El telón de acero – Anne Applebaum

Este libro viene enormemente recomendado. Su autora es una periodista del Washington Post especializada en Europa del Este, ganadora de un Pulitzer por una investigación sobre el sistema del Gulag soviético. Corresponsal en Polonia en los años cruciales del hundimiento del comunismo, está casada con el ministro de Asuntos Exteriores de Polonia. Sí, sí, uno de los adalides de la estrategia de quitarle Ucrania a Putin (y ya ven: ¡Putin les quita Ucrania a los encargaos del nuevo gobierno ucraniano!).

applebaum

La temática (los primeros años de desarrollo del bloque comunista en Europa del Este, hasta la desaparición de Stalin en 1953 y el posterior estallido de la revolución húngara de 1956) es muy interesante, aunque cuenta con dos debilidades fundamentales. La primera, que Applebaum se centra sólo en tres países: Alemania del Este, Hungría y Polonia, obviando prácticamente cualquier referencia a Bulgaria, Rumanía y Albania, y con alusiones muy esporádicas a Checoslovaquia y Yugoslavia. Esta selección, que no se justifica explícitamente, tal vez obedezca a razones de oportunidad: Applebaum es de origen polaco. Es probable que también se maneje bien con el alemán. En cuanto a Hungría y el húngaro (que no es una lengua eslava, con lo que el asunto se le complica a cualquier investigador), su interés se justifica, si se pone ese marco temporal hasta 1956, porque es en ese país donde se produce el estallido contra la URSS con el que finaliza el libro.

Personalmente, me habría parecido mucho más interesante incorporar un estudio de la implantación del comunismo en Checoslovaquia, dado que fue el único país que era una democracia antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial, con lo que el trauma del paso de ese sistema democrático a la ocupación de dos totalitarismos de diverso signo posiblemente fue más acusado. Y, en general, es hasta cierto punto engañoso que se hable de “Europa del Este” cuando, en realidad, la autora sólo habla de la mitad de Europa del Este.

Pero, sobre todo, hay una debilidad sistémica que llega a poner de los nervios al lector, y es el extremado partidismo con el que se maneja la autora. La óptica de partida asume que los regímenes comunistas fueron exclusiva imposición de la URSS; que nadie los quería en los países en los que se impuso; y que fueron un fracaso. Aunque todo esto sea cierto, que lo es, el afán evangelizador de la autora resulta excesivo. Sobre todo porque no se limita a explicarnos lo malo que era siempre el comunismo en todo, cómo todas y cada una de las decisiones que se adoptaban eran malvadas, totalitarias y además contraproducentes. Sino que Applebaum también se afana en ofrecernos continuas lecciones morales sobre lo buena que es la alternativa, en cada caso: el sistema capitalista es siempre mucho más eficaz que cualquier otro, guiado por la mano invisible del mercado y el interés legítimo de los particulares; la unidad de los demócratas es indispensable, si bien hay que reseñar que algunos demócratas (los socialdemócratas) no lo son tanto; y, naturalmente, la Iglesia, como ejemplo de la necesaria colaboración entre razón y fe tan propia de los sistemas liberales, es lo más grande.

Ello ubica a Applebaum en un horizonte moral e intelectual muy característico, con tal nivel de implicación que no nos explicamos cómo es posible que esta periodista no esté aún en un montón de tertulias de los medios españoles; pero, en lo que se refiere al libro, resulta a menudo innecesario, al menos para el lector que no busca, a estas alturas, que le hagan constantemente pedagogía recordatoria de lo bien que estamos y lo mal que podríamos estar, de que “hemos ganado”… ¡Y menos mal! Y, en determinados aspectos (la Iglesia), resulta además muy irritante, y hasta ridículo. Veamos, por ejemplo, esta desgarradora descripción de cómo los malvados comunistas polacos tratan de ocultar un genuino milagro:

Tal vez el mayor estallido espontáneo fuera el que se produjo en 1949, en la ciudad polaca de Lublin. Empezó en verano, el 3 de julio, cuando una monja de la zona advirtió un cambio en el rostro de la imagen de la Virgen María que había en la catedral de la ciudad. La Virgen (…) parecía llorar. La monja llamó a un sacerdote. También él presenció el milagro, y ambos empezaron a rezar. Otros se sumaron a ellos. Con sorprendente velocidad (…) la noticia del milagro de la Virgen que lloraba se difundió por toda la ciudad (…) Por supuesto, no se produjo un anuncio público del milagro, y el régimen hizo lo que pudo para desanimar a los fieles (…) Los dirigentes comunistas se sintieron frustrados. Al principio evitaron que la historia apareciera en los periódicos con la esperanza de que se olvidara pronto. Sin embargo, cuando la gente siguió llegando al lugar, y cuando la plaza de la catedral se llenó de peregrinos, cambiaron de táctica (…) Las autoridades gubernamentales examinaron atentamente el cuadro milagroso, concluyeron que había resultado dañado durante la guerra y dijeron que las aparentes marcas en su rostro se debían a la humedad. Los altos cargos eclesiásticos, entre ellos el cardenal Wyszynski, fueron presionados para que declararan que el milagro era falso (pág. 538-539)

Esta intrínseca maldad del comunismo, capaz incluso de ocultar hasta los milagros más evidentes y clamorosos, abarcaba todos los aspectos de la sociedad, y ahí está Applebaum para relatárnoslo. Si uno era comunista, era siempre por medrar. La buena gente odiaba el comunismo, le tenía miedo, y hacía lo que podía o bien por ignorarlo, o bien por socavarlo.

