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¿Es legal el cierre de las emisiones de TV3 en Valencia?

Por su interés y la actualidad del tema, reproducimos, con permiso del autor, el texto que Andrés Boix Palop, joven profesor de Derecho administrativo en la Universitat de València, ha publicado en su blog jurídico sobre la legalidad del cierre de los repetidores de TV3 en la Comunidad Valenciana. Confiamos en que el análisis resulte de interés para los lectores de la Paella Rusa, al margen de la discusión interesantísima ya abierta en el comentario sobre el cierre de Jorge Galindo.

¿Es ilegal el cierre de las emisiones de TV3 en Valencia?

Desde el jueves de la semana pasada la señal de TV3 que hasta no hace mucho llegaba a todo el territorio valenciano ha dejado de verse. El proceso de apagado de la señal ha sido paulatino, pues la cosa viene de antiguo y el Consell de la Generalitat tenía como objetivo ir haciendo desaparecer definitivamente del mapa audiovisual TV3 desde hace tiempo. Han ido imponiendo multas en vía administrativa y pidiendo el cierre de los repetidores. En algunos casos los jueces habían accedido a la petición de la Generalitat Valenciana y habían cerrado algunos de los que Acció Cultural del País Valencià, una asociación privada, mantenía para hacer llegar la emisión. Es el caso, por ejemplo, de los que daban señal a las ciudades de Alicante y Castellón, así como a sus respectivos entornos. En cambio, en otros casos, la respuesta de los jueces había sido la contraria, de manera que desde la Serra Perenxissa, en Torrent, todavía se hacía llegar la señal, por ejemplo, a la ciudad de Valencia y su área metropolitana. Los jueces, en estos casos, decían que no se podía privar de la emisión hasta que el pleito de fondo no se resolviera, que por si acaso había que permitir que las emisiones, provisionalmente, continuaran.

Ha sido, finalmente, la sucesión de multas impuestas por el Gobierno valenciano a ACPV, de elevadísima cuantía, la que han abocado a esta entidad a decidir el cierre. Recientemente el Tribunal Supremo ha confirmado algunas de ellas, por un importe elevadísimo (600.000 euros), a lo que se suma el hecho de que las Cortes valencianas hayan modificado recientemente la ley del Audiovisual (una norma de 2006, parida por González Pons cuando era conseller del ramo, que no se ha aplicado nunca demasiado en serio y que, por ejemplo, lleva velando el sueño de los justos respecto del Consell de l’Audiovisual que la norma decía que había de ponerse en marcha y que, de hecho, habría sido quien habría tenido que ejercer estas competencias de inspección y sanción caso de haber estado en funcionamiento) para incrementar muy sustancialmente las cuantías de las multas punitivas previstas por cada día de negativa a cerrar los repetidores siguiendo las instrucciones del Consell. De manera que, más allá de los repetidores que habían ido siendo clausurados por orden judicial, han sido las multas, en cuanto han sido definitivamente ejecutivas, las que han conducido al apagón total pues la propia ACPV, enfrentada a la bancarrota, ha optado por rendirse y cortar las emisiones. Las repercusiones de algo así son enormes y caben muchos análisis sobre el tema, pero aquí trataremos de centrarnos en la batalla legal y en si tiene sentido o no, en Derecho, lo que se ha hecho.

¿Es legal el cierre de las emisiones de TV3? La pregunta es fácil y la respuesta, sin ninguna duda, ha de ser que sí. Entre otras cosas porque es el propio emisor, ha sido la propia Acció Cultural del País Valencià, quien lo ha decidido. Ahora bien, no puede perderse de vista que lo hace tras una cascada de multas impuestas por nuestra Administración autonómica, que han generado una presión indudable. Dado que estas multas son la causa mediata del cierre lo que conviene preguntarse no es tanto por éste sino por la regularidad jurídica de las sanciones :¿ha actuado correctamente la Generalitat Valenciana al multar reiteradamente a ACPV por llevar a territorio valenciano las emisiones de la televisión autonómica? La respuesta, en cambio, no es en este caso tan sencilla. Y no tanto porque alguien pueda pensar que las emisiones de TV3 en la Comunidad Valenciana sean legales, que evidentemente no lo son, sino porque pueden albergarse legítimas dudas respecto de que la competencia, en este caso, para sancionar, sea del Gobierno valenciano.

