El voto y las encuestas

Reproduzco  a continuación el artículo que apareció publicado en Valencia Express el pasado viernes 29 de abril (página 15). El artículo habla de las encuestas de intención de voto en la Comunitat Valenciana, unánimes en pronosticar la victoria del PP por mayoría absoluta. No sólo de su fiabilidad, sino, sobre todo, de los efectos electorales que puedan tener como «profecía autocumplida».

El voto y las encuestas
Guillermo López García

A falta de menos de un mes para las Autonómicas, las encuestas son prácticamente unánimes en sus pronósticos: el PP ganará con mayoría absoluta, e incluso mejorará sus resultados. El PSPV descenderá en intención de voto. EU será la gran beneficiada de este descenso de los socialistas y entrará cómodamente en las Cortes, superando el límite del 5%. Y Compromís se quedará al borde de ese 5% y, una vez más, no conseguirá entrar (sólo una encuesta, del diario Público, le da más del 5% a Compromís).

Hay algunas cosas sorprendentes de estos resultados. Por ejemplo, la aparente solidez del PP, a pesar de los asuntos de corrupción, de las luchas intestinas en la provincia de Alicante y contra Génova y, sobre todo, de la parálisis del Consell durante casi toda la legislatura. O las escasas perspectivas de Compromís, que no se beneficiaría de la visibilidad de Mónica Oltra en su labor de oposición, ni del desengaño con el PSPV de muchos votantes de izquierda, ni siquiera de la participación, que será previsiblemente baja (con lo que es más fácil conseguir suficientes votos para superar la barrera del 5% si se consigue movilizar al electorado propio), …

Con todo, lo que cabe preguntarse es, más allá de si las encuestas aciertan o no, si estos resultados tienen algún efecto sobre el electorado, y cuál. Habrá votantes de izquierda que se quedarán en casa a la vista de que el PP parece imbatible. Habrá votantes que duden entre EU y Compromís y que dilucidarán su voto según las encuestas (votando a EU para que su voto no se “pierda” en el sumidero del 5%). Muchos votantes escogen su opción condicionados por las encuestas, dándose la paradoja a veces de que los resultados funcionan como una profecía autocumplida: acaba ocurriendo lo que las encuestas pronosticaron… Por efecto de las encuestas.

Profesor Titular de Periodismo de la Universitat de València



6 comentarios en El voto y las encuestas
  1. Yo en cambio creo que Compromís entrará en les Corts y que el PP y PSOE sufrirán un desgaste. Y además creo que Compromís no es que vaya a competir a por el electorado de EU tradicional, va a competir a por el electorado más valencianista y de izquierdas del PSOE. Sólo hay que ver los vídeos y los comentarios de gente que apoya a Mónica Oltra en youtube o el grado de conocimiento de Joan Ribó y sumarle la potente red comarcal del Bloc, mucho mayor que la de EU.

    Mi impresión es que tanto EU como Compromís entrarán y que el PSOE tendrá un bajón importante.

    Y finalmente una cuestión, ¿no será que en muchas encuestas todavía no se pregunta por Compromís, como la última del Mundo, donde se preguntaba por Joan Ribó y luego no se preguntaba por la intención de voto de Compromís !?!

    Comentario escrito por Sergi — 01 de mayo de 2011 a las 6:33 pm

  2. «El PSPV descenderá en intención de voto»: supongo que quieres decir que descenderá en número votos. Acaso no – precisamente – en intención de votos; todo lo más en «ganas de ir a votar a pesar de la intención – positiva – de voto».

    Bueno, hay otros momentos en que las encuentas no producen un efecto de profecía auto-cumplida sino el contrario.

    Acaso sea el desánimo – que lleva a «quedarse en casa» como dices – de la mayoría absoluta anunciada.

    Ahora bien , según los contextos – y estaría bien que se desarrollase el por qué y en el fondo es eso lo que te pregunto – las encuestas pueden alentar un resultado contrario, una movilización. ZP o Felipe – no me acuerdo – quería que «les dieran perdedores» y una mayoría absoluta del PP se vive en muchos lugares como amenaza y es motivo de movilización (para limitar pérdidas).

    Son misterios de la sociología; pero lo cierto es que es un tema apasionante y difícil.

    Comentario escrito por Pablo (el falso) — 02 de mayo de 2011 a las 1:53 am

  3. Sergi: yo también creo que Compromís está infrarrepresentado en las encuestas y que tiene mucho «voto oculto» a los efectos; voto joven, de nuevos votantes y de ex votantes del PSPV. También creo que entrará en Corts, mi duda es si logrará hacerlo en el Ayuntamiento de Valencia, si el tirón de Ribó será suficiente. Pero me temo que el PP va a sufrir mucho menos desgaste que el PSPV (si sufre alguno); aunque pierda votos en términos absolutos, probablemente éstos se vean enjugados en el descenso de la participación y consiga resultados similares a los de 2007.

    Pablo: las encuestas pueden producir dos efectos contrapuestos: el efecto «Bandwagon», que es el más común, es un efecto de arrastre del candidato favorito, en el que hay electores que deciden a última hora, literalmente, «subirse al carro», cimentando así una victoria electoral más amplia de lo que las propias encuestas pronosticaron. También puede leerse en sentido contrario: electores de la oposición que no van a votar «porque está todo el pescado vendido». Es lo que ocurrió en las Elecciones Generales de 2000 con el PP.

    El efecto contrario del que hablas, menos común, es el «Underdog»: los votantes se movilizan por miedo a que el partido que encabeza las encuestas consiga una mayoría demasiado amplia, y al final el resultado puede incluso cambiar de signo respecto de lo que pronosticaban las encuestas. Es lo que ocurrió en las Generales de 1996, que es el ejemplo al que te refieres: la mayoría de las encuestas le daban al PP mayoría absoluta (o al borde de la misma), mientras que el PSOE se hundía en los 110 – 120 escaños. Y luego, en unas elecciones con una elevadísima participación, la diferencia fue mínima (156 – 141, apenas 1,5 puntos en porcentaje de votantes).

    Es decir, funciona el «carro del vencedor», por un lado, y el «miedo al vencedor», por otro. Y puede funcionar en dos sentidos: movilizando y desmovilizando.

    Un cordial saludo

    Comentario escrito por Guillermo_Lopez — 02 de mayo de 2011 a las 1:45 pm

  4. En el sistema parlamentario hispánico se da además la situación de que el mismo partido ganador se comporte de un modo radicalmente distinto dependiendo si consigue la mayoría absoluta o no. El caso más destacado es el de Aznar que pasó de hablar catalán en la intimidad a declarar la guerra en las Azores. Por eso muchos votantes se muestran casi indiferentes ante el color del partido ganador pero se movilizan para evitar que el otro saque la mayoría absoluta. No es el «miedo al vencedor» lo que moviliza sino al poder «absoluto». Claro que en los parlamentos regionales, con un arco parlamentario muy sencillo, no hay posibilidad de coalición en muchos casos (sobre todo para el PP) y la única mayoría posible es la absoluta.

    Comentario escrito por emigrante — 02 de mayo de 2011 a las 4:11 pm

  5. De todos modos, mirando cómo hacen las encuestas en EE.UU. y lo que ha pasado en los últimos ciclos electorales lo más relevante en materia de encuestas que puede decirse es que ahora, al menos, son muy fiables cuando están bien hechas.

    Comentario escrito por Andrés Boix Palop — 03 de mayo de 2011 a las 12:47 pm

  6. gracias. A mí lo que me interesa es si se puede prever cuál de esos dos efectos de movilización de signo contrario – supongo que un tercero es el desánimo, efecto de no movilización o incluso de desmovilización o no re-movilización – se producirá y en qué medida. Ahora bien, como bien dices, pueden producirse todos a la vez.

    Y si el conocimiento de estas leyes sociológicas/psicológicas inciden, a su vez, modificando lo que sería una primera respuesta espontánea… la cadena es o puede convertirse en infinita (en principio; nunca de facto, claro está).

    Comentario escrito por Pablo (el falso) — 04 de mayo de 2011 a las 2:00 am

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