Es una lástima, porque este enfoque tan clara y explícitamente partidista le resta mucho valor a una obra que, en sí, guarda muchos aspectos interesantes. Por ese motivo, es mucho mejor la parte inicial del libro, en la que estos países acaban de verse liberados del nazismo, las cosas no están totalmente controladas por el comunismo y Stalin medio disimula y permite que haya pluralismo político. También es una fase de absoluto caos, por razones obvias: con las ciudades destruidas y enormes masas de población desplazadas de sus hogares, que además se combinan con la brutal reordenación étnica que se produce en muy poco tiempo a lo largo de Europa del Este. Y no solo con los alemanes:

El régimen polaco finalmente se movilizó para deportar a los ucranianos, no a la Unión Soviética –allí podrían causar problemas-, sino a antiguos territorios alemanes del norte y el oeste de Polonia (…) A finales de abril iniciaron la Akcja Wisla, la Operación Vístula, una importante operación militar en la que participaron cinco divisiones de infantería, 17000 soldados, 500 miembros de la milicia, zapadores, pilotos y tropas del Ministerio del Interior (…) A finales de julio, esta enorme fuerza había conseguido desalojar a unos 140000 ucranianos de sus casas, los había subido a furgones mugrientos y los había trasladado a las zonas del norte y el oeste de Polonia (pág. 196)

Ese contexto inicial, más interesante y menos conocido, nos llega con mucha más objetividad que el rosario de calamidades que desplegará la autora para certificar lo malo que es el comunismo, que acaba desdibujando los hechos que narra. Entre otras cosas porque, más que hechos, lo que cuenta son testimonios ilustrativos de diversas clases sociales, o actitudes ante el comunismo, para explicar qué hacían los disidentes, los colaboracionistas, el público menos politizado, … Y concluir siempre lo mismo. Comunismo = ETA perroflauta con una muleta letal. Oposición al comunismo = Adolfo Suárez.

Esa es la debilidad fundamental del libro, que le hace perder enteros y cuyos contenidos acaban palideciendo (aunque sean mucho más minuciosos, por específicos) frente a obras mucho más imparciales, como la mítica “Postguerra” de Tony Judt. Es la constatación de que un libro que está continuamente denunciando un malvado sistema político caracterizado por el dogmatismo y la uniformidad ideológica se caracteriza, a su vez,… por el dogmatismo y la uniformidad ideológica. Poca autocrítica para tanta crítica.

Y es que uno, la verdad, tampoco acaba de entender el porqué de tanta inquina con los rusos y la URSS. Total… ¿qué tiene la autora, polaca -de adopción y creo que también de origen-, contra los rusos, eh? ¿Qué le han hecho los rusos a ella? ¿Tres repartos sucesivos del reino polaco en el siglo XVIII, hasta que éste acaba desapareciendo? ¿Una vida de servidumbre durante 150 años bajo el yugo de los zares hasta lograr la liberación en la Primera Guerra Mundial? ¿Otra guerra, justo a continuación, entre Polonia y la URSS en la que los bolcheviques hacen el ridículo? ¿Un ataque a traición para repartirse Polonia con los nazis en los inicios de la Segunda Guerra Mundial? ¿La técnica de los “dos pasos a un lado” de Polonia (es expresión de Churchill, el adalid de la democracia y los principios), quedándose con territorios alemanes a cambio de los territorios orientales que se había pillado la URSS? Casi cincuenta años de colonialismo ruso-soviético teniendo al país más católico de Europa bajo el comunismo? ¿Eso es todo? ¿Y así pagáis tantos años de cooperación e intercambio cultural, montando folloncitos en Ucrania?


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  1. Comentario de Eye (26/03/2014 22:25):

    En 2004, John Dolan comentó otro libro de Applebaum, Gulag, explicando un detalle curioso: estos libros condenando el comunismo suelen estar escritos por occidentales y para occidentales, porque en la antigua URSS el tema no se trata demasiado y la mayoría de los rusos lo ven con cierta indiferencia.

    Tal que así:

    So we wait for the Russians to start moaning and gnashing their teeth over the GULAG, as we would wait for a bereaved family to start keening over their loss. We’ve been standing nervously outside the Russians’ hut for over a decade now, waiting for those banshee wails to trigger our public tears.

    And there’s been this silence — at first puzzling, then offensive. And at last, realizing that these shameless Russians aren’t going to start their own rites, we decided to do the job ourselves.

