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El PSPV hace una encuesta… ¡Y ni así sube!

Hay muchas razones para que un partido político encargue una encuesta, pero sólo hay una razón para que difunda públicamente sus resultados: generar algún efecto electoral. A poder ser, un efecto electoral que le resulte beneficioso.

Esto no tiene nada de raro; son partidos políticos, ¿qué esperábais? De hecho, en un país como este, no son solo los sondeos de los partidos políticos los que buscan generar algún efecto electoral; también es muy habitual tratar de hacer lo propio por parte de los sondeos difundidos en los medios de comunicación. Además de reflejar la realidad (y sacar pecho si luego la realidad se ajusta a lo que pronosticó la encuesta), los sondeos sirven para que el medio de comunicación eche una mano a los suyos y trate de complicarles la vida a los otros (o para que joda a los suyos mientras favorece a los otros, que estamos en España y el cainismo está muy bien visto).

El problema de los partidos políticos, precisamente, es que no tienen ninguna credibilidad: se da por supuesto, porque es evidente, que la encuesta tendrá un sesgo favorable al partido que la difunde (suponiendo que sea una encuesta de verdad, y no unos datos inventados directamente por parte de la cúpula del partido, o de algún militante que pasaba por ahí).

El proceso de elaboración de encuestas en los partidos políticos es complejo y requiere de una gran preparación en los arcanos de la demoscopia. «¡Pepe, ponme dos escaños más en Castellón, que si no, no me salen las cuentas!»

Así que los resultados que muestra el partido siempre, o casi siempre, estarán escandalosamente volcados en su favor, pero esto dará igual, porque la gente se lo toma a beneficio de inventario (digo “casi siempre” porque a veces algunos partidos políticos, como el PP valenciano en tiempos no tan remotos, van tan sobrados que incluso difunden sondeos más o menos ajustados a la realidad, o incluso desfavorables, por aquello de que la muchachada no se les desmovilice, o sencillamente para incordiar a la oposición).

Recuerdo, por ejemplo, un maravilloso sondeo difundido por Coalición Valenciana en la campaña de 2007, según el cual el PP perdía la mayoría absoluta y se quedaba a tres o cuatro escaños. Pero… ¡Milagro! Esos tres o cuatro escaños que le faltaban al PP para formar gobierno eran, justamente, los que sacaba Coalición Valenciana, con lo que… ¡Todos tranquilos! ¡Coalición Valenciana garantizaría la gobernabilidad! Naturalmente, luego el PP sacó una mayoría absoluta sobradísima, mientras Coalición Valenciana languidecía con un 0,72% de los votos.

El interés de los sondeos de los partidos es muy relativo en términos demoscópicos. Pero, en cambio, sí que revisten interés por un motivo: saber qué es lo que el partido quiere hacernos creer que pasa. Saber en qué terminos nos querrá vender la cabra en su intento de generar algún efecto electoral.

Y allí es donde entra la encuesta que recientemente ha realizado el PSPV, difundida por el diario Levante. En dicha encuesta, que se limita a ofrecer una estimación del voto, pero no del reparto de escaños, los resultados serían estos:

En resumen: el PP se hunde, UPyD sube como la espuma y entraría (por los pelos) en el parlamento, y Compromís e EUPV continúan sumando apoyos… ¿A costa de quién? Pues no del PSPV, que, milagrosamente, repetiría el resultado de 2011.

Es decir, y para que lo entendamos todos: en la situación actual, en la que la Generalitat Valenciana está en la ruina y el PP cada vez más desacreditado entre más gente; en la que el Gobierno valenciano y su president no tienen ningún margen de maniobra, hacen cada vez más el ridículo y diariamente tienen que soportar que desde Madrid les humillen, ignoren y les toquen la carita; en la que comienza a intuirse, en consecuencia, el final del ciclo político… ¡Ni siquiera ahí el PSPV se atreve a intentar simular que ellos creen que mejorarían sus resultados de 2011!

