Nostalgia de la derecha civilizada de Libertad Digital

Los más jóvenes del lugar no pueden creerlo, pero hubo un tiempo en que Libertad Digital constituía la quintaesencia del ultraderechismo en España. Si uno quería saber por dónde iban los tiros en la derecha montaraz, se iba a Libertad Digital y observaba qué es lo que había.

La propuesta informativa de Libertad Digital consistía en coger teletipos de agencia y darles un titular con “gancho”, tipo “Zapatero le vende España a la ETA a cambio de medio kilo de chistorra”. Es decir, Libertad Digital manipulaba la realidad a su antojo, y además crispaba que daba gusto, gracias al altavoz mediático de su editor, Federico Jiménez Losantos, en la Cope, y a un amplio elenco de columnistas a cual más ultra (pongan Ustedes su raíz favorita tras “ultra”: liberal, madridista, conspiranoico, reaccionario, …).

Hasta que, poco a poco, Libertad Digital comenzó a perder fuelle. Perdió notoriedad en el espacio público. Sus informaciones y opiniones, pasado el momento de gloria de Luis del Pino y sus inenarrables Enigmas del 11M, pasaron a segundo plano. La ultraderecha cambió de medio favorito y sustituyó, en un proceso que duró varios años, a Libertad Digital por Intereconomía.

La opinión común dicta que Libertad Digital se hundió por la combinación de dos factores: la pérdida del altavoz de la Cope y sus millones de oyentes por parte de Federico y César Vidal, por un lado; y la derrota de Aguirre en su pulso con Rajoy por el control del PP en 2008, por otro.

Sin embargo, y sin negar la importancia de estos factores, hay que decir, con la claridad que da la distancia, que algo fallaba en Libertad Digital: y lo que fallaba es que su ultraderechismo resultaba, y resulta, excesivamente moderado y ambiguo, a todas luces insuficiente para lo que la derecha española puede dar de sí en términos de radicalización y extremismo.

Por ejemplo: ¿qué coño es eso de poner la palabra “Libertad” en el título? ¿Qué mierda es eso del liberalismo, esa repugnante idea extranjera? ¿A qué viene que un medio español se deje influir por escuelas de pensamiento (o lo que sean) extranjeras, como la Escuela Austriaca de Hayek o los ‘neocon’ estadounidenses? Y, sobre todo: ¿cómo podía aspirar Libertad Digital a constituirse en medio de la ultraderecha con semejante relativismo en términos morales, que venía a disculpar a los maricones y su afán por tener derechos? (No hablo de casarse, que eso claro que les parecía mal, dado que, antes que liberales, son españoles: hablo de darles algún derecho). ¿Qué clase de derecha es esta?

Para rematar, Pío Moa acabó abandonando Libertad Digital, harto del pasteleo centrista, las medias tintas y el afán moderador característicos del medio: y se fue a una alternativa mucho más sólida y ajustada al cerril ceño fruncido que, en lo intelectual, le caracteriza: Intereconomía.

Pío Moa, con la boina bien calada, como en la época en que participaba en asesinatos con sus amigos terroristas del Grapo

Y, en efecto, el Grupo Intereconomía ha pasado a ocupar, como hemos comentado varias veces, el lugar de Libertad Digital en el corazoncito de los ultraderechistas españoles. Sus diatribas contra todo lo que se ubique a la izquierda del nacional-catolicismo consiguen llegar a los youtubes y los zappings: la gente se ríe de ellos. Y, con la risa, llega el éxito, aunque para ello Intereconomía tenga que fabricar la realidad a menudo.