    […] To her credit, Applebaum knows and admits that the Russians themselves aren’t interested in commemorating the victims of the camps. She mentions that the only monument they have in Moscow is a single stone from the Solovetsky Islands. We lived a block from that stone, and for two years we walked past it nearly every day. I don’t recall seeing anyone take notice of it, even once. It sat there, splattered with birdshit, facing Lubyanka — completely forgotten. By contrast, the statue of Dzerzhinsky, though exiled to the Statue Garden by the river, is covered with curses and homage, just biding its time.

  2. Comentario de mictter (27/03/2014 00:23):

    En cuanto vi el título, adiviné el contenido del artículo, pues hace ya un tiempo que evito leer los artículos de la señora Applebaum (¿por qué no ‘Apfelbaum’ o ‘Appletree’?) tras haber sufrido lo mío en slate.com. Rabiosamente neocon, la buena señora.

    Un ejemplo: su último artículo en Slate, sobre Ucrania, Crimea y demás (espero que los dioses de la moderación no se carguen mi comentario). La buena señora nunca dejará que la realidad contamine sus tesis, por ejemplo esta frase: “In truth, we’ve had very little influence on Russian internal politics since 1991…” Claro, Occidente no tuvo nada que ver con la liberalización a lo cafre de los 90, no con el pucherazo de la reelección de Yeltsin.

    ‘Postguerra’ de Judt me descubrió muchos detalles de lo que fue la transición al comunismo en los países de Más Allá del Telón. Ojalá cundiera el ejemplo y tantos periodistas, analistas y expertos en general se dieran cuenta de que normalmente bastan los hechos para hacerse una opinión.

  3. Comentario de auskalo (27/03/2014 08:05):

    Qué desperdicio de lectura, ¿no?

  4. Comentario de Teodoredo (27/03/2014 08:25):

    A mí el Posguerra de Judt me entretuvo, aunque creo que dista mucho de ser imparcial.

    En wikipedia pone que esta buena señora nació en los Yuesei, así que sí, es muy posible que se inscriba en la categoría de autores occidentales de libros no demasiado serios sobre el comunismo para occidentales, junto con lumbreras como T.G. Ash, los del libro negro del comunismo, el propio Robert Conquest a decir de algunos etc. La wiki también dice que al menos habla ruso. Wat y Milosz lo comentan en “Mi siglo” a propósito de los simpatizantes comunistas occidentales: “tanto que les gusta la Unión Soviética y ninguno habla ruso”.

  5. Comentario de keenan (27/03/2014 10:37):

    Por mi corta experiencia con polacos, cualquier experanza de una mínima objetividad en sus opiniones es totalmente vana. Polonia es la España que le gustaría al PP: una mezcla imposible, pero muy real, de liberalismo económico y doctrina crisitana. Odian por igual a rusos y alemanes, y por extensión a casi toda la UE, y le ponen ojitos melosos a los yankis. Es gente que no se ha pasado la pantalla de la WWII.

  6. Comentario de desempleado (27/03/2014 10:50):

    Pues de un talante parecido es el último que ha publicado la editorial “Pasado Y Presente”: “La Maldición de Stalin”. Lo compré puesto que tengo prácticamente todos los libros que dicha editorial ha publicado. ¡Menuda desilusión! Será que soy un estalinista de tomo y lomo pero acabé su lectura muy, muy enfadado ya que pecaba de todo lo que comentas en tu crítica. A partir de ahora andaré con más cuidado.

  7. Comentario de Teodoredo (27/03/2014 10:59):

    #6 ¿Qué tal el de Montefiore? ¿Vale la pena? He oido que habla de Stalin como si fuera Eta, es decir, dejando claro en cada página que era malo, malísimo, no vaya a ser que lo acusen de no-centrismo.

  8. Comentario de mictter (27/03/2014 11:06):

    #5

    Nuestros queridos próceres podían imitarles al menos en lo de suicidar a medio gobierno tratando de aterrizar en medio de la niebla en un aeropuerto no preparado y todo para montar un acto para tocar las pelotas al país anfitrión. Kaczyński y compañía eligieron la mejor forma de irse…

  9. Comentario de Casio (27/03/2014 11:54):

    Si van a ser los polacos los que van a escribir la historia de Europa en el siglo XX en las universidades americanas tenemos un problema.

    A mi Tony Judt tampoco me parece muy imparcial, y el “olvido” de la autora de Checoslovaquia, es lógico. Fue el único pais de los que le habian tocado al tito Stalin en Yalta donde los comunistas llegaron al poder por las urnas. En Grecia podrian haber llegado tambien, pero estaban fuera de límites.

