Mi experiencia en Orbyt: luces y peones negros

Toda mi vida había sido un ávido lector de prensa. Hasta que apareció Internet, claro. Fue ponerme Internet en casa y pasar a comprar menos periódicos en papel, y cada vez menos, hasta que… Hace años, casi una década, que no compro periódicos sino muy esporádicamente. Por supuesto, no es que haya dejado de interesarme la actualidad, sino algo mucho más sencillo y que muchos de Ustedes, obviamente, también han experimentado: ¿para qué leer en papel lo que puedo leer en Internet?

Desde las grandes empresas se ha resumido esa dicotomía en gratis vs pago. La gente no compra periódicos en papel porque son de pago, y prefiere leerlos gratis en Internet. Es verdad, pero no es tan sencillo. Aunque hay gente dispuesta a montarle un escrache a los creadores de Whatsapp para no pagar 0,89 € al año por el servicio, y aunque es evidente que la sobreabundancia informativa desalienta a los potenciales lectores para pagar por contenido, hay otro factor igualmente importante, y es de tipo logístico. Al menos, en mi caso.

España no es un país de suscriptores de periódicos. No hay demasiada tradición; la gente se lo compra en el quiosco. El problema es que, para comprar el periódico, tienes que levantarte, ducharte, desayunar, vestirte y bajar a la calle. Y en el ínterin la mayoría de la gente, al menos la mayoría de la gente menor de 45 años (los que han abandonado en masa la prensa escrita, o nunca llegaron a ella), ya han tenido ocasión sobrada de leer lo esencial en Internet. Por otro lado, leer en la pantalla del ordenador es un tanto coñazo, de manera que muchos lectores que potencialmente podrían estar tentados de suscribirse a algún periódico pasan de pagar.

Por esos motivos, la prensa convencional acogió el invento de los iPads, y subsiguientes tabletas, como un maná. Una posibilidad de remontar pérdidas y reorientar al lector al nicho exclusivo de pago. Y en parte, con motivo: en los últimos años hemos visto cómo muchos medios comienzan a edificar, con diversa fortuna, sus “muros de pago” para los lectores. Casi nunca muros absolutos (porque entonces sería muy difícil conseguir nuevos lectores), sino sistemas mixtos que permiten leer una parte del periódico, o todo el periódico hasta determinado número de noticias, o algunas noticias más tarde, etc.

Y aquí es donde aparezco yo, con mi flamante tableta BQ Edison, que me compré estas Navidades. Añorando la lectura de prensa diaria y dudando entre dos opciones: El País / El Mundo, los dos periódicos que en el pasado alternaba como lectura habitual (El País hasta 1990, El Mundo de 1990 a 1996, y El País de 1996 hasta que dejé de comprar periódicos). Pero, claro, El País publica (por ahora) todo en abierto para que todos podamos saber lo malo que es chávez, el chavismo y el oficialismo chavista y lo buenos que son Cebrián, Liberty y la Real Academia Española, de manera que el aliciente para comprarlo, con o sin tablet, es menor que el de El Mundo y sus exclusivas pedrojotistas nocturnas en Orbyt. Así que, cuando Pedro J. anunció una promoción por el Día de San Valentín (40 € por seis meses de suscripción), ahí estuve raudo para incorporarme a Orbyt (¡una víctima más de la promoción de Pedro J. en Twitter!).

El balance, dos meses después, es desigual. Por un lado, desde luego estoy encantado de haber recuperado mi costumbre de lectura diaria de un periódico. Que, además, ahora me leo por la noche, conforme cuelgan la primera edición, rememorando tiempos heroicos en los que me acercaba al puesto de Ventura en el parterre de Valencia (casi como si aquello fuera una esquina de Baltimore de venta de estupefacientes), en el único sitio en el que se vendían los periódicos del día siguiente, junto con VIPS. El Mundo, abstracción hecha de las histerias pedrojotistas (menos mal que Pedro J. habrá tuiteado esto sin leerlo, en plan internauta avezado, que si no, ni de coña) y unos cuantos columnistas absurdos, es un buen periódico con artículos que merecen la pena.

Pero otro día les hablo de los contenidos. En el aspecto técnico, la leyenda era cierta: Orbyt funcionaba fatal. Muy, muy mal. Es lento, se cuelga a menudo, los vídeos que complementan las informaciones a veces no están y otras también se cuelgan… Yo lo llevaba con bastante resignación hasta que hicieron una actualización, ya saben, para arreglar errores y problemas comunes… Y se lo cargaron todo. Desde ese momento, la aplicación se colgaba constantemente, no me reconocía como usuario cada vez que volvía a entrar y, sobre todo, no me permitía bajarme la mayoría de los suplementos ni la primera edición del periódico. Lo cual, teniendo en cuenta que la gracia de Orbyt, en lo que a mí respecta, estriba fundamentalmente en eso (en poder leerme la primera edición, la que cuelgan por la noche), era casi lo mismo que no tener acceso al periódico.

