Es ahora posible un capitalismo «de rostro humano»? (OWS)

The democratic republic no longer officially recognizes differences of property. Wealth here employs its power indirectly, but all the more surely. It does this in two ways: by plain corruption of officials, which America is the classic example, and by an alliance between the government and the stock exchange, which is effected all the more easily the higher the state debt mounts.

Friedrich Engels

The end of democracy and the defeat of the American Revolution will occur when government falls into the hands of lending institutions and moneyed incorporations.

Thomas Jefferson (cartel visto en OWS)

Ayer tenía lugar la segunda mesa redonda sobre OWS en Columbia. La universidad es la octava más cara de los Estados Unidos y la séptima en donaciones privadas ($7000 M): una gigantesca empresa privada de hacer dinero, con sus inversiones y demás. No sólo eso: es uno de los principales blancos de las acusaciones del documental Inside Job, dónde se explica la corrupción de la ciencia económica en sí misma, a través de los extendidas asesorías académicas a bancos, el Tesoro y cámaras de comercio, donde se les paga para recomendar las reformas de desregulación que más les convienen a los asesorados. Glenn Hubbard, director de la Columbia Business School, fue director de los asesores económicos de Bush II, arquitecto de sus polémicos recortes de impuestos a los más ricos y candidato a la Fed; en su momento alabó en gran medida el mercado de derivativos; participa en la asesoría de múltiples corporaciones financieras. Otro ejemplo: Frederic Mishkin. Otro ejemplo: el tecnócrata Papademos. La Academia en economía financiera no practica ninguna ciencia – sino tan sólo una ideología al servicio de los bancos.

Teniendo eso en cuenta, es comprensible una reacción atónita cuando, en la mesa redonda, un profesor de la misma School, Bruce Kogut, describe la abolición de la Glass-Steagall Act por Clinton, es decir, el pago a los bancos por su financiación de su campaña electoral, como un «pacto con el diablo«. No contento con eso, en calidad de profesor de Business se presenta como experto en organizaciones, y se ofrece totalmente disponible a la activista de al lado para ayudar al movimiento Occupy. Minutos antes, el director del Earth Institute, Jeffrey Sachs, había calificado el sistema como corrupto en sí mismo: la corrupción ya no se pone en práctica tan sólo como pagos a la campaña electoral – es que los mismos congresistas se dedican al insider trading! Un Congreso que por cierto, tiene una popularidad del 9%, más baja que la idea de que Estados Unidos se vuelva comunista y entre Hugo Chávez y Fidel Castro. El Senado no está nada mejor. Hablamos de plutocracia cuando todos los candidatos electorales sólo son y pueden ser multimillonarios y la separación de poderes ni está, ni se le espera. En el momento en que hasta tíos con corbata de Columbia hablan del sistema en estos términos, podemos decir con seguridad que hay algo fundamentalmente equivocado en él, en palabras de Saskia Sassen. El relato se cae a trozos; la línea roja que separa dentro de fuera se mueve y cada vez genera más outsiders y menos insiders; el síndrome de Estocolmo del 99% se desvanece.

Imagine a world in which a man who is repeatedly investigated for a string of serious crimes, but never prosecuted, has his slate wiped clean every time the cops fail to make a case. No more Lifetime channel specials where the murderer is unveiled after police stumble upon past intrigues in some old file – «Hey, chief, didja know this guy had two wives die falling down the stairs?» (…)

That, it now appears, is exactly how the Securities and Exchange Commission has been treating the Wall Street criminals who cratered the global economy a few years back.

Matt Taibbi, Is the SEC covering up Wall Street crimes?