  10. Comentario de Guillermo López García (27/03/2014 12:49):

    Tony Judt es pro socialdemocracia y pro Estado del bienestar. Y se nota en sus textos. Pero el tratamiento de los datos y el análisis subsiguiente son serios y rigurosos. O a mí me lo parecen. Desde luego, a años luz de este libro. No considero una pérdida de tiempo su lectura, porque incluía datos interesantes (sobre todo, de los primeros años). Pero, en efecto, el tema da para muchísimo más, y mejor enfocado, que lo que se ofrece aquí

  11. Comentario de Teodoredo (27/03/2014 12:56):

    TJ me pareció adecuado, en general, analizando los países del Este. Cuando tocaba los del oeste me pareció bastante triunfalista, en plan “como molamos”. Muy poco crítico. Me parece bastante más acertado Josep Fontana, que tiene leña para todos.

    Para una visión más anneapplebaumiana recomiendo la historia del siglo XX de Paul Johnson, un tochaco que en espanis saca la editorial del grupo Intereconomía (jurjurjur), Homo Legens, en una pésima traducción. Éso sí que es cerrazón de la buena. Y aun así no considero que sea una pérdida de tiempo leerlo, igual que seguro que tampoco lo es leer a AA: por los datos (muchos de los cuáles hay que tomar con pinzas y contrastar), por el entretenimiento, por las risas y porque se le ve el plumero cosa bárbara.

  12. Comentario de Casio (27/03/2014 13:16):

    Pérdida de tiempo Tony Judt, no, tampoco digo eso. pero tendeciosillo, sí. Socialdemocrata a la británica, es decir dos gotas de leche socialdemocrata en una taza de té casi liberal. A mí Postguerra me gustó, aunque dejaba un poco en el alero, en un libro lleno de juicios, juzgar el empeño de EEUU y la OTAn de remilitarizar la RFA, en contra de los pactos iniciales con la URSS de mantenerla neutral. Que los sovieticos eran muy malos, sí, como Putin, pero eso de ampliar tu zona de influencia a base de forzar las cosas no es la primera vez que se intenta en Europa por parte de los buenos y honestos americanos.

  13. Comentario de David (27/03/2014 13:38):

    Yo de puta casualidad acabo de leer este libro hará un par de semanas o así. La verdad es que mi resumen de la experiencia es que son horas de lectura que nunca recuperaré. Vaya forma de hacer política fingiendo hacer historia. Dicho lo cual soy comunista y esto puede haber influido en mi postura :-) Pero una cosa es poner de manifiesto las limitaciones o si se quiere los crímenes de la URRS y otra es hacer sovietología maniquea.

  14. Comentario de Destripaterrones (27/03/2014 15:17):

    A mí lo que me molesta de Judt es su manera de presentar los datos, a cuentagotas, y como ilustrando su opinión, en vez de presentar todos los datos, y luego hacer un análisis propio.

    No creo que sea tan tendencioso. Aunque él mismo se considera socialdemócrata, la gente le echaba en cara su altivez y displicencia, también con los laboristas y socialdemócratas, a los que también reparte. La presentación que hace del “milagro económico alemán” es demoledora, demostrando que el rápido crecimiento de la RFA se debió a las grandes masas de mano de obra sureña, que no disfrutaron de los derechos laborales formales que sí tenían los alemanes autóctonos.

    Democristianos y liberales también se llevan lo suyo. La presentación de las (discretas) credenciales antinazis de Adenauer, frente a las auténticas de su más sufrido rival Schumacher; o el frío, y por ello más duro, análisis del thatcherismo son prueba de ello.

    Por otra parte, el epígrafe dedicado a la Rumanía de Ceaucescu es genial. Nicolae tenía dos grandes objetivos: el pago de la deuda soberana y el aumento de la natalidad prohibiendo los abortos, y para ello expuso su país a grandes sufrimientos. A años luz estamos…

    Su análisis de las economías del Bloque Oriental no me pareció maniquea, pero me dejó con ganas de más, es demasiado general. Si alguien sabe de autores, cuanta más variada su ideología mejor, que traten específicamente este tema, agradecería que salieran nombres.

  15. Comentario de atticus (27/03/2014 15:29):

    En una cosa tiene razón: el comunismo era malísimo. Lo cual no hace bueno al capitalismo, ni mucho menos, pero nos recuerda cómo los más bonitos sueños terminan convirtiéndose en pesadillas. Entrañables redentorismos que devienen en estados policiacos, opresivos y tan injustos como aquellos a quienes pretendían superar. Qué difícil es conciliar libertad con justicia social. Debe ser la condición humana. Ay.

  16. Comentario de Marc (27/03/2014 17:18):

    Hola, viendo el nivelazo en los comentarios seguro que me podréis ayudar.
    Me interesa mucho la etapa en que la economía soviética se estanca, que paso para que un sistema que había permitido industrializar un país medieval a una velocidad vertiginosa, fallase. Justo cuando según Brézhnev se iba a llegar a la etapa del comunismo se fue todo a tomar por culo.
    Algo he leído de no saber orientar la industria hacia los bienes de consumo. Pero la verdad es que soy un autentico ignorante. Si me podéis recomendar artículos o libros que hablen de esa época os lo agradecería.

    Saludos y felicidades por la pagina!

