Artículo en El Mundo: «Centrados en Zapatero»

Hoy publico un artículo de análisis de la campaña electoral en el diario El Mundo, en su edición de la Comunidad Valenciana (página 2). El artículo analiza las estrategias de campaña de PP y PSPV y sus posibles efectos. El PP está desarrollando una campaña de perfil bajo y en clave nacional, centrada en los ataques a Zapatero y en ocultar a Camps lo máximo que sea posible. el PSPV, por su parte, desarrolla una campaña basada en los ataques a la corrupción y en los valores éticos, de efecto dudoso, a mi juicio.

Centrados en Zapatero

Guillermo López García

Estamos en plena campaña electoral, pero la verdad es que nadie lo diría.A excepción de los carteles de las calles y de los debates que programa Canal 9 a horas intempestivas, la campaña brilla por su ausencia. Paradójicamente, esto se debe a que, en realidad, llevamos mucho tiempo inmersos en la campaña electoral.

En España se habla constantemente de política, y la cosa no cambia mucho antes y después de la pegada de carteles. Los partidos han diluido la frontera que separaba campaña de precampaña y lo han mezclado todo en una inacabable “campaña permanente”, cuyo objetivo es la movilización perpetua del electorado mediante la ocupación de la agenda mediática.

Además, por primera vez la incertidumbre que genera esta campaña en el electorado es mínima. En 1995 se produjo el traspaso de poderes entre el PSPV y el PP. En 1999, 2003 y 2007 continuó venciendo el PP, pero siempre existía la posibilidad de que el PSPV, en solitario o coaligado con otros partidos, lograse revertir la situación. Ahora, en cambio, todas las encuestas pronostican una holgada victoria del PP por mayoría absoluta, en escaños y muy probablemente también en votos.

La emoción se reduce, en la práctica, a dilucidar si los dos partidos minoritarios a la izquierda del PSPV, Esquerra Unida y Compromís, superarán la barrera del 5% para entrar en Les Corts. Las encuestas dicen que EU lo logrará y Compromís se quedará a las puertas. Pero tal vez los estudios demoscópicos estén infravalorando el voto joven, crítico con el PSPV y encandilado con Mònica Oltra, que quizás les permita superar el listón esta vez.

En cuanto a los partidos mayoritarios, el PP está desarrollando una campaña de perfil bajo, basada en defender que está todo el pescado vendido. El objetivo es no llamar demasiado la atención, para conjurar el peligro –muy remoto, en cualquier caso- de que el voto de la izquierda abstencionista despierte a última hora, como ocurrió en las Elecciones Generales de 1993, 1996 y 2004.

El PP valenciano está siguiendo esta estrategia al pie de la letra, con dos matices importantes. El primero: centrar todos sus ataques en el Gobierno central, mientras se ningunea al PSPV. De esta manera, el PP pone la atención del electorado en la política nacional, aumenta el desgaste del Gobierno de Rodríguez Zapatero y elude discretamente sus muchas responsabilidades en la Comunidad Valenciana. El segundo: es más que evidente que desde Génova se intenta que el President de la Generalitat, Francisco Camps, aparezca en la escena pública lo menos que sea posible. Puede que a Camps no le afecte el caso Gürtel en Valencia, pero, desde luego, sí que le causa problemas a Rajoy en la escena nacional. Así que Camps mantiene un perfil bajo a la búsqueda de un buen resultado (mantener los resultados de 2007 o mejorarlos) para resistir los embates judiciales y mediáticos que quizás estén por llegar.

Para llevar a cabo su estrategia, el PP ha contado desde el principio con la inestimable colaboración del PSPV. A una semana de las Elecciones, seguimos sin saber cuál es la posición de los socialistas valencianos en torno a la mayoría de las cuestiones de debate público. Da la sensación, eso sí, de que en muchos aspectos, algunos tan importantes como el modelo de crecimiento, basado en el urbanismo desaforado y en los denominados Grandes Proyectos, les parece bien cómo lo ha hecho el PP. Y por eso afirman que ellos lo harían igual.

Eso sí, el PSPV está en contra de la corrupción. Nada que objetar, aunque resulta difícil pensar en algún partido que se manifieste públicamente a favor de la corrupción. El problema es que se trata del mensaje central, casi único, de campaña. La cosa viene a ser así: “Votadnos: somos como el PP, pero sin corrupción y con una sonrisa”. Votadnos, por dignidad. No parece mucho para convencer al electorado.

Gran parte de las limitaciones de la campaña del PSPV derivan de que ésta ha sido planteada por Jorge Alarte y su equipo, desde un principio, como una campaña en clave interna. Alarte llegó a la dirección del PSPV tras una votación más que ajustada, y sus apoyos internos escasean. Así que la estrategia ha pasado por dar estas elecciones por perdidas desde el princpio, minimizar en lo posible un nuevo descenso en votos, colocar a los más fieles en los lugares clave e intentar, a partir del 23 de mayo, asegurarse el control del PSPV durante cuatro años más.

El plan, se supone, tiene como corolario presentar batalla en 2015. Para ello, Alarte necesita conseguir, como mínimo, un 30% de los votos. Por debajo de esta cifra, incluso aunque el desastre electoral de los socialistas abarque al conjunto de España por igual, a Alarte comenzarán a lloverle los cuchillos que llevan meses afilando los descontentos, que son muchos en el PSPV, para arrebatarle la secretaría general.

Por si acaso, Alarte se guarda un comodín que obra milagros: hemos bajado en votos, sí, pero no es culpa nuestra. Es culpa de la crisis económica y de los errores del PSOE en el gobierno central. Para entendernos: todo es culpa de Zapatero. Otra coincidencia más con el PP.

Guillermo López García es Profesor Titular de Periodismo en la Universitat de València



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