Pero vayamos por partes, para no dejarnos nada. Hemos dicho que las emisiones de TV3 son sin duda ilegales. Aunque el tema es bastante obvio, conviene explicar la razón. En España, ahora y siempre, ha sido necesario que la Administración te dé una licencia si quieres emitir televisión por vía hertziana. La razón es la escasez del espacio radioléctrico y la necesidad de limitar y regular el uso de las frecuencias para evitar interferencias. De modo que, desde siempre, la televisión ha estado muy controlada. Hasta la aprobación de la ley 7/2010 General de Comunicación Audiovisual la cosa era exagerada hasta el punto de que la tele por ondas estaba declarada servicio público. Sólo el Estado o aquél a quien el Estado le hiciera una concesión tenía derecho a hacer televisión. Desde marzo del año pasado la televisión ha dejado de ser servicio público pero, aún así, es definida como un servicio de interés general sometido a la obtención de una previa licencia. Licencias que, además, están limitadas a las disponibles a partir de las decisiones que el Gobierno central toma sobre el espectro disponible para emitir televisión y su reparto. Licencias que llevan, por ello, al igual que la antigua concesión de servicio público, aparejada una concesión sobre el dominio público radioeléctrico. Un permiso, vamos, para entendernos, para poder ocupar una determinada frecuencia, que asigna el Gobierno central, que es el titular de este bien y lo gestiona de acuerdo con el art. 149.1.21ª de la Constitución. Como TV3 nunca ha tenido concesión, licencia o título sobre el dominio público que le permitiera emitir en territorio valenciano es obvio que sus emisiones aquí eran y son ilegales. No estaban cubiertas por el ordenamiento jurídico. De hecho, durante un tiempo se enfrentaban de modo abierto a lo que decía la ley del Tercer Canal sobre las emisiones autonómicas (a las que se prohibía emitir fuera de su territorio, algo que se ha cambiado porque en tiempos de Internet y el satélite, cuando se empleaban para hacer llegar estas emisiones incluso a Sudamérica, la restricción sonaba cuando menos ridícula). A TV3 el Gobierno, cuando era el competente, nunca le dio permiso para emitir en Valencia. Desde que en 2005 el Estado cede a las Comunidades Autónomas la competencia para decidir sobre los canades digitales autonómicos y locales, tampoco tenía licencia para emitir como tal en Valencia (es más, las normas le prohibían siquiera presentarse al concurso). Es decir, que TV3 nunca ha emitido de forma legal. Lo hacía ilegalmente, alegalmente si se quiere, aprovechándose de frecuencias que nadie usaba, sin perjudicar por ello a nadie y dando un servicio que contaba con una audiencia, si no notable, sí reseñable gracias a que una asociación privada pagaba los repetidores y prestaba el servicio.

Como es evidente, por mucho cuidado que pudiera tener TV3 al tratar de que sus emisiones no colisionaran con otras cadenas, su situación ha sido siempre precaria. Todos los Gobiernos autonómicos, empezando por el del PSOE y siguiendo por el del PP, la han hostigado en mayor o menor medida. El PSOE, por ejemplo, aprovechó que muchos ciudadanos tenían sintonizada TV3 para meter por esa frecuencia Canal 9 cuando esta televisión empezó sus emisiones, lo que facilitaba sobremanera a la autonómica valenciana captar público y obligó a TV3 a migrar a otras frecuencias y volver a comenzar la labor de que la gente la sintonizara en su televisor. Idéntica situación se repitió con el inicio de la televisión privada.

Sin embargo, ha sido el Gobierno de Francisco Camps el que con más empeño se ha dedicado a la tarea de liquidar las emisiones de TV3 en Valencia. Y lo ha hecho aprovechando las competencias que desde la Ley del Audiovisual Valenciano de 2006, aprobada tras el traspaso a las CC.AA. de la competencia sobre sus teles autonómicas y locales, tiene el Gobierno Valenciano para ordenar el paisaje televisivo. La Ley 1/2006, de la Generalitat Valenciana, del Sector Audiovisual, dice en su art. 4 2 e) que es competencia suya «el control del cumplimiento de la normativa general del audiovisual en el ámbito de la Comunitat Valenciana, y el ejercicio de las correspondientes potestades inspectoras y sancionadoras, sin perjuicio de las competencias que la presente Ley atribuye al Consell Audiovisual de la Comunitat Valenciana de la Comunitat Valenciana».

¿Permite esta ley y la competencia autonómica controlar lo que ha venido haciendo TV3? Hay que tener en cuenta, a estos efectos, que las competencias se refieren a la inspección, control y sanción de lo que es el ámbito audiovisual de la Comunidad Valenciana. Concepto que jurídicamente no tiene que significar necesariamente todo lo que ocurre en el audiovisual de la Comunidad Valenciana sino que puede querer decir aquello referido a ese audiovisual cuya competencia sea de la Generalitat y venga desarrollada en la mencionada ley. Una norma que, esencialmente, detalla los concursos de asignación de licencias para teles locales y autonómicas valencianas y que establece toda una serie de obligaciones de programación y demás para estas televisiones. Pero que, obviamente, no se aplican a las teles con licencia nacional, ya sean públicas o privadas, cuando emiten en Valencia. De manera que, por ejemplo, las normas y limitaciones propias sobre lenguas y contenidos no se aplican, porque competencialmente eso no es «audiovisual del ámbito de la Comunidad Valenciana» a TVE o Antena 3, por citar dos casos. Ni la Generalitat es tampoco competente para sancionarlas por hipotéticas violaciones. Esperemos que esta idea esté clara y ayude a comprender lo que jurídicamente ha de entenderse por «audiovisual dentro del ámbito de la Comunidad Valenciana».

La cuestión sería entonces definir si las emisiones de TV3 eran emisiones de una televisión de ámbito local o autonómico ilegal (algo que podrían parecer, pues emiten en Valencia pero no en el resto de España, aunque por otro lado también lo hacen en Baleares, con repetidores privados como los de ACPV y Andorra y parte de Aragón amplificando un poco la señal catalana), lo que podría hacer que el responsable para controlar eso, como con el resto de televisiones locales o autonómicas ilegales, fuera la Generalitat, de modo que habría una infracción del art. 47 de la ley valenciana que se podría sancionar, ex art. 48 de la misma norma, con severas multas. Es lo que ha venido haciendo la Generalitat, multando a TV3 reiteradamente (y, además, recientemente, incrementando la multa punitiva a 60.000 euros cada 15 días con una modificación de la norma intervenida en diciembre de 2010).

