La UE y el finamente llamado «déficit democrático»: ¡Vivan las caenas!

En los últimos meses decisiones esenciales sobre el futuro de la Unión Europea han dejado de tomarse en los foros diseñados al efecto por los Tratados y se adoptan, de manera abierta y sin que nadie se haya escandalizado en exceso, entre los socios de un fondo de rescate instrumentado como sociedad anónima regida por el Derecho inglés y domiciliada en Luxemburgo. Frente a las tradicionales críticas sobre el «déficit democrático» de las instituciones europeas, por la poca participación del Parlamento europeo en la toma efectiva de decisiones y la importancia de una burocracia muy impermeable y ajena a las preocupacones de la ciudadanía, lo de ahora no es una cosa que deba ser analizada siquiera en términos de «déficit». Directamente, hemos liquidado cualquier atisbo de participación democrática que vaya algo más allá de la limitada y periódica capacidad de control que los ciudadanos de (algunos) países socios de la UE tiene sobre sus gerifaltes (que son luego, a la postre, los que hacen y deshacen a su antojo en la Unión). Comparada esta situación, podría incluso afirmarse que la manera en que funciona el BCE permite más control ciudadano que lo que estamos construyendo, si no fuera porque a uno se le escapa desde hace tiempo la risa floja, también, al pensar en el BCE.

El caso es que, en esta semana en que se han desencadenado todo tipo de acontecimientos, la nebulosa de nuevos poderes asentada en Europa (nebulosa que en realidad no es tan difícil de identificar, pues estamos hablando de las burocracias tradicionalmente asentadas en la UE, totalmente impregnadas del ideario germánico tradicional en lo económico y de los modos de comportamiento franceses respecto de las instituciones comunitarias) ha liquidado al Gobierno griego y, este mismo fin de semana, al Gobierno italiano. Ambos han sido sustituidos por sendos «gabinetes técnicos» encabezados por antiguos personajes que, siendo al menos nacionales de los respectivos Estados, llevan muchos años cabildeando por Bruselas y Frankfurt, convenientemente imbuidos de los valores del momento.

El caso griego, como es sabido, es desastroso. Desde hace tiempo. Pero que el gobierno que lleva dos años tratando de arreglar el entuerto sea descabalgado por la presión europea justo en el momento en que plantea supeditar la aceptación de unos recortes a un referéndum da que pensar, la verdad. Cualquier credibilidad de las razones dadas para relevar a Papandreu en aras a calmar a los mercados lo cierto es que tiene poco recorrido dado que la persona que lo va a sustituir, Papademos, participó de la mítica época de falseamiento generalizado de las cuentas griegas. El problema no era, como es sabido, que el anterior gobierno heleno no estuviera haciendo ajustes y comportándose con seriedad. Tampoco debe de haber mucha gente que confíe sinceramente en la capacidad del nuevo gobierno de hacer las cosas mucho mejor, a la vista de la situación y las cartas con las que cuentan. Tienen los nuevos gobernantes, eso sí, la gracia de que no juguetean con eso de preguntar al pueblo.

En Italia la cosa es más o menos parecida. Berlusconi puede ser muchas cosas, pero no ha variado en exceso las tradiciones italianas en materia de déficit y deuda. Mucha deuda acumulada, mayoritariamente en manos italianas, y un déficit contenido dentro de lo que cabe, aunque poco crecimiento económico, con todo lo que ello conlleva. Son las constantes vitales de la economía italiana desde hace años, gobierne un sátiro incompetente (Berlusconi)  o un sabio profesor amado por Europa (como Prodi). Resulta ridículo que nadie pueda creer en serio que un Gobierno nuevo vaya a cambiar sustancialmente este rumbo, más que nada porque es la consecuencia de una serie de complejos equilibrios en una sociedad, la italiana, a la que no puedes imponer soluciones alegremente como si fueran varios cientos de miles de pringados tercermundistas en lugar de 60 millones de habitantes de un país culto, con sectores y regiones muy desarrollados económicamente y acostumbrado a ciertos niveles de bienestar… y democracia. El caso es que, ante el paulatino acoso de colegas europeos y del Banco Central, exigiendo recortes, Berlusconi remoloneaba, sabedor de que el humor social del italiano medio es diferente al de los sabios europeos (más que nada, claro, porque la pensión no se la recortan a ellos). Finalmente, tras todo tipo de presiones, Berlusconi ha dimitido. No se van a convocar elecciones. Aunque en medio año acaba la legislatura y no habrá más remedio. ¿A santo de qué esta prórroga de la legislatura italiana? ¿Alguien piensa que la interinidad del Gobierno técnico de verdad ayudará a contener la sangría mucho tiempo? En cualquier caso, dada la aversión a las urnas que manifiestan nuestros nuevos tecnócratas da un poco de miedo pensar en que esas elecciones que se yerguen amenazantes en un futuro muy próximo puedan acabar convertidas en a saber qué. No es descabellado pensar en una prima de riesgo italiana por las nubes, también, dentro de unos meses. Estos que argumentan que en unas condiciones así no se pueden convocar elecciones a saber lo que pueden llegar a decir en ese caso.