«Just write that: Everything’s fucked up, and nobody goes to jail«. Bueno, de momento, 4000 manifestantes detenidos por protestar, cero banqueros por destruir la economía mundial. No es que los reguladores hayan sido sobornados por los regulados, sino primeros y segundos cambian de bando continuamente: son los mismos. No sólo hay rescates billonarios, sino también inyecciones secretas de dinero de la Fed a bancos por valor del 50% del PIB americano a un interés del 0.01% (sí, 700 veces menos que la deuda pública española) para comprar bonos del Tesoro al 3% – un atraco en toda regla – a una reserva federal que por cierto se reúne periódicamente con entidades como Goldman Sachs y Blackrockcrony capitalism en estado puro.

«Anthony Blair» – Thatcher, preguntada por su mayor éxito político

La socialdemocracia nos convenció de que era posible separar derechos políticos y derechos económicos, pero de esto hace ya tiempo y ahora bailamos sobre la tumba del PSOE. La pregunta se la hacía Dubcek en Praga, 1968: ¿es posible el socialismo de rostro humano? Mi pregunta es: ¿es ahora posible un «capitalismo de rostro humano»? En el pasado, quizá sí, cuando cada héroe contestatario terminaba integrado en el sistema -cosa que es buena, porque indica su resiliencia-, durante el keynesianismo socialdemócrata de los trente années glorieuses (1945-1975), en el marco de la reconstrucción del Estado-nación, con redistribución de la riqueza a partir de una fuerte fiscalización de las rentas más altas y gasto estatal: en 1952, el tramo más alto del impuesto sobre la renta americano era del 92%. Pero el poder siempre evita rendir cuentas – llega la rebelión de las élites, la eclosión del conservadurismo radical, según Krugman: 1971 es el año del famoso memorándum de Lewis Powell (futuro juez del Supremo) a la Cámara de Comercio, recomendando más agresividad en política y el lobbismo activo. Es el año del Shock de Nixon, cuando el capital empieza a pasar de industrial a financiero, el poder de los bancos se desata con su liberalización y los sindicatos empiezan a ser desmantelados, procesos que cristalizarían con la presidencia de Reagan. Dos años después, la crisis del petróleo generaría una inflación de hasta el 12% y la subsiguiente estanflación. Es entonces que se adopta -bien- una política más considerada con la inflación: es la irrupción del modelo neoliberal (1975-2011) en el marco de la globalización. Ahora el capital es muy difícil de fiscalizar -tampoco interesa- y un aumento en la fuerza de trabajo abarata sus costes y, por lo tanto, sus derechos.

Traducido: el Estado de bienestar, que entonces era una obligación, hoy en día es un generoso regalo de las élites. Pero han jodido un sistema que ahora hace aguas y han encendido el ventilador: es la socialización de las pérdidas a la desesperada y a toda costa. Se impone la visión del Estado como una empresa cualquiera en la que se invierte, y por lo tanto los inversores exigen maximización de la rentabilidad mediante reducción de los costes, que esta vez son nuestra educación y nuestra sanidad, con los resultados que ya sabemos: pacientes muriendo por los recortes. Se imponen tecnócratas salidos de la Columbia Business School y de Goldman Sachs. Detrás del discurso de la austeridad y el ya clásico «no hay alternativa» thatcheriano (quién dice que no hay alternativa, los expertos de la misma Business School quizá?), o su evolución en el orwelliano «la alternativa al hundimiento es el hundimiento» de Mas, hay una clara agenda política: los republicanos del supercomité de los Estados Unidos en absoluto quieren reducir el déficit -su tendencia histórica en el gobierno federal es siempre aumentarlo-, sino bajar los impuestos a los más ricos a costa del Estado de bienestar. Por otro lado, el Nixon catalán -Artur Mas- argumenta que «no hay dinero para la sanidad», pero el modelo holandés que quiere implantar su subalterno sociópata es el segundo más caro de la OCDE y ofrece peor servicio que el nuestro actual, uno de los mejores y más eficaces según la OMS. Pero lo peor es que pueden hacerlo, porque no hay fuerza real para impedírselo.