Por supuesto, Intereconomía no cuenta con ninguna de las veleidades que caracterizaban a Libertad Digital: el último extranjero que vieron allí lo dejaron en la estación de Hendaya en 1940. Si el discurso es sólido (entiéndase por “sólido” un sinónimo de “prehistórico”) en lo político, ni les digo lo sólido que llega a ser en lo moral. ¡La moral es lo primero! La religión, que en Libertad Digital, a pesar de simpáticos devaneos en su día, con engendros como “Religión Digital”, no era una prioridad, aquí está en primera línea, desde los contenidos hasta la composición del grupo y sus fuentes de financiación. La reivindicación de Franco y el franquismo es cotidiana. Donde Libertad Digital nos proponía ultraderecha moderna, de ciudad, Intereconomía ofrece ultraderecha cañí, de curas histéricos y señoras beatas.

Intereconomía, así, parecía imbatible. Y, sin embargo, está empezando a ocurrirle lo mismo que a Libertad Digital: está cayendo en la irrelevancia. Y no porque afloren ahora problemas económicos, o de falta de audiencia: desde el principio, Intereconomía tenía enormes pérdidas y audiencias misérrimas. Y, sin embargo, antes ‘sonaba’, y ahora no.

¿Cuál es el talón de aquiles de Intereconomía? Yo se lo digo: en Intereconomía tienen convicciones. Más o menos, en algunos aspectos, y desde luego en los fundamentales, se lo creen. Y así no se puede crear un grupo de ultraderecha como Dios manda. Por eso, Intereconomía se ha visto superada por quien ostenta desde hace unos meses el título de Campeón de España en la capacidad para generar contenidos ridículos y risibles: La Razón.

Decíamos que, mientras Libertad Digital manipulaba la realidad, Intereconomía tenía tendencia, directamente, a fabricarla. Pero La Razón va un paso más allá: se la inventa. Se inventa noticias, como el tupperware de Rajoy o los estudiantes. Se inventa empresas demoscópicas que no existen, para poder así inventarse encuestas a la carta con un coste cero.

No es lo único que se inventa La Razón. También se inventa sus cifras de difusión, totalmente infladas por la vía de regalar el periódico en centros educativos, nudos de comunicaciones, hoteles, y donde haga falta. Dejas veinte ejemplares en un sitio donde notifiquen que, en efecto, han recibido los veinte ejemplares, y ya tienes sesenta lectores más, a pesar de que, por supuesto, nadie se moleste ni en echarles un vistazo. La Razón ha conseguido, con ello, profundizar en una tendencia ya apuntada en Libertad Digital e Intereconomía: consigue que le hagan caso desde las filas de “el enemigo”, es decir, desde la izquierda y los nacionalismos. La diferencia estriba en que da la sensación de que sólo el enemigo le hace algo de caso a La Razón. Parece que su éxito radica únicamente en que se hable de ellos, a costa de lo que sea. Aunque sea para exponer lo burros, miserables y pazguatos que son.

Con los “suyos”, en cambio, tienen un problema: nadie sabe quiénes son, porque La Razón no tiene una ideología ni público definidos. En su momento intentó quitarle audiencia al ABC, y supongo que alguno quedará de aquella época (si no se ha muerto ya de un infarto al ver alguna portada… Algo que, ahora que lo pienso, también puede pasarles con una portada del ABC). Pero desde que llegó el inefable Paco Marhuenda, la ideología ha pasado a un segundo plano. Marhuenda, antiguo jefe de gabinete de Rajoy, lo fía todo al “marianismo”. Y, por la propia naturaleza de la deidad a la que adoran, el marianismo es indefinido y evanescente. Del marianismo sólo sabemos lo mismo que de Mariano: que quiere mandar. Más allá de eso, más bien poco. Nada más adecuado, para La Razón, que formar parte del Grupo Planeta, que también gestiona tuvo una participación del 40% en medios en catalán como el Avui y se encarga de la distribución de la revista Playboy en España (ambas cuestiones son recordadas constantemente por parte de los medios de Intereconomía).