Sin embargo, de todo lo expuesto no se deduce necesariamente que la presión ejercida por la Generalitat Valenciana haya sido jurídicamente incuestionable. Hay un argumento, empleado por TV3 y sobre el que finalmente se tendrá que pronunciar el Tribunal Supremo (cuya futura sentencia, que según dicen algunas personas de ACPV ya está, o al menos su inminencia sería la que ha desencadenado el cierre pues obliga definitivamente a pagar 600.000 euros en multas de golpe antes del 20 de marzo, pero ni puedo analizar con detalle los argumentos de la sentencia ni puedo enlazarla porque, al parecer, no está todavía en las bases de datos o yo no la he encontrado, así como tampoco he visto referencia alguna a ella, con lo que es posible que la persona que me ha  comentado esto se haya equivocado, el asunto, como a mí me suena, esté todavía sub iudice y ACPV simplemente se rinda para no exponerse a una posible futura sentencia que sería demoledora y tanto peor cuanto más tiempo pase por la acumulación de multas punitivas), que no es del todo irrazonable. Básicamente, venía a decir que la competencia para sancionar por la más grave de las infracciones cometidas, la ocupación del dominio público, no es cuestión de competencia autonómica, dado que la tiene reservada el Estado y nada en la Ley 1/2006 regula esta cuestión, sino de la Administración central. Esto es, que la determinación sobre si una ocupación de dominio público radioléctrico es ilegal y la correspondiente sanción y cierre no corresponde a Valencia sino a Madrid. La defensa jurídica tiene puntos fuertes en los que apoyarse. Es obvio que la competencia no es autonómica. Es obvio que el espacio radioeléctrico lo gestiona y asigna el Estado. Pero tiene un punto débil. De asumirse esa doctrina, la competencia autonómica para controlar televisiones ilegales de todo tipo, y no sólo a TV3, quedaría reducida únicamente a sancionar y cerrar aquellas emisiones que interfirieran o emplearan los canales efectivamente asignados a una Comunidad Autónoma. En el resto de casos, simplemente, sería el Estado quien debería actuar, sin que las autoridades autonómicas puedan hacer otra cosa que denunciar a los emisores ilegales e instar a la Administración del Estado a que actúe. No es extraño, por ello, sin ir más lejos, que el mismo Consell de l’Audiovisual de Catalunya sea abiertamente contrario a esta interpretación. Al igual que el Tribunal Supremo o la Generalitat Valenciana, considera el órgano catalán que la competencia autonómica ha de abarcar el control de cualquier emisión ilegal en su territorio.

De manera que las razones para que la Generalitat Valenciana no pueda sancionar a ACPV decaen. Podría quedar el clásico recurso de denunciar el agravio comparativo frente a la evidente y notoria dejación en el control de las emisiones de televisión ilegales, alegales o como se quiera llamar, que ha caracterizado a la Generalitat Valenciana. El problema es que, más allá de los evidentes y fundados reproches que pueden derivarse de la patente de corso consentida a otras muchas televisiones locales, el argumento tiene jurídicamente poco peso. Aunque en este blog se ha criticado la tradicional doctrina del Tribunal Constitucional que dice que no hay derecho a la aplicación del principio de igualdad en la ilegalidad (es decir, que si tú cometes una infracción y te sancionan, no puedes alegar que a otros muchos esa misma infracción se les consiente, te has de callar y conformar, pues a fin de cuentas, dando igual lo mal que funcionen las cosas y el Derecho en otros casos, contigo están funcionando bien), no se puede negar que es una línea jurisprudencial consolidadísima. Nada que rascar por este lado (y tampoco por sus derivadas, siempre dificílisimas de probar, de demostrar que ha habido desviación de poder o arbitrariedad en la actuación de la Generalitat).Es decir, que hemos de conformarnos y asumir que la situación actual es la que es, y que teles piratas, en la práctica sí puede haber en Valencia, eso sí, siempre y cuando emitan tarot y chats pornográficos (a veces, incluso, ¡utilizando para sus emisiones repetidores de Canal 9!), pero nunca como sean teles con programas que utilicen el catalán. Ésa parece ser la ratio que vale. Y el Derecho poco tiene que decir, al menos de momento. Otra cosa es la política. Y las urnas.

Que emitir la señal de TV3 en Valencia sea, a día de hoy, ilegal, no quiere decir, por otra parte, que eso haya de quedar así para siempre. Jurídicamente se pueden, y deben, hacer muchas cosas que permitirían convertir en posible y legal la emisión de TV3. De hecho, hay en marcha en el Congreso de los Diputados una iniciativa legislativa popular que han firmado más de 650.000 personas que tiene como objetivo, precisamente, caso de ser aprobada, establecer un marco normativo que permita a las televisiones autonómicas que tengan interés en ello emitir en los territorios lingüísticamente comunes. Quien escribe esto la suscribió en su día y es una buena noticia que, aunque el Gobierno vetó en las Cortes la iniciativa, perdió la votación y la tramitación de la misma, de momento, sigue adelante.