  17. Comentario de Álvaro (27/03/2014 18:15):

    Lo mejor de Checoslovaquia es que era el país donde el partido comunista tenía mejores resultados electorales y mayor número de militantes, pero al poco tiempo no lo quería ni la madre que lo parió. Pero el pobre Klement Gottwald, al que le tocó ser la correa de transmisión del estalinsmo, murió alcoholizado y medio subnormal tras el proceso Slansky -un fiestón- y tener que firmar las sentencias de muerte de sus compañeros en los primeros días, gente honrada, capaz y fiel al socialismo. Pero claro, todos pensáis en las miles de personas encarceladas, nunca nadie en Klement. Él no os da pena. Doble moral.

  18. Comentario de Sr. Lobo (27/03/2014 20:23):

    Vivo en Varsovia. El último párrafo es crucial. Polonia es un país rusófobo. Y no digo que sin razones históricas. Pero lo veo en el día a día y es xenofobia pura. Odian todo lo cercanamente parecido a ruso como reafirmación de lo distintos que son ellos en todo a Rusia. Rusia y comunismo, para ellos, sigue siendo lo mismo. En ese sentido, la autora es muy “polaca”, pues el mensaje político mainstream polaco, que comparten todos los políticos y una enorme mayoría, es recalcar lo malo que era el comunismo en contraposición al maravilloso capitalismo salvaje de negocios 24h 365d, sin día festivo a la semana (en este país tan católico) y lleno de cadenas y publicidad que invade todo lo que la vista alcanza. Llevo viviendo un año aquí, lo cual según los cánones de LPD me convierte en todo un experto, y de verdad que la “anticomunismo-rusofobia” polaca roza la paranoia y es, me parece a mí, un útil invento de los políticos ultraconservadores de éste país para echar todos los balones fuera, hacia el Este concretamente, y reafirmar que lo libre y democrático es trabajar por un salario mínimo de 300€ e ir a misa todos los domingos, que la pobreza material y la hipocresía en lo sexual es lo definitorio del buen patriota polaco.

    Bueno. Y después de soltar la bilis, también diré que es un país maravilloso en su manera.

  19. Comentario de Sr. Lobo (27/03/2014 20:26):

    Un pequeño ejemplo de lo que digo:

    http://www.publico.es/internacional/370466/kaczynski-alienta-las-teorias-de-conspiracion

  20. Comentario de Destripaterrones (27/03/2014 21:52):

    #15 Cierto, nunca está de más recordarlo. Toda alternativa, incluidas las inspiradas en autores marxisas, al sistema capitalista actual merece un análisis ponderado, pero la prepotencia con la que algunos comunistas reivindican el “socialismo real” da ascopena.

    #16 Igual te sirve “Red Plenty”, de Francis Spufford. Había una reseña muy buena en la web Politikon, que no enlazo por si las moscas.

    #17 ¿Fue simplemente una torpeza de Stalin, que no sabía considerar la importancia de la opinión pública? Porque estratégicamente, para la URSS lo peor de éso no fue perder Checoslovaquia, sino que a partir de entonces el prestigio del comunismo a nivel mundial y sobre todo europeo (especialmente occidental) quedaba en entredicho.

    #18 Lo que dices me resulta bastante familiar (soy vasco), pero no es el tema.

  21. Comentario de Casio (28/03/2014 09:16):

    #16 Te puede venir bien “Un Imperio Fallido” de Vladislav Zubok, no es dificil de encontrar.

  22. Comentario de desempleado (28/03/2014 09:43):

    Teodoredo: Montefiore no está mal. Ha escrito dos tochetes sobre Stalin: “La Corte del Zar Rojo” (la vida de este tras la Revolución) y “Llamadme Stalin” (antes de la Revolución). Te recomiendo que los leas por orden (no como yo hice) ya que la juventud de Stalin es clave para comprender su posterior deriva. La suya y la de todo el partido, vamos. No obstante, si lo que te va es la droga dura, lee a la Eta, lee a Domenico Losurdo (“Stalin: Historia y crítica de una leyenda negra”). Sencillamente brutal.

  23. Comentario de Teodoredo (28/03/2014 11:06):

    #22 Gracias desempleado por la info. No conocía al tal Losurdo, he visto que en libgen tienen “Liberalism: a Counter-History”. Habrá que echarle un ojo.

  24. Comentario de Álvaro (28/03/2014 11:11):

    #20 Pasó en todos los países del Este, no sólo ahí, ninguno se libró del estalinismo y tuvo que juzgar y condenar inocentes en procesos de mofa. Perder lo mejor de sus cuadros. Moscú no se podía permitir otra Yugoslavia. Dicen que cuando se hicieron con la bomba atómica se pudieron relajar y cambió todo bastante. El problema entonces fue los pequeños estalincitos que habían creado en cada país, que se negaban a desestalinizarse como, para su sorpresa, les pedía Moscú, pero esa es otra historia.

