo mismo podrían traer 500 sies, todo sea por la democracia y el derecho a decidir.
Y después ver a gente votando dos veces, o en la calle, con colegios y mesas manejadas por independentistas,y con unos resultados que suman más del 100% de votos, resulta que los sies andan por los dos millones de votos, menos que en el 9-N. Pero ya podemos declarar la independencia porque los antidisturbios han irrumpido en la votación.
Voy a tener que ver el informativo infantil de TV3 a ver si consigo entenderlo.
Saludos y gracias por el comentario,
La hoja de ruta de JxS incluía irse directos a la independencia, sin pasar por la casilla del referéndum, si esa mayoría contundente se producía. No parece descabellado llegar a la conclusión de que el referéndum no es una «huida hacia adelante» si no un paso dado por quien sabe que más le vale ser prudente, porque los números no le respaldan.
Pero con quien no quiere atender a razones, como el gobierno de derechas que tenemos, da igual como plantees las cosas, todo será inaceptable. Dicen algunas voces, cada vez más, que el problema de la derecha española es que no sabe jugar a ganar, que solo sabe vencer y que cualquier cosa que no sea un rendición incondicional le parece inaceptable. Si no huele a napalm al amanecer, no lo quieren.
Pues bueno, pues muy bien, pues adiós.
Y en esos mundos de yuppie de la población loca de ganas por votar…al 37 por ciento ,pacífica y con claveles que solo quiere hacer una pregunta nimia como Quiere usted cambiar el Régimen Constitucional de cuarenta millones de españoles con el voto de dos,renunciando a la Soberanía Nacional ???? Una fruslería….que además seguro que no da lugar a más votaciones como ya pasó en Canadá y Escocia ( muy mencionados por cierto…)….En esa Arcadia Feliz sojuzgada por una Españsza intolerante….Donde entran las Cup y su anuncio de que empieza el mambo,la ANC y los Omnium con los escraches a políticos y su sistema palestino de escudos humanos????es acaso la democracia asamblearia un Régimen Deseable y de nivel como usted dice o simplemente es una percepción errónea mía ??
Salud y gracias por el comentario,
En Quebec se ha votado dos veces en 35 años. En Escocia una y tal vez el Brexit conduzca a una segunda por motivos obvios: después de votar que sí que se quedaban (en un UK dentro de una UE) va y el resto del país les cambia el trato a contra-pie, exactamente de la misma manera que ud. argumenta que no debería poder hacerse.
Respecto de la segunda cuestión, yo creo que el estado se está volviendo loco y está dando palos de ciego. Acepto propuestas para reformarlo, vengan de la Vall d’Aran o de Alcobendas. Pero algo hay que hacer, porque para mi este país ya no tiene detrás un estado legitimado por nada. Si gana la CUP, veremos, si gana Franco, nos iremos.
«Si gana la CUP, veremos, si gana Franco, nos iremos.»
¿A que hora dices que tienes los billetes para salir de España?
Porque esta claro que Cataluña no quiere independizarse y acabar arruinada, bienvenido al mundo real chaval.