Como es sabido, también ha habido negociaciones entre los Gobiernos de Cataluña y de Valencia para pactar la reciprocidad de las emisiones de sus respectivas televisiones autonómicas en ambos territorios. Sin embargo, también es de todos conocido que las mismas no han fructificado. Por muchas razones. Resulta evidente que una de ellas es que el Consell de la Generalitat Valenciana tenía interés en torpedearlas y ha encontrado siempre alguna excusa (que el Ministerio de Industria no le asignaba, aprovechando la coyuntura, varias frecuencias más; que en TV3 cuando dan el tiempo dicen “País Valencià”) para negarse al acuerdo. Pero también es cierto que en Cataluña han tenido poca paciencia con la cerrazón valenciana (a la mínima que les montaron cortaron las inicipientes emisiones de Canal 9 allí, retroalimentandoel discurso de la caverna valenciana) y, sobre todo, que desde el Gobierno central y el Ministerio de Industria se han puesto todas las zancadillas posibles. Esencialmente porque, como es obvio, si hay que meter más canales se necesita que te asignen más frecuencias y, a pesar de las razones lingüísticas evidentes, al Ministerio le parecía mal dar más frecuencias a Cataluña y Valencia pero no a La Rioja. Finalmente, con la terminación de las emisiones en analógico de las teles de toda la vida y las frecuencias que se liberaron (lo que se ha llamado el «dividendo digital») además de dar más canales a los oligopolistas que tienen copadas, entre 4 ó 5 grupos de comunicación, la veintena de frecuencias para televisión comercial para toda España, se concedió un multiplex más (que permite 4 canales) a todas las CC.AA. Pero Cataluña pidió y consiguió un tercer multiplex para meter las emisiones de Canal 9 y la televisión autonómica balear, que en cambio el Ministerio de Industria negó a Valencia, alegando que ésta tiene vacío y sin uso su segundo multiplex de 4 canales. Ya se pueden imaginar que ese agravio fue más que suficiente para que el Consell de la Generalitat Valenciana escenificara una rabieta de las que hacen historia, aunque sea esa historia pequeña y triste del blaverismo rampante, ignorante y salvaje, y rompiera las negociaciones. En esas estamos, todavía, hoy. Obviamente, la cosa se podría desbloquear con cierta rapidez si el Gobierno de Madrid apoyara la iniciativa legislativa popular o concediera al tercer multiplex a Valencia. O no. Porque problablemente, entonces, aparecería otra excusa lamentable. Al menos, nos tememos, hasta que haya elecciones autonómicas en Valencia o, quizás, hasta las nacionales (nadie duda que este tema se desbloquerará si el PP gana en Valencia y en las generales pero necesita ayuda de CiU para formar gobierno). Así de lamentable es toda esta historia.

Y es lamentable porque no tiene sentido que los ciudadanos que queremos ver TV3 en el País Valenciano no lo podamos hacer. Hay numerosas razones para afirmarlo. Que somos muchos es una. Que no hacemos daño a nadie, otra. Pero, incluso, se debe argumentar que, en un entorno con tantos canales como hay hoy que se vea TV3 está bien incluso para quien no la quiera ver. Al igual que probablemente es bueno para la sociedad que, aunque yo no la vea nunca, esté por ahí Intereconomía, junto a una pléyade de canales locales y autonómicos que no tienen nada de uno ni de otro. Ni de calidad, por cierto. Que esa es otra. ¿Cómo explicar que en un entorno plagado de canales basura, teletiendas, tarot y chats pornográficos se dificulte tanto poder disfrutar de una alternativa que tiene, como está acreditado, mucha más demanda, audiencia, calidad y contenidos que todas esas otras cosas que están floreciendo con la TDT?

Pero es que, a estas alturas, la verdad, alucina mucho que haya que insistir en esto. Joder, para quien no lo entienda, simplemente recordar que en Valencia, hoy, es más fácil recibir la señal de Al Jazeera (que al menos por satélite o por cable no viene capada) que la de TV3. Así que, por muy legal que sea el cierre de TV3, por favor, hagamos entre todos que lo lícito sea que volvamos a poder sintonizarla.

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34 thoughts on “¿Es legal el cierre de las emisiones de TV3 en Valencia?

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  2. Zimpo

    Qué tratamiento más imparcial del tema, tú…

    Blaverismo rampante, País Valenciá (cuando la queja es «Països Catalans» y el mapa), está bien que se vea TVE y «probablemente» bien que se vea Intereconomía… Pero lo mejor de todo es considerar que ACPV es una asociación «privada»:

    http://www.abc.es/hemeroteca/historico-10-04-2006/abc/Nacional/maragall-otorga-12-millones-de-euros-al-ideologo-del-pancatalanismo-valenciano_1421100438024.html

    Que pase el siguiente. Y a ver si no se le ve tanto el plumero como a los dos primeros.

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    • gottlieb

      Zimpo, si nos ponemos a condenar, esto se puede leer en el artículo que enlaza:

      En enero de este año, una librería de Eliseu Climent fue asaltada por unos encapuchados que supuestamente le echaron en cara su ideología pancatalanista.

      A mí me parecen más reprobables las posturas violentas como ésta. Y le dan la razón al que escribe el artículo.

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      • Zimpo

        Non sequitur. ¿Qué tendrá que ver lo que hagan unos descerebrados con la librería de Climent con el hecho de que este ha recibido millones de euros de subvenciones? ¿En qué respalda la tesis del autor en ningún sentido?

        ¿Te parece que hablemos de «la» (con distintos nombres a lo largo de los años, pero siempre solo una) librería abierta con dinero público catalán, pero nominalmente privada, en una ciudad valenciana? El objeto de dicha librería era la literatura catalana. Hasta que en Barcelona se hartaron de cubrir pérdidas.

        Lo mismo digo: ¿qué tendrá que ver esa librería «artificial» con el asunto del artículo? Nada. Pero sí con el paisaje de fondo a que aludo en mi respuesta al autor, ahí abajo.