  25. Comentario de desempleado (28/03/2014 11:42):

    De nada, Teodoredo. El de Losurdo sobre el liberalismo lo editó en ejapnya “el viejo topo” (más Eta). Muy bueno también.

  26. Comentario de Armin Tanzarian (28/03/2014 11:46):

    Como marido de polaca (cinco años) creo que también cumplo con los criterios LPD para opinar sobre Polonia y coincido 100% con Keenan y Sr. Lobo.

    Habría que añadir el matiz de que a la rusofobia se une un cierto imperialismo con todo lo que toca a Ucrania (y a Lituania y Bielorrusia). Son muchas matanzas y exilios forzosos los que han hecho en Lvov y alrededores como para que quieran renunciar fácilmente a ese trozo de tierra. Aún no se han olvidado del imperio (más bien “imperiete”) que tenían montado en su momento.

    Además, el haber pasado las de Caín cuando la SGM les ha dado una especie de carta blanca internacional (como al estado de Israel en su momento) por la que parece que sean incapaces de nada malo. Lo mejor de esta crisis fue el ministro de exteriores polaco diciendo a los manifestantes que aceptaran el acuerdo muñido por OTAN, Merkel y Polonia o les iban a matar (literal). En plan “yo no tengo nada que ver en esto, pero os lo digo por siaca…”

    En el lado bueno, Cracovia es muy bonita, eso sí.

  27. Comentario de galaico67 (28/03/2014 12:23):

    Como imperio en la administración dejaban un poco que desear, pero en tamaño si que ya se le podía llamar imperio, con todas las letras…
    Y , hoyga, un respeto, que salvaron a la civilización occidental del turco

  28. Comentario de Teodoredo (28/03/2014 12:32):

    Ya que sale el temita de los procesos escaparate no puedo no recomendarles a los frikis de siempre que vean “Mission to Moscow”, que está en youtube enterita; es la versión fílmica de las memorias del embajador yanki durante su estancia en la SU en los maravillosos años del Terror. Es una gozada ver cómo el buen hombre se traga el anzuelo con patatas (para los frikis gromenauer, es la peli que menciona Tzouliadis en “Los olvidados”).

  29. Comentario de Armin Tanzarian (28/03/2014 12:54):

    Galaico,

    De acuerdo en lo del tamaño (y añado los tan hispánicos huevos e integrismo católico) pero para mí un imperio tiene que ser más global, en el sentido en que su influencia se tiene que notar en una parte considerable del orbe (o de lo que se conociera del mismo, caso de la antigüedad clásica). Lo de Polonia sería más bien una potencia regional, siempre amenazada por Teutones, Suecos, Turcos y Rusos.

    También es cierto que no se les da el suficiente crédito por liberar Viena. En un parque de la ciudad hay una estatua de un cosaco (ucraniano; je, je) como homenaje y poco más. No recuerdo qué parque porque iba ebrio.

  30. Comentario de Sr. Lobo (28/03/2014 16:24):

    #20 Tu comparación es curiosa teniendo en cuenta que yo también soy vasco. Te aseguro que lo de Polonia es otro rollo. Ese discursito rusófobo lo tiene asimilado toda la población, la gente mayor que ha vivido el socialismo real y los jóvenes criados en éste precioso patriotismo católico con lo mejorcito de Thatcher y Rouco Varela en un mix. Y es un detalle a tener muy en cuenta en la política nacional e internacional de Polonia, aún sin los gemelos infumables dando por saco.

    #26 Coincido en todo. También parece que les permite tener carta blanca para soltar las cosas más retrógradas y con menos poco tacto en conversaciones personales sobre éstos temas, siempre amparándose en su dura historia. Sí, yo es que he hablado mucho de éstas cosas con gente desconocida, sobre todo de noche. Deporte de riesgo sabiendo cómo se las gastan cuando le dan al soplo.

    Me da mucha penita, he hecho amigos en éste país y los polacos me parecen una gente muy digna y auténtica, con una historia de resistencia en el siglo XX ejemplar, me encanta todo lo relativo al Levantamiento de Varsovia o la resistencia dentro de Auschwitz (con sus republicanos españoles por allí, ojito), los padres y abuelos de ésta gente tuvieron los testículos cuadradísimos. de verdad que me da penita, porque están muy jodidos, es un país duro para vivir con éstas ideas imperantes y el eterno fantasma ruso-comunista impidiendo cualquier cambio.

  31. Comentario de atticus (30/03/2014 13:30):

    Ahora que Ucrania se ha puesto de moda, recomiendo la lectura de “Taras Bulba” o la película interpretada por Yul Brynner. Las complejas relaciones entre los cosacos y los polacos. Una delicia.

  32. Comentario de Destripaterrones (30/03/2014 18:00):

    #24 No, si ya, éso también lo explica bien Judt. Lo que no entiendo es por qué los soviéticos a Rumanía le dejaron ir un tanto a su bola, y en Checoslovaquia montaron lo del 68, siendo la reforma también de inspiración comunista. ¿La geografía lo explica todo?
    Y es que según Judt la forma en la que los estalinistas pierden los corazones y mentes de los checoslovacos, y con ellos los de Occidente, es de dar vergüenza ajena, casi de peli hollywoodiense, con comunistas estúpidos y torpes.