La Razón es, por ello, el vehículo ideal para constituirse en nuevo portavoz de la derecha montaraz. Una derecha montaraz-marianista, sin ideología definida más allá de ocupar el poder. Sin ningún respeto por la verdad (para saber cuál es la verdad de nuestra situación, ya tenemos el BOE), y sin ningún tipo de formación, aspiraciones o inquietudes intelectuales, como puede verse en las ridículas portadas o en las cualidades de su director, Francisco Marhuenda, entre las que brilla con luz propia la querencia por desarrollar una ortografía novedosa e innovadora. Miren, miren, qué decía Marhuenda (vía JosepRodri) DESPUÉS de que se rieran de él por cometer continuas faltas de ortografía en Twitter:

Ante esto, ante la comparación entre la demagogia “pata negra” de Federico Jiménez Losantos y las exhibiciones ágrafas y paletas de Marhuenda… ¿Cómo quieren que no tenga nostalgia de Libertad Digital?



22 comentarios en Nostalgia de la derecha civilizada de Libertad Digital »
  1. La discusión sobre homosexualidad entre Moa y Losantos fue grandiosa, enredados con el concepto de «ser normal». Luego Moa tuvo otra con no sé quién a cuenta del franquismo, que según él (Moa, quiero decir) debía ser referente ineludible para los liberales españoles.

    La pérdida de influencia de LD en los últimos años es evidente por todo lo que dice Guillermo pero ¿hay datos cuantificados sobre visitas a los distintos periódicos digitales? porque yo alucino con la cantidad que hay, a cada cual peor, por cierto.

    Comentario escrito por kirikiño — 15 de mayo de 2012 a las 11:15 pm

  2. Un fenómeno que he observado en mi padre y en muchos padres sesentones de mis amigos es que pasan de ser moderados (de izquiera o derecha, pero moderados) a que, a partir del mismo día que se jubilan, pasan a poner LD como página de inicio en el Internet Explorer (porque ellos siguen usando IE), dejan a Federico fijo en el dial de su transistor con un solo pinganillo y resintonizan el TDT para cambiar la sexta por Intereconomía, pero siguen comprando El País todos los domingos. Además, si les preguntas, se tienen que remontar a Felipe GOnzález para explicar porqué siguen estos medios.

    Comentario escrito por mi mismo — 16 de mayo de 2012 a las 12:03 am

  3. el tuiter es de traca!
    buen análisis

    Comentario escrito por Nemigo — 16 de mayo de 2012 a las 12:33 am

  4. Hay ciertas gentes, como Juan Manuel de Prada o el ínclito Marhuenda que es salir en la tele, y empiezo a notar aroma a naftalina, a humedad y a cerrado, al típico olor a hongos por no ventilar. No llegó aún la 3D y ya tenemos la tele con fragancias.

    Muy bien traído lo del «eclecticismo» (¡ ja !) del Grupo Planeta.

    No sé, pero estos medios o reducen mucho sus costes o no sobrevivirán porque difícil veo que aumenten mucho sus ingresos. Poca audiencia y encima de escaso interés comercial para los anunciantes…

    Comentario escrito por Dr. Gregorio de la Casa — 16 de mayo de 2012 a las 12:59 am

  5. Decía hace unos días Beta Valenzuela que Paco Marhuenda quiere ser Hermann Tertsch, pero se queda en Paco Marhuenda. Aquella gran discusión acuenta del liberalismo de Franco fue entre Moa y César Vidal. Por cierto, que Pí(t)o Moa continúa atizando a César en su blog de Intereconomía por cuestiones religiosas. Dice que como César está en contra de la Iglesia es parecido a la ultraizquierda.

    Comentario escrito por josep — 16 de mayo de 2012 a las 10:23 am

  6. […] "CRITEO-300×250", 300, 250); 1 meneos Nostalgia de la derecha civilizada de Libertad Digital http://www.lapaginadefinitiva.com/weblogs/articulosglopez/archiv…  por Roerich hace […]

    Pingback escrito por Nostalgia de la derecha civilizada de Libertad Digital — 16 de mayo de 2012 a las 10:50 am

  7. Creo que te olvidas de otro comensal en esta merienda de negros que es la caverna mediática: Alfonso Rojo y su Panfletista Digital. Si los titulares de LD y LaRazón dan risa e indignan a partes iguales, los que perpetran los becarios de Rojo dan para escribir un tratado sobre propaganda y desprecio por la ortografía. Pero además su gran aporte es un sistema de comentarios como el del Marca pero sin registro previo, con lo que lo que ha convertido el chiringuito en una verdadera letrina digital donde cada desposición debe aportarle pingües beneficios.