Llamé, escribí, etc., a Atención al Cliente y me trataron como si fuera un usuario de una compañía de telecomunicaciones que opera en España: no me hicieron ni puto caso. De manera que hice una de esas cosas que yo pensaba que sólo hacía gente desequilibrada que se pone aluminio en la cabeza para evitar la manipulación de los alienígenas escrachadores de la ETA: extraordinariamente quemado como sólo puede estarlo alguien por temas informáticos, escribí una evaluación de la app de Orbyt que rezaba así:

¿Qué, Pedro J.? ¿Ahora te arrepientes de haberme tuiteado demasiado rápido, no? Bueno, en realidad a Pedro J., mientras se hable de Orbyt, por él ya está bien

 

Y la reacción fue fulminante: aparecieron unos restos de ácido bórico en mi casa que… Enseguida me llamaron de Orbyt y me dijeron que estaban intentando solucionar mi problema. A los dos días me volvieron a llamar, confirmándome que lo habían arreglado. Me instalé la actualización y, en efecto, ahora funciona mucho mejor. Lo cual significa que sigue yendo muy lento, que algunas páginas no se visualizan correctamente al principio, etc., pero lo que es leer, al menos puedo leer el periódico. ¡Albricias! ¡Por fin puedo leer la “Canela fina” de Luis Maria Anson, mi sección favorita!

Como soy Bambi, reconocí en la –a los hechos me remito- importantísima evaluación de la app de Orbyt este extremo



6 comentarios en Mi experiencia en Orbyt: luces y peones negros »
  1. De hecho, de las pocas veces que te pueden hacer caso en una teleco -y caso relativo, no vayamos a emocionarnos- es ponerles a parir en el muro de su Facebook y en Twitter.

    Con Vodafone tuve un follón para el último juguetito, y cuando lo hice las cosas se aceleraron misteriosamente

    (Es una entrada muy de colgar anécdotas personales. Disculpe las molestias)

    Comentario escrito por The Disruptive — 16 de abril de 2013 a las 7:34 pm

  2. Pues KioskoyMas funciona bastante bien, aunque yo me apunte a la oferta del ABC y el AS por 9,90 al mes y despues de probarlo
    ni siquiera he cogido la oferta de 1 € por 15 dias de El Pais

    Comentario escrito por pACO — 17 de abril de 2013 a las 1:39 pm

  3. Sembla que se n’ha anat a fer la mà:
    http://goo.gl/A80CD

    Comentario escrito por Pacou — 18 de abril de 2013 a las 3:56 pm

  4. Yo soy muy crítico con Kiosko y Más, plagado de publicidad que ralentiza todo. Horrible. Pero el día que Guillermo me dejó jugar con su Orbyt me di cuenta de que la aplicación de El Mundo es si cabe más lenta. Esta gente, la verdad, no es consciente de lo que se juegan al hacernos sentir idiotas cada vez que un anuncio estúpido te cuelga la aplicación.

    Comentario escrito por Andrés Boix Palop — 19 de abril de 2013 a las 11:38 pm

  5. […] "CRITEO-300×250", 300, 250); 1 meneos   Mi experiencia en Orbyt: luces y peones negros http://www.lapaginadefinitiva.com/weblogs/articulosglopez/archiv…  por cd_autoreverse hace nada […]

    Pingback escrito por Mi experiencia en Orbyt: luces y peones negros — 20 de abril de 2013 a las 5:54 pm

  6. No tengo palabras; lo vuestro roza lo sado. Y, por otro lado, déjate de tabletas que en iMac de 27, en Safari, dándole al Lector, te lees los artículos en buena letra tipográfica y en un folio en blanco, sin distracciones. Y además con unos buenos plugins, paras toda la mierda de chiribitas hasta en la primera página.

    Buenos columnistas como Gregorio Morán se pueden leer en otros foros y por la mañana temprano sin pagar cuota. Lo vuestro me recuerda a los tiempos de butanito, que mucha gente tenía que oír la radio con más mono que el yonqui de la esquina. Para lo que hay…

    Y de El País… Pones en google elpais.com el roto y revisas sus viñetas una vez a la semana y similares.

    Yo sigo echando de menos a popota!

    Comentario escrito por auskalo — 21 de abril de 2013 a las 1:49 am

Publicar comentario

(imprescindible)

(Imprescindible, aunque no aparece publicada)

RSS feed for comments on this post. TrackBack URI