    #30 Entiendo que es como si en Euskadi los batasunos de línea dura fueran mayoría.

    #31 Yo leí el libro hace años, y me pareció algo así como una película de moteros de época. Me parece que no capto la doble lectura de Gogol.

  33. Comentario de carles (30/03/2014 18:21):

    hoygan, que le estoy intentando explicar a mi esposa checa -de padre ucraniano, tomen doble combo- que lo de su país con el comunismo tampoco fue para tanto y me he visto obligado a refugiarme en el lavabo…
    Yo compré el libro en inglés esperando encontrar una visión del conjunto de países bajo control soviético y me decepcionó verlo centrado sólo en tres países.Perdónenme pero como tengo el vicio de leer rápido no supe ver la doblez del libro…
    He leído a Conquest en “The Great Terror”,y aunque fuese asesor de Reagan su análisis de la personalidad de Stalin me parece bastante ecuánime.

  34. Comentario de Pablo Ortega (31/03/2014 04:09):

    Un poco más y acá se ponen nostálgicos con la Unión Soviética xD. En fin, todos sabemos que “no fue para tanto” hacer colas infinitas para poder comprar leche, pollo o aceite (y eso cuando había), estar anotado en listas de espera larguísimas para poder ser operado por una sanidad mediocre pero que eso sí, se vendía como la mejor del mundo, y en general poder vivir en un sistema donde ganaba lo mismo un albañil que un ingeniero.

    Sí, es que tenemos que agradecerle al “padrecito” Stalin, a Fidel, Mao y demás héroes de la revolución que no nos muramos de hambre como África…

  35. Comentario de Teodoredo (31/03/2014 07:11):

    #34 No sé cuán mediocre sería la sanidad soviética, pero en todo caso lo que propone parece mejor que morirse por no tener dinero para pagarse la operación al más puro liberal ‘style. El zoo d’en Pitus se escribió en Catalunya, no en la SU.

    Respecto a lo del albañil, entonces el pasado reciente de Espéin, con sus albañiles cobrando *más* que los ingenieros ha de parecerle marxismo puro, aplicado, ¿no?

  36. Comentario de Santi (31/03/2014 11:06):

    #34 Pues entonces los rusos deben de ser masoquistas: http://www.libertaddigital.com/mundo/un-66-por-ciento-de-rusos-siente-nostalgia-de-la-union-sovietica-1276268205/

    Dicho lo cual, yo también estoy contento de que no tengamos entre nosotros a la trampa del socialismo real que tanto entretuvo en el pasado a opositores e inconformistas. Menudo vano entretenimiento, ponerse a defender formas diferentes de la propiedad del dinero. Que estamos hablando de dinero, oigan, no de un palo que puede servir tanto para empalar como de muleta.

  37. Comentario de pululando (31/03/2014 14:43):

    Se me ponen de un fino… ahora hay conocer el arbol familiar de los “useños” que escriben de historia. Que digo yo que lo que importará será lo que escribe y no si sus primos militan en Solidardad, votan al la Plataforma Ciudadana… o a los herederos del Movimiento Palikot. Que en Polonia también hay comunistas como en todas partes. A ver si porque aquí nos gobierna Mariano no vamos a poder cagar sentencias… y reinventar la historia como todo hijo de vecino. Luego ya cada cual que se monte la película como quiera.

  38. Comentario de pululando (31/03/2014 14:48):

    Y quieran que no el que conozcan el idioma de las fuentes seguramente ayude a los “historiadores”…que hay mucho sajón pontificando por ahí que no lo hace.

  39. Comentario de parvulesco (31/03/2014 15:40):

    Hace un par de días iba fumado y me salió un cálculo guerracivilista pa poner las cosas en perspectiva,

    se estima que 1.5 millones de personas murieron en el gulag soviético entre 1929 y 1953, sobre 170 millones de población (1945), esto es un 0.88%.

    Sólo la represión franquista en la retaguardia causó entre 150.000 y 400.000 muertes, sobre 25 millones, está entre 0.6 y 1.6%.

  40. Comentario de Santi (31/03/2014 16:08):

    Qué cosas hace usted fumado. Quiero aclarar que mi alegría por la desaparición de la falsa alternativa no es por las razones que uno pueda leer en El País, sino porque ofrece quizá la ocasión, a todos esos revoltosos y críticos que no admiten sin más que lo que es bueno para los diners haya de ser bueno para la gente (recuerdo aquí un intento mío de trasmitir esta sospecha a Mauricio: vano intento), a aquellos que, en definitiva, sienten que la forma de gobierno que nos ha tocado, lejos de ser la menos mala de las posibles, representa simplemente la más acabada, progresada y perfecta de las formas de dominio (no en vano está basada en la confusión consistente en que puede haber una cosa llamada pueblo distinta de aquélla sobre la que el poder se ejerce: ¡qué cosa fantástica, un pueblo que ejerce el poder! Menudo contradiós, y menudo éxito que tiene); la ocasión para esas gentes, decía, de ir en contra de lo que verdaderamente nos mata sin tener que sostener, con el gasto de energía y la necesaria asunción de trolas sinnúmero que ello supone, formas de poder supuestamente alternativas.