    Comentario escrito por Zasca — 16 de mayo de 2012 a las 11:57 am

  8. Me encanta que me mantengan informado de estos temas que desconozco. Solo una cuestión, la posición de los medios Mesiánico-Rajoyistas se tendrá que erosionar inevitablemente conforme avance la legislatura. Decir que un gobierno lo hace todo bien es insostenible, sobre todo si no empieza a remontar la economía. Vamos, que por efécto péndulo los que deberían vivir días felices son los medios izquierdosos, y estos ya se encargan de desangrarse en su particular Verdún, los derechos del furboh.

    Con todo, el problema que yo le veo es más o menos este:
    Que siempre hay sobreoferta por el interés en mantener influencia aunque sea a costa de leves pérdidas económicas.

    Del pastel que queda, la derecha se enfrenta a la permanente esquizofrenia entre los liberales aconfesionales que no quieren pagar impuestos (los modernos de ciudad que comenta ujté) y el nacional-catolicismo de toda la vida. Estos últimos son viejunos sin interés para los anunciantes, y los modernos todavía tienen criterio para irse con otra más puta, o eso me parece a mí. Además parece que se mezclan con el centro-izquierda, supongo que forman parte de los pocos que cambian el sentido de su voto en función de su experiencia empírica permitiendo que haya alternacia.

    Por su parte, en el flanco izquierdo de nuestra falange mediática debería haber un caladero de euros, pero los jóvenes pasan de la prensa tradicional y se informan (cuando lo hacen) por internet, con plataformas casi siempre deficitarias y muy atomizadas. De los rojos solo quedan los que compraban el país porque ya eran progres en la transición y no han cambiado de bando. Esos aguantan, pero indefectiblemente la parca los irá reclamando, por lo que son un mercado, amén de menos apetitoso para un anunciante que los jóvenes, en retroceso demográfico.

    Resumiendo: que sí, que con razón están los hijoputas estos pidiendo ayudas estatales. Solo espero que no se las den.

    Comentario escrito por Otto von Bismarck — 16 de mayo de 2012 a las 11:58 am

  9. Muy bueno el artículo, como siempre…. para cuándo uno sobre Juan Manuel de Prada, «ese hombre»… ese programa, y sobre todo, sus invitados, impagables… y ratifico el comentario sobre los padres jubilados… mi madre está del gato al agua hasta el gorro, no lo soporta más, pero en casa de mis padres la tele se ha quedado ahí….., fija, en intereconomía, con sus anuncios contra el aborto y toda esa basura……..

    Comentario escrito por gabriel — 16 de mayo de 2012 a las 12:22 pm

  10. […] prensa ultrafacha La propuesta informativa de Libertad Digital consistía en coger teletipos de agencia y darles un ti… Share this:TwitterFacebookMe gusta:Me gustaSé el primero en decir que te gusta esta […]

    Pingback escrito por Sobre prensa ultrafacha « cerca del mediterraneo — 16 de mayo de 2012 a las 5:31 pm

  11. Ay, Don Guillermo, dónde queda aquel Cabinista de Las Provincias de cuando Vd. estudiaba la carrera. Eso sí que da nostalgia, esos taxistas, esos fascistas del barrio de Exposición con su bigotillo fino clamando contra la lengua valenciana y Lerma. Qué tiempos.

