No es ningún secreto que, desde hace algún tiempo (desde que Cebrián arruinó la empresa y se la vendió a unos halcones americanos, primero, y a la banca española, después), el grupo PRISA, y sobre todo el diario El País, están virando más y más y más hacia la derecha y el rajoyismo. Lo que sorprende, en realidad, es que el viraje no sólo no se lleve a cabo con discreción, sino lo muchísimo que se nota.

El último hito lo tuvimos ayer domingo, con la publicación de la encuesta de Metroscopia para las Elecciones Europeas. Hete aquí el gráfico:

La encuesta detecta un aumento de siete puntos en intención de voto del PP y tres del PSOE. En un mes. Es decir, Metroscopia considera que, de marzo a abril, el PP ha aumentado sus apoyos en casi un 20%, y el PSOE en un 10%. Correlativamente, Metroscopia augura un espectacular hundimiento de las principales alternativas a PP y PSOE, y sobre todo de UPyD, que perdería casi la mitad de sus votantes.

¿Qué ha ocurrido en este mes? ¿Se ha reducido el paro en dos millones de personas? ¿Ha ganado España un Mundial con gol de Mariano Rajoy? ¿Rosa Díez ha sido pillada in fraganti negociando con ETA? Nada de eso. La única novedad perceptible que pudiera beneficiar (es mucho decir) al PP es el nombramiento de su candidato, el carismático a la par que ilusionante Arias Cañete. Ha sido llegar Cañete y en un mes conseguir tan notable respaldo, a base sobre todo, como se puede deducir de la encuesta, de votantes de UPyD desencantados que ahora vuelven al redil de la manteca colorá y los yogures caducados.

El crecimiento detectado en el PP es aún más espectacular si nos atenemos a la intención directa de voto. Metroscopia le asigna un 15,8% al PP en abril, frente al 11,6% en marzo (es decir, un 40% más en un mes), y un 12,1% al PSOE (frente a un 13,2% en marzo; es decir, un 9% menos). UPyD baja del 4% en marzo al 3,3% en abril, mientras IU sube del 6,4% al 6,7%, lo que no le impide, como hemos visto en el gráfico, perder dos puntos (parece que, para Metroscopia, en la izquierda, menos es más: a menos apoyo directo, más estimación, y viceversa).

Digámoslo con claridad. Esto no es una encuesta. Es un NC Report en toda regla, y más aún de lo que estábamos acostumbrados hasta ahora. No creo que podamos hablar de datos recopilados por Metroscopia y luego laboriosamente cocinados para favorecer a quien convenga. No, al menos, en el caso del PP y su espectacular aumento. Y por una razón muy sencilla:

¿Cuál es la noticia de la encuesta? ¿Que PP y PSOE continúan empatados y que la participación es muy baja? Eso es lo que se deduce del titular de la noticia que acompaña a la encuesta, así como de la noticia en sí. Fernando Garea, el periodista que firma el análisis, habla de un «leve repunte» de los grandes partidos. Un leve repunte de siete puntos. Dos repuntes más y el PP conseguiría el mejor resultado de su historia.

Aquí no hablamos de un cambio de tendencia electoral detectado por la encuesta, sino de un cambio de tendencia ideológico (o de los nuevos amos, que tanto da) en el periódico. No se me ocurre una explicación mejor para un cambio de escenario tan drástico, que sólo en el blog de Metroscopia se intenta argumentar algo indicando que PP y PSOE están movilizando a su electorado… mientras se habla, al mismo tiempo, de una tasa de participación históricamente baja. Es decir, que se mantendría el escenario perfilado en anteriores encuestas, pero variaría enormemente la distribución electoral.

Un milagro demoscópico en toda regla, que supongo obedece a los tambores de fondo que subyacen a esta campaña: el miedo a un hundimiento tan pronunciado que pueda tener consecuencias importantes (una redistribución electoral mayor, favorable a otras opciones distintas del bipartidismo) en las elecciones verdaderamente cruciales de 2015, en las que se distribuirá todo el poder local y nacional, y casi todo el autonómico. Frente a ello, El País manda un mensaje de confianza y de desmovilización: no os preocupéis, que todo está bajo control; y en 2015, Gran Coalición.

Por supuesto, puedo equivocarme, y que lo que la encuesta dice detectar se corresponda con la realidad. Que, por algún motivo, los votantes fieles del PP y del PSOE estén volviendo aceleradamente al redil, y que al mismo tiempo el público cabreado con ellos caiga en la abstención. Pero, vistos los datos, o la ausencia de datos que avalen esta hipótesis, me parece enormemente inverosímil. Sospecho, por el contrario, que aquí tenemos una instrumentalización por parte del PP de su nuevo periódico, El País, encargado de hacerle entrevistas a Aznar mientras glosa las maravillas de la recuperación económica (y ahora, también electoral) del Gobierno.

La siguiente pregunta que cabría formular es si, además de grosera, la instrumentalización demoscópica puede ser eficaz. Desde luego, El País continúa siendo el mejor sitio para hacer estas cosas, el más influyente. En algo puede contribuir a mejorar los resultados de PP y PSOE. Pero hacerlo en las Elecciones Europeas me parece un error. Por dos motivos: primero, porque esta es una bala de plata que no puede utilizarse constantemente. Si ahora los resultados muestran un descalabro electoral, la próxima vez que las encuestas hablen de milagrosa recuperación el efecto sobre el electorado será menor. Y el segundo motivo, que el principal efecto electoral de las encuestas tiene que ver con el voto útil. Es decir, con infundir al electorado la idea de que, si vota a partidos minoritarios, estará tirando su voto a la basura, puesto que no obtendrá representación.

Esto tiene todo el sentido en unas elecciones generales o autonómicas, pero es mucho más absurdo apelar al voto útil en unas Europeas, dado que se trata de un sistema proporcional puro, en el que todos los votos valen lo mismo, y en el que con menos de un 2% de los sufragios se obtiene escaño; y porque, además, como ha quedado establecido son unas elecciones muy poco importantes para el electorado, ideales para hacer voto de castigo en una situación como la que vivimos. Paradójicamente, esto contribuiría a avalar que lo mismo las encuestas no mienten (o no mienten tanto), porque total, tando da. O eso, o que los partidos políticos que nos desgobiernan viven al día, sin ningún sentido estratégico, y no ven la hora de utilizar su nuevo juguete (El País) para favorecer sus aspiraciones, aunque sea a costa de cargárselo en un par de años.

En resumen: si quieren saber cómo está el patio, léanse el análisis de Note Zirve a partir de las últimas encuestas del CIS, que eso sí que es canela fina.