  41. Comentario de galaico67 (31/03/2014 16:24):

    Bueno, Parvulesco, te olvidas de la Gran Hambruna del 31-33 ( que no solo afectó a Ucrania y que, aunqe no dudo de que existiera una hambruna letal, dudo que se llegara a 4 millones de ucranianos muertos) y, en la represión franquista habría que contar toda la mortalidad asociada a la postguerra – comparandola con la portuguesa en esos años, con una situación socioeconómica parecida- antes de ponernos con las cifras. Porque lo que es aquí, carencias en los 40, todas las del mundo.

  42. Comentario de parvulesco (31/03/2014 17:36):

    No, no me olvidé, el Holomodor ucranio me salió a 7.7 y 29% de muertes/población, la media sería del 18.35%.
    La Gran Hambruna irlandesa fue del 12% y las muertes por hambre en la India británica fueron del 24%.

  43. Comentario de parvulesco (31/03/2014 17:38):

    Si tenemos en cuenta 4 millones de muertes por el Holomodor y una población de 30.9 millones, es un 12.9%.

  44. Comentario de Teodoredo (31/03/2014 18:14):

    [Es Holodomor] Parece que el ministro de finanzas de un gobierno alemán que se ha anexionado los mercados y el poco gasto social que había en los países periféricos ha comparado a Putin con Hitler, qué cosas.

  45. Comentario de Pablo Ortega (31/03/2014 18:37):

    Y ya tenía que salir Teodoredo, con esa manía de la extrema izquierda en tildar de radical a todo aquel que ose oponerse a sus principios, a decir que yo estoy a favor de la privatización de la sanidad. Más bien quisiera yo que la riqueza petrolera de mi patria se destinara a que tuviéramos una salud pública de calidad, que para algo pagamos impuestos.

    Y ojo, yo también estoy entre los que piensa que el capitalismo es lo menos malo que hay para regir a la Humanidad por ahora, junto a la democracia.

  46. Comentario de Teodoredo (31/03/2014 18:47):

    #45 Gracias por pensar que soy de la extrema izquierda (aunque la realidad no sea para tanto), pero yo no he dicho, ni tan siquiera de manera implícita, que usted esté a favor de la privatización de la sanidad.

  47. Comentario de galaico67 (31/03/2014 19:10):

    Teodoredo, la extrema izquierda ya no es lo que era. Desde que han cambiado la posición del centro y estrechado las orbitas de socialdemócratas y liberales estilo europeo, extrema izquierda es cualquiera que esté a favor de la derogación del concordato, de un referendum para decidir entre monarquía y república y de llegar a un sistema fiscal federal.
    Si ya pide el socialismo, le dan en la cabeza sin avisar

  48. Comentario de keenan (31/03/2014 19:41):

    #47 En España ni siquiera nos referimos a ellos (a cualquiera que se vaya a la izquierda de la estrecha vereda que marcan desde Genova y Ferraz) como extrema izquierda, mejor ETA/Terroristas:

    http://www.elmundo.es/madrid/2014/03/31/53398550268e3e946e8b4580.html

  49. Comentario de Teodoredo (01/04/2014 08:34):

    Pues sí, tienen ustedes razón, han hecho que socialdemocrátas estilo V. Navarro parezcan bolcheviques.

  50. Comentario de asertus (01/04/2014 11:43):

    @galaico67 lo del sistema fiscal federal vale para que algunos puedan poner los impuestos un poco por debajo de los tipos máximos, o solamente para subirlos??

  51. Comentario de galaico67 (01/04/2014 21:46):

    Va porque el Estado recaude lo que necesita para su funcionamiento – un 36/38% de la recaudación- y no el 70% y luego ejercer de padre repartidor todopoderoso/macho alfa que luego se lo gasta en vino, mujeres…digo AVEs, autopistas radiales, aeropuertos y demás chuminaditas.
    Vamos, que soy partidario de un poder central que se ocupe de poner orden en el juego, sancionar a los tramposos y prestar unos servicios mínimos, no a hacer de banca, de jugador y de croupier

  52. Comentario de parvulesco (02/04/2014 15:18):

    Galaico, qué es eso del federalismo fiscal, no eres más que un maldito nacionalista insolidario y excluyente, vuelve a tu caverna etnicista.

    Pedir sanidad pública ahora es de bolcheviques? Cómo está el patio…

  53. Comentario de Destripaterrones (02/04/2014 15:26):

    Parvulesco, tú lo sabrás mejor que nosotros, pero lo de equiparar sanidad pública con bolchevismo parece que se estila bastante por EEUU.

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