        Se trata de definir el carácter de ACPV, y me parece que las subvenciones tienen mucho que aclarar al respecto. Te lo diré de otro modo: sin ellas, ACPV hubiera dejado de existir a finales de los años 80. Figúrate, TV3 cerrada en 1989 o por ahí. ¿Cómo hubiéramos podido ver los partidos del Barça, eh? Incidentalmente, ese fue el leit motiv de las primeras recogidas de dinero de ACPV en Castellón, sin ir más lejos: tener dinero para montar un repetidor y que pudiéramos ver los partidos del Barça, cuyo contrato exclusivo era con TV3. Si quieres más detalles, el antenero que montó el repetidor en el Bartolo se llamaba Marzá.

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    • Andrés Boix Palop

      Gracias en cualquier caso por leer todo el texto. De verdad. Lamento de veras que lo veas sesgado. Porque las referencias al blaverismo, lo siento, pero no creo que lo estén en exceso. El blaverismo existe, es lo que es, y lo llamamos así para entendernos. Igual que a Josep Guia lo llamamos catalanista. Porque lo es.

      Por lo demás, que ACPV reciba subvenciones, como casi cualquier entidad de ese ámbito, no hace que deje de ser privada. Yo qué sé, privados son también Lo Rat Penat o la Real Academia Valenciana de la Lengua. Y ambas tienen muchos menos socios y una dependencia mucho mayor de subvenciones públicas que ACPV.

      Un saludo.

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      • Zimpo

        Francamente, no entiendo por qué no tendría que haber leído todo el texto. ¿Acaso es que tienes la rara idea de que tus «contrarios» te critican sin leerte, con lo cual más o menos te autoconcedes la razón porque «ellos» son así de bárbaros?

        Mi queja es que esto no es un análisis jurídico sino político-jurídico, y cojea solo de un pie, es decir, es parcial e incorrecto, tanto en la sustancia como en la técnica. Omite muchos datos pertinentes que permiten calibrar el fenómeno del cierre desde ángulos ciertamente opuestos al empleado aquí.

        Yendo al tema de las subvenciones, no me seas equidistaní. Debes saber igual de bien que yo que esas subvenciones —y otras varias no mencionadas en el artículo enlazado por mí— son cualitativamente distintas a las subvenciones «normales» que puedan recibir las instituciones que citas de ejemplo. En este caso, la Generalitat Catalana ha subvencionado durante años a una entidad privada PARA QUE COMETIERA UNA ILEGALIDAD (no alegalidad, como dejas caer en algún sitio).

        Y tampoco nos engañemos al respecto: esa ilegalidad solo es una pequeña parte del conjunto de medidas e iniciativas del pancatalanismo que ha tratado de imponerse en la Comunidad Valenciana (con un éxito manifiestamente descriptible). El paisaje de fondo, pues, no es si esto o aquello es legal o ilegal, ni siquiera es un problema de «libertad de expresión» porque se cierra un canal (cuya contraparte en Cataluña se cerró antes… y nadie dijo nada). El paisaje de fondo es el de todo anschluss: tú formas parte de mí porque hablas mi idioma, y formas parte de mí te guste o no, quieras o no, y cuando me llevas la contraria eres un blavero, un facha y un intolerante. Ha faltado la oportuna mención al búnquer barraqueta, pero todo se andará.

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        • galaico67

          ¿Es imponer ocupar una frecuencia libre y que hay que sintonizar voluntariamente en la televisión propia?
          Por cierto, el acuerdo que ¿rompió? TV3 con canal 9 no se cumplió nunca. Nunca TVV emitio señal de TV3, solo siguió «consintiendo» que siguieran emitiendo los contados repetidores privados que había por ahi.
          Otra cosa, sus argumento del anschuluss queda que ni pintado para la programación de TVE en Cataluña, Pasis Vasco y Galicia. Ese argumento se puede trasladar literalmente a muchos sitios que antes de TVE eran practicamente monolingues, y en cincuenta añitos de nada….

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          • Zimpo

            Quedo a la espera de que me digas un solo lugar de España con más de 5.000 habitantes que fuera prácticamente monolingüe hace 50 años (se entiende que no hispanoparlante). No, wait, te lo pongo más fácil: hace 100 años. Uno solo. Un municipio.

            De paso, también me gustaría que me explicaras si hace 100 años el catalán no normalizado y el valenciano pre-Normes de Castelló eran como son ahora.

            Y a cambio yo te explicaré qué es anschluss.

        • Senyor Garrofó

          Tenía que pasar. El blaverismo (o como guste Zimpo que lo llamemos) es así. Andrés publica un texto que dice que el cierre de TV3 es legal y explica las razones y va y resulta que eso, ¡tambien!, es un ejemplo de libro de maquiavélica operación catalanista.

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          • Zimpo

            Yo quiero que me llames Zimpo, si te tienes que dirigir a mí. Vamos, salvo que etiquetar despectivamente a quienes discrepan de ti esté en tus genes, en cuyo caso te disculpo (y por el mismo precio te aconsejo que visites a un psicólogo).

            Como veo que no estás muy atento, te lo explicaré despacio: la reemisión de TV3 por parte de ACPV ha sido siempre, igual que otras iniciativas, una mera, simple, pura, llana, clara, obvia, evidente, palmaria, programada y confesada operación catalanista (yo digo pancatalanista, que es exactamente el término a utilizar). Lo que le he recriminado al autor es que, en su análisis político-jurídico, no aluda a ello de forma primordial, y me he permitido deducir, a partir de sus remoquetes despectivos —entre ellos el de blaverismo—, que la asepsia de su tratamiento no anda muy allá.