Unos resultados, por otra parte, que ya fueron los peores de la historia del PSPV; tanto es así que constituyeron un factor fundamental en la defenestración, meses después, del alartismo. Pues ni siquiera así el PSPV mira más allá de vendernos la cabra de la “solidez” electoral, enviando el mensaje de que la sangría de votos ya ha remitido; que el PSPV (merced a su magnífica gestión todos estos años, a menudo consistente en esperar a que el PP se canse de mandar y les ceda el bastón de mando a ellos para hacer Parques Ferrari y Circuitos Urbanos de Formula 1 alrededor del cementerio nuclear de Zarra) mantiene netamente las distancias con sus supuestos socios de un eventual Gobierno tripartito, que tan amenazadoramente continúan subiendo. En resumen: que, al intentar enviarnos un mensaje tranquilizador desde Blanquerías, lo que han enviado es, más bien, un mensaje de pánico. ¡Nos hundimos! ¡Nos hundimos!

No os dejéis engañar por las apariencias; ¡todo va mejor que nunca!

Y esto es así, conviene dejarlo claro, por culpa de La Paella Rusa y su LPR Report, ampliamente citado y convertido en materia de estudio en centros politológicos de todo el mundo. La Paella Rusa marcó los términos del debate público dejando constancia, antes que ningún otro, de hasta qué punto era serio el hundimiento del PP valenciano. Algo que podía intuirse, pero no cuantificar claramente, hasta que llegamos nosotros, con nuestro método “Marhuenda honrado” (porque, a diferencia de los NC Report de La Razón, nosotros no hicimos el LPR Report en beneficio de ningún partido político; somos así de pringaos), y señalamos que el emperador estaba desnudo y sin un duro. ¿No decía el PP que sólo ellos representan a Valencia y que los demás son catalanistes? ¡Pues mirad qué bonita está la Comunitat Valenciana! ¡En la puta ruina, como el PP! ¡Una vez más, el mimetismo PP – Sociedad se ha consumado!

Poco después, El País publicó una encuesta (una encuesta real, seria y minuciosa, que les debió costar, como mínimo, el dinero que gana Juan Luis Cebrián en un par de horas, o incluso más) que refrendaba casi exactamente los resultados del LPR Report. Lo cual abría una ventana de oportunidad para el PSPV: ¡Por fin podemos difundir encuestas que digan que el PP pierde la Generalitat y que no se nos rían en la cara! Pero, claro, una ventana de oportunidad relativa, en la que tampoco podían alejarse demasiado de los resultados del LPR Report y la encuesta de El País, lo que implicaba aceptar que UPyD entraba y los archienemigos (Compromís y EUPV) continuaban subiendo. El margen de maniobra se estrechó tanto que, al final, en el programa de máximos del PSPV no tuvieron más remedio que simular creer que ahora mismo mantendrían posiciones, mientras que El País les daba un ridículo 19,9% de los votos (ocho puntos menos que en 2011). Es decir, una situación en la que el sorpasso por parte de Compromís comienza a estar sobre la mesa. La pesadilla definitiva del PSPV: ¡Ximo Puig, conseller en cap de Morera!

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7 thoughts on “El PSPV hace una encuesta… ¡Y ni así sube!

  1. Pepico

    Si han publicado una encuesta donde mantienen los resultados respecto 2011 es que la situación se les presenta bastante jodida. Que por otro lado, no hacer proyección de escaños me parece cutre.

    Y lo verdaderamente divertido sería que el sorpasso viniera en la provincia de Valencia, con los candidatos a President y ver a un PSPV con más escaños pero con su líder por detrás de otros dos partidos. Sería digno de la situación actual y daría para risas.

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    • almujul

      Justamente es en la provincia de Valencia donde más posibilidades hay de que suceda (si es que no ha sucedido ya), principalmente por el tirón en el cap i casal. Por cierto, que según El Mundo hace unos 10 días el PSPV aparte de esta encuesta autonómica también hizo una para manuales Calabuig donde el periódico solo decía que Rita bajaba al mismo nivel que el resto del PP, yo esperaba La Paella Rusa tuviera contactos y la consiga en exclusiva…

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    • Coentor

      Yo que Ribó hace el sorpasso a Calabuig lo doy por hecho. Eso sólo puede salvar (para el PSOE) Manolo Mata.

      Pero miedo me da un pacto PP+UPyD, que en la Generalitat igual no suma, pero en Valencia Ciudad sería factible.

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  2. David.J

    No creo que ni Ribó ni Puig lleguen a la alcaldía de Valencia en la próxima legislatura.

    No hay justificación racional alguna, pero Rita Barberá y sus saltos en el balcón del Ayuntamiento en les Mascletaes serán eternos….

    La única posibilidad es que las fallas se cancelen y entonces vendrá el apocalipsis para el PPCV. Eso o que Rita desaparezca del mapa, asunto que veo complicado…

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