La Unión Europea ha tenido siempre en su germen una semilla antidemocrática muy potente, anclada en la desconfianza de las elites europeas de posguerra a las decisiones populares en tiempos de crisis. La idea de que una burocracia weberiania potente y bien organizada, llena de tíos listos cooptados entre las elites, siempre será mejor que las pulsiones nacionales populistas forma parte del credo de la Unión. Pongamos a técnicos, a especialistas, a tomar decisiones alejados de las presiones electorales, viene a ser el concepto, y así todo irá mejor. Sin embargo, allí donde el propio Weber alertaba sobre la jaula de oro en que pueden convertirse los procesos de racionalización llevados al extremo, nadie en la Unión Europea parece estar tomando nota de que la dirección que desde hace años vienen marcando esos expertos supuestos no parece ser un éxito contrastado. Al menos, no de momento. Y la verdad es que, puestos a poder equivocarnos exactamente igual que cualquier burócrata o «técnico», no estaría de más plantearnos la conveniencia de dejar que fueran los ciudadanos los que tomaran aquellas decisiones que se van a convertir en claves para su futuro y el de la organización de las sociedades en las que viven.

En todo caso, siendo todo el panorama sombrío y desalentador, lo es mucho más la docilidad y entusiasmo servil con el que desde España toda la opinión pública y publicada jalea la «intervención» de la UE sobre Grecia o sobre Italia. Sí, ya sé que nos jugamos mucho dinero y que parte de la pasta que puede volatilizarse es nuestra. Pero, ¿de verdad nos queremos fiar más de los «expertos» que de nosotros mismos para decidir cómo repartimos y cómo gastamos? ¿Por qué exótica razón habríamos de hacerlo, dado su reciente y creciente historial de yerros? Y, sobre todo, ¿qué pasará el día que también nos impongan soluciones de este estilo a nosotros? ¿Qué pasará el día que el gobernante encadenado sea uno que nos gusta, que nos parece cabal o, incluso, el que nos hemos dado a nosotros mismos? ¿Sacaremos los pompones también, como hemos hecho a lo largo de esta semana?



21 comentarios en La UE y el finamente llamado «déficit democrático»: ¡Vivan las caenas!
  1. 1

    Este blog acabará siendo ilegal.

    Comentario escrito por Conde — 14 de noviembre de 2011 a las 3:02 pm

  2. 2

    ese día, que igual no llega nunca, pero puede que llegue, coincidirá con alguna semifinal de algo, o con un importante gran premio en el que nos juguemos el podio. y no habrá más remedio que elegir.
    somos los mejores ¿es que ya lo ha olvidado todo el mundo o qué?

    Comentario escrito por Karpov — 14 de noviembre de 2011 a las 6:02 pm

  3. 3

    Lo que yo no entiendo es el fervor popular por la caída de Berlusconi, cuando (1) Berlusconi es un síntoma: estaba ahí porque le habían votado. El problema no es que exista un Berlusconi, sino que goce del apoyo de la mayoría de ciudadanos de un país, al que tengo el máximo respeto – y no es coña – porque cualquiera por la calle nos da mil vueltas en educación y cultura. Su escuela pública, que también se la están cargando, venía funcionando muy bien. (2) Porque hay que alegrarse si Berlusca cae en las urnas, pero no porque los mercados hayan depuesto al rey que ya no les conviene.
    Esto sí que es democracia real ya…