            Para confirmar lo anterior solo tienes que prestar atención a la desproporcionada reacción que ha habido en medios catalanes y afines: muchos han hablado hasta de genocidio. Genocidio, tú. ¿Te explico el por qué de tan rebuscada calificación? Es porque interpretan el cierre de una emisora de televisión catalana como la muerte del alma catalana que dicen tiene la Comunidad Valenciana. Por eso lo llaman genocidio, los muy bestias.

            Lamentablemente, el pancatalanismo no lo curan los psicólogos. A tal fin ya son necesarios los desprogramadores especializados.

        • Andrés Boix Palop

          Daba las gracias por leer todo el texto porque la referencia que comentas está al final y, sinceramente, dado lo largo del escrito, creo que es de agradecer que alguien llegue hasta ahí y lo haga manteniendo la atención. Por lo demás, agradezco también tus comentarios y tus críticas, aunque es obvio que no estamos de acuerdo. Hay una serie de sentencias del TC de 1994 y 1995 que, en casos similares al de TV3 (emisión sin licencia), consideran que la situación no es de ilegalidad sino de «alegalidad», explicando que ciertas restricciones excesivas a la creación y difusión de teles, aunque estén en la letra de la ley, no pueden ser amparadas por la Constitución. De manera que el caso no es necesariamente tan evidente.

          Por lo demás, como cualquier con una visión no sesgada sabe, ACPV, entidad de la que no soy socio y con la que no tengo ninguna relación, tiene más miembros que cualquier otra de las entidades folclóricas valencianas dedicadas a la difusión de las tradiciones falleras y recibe 50 veces menos dinero público de las Administraciones valencianas que ellas. Es cierto que lo compensa con dinero de las catalanas, sí. Pero también que genera más dinero con las cuotas de sus socios que todas las entidades valencianistas agrupadas y multiplicadas por 10.

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          • Zimpo

            Gracias por la explicación sobre la lectura completa.

            También hay una serie de sentencias del TC (108/1993, 278/1993, etc.) que se refieren a esas emisoras (de radio y tv) como «clandestinas», y en el artículo comprendes dichas STC, sin especificarlas, cuando tratas de la posición histórica del Gobierno central. Dicho lo cual, añado que las STC de 1994 y 1995 a que te refieres ahora conciernen a emisoras locales o por cable, cuyo régimen de alegalidad hasta fue reconocido insólitamente por el legislador, y que derivaron en decisiones caprichosas de las autoridades locales por motivos sencillamente políticos o de rencores personales (a este le cierro, a ese le tolero). Nada que ver, en cualquier caso, con TV3 en la Comunidad Valenciana.

            Y ahora vamos con el capítulo ACPV. Me da igual que seas socio o no (tampoco he supuesto que lo seas), y me da igual que haya 2000 millones de valencianos afiliados (queda el hecho de que sin subvenciones catalanas se morirían de asco, como Climent mismo reconoce). Mi queja es que SABES que ACPV llevaba a cabo, en esto de TV3, una acción ILEGAL con dinero público de otra autonomía que TAMBIÉN sabía que la acción era ilegal, y ello no se refleja en el texto en ningún momento. La Generalitat Valenciana alertó en distintas ocasiones a la Catalana para que anulara dichas subvenciones, pero ni caso:

            http://www.levante-emv.com/comunitat-valenciana/2010/09/10/consell-pedira-cataluna-anule-ayudas-acpv/737959.html

            Pero nada puede compararse en elocuencia sectaria al contraste entre esta otra noticia sobre las subvenciones…

            http://www.levante-emv.com/secciones/noticia.jsp?pRef=2008041400_19_432704__ComunitatValenciana-Eliseu-Climent-recibe-cinco-millones-subvenciones

            …y los comentarios que pueden leerse a la misma. Fascinante. No se lamenta que esas subvenciones no hayan rendido, en la práctica, nada, ni se discute sobre su idoneidad legal, sino que ¡Levante, oh, como si fuera Las Provincias! informe de las mismas. Si insinueu alguna cosa, claret, llega a advertir uno. En suma, todo vale para los míos y las leyes me las paso por el arco del triunfo. Los otros son blaveros y despreciables.

            A ti todo eso quizá te parezca normal, y ya no digo a los políticos catalanes tan habituados a hacer de las leyes un sayo, pero el fondo de la cuestión subsiste: una autonomía financiaba las actividades ILEGALES de una entidad «privada» en otra autonomía, y era sabedor de ello. Creo recordar que la CE dice algo al respecto, pero no estoy muy seguro. De lo que sí estoy seguro es que tú no lo has mencionado en tu texto.

  3. Xefo

    Muchas Gracias a La Paella Rusa por aclarar los terminos legales del asunto.

    Pero me gustaría plantear una reflexión:

    Esta claro que es legal, o que lo puede ser, pero ¿ES MORAL?, y enfoco está pregunta sobre todo al electorado del PP que tanto defiende la moralidad en asuntos como el matrimonio entre personas del mismo sexo o el aborto, ¿ que pasa, que ahora la moralidad no vale?.
    Basta ya!

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  4. Catalaniste

    Aiiiiiii, que ja us he pillat!

    Des de l’inici de les emissions de la web que es veia vindre. I ara ja ho puc dir:

    CATALANISTES!!!!!!!!!!

