Un arbitraje de los años más negros de la posguerra española y un desatino en ataque propio de la fiera que muerde con más ganas de hacer daño que de matar fueron las causas que impidieron al Atlético de Madrid doblegar de una vez por todas en once años a su máximo rival. Aunque no por haber jugado un partido medio decente los rojiblancos han conseguido sacudirse esa imagen de equipo incompleto con más de un mediohombre en sus filas. Sin embargo, peor es lo del Madrid, donde no destaca nada de nada. Sólo apretó un poco cuando el Atleti se desfondó tras la embestida inicial. Sus dos únicos focos de creación fueron extinguidos con suma facilidad y para mayor desgracia blanca, Higuaín, que llevaba un partido sonrojante, marcó un gol con el que los medios le convertirán en el héroe de la noche (= diez partidos titular). La única buena noticia fue Cassano, pero eso ya lo sabíamos aquí, y no es el primer Yoyalodije con el que os deleitaremos más de una vez, porque somos, mu, mu listos.

Con un inicio apabullante, el Atleti parecía que no sólo podía ganar al Madrid de una vez sino que, de hecho, lo iba a hacer enchufándole un marcador de escándalo. El primer gol vino a pase de Helguera. Mucha gente se pregunta por qué tantos entrenadores le han cogido gato a Helguera. Es, hijos mios, por cagadas tan sutiles, fatales y casi imperceptibles como la de ayer. Además, lo gracioso es que se está diciendo que es el único que se puso el mono de trabajo y bla, bla, bla. El pase que le da ayer a Torres despejando raso y flojo, queriendo sacar la pelota jugada no se sabe muy bien por qué hueco, es de una degradación balompédica extrema. Cita para Ombres sin hache, sin mariconadas: es como cuando Dersu Uzala de Kurosawa ve que no atina con el rifle y, acongojado, se da cuenta de que ya es bastante viejo. Esto es lo mismo con la diferencia de que a Helguera toca llamarle «el resucitao» y aún vive del «fíjate tú, descartado al principio y ahora titular». Seguramente hoy estará muy satisfecho de su actuación, así es el Madrid ¡arriba los corazones!

A continuación, gol anulado a Perea no se sabe por qué. Jugada precedida de un penalti claro. A partir de ahí, al Atleti lo embargaba la emoción y la posibilidad fehaciente de hacerle un destrozo al Madrid. Como suele ocurrir en este tipo de casos, no logró nada. Y por si acaso, se le perdonó cuarenta veces la expulsión a Cannavaro, que las pasó más que putas con Aguero. Por no hablar de la grandísima ocasión que el napolitano malogró metrosexualmente tras jugada de Gago que, visto que jugando al fútbol su equipo no podía llegar al área atlética, probó técnicas propias del fútbol americano penetrando por el medio por cojones y a hostias. Este burruño con final en mondongo fue el máximo peligro que creo el Real Madrid en la primera parte.

A Capello le quedaba todavía un as en la manga. Cassano. Tiró de él en el descanso para mandar a Reyes, individualista e insolidario, a su puta casa. Y sonó la flauta. Ahora ya sólo le queda un tres de bastos en la manga, Pavón. No será de extrañar verlo en una parecida «al resucitao» antes de que acabe la temporada.

Cassano dio una asistencia espectacular a un Higuaín que lo único que fue capaz de hacer en todo el partido fue tirar ese desmarque a derechas. El pase del italiano bien lo podía haber dado Guti o Raúl. Durante el último año y medio de putrefacción siempre han aparecido con asistencias espectaculares de este tipo. Por eso no vamos a tirar las campanas al vuelo con Cassano, pero sí queda patente que en este caos y nulidad ofensiva, tal vez él sí sea capaz de pescar a río revuelto.

En resumen: el Atleti se hace popó al verle la yugular desnuda al Madrid. Y los blancos se defienden ya con una llamada a filas de los 14 a los 75 años.

Este artículo fue publicado el domingo, 25 febrero 2007 a las 4:55 pm en la categoría de Actualidad.