    Comentario escrito por Baturrico — 16 de mayo de 2012 a las 9:05 pm

  12. diga ud. que sí, baturrico, y además el teléfono del cabinista era gratis total. no había juerga universitaria con mis amigos que no terminara con unas llamadas al cabinista para denunciar el auge catalanista hasta en el desierto de gobi.

    para mí, periodista digital es lo peor de lo peor.

    j

    Comentario escrito por de ventre — 16 de mayo de 2012 a las 10:46 pm

  13. Francisco Marhuenda…. de qué me suena ese nombre. ¿No era un amigo de Javier de la Rosa? Claro que ahora irá diciendo que no le conocía de nada y que no financiaba «alegalmente» al PP catalán. Por cierto, parece que la hora le está llegando a Intereconomía:

    http://ecodiario.eleconomista.es/comunicacion/noticias/3971124/05/12/intereconomia-anuncia-un-ere-que-afectaria-a-casi-un-tercio-de-la-plantilla.html

    Al final va a durar más LD que Ariza, pero será divertido verles caer poco a poco.

    Comentario escrito por Schwejk — 16 de mayo de 2012 a las 11:12 pm

  14. El Calvinista fue una de las grandes aportaciones de Mª Consuelo Reyna al debate público en una sociedad plural como la valenciana. Aquellas denuncias desgarradoras sobre cómo, en la página 56 de un anuario editado por la diputación, se utilizaba «mirall» en lugar de «espill» y demás términos de catalán normativo puro… Mucho catalaniste suelto es lo que había entonces

    Comentario escrito por Guillermo — 16 de mayo de 2012 a las 11:58 pm

  15. The Redneck Agenda.

    Comentario escrito por Juan Mariño — 17 de mayo de 2012 a las 12:10 am

  16. #1, #5, Moa también tuvo una discusión a través de varios artículos con otro de los que escribían en LD, Jorge Vilches creo que se llamaba, acerca de Franco y la democracia o milongas por el estilo. Ahora no me pillan a mano los enlaces porque se supone que estoy trabajando (bueno, estoy trabajando, solo estaba haciendo un receso, señor jefe), pero si hay público interesado, los busco.
    Recuerdo particularmente el contraste entre los argumentados artículos de uno contra los histéricos berridos del otro en plan «los rojos mataban más» o mierdosismos similares, adivinen quién es quién. Era como ver a un diputado bragado defendiendo en un debate público cualquier ley frente a una verdulera llorona, con todo mi respeto a las honradas féminas mercadarias sensibles.

    Comentario escrito por Jiri — 17 de mayo de 2012 a las 1:17 pm

  17. #2, yo he observado exactamente lo mismo. Incluso sesentones que por primera vez en su vida de repente votaron PP «porque ya no hay excusa, hay que arreglar el pais y no hay otros».

    Comentario escrito por Regularizado — 17 de mayo de 2012 a las 2:33 pm

  18. El Avui ya no es de Planeta (ni de Godó). Hace un año que se lo vendieron al grupo El Punt y pasó a ser «El Punt – Avui».

    Comentario escrito por menek — 17 de mayo de 2012 a las 8:14 pm

  19. No había visto la corrección!

    Comentario escrito por menek — 17 de mayo de 2012 a las 8:17 pm

  20. Me hago viejo, señores… Todavía recuerdo con nostalgia la época en que el ABC era lo más reaccionario que podía echarse uno a la cara, por lo menos tras el cierre del Alcázar. Ahora, y sin necesitad de variar demasiado su línea editorial, parece incluso respetable, se diría que es el primo madrileño de La Vanguardia.

    Comentario escrito por Lluís — 17 de mayo de 2012 a las 8:19 pm

  21. El paso de Pío moa por El Ateneo será largamente recordado: http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1990/07/19/049.html

    Comentario escrito por gallo — 18 de mayo de 2012 a las 5:46 pm

  22. […] son tan malos que llegan al ridículo, e incluso provocan el efecto contrario al que se busca. Es el conocido efecto “portadas de La Razón”, un periódico sin apenas lectores, pero con mucha gente dispuesta a reírse de sus portadas o a […]

    Pingback escrito por Debacle en Libertad Digital | Chapapote Discursivo — 03 de septiembre de 2013 a las 6:40 pm

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