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  5. gekokujo

    «Cuando se cierran los medios de expresión lo que viene es una dictadura». Mario Vargas Llosa
    Aunque me moleste sobremanera la existencia de otros medios como Intereconomía, entiendo que no puedo aspirar a que desaparezcan sin una razón de fuerza mayor. Todo lo demás es atentar contra la libertad de expresión y la muy necesaria diversidad de opinión.

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    • Andrés Boix Palop

      Por aclarar. A mí que exista Intereconomía no me molesta en absoluto. Aunque la verdad es que no la veo.

      Sí me empieza a molestar que sólo existan clones de T5 y de Intereconomía. Pero ésa, la del pluralismo y lo mal gestionado que está en nuestro audiovisual, es otra historia.

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  6. Toni

    Zimpo me parece que la vision de Andres Boix no es partidista,no confundas,el hecho que de su opinion personal no desvirtua todos los datos objetivos que aporta. Otra cosa es que no sepas apreciarlos por tu ignorancia en materia juridica y politica. Ademas de no querer aceptar los hechos por tu ideologia.
    Finalmente,quiero decir que tambien me parece lamentable que antes se emitan canales sin ninguna programacion provechosa y no podamos ver TV3.
    Perdonad por escribir sin tildes pero escribo desde el mobil y no se ponerlos.
    Gracias Andres Boix Palop por tu aportacion.

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    • Zimpo

      Toni, acabo de nombrarte ganador del Premio al Adivino del Año. ¿Cuál es mi ideología? En serio, ¿no os hartáis de repartir carnets? ¿Soy facha también y todo eso? ¿Por decreto?

      Yo he aportado el dato —elemental e inesquivable— de que TV3 pudo emitir en la Comunidad Valenciana gracias al dinero público de su comunidad autónoma de origen, no gracias al dinero de gentiles contribuciones privadas. Este dato no figura en el texto, y me parece, como digo, que es importante.

      Mi ignorancia en materia jurídica y política es tal que me jode que se descalifique al contrario sin venir a cuento y omitiendo elementos de juicio. Pero menos mal que nos queda Anonymous para restaurar el buen y sano criterio de que la ley, porque sí, es una mierda cuando no se hace lo que yo quiero:

      http://www.elmundo.es/elmundo/2011/02/18/valencia/1298027238.html

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  7. skalyvaat

    Enorme trabajo de recopilación, felicidades.

    Pero claro, cuesta muy poco legislar si ya previamente tienes previsto a qué o a quienes y con qué fines vas a aplicar la ley. En ciertos países árabes, es legal y perfectamente constitucional amputar miembros a los ladrones, o lapidar a mujeres adúlteras. Y seguro que aparecen quienes con impecables razones legales justifican tales prácticas. En resumen, que todos sabemos que está mal, pero no puede hacerse nada, porque es la ley.

    Es entonces cuando te invade la pesadumbre, y una vez más, te preguntas si la ley está para servir a los ciudadanos, como debería ser, o bien las facultades de legislar y gobernar son un instrumento en manos de algunos impresentables para conseguir sus fines.

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  8. galaico67

    Zimpo, ya que te va la marcha…
    Atención : » practicamente monolingue», que es diferente a totalmente monolingue. Para ir aclarando conceptos, más que nada.
    Municipio : Vilanova de Arousa, Pontevedra. Puede mirar en los censos y tenía más de 5000 habitantes, ya en 1910. Hablaba gallego, mejor ó peor gallego, pero gallego al fin y al cabo. Hablaban castellano el cura – no digo que aprendido más tarde, la guardia civil y seguramente el médico. Mi casa está a kilometro y medio de la capital del municipio, el origen de mis abuelos a menos de cuatro. Todos monolingues gallegos hasta que les toco ir de soldaditos con Franco. Mis abuelas , monolingues hasta su muerte, poca escuela. Mis tios, bilingues con preferencia para el gallego, salvo que tengan negocios con castellanohablantes. Conmigo siempre en gallego, aunque yo no lo hable. Mis primos, la generación TV, bilingues, y divididos según su orientación. Desde gallegos- gallegos hasta gallegos avergonzados de su acento.
    Y en lo que concierne a su argumento de como eran hace cien años las lenguas, creo que ni el catalán vulgar ni el valenciano de andar por casa eran como ahora. Seguramente tenían menos castellanismos, me juego un acento local. Y que tampoco a el castellano no normalizado de hoy es como el de hace cien años. Bueno, es que después de haber trabajado en Almería, en Malaga, en Madrid y en Zaragoza y haberme criado a medias entre Galicia y Asturias creo que el castellano normalizado es tan artificial como el catalán normalizado.

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    • Zimpo

      Buen intento, galaico67. Ha faltado solo algún enlace para comprobarlo, porque, aunque no te lo creas, tus recuerdos familiares no computan. Tampoco los míos, no creas. En cualquier caso, te felicito por vivir en la patria chica de Valle-Inclán y Julio Camba, escritores que engrandecieron la literatura… española.

      Ya no te felicito tanto, porque depende de tu formación y no del azar del nacimiento, que consideres un mérito no tener vergüenza del acento que te ha tocado en la lotería natal. Si tú estás contento de ser, parecer y ejercer de gallego, estupendo; si hay otros que no, estupendo también, no tienes por qué decir que «se avergüenzan». No tienes por qué, quiero decir, salvo que todo en la vida lo juzgues desde lo alto del campanario.