There is something foundationally wrong in the systemaquí la palabra es fundamental. En la mesa redonda se insistió en la organización política de OWS para llegar a reformas efectivas. 1) qué reformas? 2) pero estamos hablando de política… o de economía? Es que acaso hay fuerza efectiva y real para reinstituir la Glass-Steagall Act o trocear los bancos too big to fail y crear banca pública o que la elección del director de la Fed sea por sufragio universal o tasar las transacciones financieras? En el caso positivo, hecha la ley, hecha la trampa: siempre buscarían otro camino para sortearla. Es el problema de las reformas políticas en negativo, que son esencialmente inestables. Aquí se inscribe a la perfección la perpleja desorientación de la izquierda institucional, sus manos atadas, su ausencia de relato: es imposible avanzar políticamente en un sistema que ha sido estructuralmente capturado por los bancos y fondos de inversión. En ese contexto, las manos siempre estarán atadas.

¿Es ahora posible, por lo tanto, un «capitalismo de rostro humano»? O, dicho de otro modo, son posibles reformas institucionales que resten poder a la monocracia de las entidades politicofinancieras y lo redistribuyan en una auténtica separación de poderes, políticos y económicos, cuando la tendencia actual es a la concentración? Creo que no. Los mercados se han constituido en actor político y la correlación de fuerzas está de su parte. No, espera: el gigantesco monto de dinero que mueven y con el que exigen el desmantelamiento del Estado de bienestar es exactamente nuestro propio dinero, nuestros ahorros, seguros y pensiones. Por eso hace falta no votar con un papelillo en la urna, sino con nuestro dinero, como hicieron los americanos el día 5 de noviembre, el día de Guy Fawkes, donde se cerraron cuentas por valor de más de 50 millones de dólares. En el 2010, 600.000 nuevos clientes habían abierto una cuenta en las credit unions (cooperativas de crédito). Tan sólo en el mes anterior al National Bank Transfer Day, ya tenían 650.000 nuevas cuentas, 4500 M de dólares. Las historias de los clientes cerrando sus cuentas son de lo más rocambolescas: el banco llamando a la policía para que los detuviera, diciéndoles que «no pueden ser cliente y manifestante al mismo tiempo», que «ya volverás», ofreciendo a devolverles las comisiones, o directamente cerrándoles la puerta para que no entraran. Se trata de romper el monopolio financiero no desde arriba, sino desde abajo. No de asustarles, sino de directamente quitarles el poder del que tanto nos quejamos.

Una de las características más notables de OWS es que ostenta un vago programa izquierdoso, pero en absoluto keynesiano-socialdemócrata: siempre muchos carteles de End the Fed y contra el endeudamiento público. Ahí cabe el concepto de deudocraciaTesis, antítesis, síntesis: Occupy rompe la dicotomía entre socialdemocracia y neoliberalismo y la supera, espontáneamente, sin la necesidad de ningún discurso intelectualizador en una torre de marfil, porque en su mismo núcleo está la certeza de que el sistema ha sido capturado por una élite de dos caras, tanto política -Washington- como económica -Wall Street. Ya no son políticos intentando regular el mercado, ni empresarios quejándose de la ineficiencia de lo público, sino la misma clase que periódicamente va de una orilla a la otra. Tesis -Engels-, antítesis -Jefferson-, síntesis -Occupy Wall Street.

Se trata de romper el tabú de Fukuyama de que estamos en el final de la historia. Al contrario, parecemos maldecidos por un chino: ciertamente, estamos viviendo tiempos muy interesantesYa no se trata de entregar un cheque en blanco al gobernante de turno y esperar a que llegue el cambio; hay que tomar la iniciativa y reivindicar, no sólo política sino también económicamente, nuestro estatus de ciudadanos. Reclamar lo que es nuestro, prescindiendo de las densas redes tejidas por las élites en las que nosotros estamos secuestrados: más cooperativas integrales, como en CatalunyaEmilia-Romagna, más colectivización de servicios públicos. Es un camino largo, pero excitante – la alternativa al discurso de no hay alternativa que sí que es el hundimiento.