    Comentario escrito por Susana — 14 de noviembre de 2011 a las 9:29 pm

  4. 4

    Bueno Andrés, muy de acuerdo en todo, salvo una puntualización sobre la «docilidad española». Por un lado, yo no sé hasta qué punto la opinión publicada y la opinión pública en este país siguen coincidiendo, en cualquier caso creo que cada día lo hacen menos, y el proceso continuará y se acelerará. Por otro lado, como bien nos ha enseñado la Histeria de España, todos sabemos que los españoles, y en gran medida España, funcionan a golpe de cabreo, o la hinchazón de cojones como motor de la Historia. En este sentido, cuando dentro de unos meses el gobierno del PP esté tan desacreditado o más que el de ZP ahora (miremos el ejemplo griego. El PASOK llegó como salvador y castigador del desastre de ND y ahora están por detrás de éstos últimos en intención de voto) y, quizá, nos estén preparando un goberno de «tecnócratas»* con MAFO a la cabeza y Rato de ministro de Econosuya, puede que esa docilidad pública, de existir, se haya transformado exactamente en su opuesto.Es más, personalmente me preocupa en qué pueda derivar toda esa frustración huérfana de alternativas en el horizonte. La Segunda Restauración,como dicen por aquí al lado, ¿agonizando entre barricadas?

    Un saludo.

    *Para entonces lo mismo ya Merkel sin Sarkozy, porque Francia quizá va después de nosotros en la lista de corderos a degollar.

    Comentario escrito por Bah — 14 de noviembre de 2011 a las 9:42 pm

  5. 5

    Prefiero a quien vote yo, pero si a quien voto participa de estos negocios o similares: «participó de la mítica época de falseamiento generalizado de las cuentas griegas» o Berlusconi con sus cambios legislativos favorecedores de sus empresas, o en España invirtiendo el dinero público en negocios pocos rentables o en los bolsillos de los satélites de los altos cargos de nuestras múltiples Administraciones…, pues que quiere que le diga, Sr Boix, que tampoco es serio votar, revotar y mantener a tipos con esas prácticas en los gobiernos.

    Comentario escrito por Mar — 14 de noviembre de 2011 a las 11:59 pm

  6. 6

    En fin. Nuestros abuelos vieron el levantamiento del 18 de julio. Nostoros estamos viendo otra cosa, menos violenta, pero parecida en términos políticos. Y ambos con el beneplácito de una parte considerable de la población. Entonces clamaban por un régimen como Dios manda. Ahora, para deleite de los liberales, abundantes entre las supuestas clases medias, también. Me gusta la fecha del 20-N. Bien escogida para la ocasión.

    Comentario escrito por Oliveral — 15 de noviembre de 2011 a las 1:13 am

  7. 7

    ‘La escuela pública no sólo es mejor y esencial para construir una sociedad más justa, más igualitaria y más eficiente’. Este frase no es de este post, obviamente. Es de uno de este año sobre la educacion publica. Si comento la frase en su post correcto no lo lee nadie, supongo. Vanidades de los comentaristas, supongo también. El comentario es: Justamente, y para pasmo de neoliberales y demas especímenes contrarios a ella, la educación publica consigue introducir en los mercados un factor que los mercados en realidad nunca producen ( porque no les interesa ).Ese factor es la competencia. Mediante esa igualación de capacidades iniciales (la linea de salida) que resulta de la educación publica, los mercados funcionan con un nivel de competividad que nunca consiguirían por si mismos. Los mercados (sus agentes económicos) por si mismos tienden al monopolio/oligopolio. Es sólo la sociedad , a través, sobre todo, de esta educación publica universal y gratuita, el que introduce realmente competencia,(y eficiencia, por tanto) en el sistema económico. Y no los mercados. Es decir, no es sólo una logica igualdad de oportunidades, sino que es la propia competencia del sistema económico y su eficiencia la que esta en juego con la educación pública. Curioso, no?. El Estado salvando, tambien en eso, a los fantasticos mercados y sus juveniles pretensiones de superpoderes.En fin, una nota pequeña en defensa de la educación publica. Por otra parte, suscribo, por otra parte, la opinión de este post sobre esta Europa condenada a ser salvada por los mismos tecnocratas que la hundieron ayer por la tarde. Financieros tecnocratas ‘made en Goldman Sachs’, para más alegría. Esa debe ser la exotica rázón que buscas. Saludos, excelente blog…

    Comentario escrito por antonio — 15 de noviembre de 2011 a las 3:03 am

  8. 8

    Mira, Antonio, por increíble que parezca, el comentario no está tan desubicado. Lo comentaba yo en el blog y lo reafirma más arriba Susana: Italia es un país no sólo económicamente desarrollado sino culto, con gente formada, con una educación que ha funcionado bien, aunque en las últimas décadas se haya contaminado cada vez más de estos valores españoles de «concierto vaticano». Precisamente por ello lo trágico no son Berlusconi y sus políticas sino el hecho de que hayan sido posible. Y precisamente por esta razón cambiar a Berlusconi, y menos todavía con una Operación Elefante Blanco siglo XXI, no va a resolver los problemas de Italia sino que los agravará. Al tiempo, si no.

    La esperanza es que esa naturaleza cultivada del pueblo italiano en su conjunto acabe rebelándose contra este escándalo que es que le impongan gobiernos y políticas desde fuera. Al igual que uno confía cada vez más en que acabaremos viendo ese estallido del que habla Bah. Y no tanto porque me crea yo eso del carácter indómito de los españoles, sino porque esto tiene pinta de que se van a pasar tantos pueblos que incluso el más dócil de los lacayitos empezaría a poner mala cara.

    Mar, a mí las políticas nefastas de Berlusconi o cualquier dirigente democrático me dan un poco igual. Más que nada porque no confío nada en que los gobernantes autocráticos, impuestos por las elites, tengan capacidad alguna (de hecho, así lo vienen acreditando) para mejorar la manera en que se gobierna incluso en la democracia más sandunguera que podamos imaginar. Véase, sin ir más lejos, el caso de España.

    Y a Karpov, Oliveral y Conde, nada, asegurarles que mientras no nos cierren, al menos por aquí seguiremos, divirtiéndonos con el show.

    Comentario escrito por Andrés Boix Palop — 15 de noviembre de 2011 a las 9:34 am

  9. 9

    Hombre, la verdad es que me ha hecho un poco gracia lo de
    «Que cultos los italianos, que cualquiera por la calle te canta el Rigoletto» y por otro lado te votan a Berlusconi
    a ritmo de Bunga bunga.

    Sobre lo del nuevo ministro nombrado a dedo aleman, casi me parece mejor que sea un tecnocrata que se coma todo el marron
    y que sea el que caiga cuando la cosa no de para mas.

    Comentario escrito por domingo — 15 de noviembre de 2011 a las 10:57 am

  10. 10

    Hasta que la gran masa de la población no esté con un dólar diario aquí no se va a mover nada. Y a ese extremo no se va a llegar. Mientras siga existiendo una clase media suficientemente numerosa (40 % de la población) y que disfrute de lo básico y se pueda pagar de su bolsillo los servicios que ahora presta el Estado, aceptarán de buen grado. Son, además, los votantes de la opción política avalista del sistema neoliberal y de la desregulación. Pedantes y clasistas sin clase, pero autocomplacientes y adictos a low fare (no al de LPD, muy abandonado, por cierto) y al los productos de franquicia y multinacional a precio asequible, sin lugar a dudas amortiguador de su condición de clase social descendente. Las clases trabajadoras… pues poco pintan. Comprenderán que salir del agujero es cuestión de cada uno y punto. Mientras tengan sus necesidades alimentarias cubiertas, un mínimo de ropa y un techo cutre bajo el que cobijarse (algo que siempre sucederá en un país con el mayor parque de viviendas del mundo, pase lo que pase), el bar de barrio y fútbol a tutiplén, pues tampoco pasará nada. Sencillamente asumirán, como ya lo están haciendo, que las cosas son así. Es más. ¡A cuántos mileuristas conozco que se consideran a sí mismos «clase media»! Y las infraclases, pues tampoco me preocuparía yo por ellas. Profundamente despolitizadas, compuestas por gente fuera del sistema, entienden que sobrevivir es cosa de cada uno. Además, a Dios nunca le cayeron bien. A tales recónditos ha llegado el individualismo liberal, que salvo los gitanos, a todo el mundo tiene embaucado. Los extranjeros lo ven todo desde fuera. Poco cuentan, si este no es su país y así ellos lo consideran. Siempre han estado dispuestos a lo peor, y su capacidad de ahorro es grande. Están acostumbrados a la austeridad.
    Hagamos retrospectiva: ¿Cuándo estalla un conflicto social? Pues en España en los años 30, cuando las expectativas para las infraclases eran nulas, había desnutricción o, sencillamente, la sociedad era cerrada: no había posibilidad de ascender porque así eran las cosas. El sistema actual, en teoría, y es la base de su legitimación, te permite ascender por mérito propio. A cada uno lo suyo. y a una renta de un dólar diario no vamos a llegar, no nos pongamos dramáticos. Y aunque así fuera, ¿en cuántos países existe esa situación desde hace décadas? En muchos. En algunos estalla el conflicto. En otros no. Otra cosa es que España caiga en la fase previa en el próximo mundial. Ay, amigo. Con las cosas de comer sí que no se juega.

    Ps. Celebro leer nombres como Mar o Susana en este foro.

    Comentario escrito por Oliveral — 15 de noviembre de 2011 a las 3:39 pm

  11. 11

    Creo que me he cargado sin querer un comentario haciendo la moderación. Por favor, si alguien no ve aparecer el suyo, que disculpe, pero lo he liquidado involuntariamente.

    Comentario escrito por Andrés Boix Palop — 15 de noviembre de 2011 a las 6:06 pm

  12. 12

    Ah, pero hay moderación. Y censura? Tenéis que hacer como en las llamadas que dejan los oyentes de es.radio en el contestador. Molan mucho. Pero mucho mucho. Aunque no tanto como el anuncio de «de memory».

    Comentario escrito por Oliveral — 15 de noviembre de 2011 a las 6:38 pm

  13. 13

    Andrés, el modo de elección del gobierno no implica que la gestión/gobierno de éste vaya a ser mejor o peor, pero ante los dos modelos de elección, el que hacemos los ciudadanos o el a dedo, yo prefiero el primero, claro. Aunque este tema no ha de enfocarse desde el déficit democrático. O al menos no sólo desde ese punto.

    Ya sabíamos antes cómo funcionaba la UE y Grecia, Italia, España…, decidimos formar parte y después decidimos formar parte del euro y antes y después nos hemos beneficiado de ventajas de estar en la UE y en el euro-. Pero las ventajas tenían su reverso, su carga, sus obligaciones que cumplir. ¿Se ha gestionado teniéndolas presentes y teniendo en cuenta que ya no éramos entes independientes, para lo bueno y para lo malo? Quién asume la responsabilidad por eso. ¿Nadie?

    Oliveral, me ha encantado tu análisis. ¡Viva el espíritu gitano!

    Comentario escrito por Mar — 16 de noviembre de 2011 a las 12:05 am

  14. 14

    A pesar de que comparto su tesis principal, No estoy muy de acuerdo con la conclusion a tu comentario oliveral. Justamente el conflicto surge cuando pasas de vivir bien, o moderadamente bien a vivir mal, si llevas toda la vida en la miseria no aspiras a otra realidad, por eso en otros paises donde llevan decadas en una situacion de pobreza no se dan revueltas, desde la cuna tienen asumido que la vida es asi. Ahora bien, pasar de medio vivir con cierta independencia a un mal vivir es lo que despierta el conflicto social, pasar de tener expecttivas vitales a no tenerlas es lo que tiene, que cabrea.

    Es cierto que desgraciadamente vivimos en un mundo que pregona el individualismo y que ha logrado convencer a las clases medias e incluso a las obreras, bastnate ingenuas por no decir estupidas, que existe eso del merito y la ascripcion social, y que han potenciado esa idea de la igualdad aparente con juguetitos para que todos estemos entretenidos, pero si el paro sigue creciendo y se empiezan a recortar derechos laborales, sanidad y eduacion, se montara, y se montara como solo sucede en españa, de repente, como paso con el 15 m, sin que nadie lo vea venir, de un dia para otro.

    Comentario escrito por lalo — 16 de noviembre de 2011 a las 1:19 am

  15. 15

    Esto es como lo del PC chino, solo que sin saber de economía.

    Comentario escrito por popota — 16 de noviembre de 2011 a las 1:25 am

  16. 16

    acabo de releer el coment, disculpas por mis reiteradas faltss tipograficas

    Comentario escrito por lalo — 16 de noviembre de 2011 a las 1:55 am

  17. 17

    Ahora que la peste negra de la deuda soberana avanza sobre Francia, Austria y Bélgica convendría preguntarnos si sobre esos países también va a instalarse un directorio económico. Y si tenemos que ser gobernados por técnicos, no estaría mal preguntarnos qué técnicos preferimos. Porque yo entre Draghi, Monti y otros ex esbirros de Goldman Sachs, o Stiglitz, Solow o Krugman (por poner algunos ejemplos), yo me quedo con los últimos. Con los que se podrá estar más o menos de acuerdo, pero al menos ya advirtieron en su dia que meter la tijera en medio de una crisis es una receta infalible para el desastre. Tecnocracia es una bonita palabra. Generalmente se usa para dar un barniz de necesidad y unanimidad a decisiones que ni son unánimes ni son forzosamente necesarias. Pero son «técnicas», asi que usted calladito y no discuta.

    Podríamos preguntarnos si es legítimo quitarle al pueblo su capacidad soberana de equivocarse, imponiendo a cambio el dictado de unos expertos que saben lo que en realidad necesitamos. Pero es que incluso ese debate es tramposo, porque lo que muchos expertos claman como la ortodoxia necesaria, otros sostienen que no solo no es beneficioso, sino que está en la raíz misma del problema. Asi pues, bienvenidos sean los técnicos, pero ¿quien los elige?

    De forma similar convendría también que empezáramos a preguntarnos si, como andan insinuando los holandeses, la única solución es amputar y la eurozona ha de ser dividida, a qué lado del tajo preferimos estar. Porque es verdad, la creatividad contable griega, las vacaciones fiscales irlandesas, el nulo crecimiento italiano y el ladrillazo español estan en el origen de la crisis. Pero no es menos cierto que en el desarrollo fatal de la gangrena se encuentra la paranoia inflaccionista alemana (es que cuando sube el pan me entran ganas de invadir Polonia, debió decir la Merkel) y su negativa a cortar por lo sano en Grecia (cosa a la que por otra parte los griegos parecían bastante dispuestos antes de que los tecnócratas dijeran que no y se cargaran a su primer ministro). Ahora la gangrena es tal que hay que cortar a la altura del cuello y la zona Euro segura se limita a Alemania, Holanda, Finlandia y poco más. Sarkozy, pillín, decía la semana pasada que España podría ser salvada. Probablemente lo hacía porque ya sabía que Francia estaba contaminada, y que puestos entre la espada de un Reich raquítico pero seguro, y la pared de unos socios contaminados, pero con un jugoso mercado interior, quizás los alemanes se decantasen por lo segundo y le permitiesen salvar la cara (que él es un hombre de estado, no como Berlusconi). No es que crea que nos vayan a dar opción a elegir (mi camello no es tan bueno y además siempre habra algún técnico que sepa quitarnos de las manos una decisión tan importante) pero llegado el caso no se si sería sensato entrar con todo el equipo en el lebensraum económico de una señora que escucha a Wagner en estéreo cada vez que piensa en el precio de la leche.

    Comentario escrito por InVino(Veritas) — 16 de noviembre de 2011 a las 7:55 am

  18. 18

    #14 Lalo. Es cierto que el conformismo se da en sociedades que nunca han tenido nada. La nuestra lo ha tenido. Pero la gente aceptará el paso del sistema viejo al nuevo (en realidad es el retorno a uno que ya existía antes, pero en fin)de buen grado porque irá sucediendo muy poco a poco. Si ahora me quitan la mitad de todo lo que tengo, me cabreo. Me cabreo de veras (aunque seguro que luego voy y no hago nada, aunque me lo plantee: ni un triste tartazo he tendido huevos a dar a ningún mandamás; y no es para menos visto lo que les pasó a los «terroristas» que le endulzaron la cara a la presidenta de Navarra hace poco, que han terminado en la cárcel). Pero lo que voy experimentando es en realidad un empobrecimiento paulatino y controlado. Un empobrecimiento en todos los sentidos: no sólo el empobrecimiento individual que me pueda afectar monetariamente sino también el que experimento cuando todo a mi alrededor es de peor calidad. Una vida mejor está de buena calidad está a mi alcance si y sólo si yo lo valgo y lo merezco. Me la tengo que currar yo y así es como lo vamos a entender, desde los de arriba hasta los de abajo del todo. Pongamos, por decir una cifra, que mi vida se empobrece del 3% al año, seguro que me disgusto. Pero punto y se acabó. Ahí termina el drama. En diez años yo y mi sociedad, mi realidad inmediata es un 30% más pobre. Es asumible. Además, al otro lado del muro, el que se ha quedado con ese 30 % que yo tenía hace diez años, me lo encontraré a veces parado a mi lado, esperando un semáforo, dentro de un automóvil. Es otro mundo, pero un mundo inmediato y tangible. No se tratará de recuperar mi 30%, pensaré. Se trata de ser como él. Además, tengo el fútbol, y habrá alguien que me habrá convencido de que si reclamo mi 30% perdido, el que tiene él, quizás él no me pueda dar trabajo. Si le obligo a pagar, a lo peor no me da trabajo. Si le exijo ,stá ese otro mundo: alcanzable si muestro mi valía. Pero es la cárcel ya no me disuade del tartazo. Es que ni me lo llego a plantear. Trago. Quienes están naciendo ahora, en el nuevo sistema que viene (más bien regresa, ya que se dio en el s. XIX) verán la precariedad y el tener que pagárselo todo uno mismo como algo natural. Oirán de los buenos viejos tiempos, pero crecerán adoctrinados en la idea de que uno no puede ni debe contar con nadie más que uno mismo. Excepto, insisto, los gitanos.

    Ps. Creo que Álvaro de LPD, hace años y aprovechando la coyuntura de la crítica de una película, hizo mención a la superioridad de esa noble raza.

    Comentario escrito por Oliveral — 16 de noviembre de 2011 a las 1:19 pm

  19. 19

    Entiendo el argumento que expones oliveral, pero me da la sensacion de que en este momento, o se soluciona mas o menos el problema, o va a haber una degradacion y empobrecimiento bastante elevado en un periodo de tiempo corto. YO espero sinceramente que se puedan llegar a encauzar las cosas. Realmente es un tiempo de incertidumbre y es bastante dificil saber que va a pasar, si todo seguira igual, si explotara la sociedad civil, si habra n replanteamiento del sistema…

    respecto a los gitanos y su elevada superioridad.. yo solo les recuerdo como esos simpatcos muchcahos que navaja en mano venian a atracarnos, o que por las noches de fiesta les gustaba buscar movida, para unas ostias, esta vez con la navaja debajo la zamarra por si acaso…

    Comentario escrito por lalo — 16 de noviembre de 2011 a las 4:33 pm

  20. 20

    Por más que yo sea el protagonista, no deja de sorprenderme mi progresiva metamorfosis, que me ha llevado de ser eurofan a euroescéptico, con todo lo que critiqué a los que vestían esta última etiqueta.
    Como funcionario de carrera, siempre he criticado también la visión cortoplacista de los políticos, y la necesidad de que funcionarios, con una vísión a más largo plazo de la Administración y del estado (a cualquiera de sus niveles, del europeo al municipal), tuviesen más peso, y sus decisiones tuviesen más valor. Pero viendo el funcionamiento de la UE, que por cierto es un engendro bastante curioso, mezcla de varios clubes con miembros y fines muy diferentes, empiezo a desear ardientemente políticos poderosos, y eso a pesar de la imagen de incapacidad y de corrupción con la que nos han obsequiado nuestros políticos profesionales.
    Sí, los funcionarios tienen (tenemos) conocimiento y capacidad para gestionar con eficacia y eficiencia. Pero si las directrices no las marca alguien elegido por el pueblo, por torpe, inculto e irresponsable que sea, lo que nos queda no es más que una burda copia de la URSS o del III Reich. E, incluso si los principios del nuevo sistema tienen logros como la reducción del déficit y la deuda, el descenso del desempleo y el fin del despilfarro, todos sabemos cómo acaban este tipo de sistemas.
    Si no fuera porque también tienen serias posibilidades de aparecer y tener éxito, casi desearía que proliferaran partidos populistas. Pero como ni son remedio y sí son enfermedad, borraré este deseo… y no votaré a Rosa Díez, por ahora máximo (aunque exiguo) exponente del populismo.

    Comentario escrito por viriato — 17 de noviembre de 2011 a las 10:25 am

  21. 21

    Pues hombre Lalo. Todo son estimaciones. Lo que no sé es quién de los dos es el optimista y/o el pesimista. Supongo que lo podremos ir valorando durante la próxima legislatura.

    Por otra parte, el supuesto origen ario de los gitanos no lo afirmo yo, sino LPD.

    http://www.lapaginadefinitiva.com/2009/02/01/gran-torino/

    A mi, para ser sincero, nunca me cayeron demasiado bien.

    Ps. Disculpas por las incorrecciones e incoherencias en mi anterior post. Estaba retocándolo cuando al pulsar una tecla equivocada se publicó en contra de mi voluntad.

    Comentario escrito por Oliveral — 17 de noviembre de 2011 a las 10:42 am

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