      No, el catalán vulgar y el valenciano de andar por casa no eran como ahora, pero has perdido un acento local: contenían muchos más castellanismos que ahora. De hecho, ambas normalizaciones consistieron básicamente en des-castellanizar el catalán y el valenciano. Téngase en cuenta, no obstante, que bastantes de esos supuestos castellanismos no eran tales, sino simples coincidencias lingüísticas atribuibles al común origen romance de las lenguas.

      No sé si te habías apostado otro acento local a la diferencia entre el español de finales del s. XIX y el de ahora, pero te informo de que la diferencia existente es mucho menor, casi inapreciable, como puedes comprobar tú mismo buscando en Google Books.

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      • galaico67

        Zimpo, me parece que juegas demasiado con el todo/nada, a la hora de defender tus argumentaciones.
        Si quieres fuentes, ahí va una, nada sospechosa, donde se ve que si hay un anschulus castellano:
        http://www.xunta.es/linguagalega/datos_basicos_de_la_lengua_gallega.
        Y en el INE vienen los datos del Salnés, ya que es un experto en Valle Inclán y Camba. Compruebe los datos de Vilanova de Arousa en 1910.
        Como puedes ver, a más edad, más uso exclusivo del gallego. Mis abuelos tendrían, de estar vivos, 90 años. Y muy poca escuela. Es un tema de clases sociales: cuanto más bajo en la escala social, más uso del gallego, menos escolarización, menos uso del castellano.
        De todas manera, descansado se queda con su afirmación de que el «catalán vulgar» contenía muchos más castellanismos que ahora ¿ Que «catalán vulgar»? ¿El de Barcelona? ¿ El de Gerona? ¿ El de la Selva? ¿ El del Tarragonés? . Dudo mucho, salvo que me aporte fuentes de la misma calidad que me pide a mi, que el catalán de 1909 tuviera más castellanismos que el catalán de 1970. Y del valenciano lo dudo aun más, sobre todo visto lo visto en las tambien valencianas montañas del Maestrat.
        Y bueno, ya lo que me faltaba por ver es que se considerara «estupendo» avergonzarse de una caracteristica, todo lo involuntaria que quiera, compartida con padres, abuelos y demás familia. Una caracteristica que no es limitante, que no es una tara, solo es una caracteristica de la forma de hablar y es «estupendo» avergonzarse de ella. Y mira que hay acentos en este país…. Bueno, a lo mejor tambien es «estupendo» avergonzarse de tener las cejas pobladas, la nariz aguileña ó ser moreno. To es estupendo….
        Bueno, por último , como con un linguista hemos topado, que el castellano normalizado de principios del siglo XX es casi igual que el castellano normalizado de principios del siglo XXI es una cosa que no dudo. Lo que me gustaría saber, de las mismas fuentes en las que se basa para saber cual es el » catalán vulgar» ó el «valenciano vulgar», como era el «castellano vulgar» de principios del siglo XX.
        Bueno, ya le dejo en su defensa contra el anschulus catalán. ¿Los fines de semana se va a la linea del Senia a vigilar las panzerdivisionen ?

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  9. domingo

    A Zimpo, he leido todos los comentarios que has hecho
    y a parte de mencionar que ACPV estaba subvencionada por Cataluña,
    no he encontrado ninguna critica mas.
    ¿Se me ha escapado algo o hay mas que añadir?

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  10. Dani

    Si la Generalitat el que realment pretén és fer complir la llei que continue per sancionar o retirar les llicències a totes eixes televisions comarcals que incompleixen els requisits de les seues concessions de TDT. Requisits com fer un 25% de programació en valencià o fer una programació arrelada als territoris als que pertany la llicència, i no fer el frau de emetre en cadena. Sols si ho fan, els arguments de la legalitat els podrem creure.

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  11. Políticament (In)correcta

    Gràcies per informar-nos, Andrés, que amb la controvèrsia que està portant el tema, tothom vol opinar, però ben pocs estan realment informats. Recomanaré l’article per si encara queda algú que encara tinga ganes de saber què és el que realment ha passat amb TV3 al PV.
    D’altra banda, el tema que ens ocupa, pense, des de la meua inexperta visió del panorama, que amb una mica de voluntat política s’hauria solucionat el tema, ja que ha quedat ben clar que els repetidors d’ACPV eren il·legals, però amb l’audiència que té TV3 al País Valencià, si realment el Govern mirara per la ciutadania, s’haurien posat d’acord en legalitzar les emissions, i si no s’ha fet no ha sigut perquè de sobte a Camps li sembla que la llei és «palabrita del niño Jesús», que amb la que li està caiguent damunt pel tema de la corrupció, ja ha quedat ben palés que, a ell la llei li la bufa.

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  12. Esther

    Andrés, gràcies per l’article, per explicar-nos amb tot detall el recorregut jurídic que té aquest tema. Alhora, gràcies per no quedar-te només ahí i reflexionar sobre la gravetat de la qüestió, que posa en evidència com d’arbitrària és la decissió del Consell i que l’oportunitat d’exercir la crítica passa per les urnes.

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  13. Víctor

    Muy buen artículo. Sólo un apunte. En Cataluña, TV3 cedió un canal de su segundo multiplex para Canal 9 y estuvo repitiendo su señal durante mucho tiempo. Luego, oficialmente, por temas de derechos de emisión, se pasó a repetir la señal de TVV Internacional, hasta que este último cesó sus emisiones por el impago de RTVV a Telefónica por el uso del satélite y decidiendo la propia corporación que el canal internacional pasara a ser un canal online. En la actualidad, aún sigue habiendo un canal para Canal 9 en el segundo multiplex de TV3 que muestra una carta de ajuste las 24 horas.

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