Esta entrada fue publicada en Artículos y etiquetada , , , , . Guarda el enlace permanente.

8 respuestas a Es ahora posible un capitalismo «de rostro humano»? (OWS)

  1. desempleado dijo:

    La respuesta a la pregunta es no. Veinte años después de la caída del socialismo real nos encontramos en la del capitalismo real. En el fondo, ambos son lo mismo.

  2. guillem dijo:

    És cert que el tea Party està a OWS? En quina messura? Són visibles? Modulen alguna cosa?

  3. Intelestual dijo:

    Es gracioso escuchar que el capitalismo esta muerto, cuando no había estado tan fuerte como hasta ahora en su puta vida…

  4. parvulesco dijo:

    guillem,
    la veritat és que crec que OWS i el TP semblen anar per camins diferents… Però ja veurem, essencialment tracten del mateix.

    Intelestual,
    En ningún momento hablo de «muerte del capitalismo», sino que la élite politicofinanciera ha capturado el sistema de modo «monocrático» y, efectivamente, está más fuerte que nunca, la correlación de fuerzas está de su parte. Pero precisamente ha pasado lo que pasa en sistemas de monopolio, que son esencialmente inestables y por eso la crisis.

  5. cero dijo:

    Hola parvulesco: Me sigue impresionando tu relato. Quiero más. Es como seguir una competición de tenis de mesa en primera fila, porque el ritmo de las ideas es de vértigo. Comparto las tesis de fondo y muy especialmente lo que dices de la revuelta de las cuentas corrientes. Está muy claro. Cambiemos nuestro dinero, hagamos que se mueva en otra dirección, y el mundo económico y político cambiará. No sé si las actuales entidades de crédito éticas podrían asumir en unos pocos años unos ingresos masivos. Pero este es uno de los caminos. Cada época tiene su relato revolucionario. El nuestro es silencioso y personal. Basta ir mañana al banco mercantil con el que operamos y retirar todos los ahorros o incluso cerrar la cuenta. En Icaria Xavi Teis acaba de publicar un librito explicando esto mismo. Compartí micrófono con él en una plaza hablando de todo esto. Nos escucharon con interés… pero me parece que la cosa no pasó de ahí. Y este es el problema. El capitalismo está muy vivo porque se alimenta de todas nuestras contradicciones.

  6. Seymour M dijo:

    «El capitalismo está muy vivo porque se alimenta de todas nuestras contradicciones.»

    Así es. Pero sobre todo se alimenta del miedo. De ese miedo que hace que la gente que te oye piense que es una idea interesante, pero que cuando se plantee en serio el sacar sus papeles de colores del banquito, le ahoguen automáticamente los terrores inducidos por décadas de programación pasiva sobre los «peligros» inherentes a ese acto. Ya sabes: «Si caen ellos, caeremos nosotros.»

    Y es hasta cierto punto lógico. El cambio de paradigma común mental, aunque sea leve, debe ser la primera prioridad. Empezar a perder el miedo.

    • cero dijo:

      Comparto la observación de Seymour M. Ciertamente hay sesgos que cumplen su papel adaptativo o protector ante peligros o aventuras. Pero también contamos con ciencias cognitivas que nos ayudan a corregir errores de cálculo. Uno de los problemas de la crítica política actual es la falta de interdisciplinariedad. Pero no siempre ha sido así y hoy hay excepciones. Pienso en autores como Horkheimer o Zizeck. De todos modos, el problema no está tanto en la ignorancia, sino en el papel de nuestros «intelectuales» y académicos. La mayoría o está corrompida como señala Parvulesco o está ensimismada en su narcisismo.

  7. xisco dijo:

    No ho he llegit encara, però el títol per si sol m’ha agradat, m’ha fet engegar idees al cap.
    Esper que el contingut sigui tan bo com l’encapçalament.

Responder a cero Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *