En el proceso de volverse paulatinamente más loco, la inventiva de Mao para provocar muertes en masa le obligó a buscar medidas cada vez más alambicadas, y más meritorias, desde el punto de vista de la voluntad con la que se adoptaban
No es Franco en la semblanza de Paul Preston un hombre cultivado o brillante, pero lo suple sobradamente con su astucia, sus maniobras arteras y su capacidad para permanecer impasible, mirando al interlocutor con cara de pez