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Merry Cliffmas

«La parálisis política en EEUU amenaza la economía mundial«, titula el periódico monárquico y nacionalista El País. Subidas fiscales y recortes de gasto por valor de 600.000 millones de dólares, un 4% del PIB de los USA, tendrían como efecto pasar de un crecimiento del 3.1% al 0.5%, además de un aumento cercano al 20% del paro, que pasaría del 7.7% al 0.2%. El fiscal cliff o abismo fiscal sucederá si antes de fin de año republicanos, demócratas y el Nobel planetario no se ponen de acuerdo para evitar que caduquen las medidas fiscales de Bush -allí, al haber democracia, cuando un político dice «subida temporal del impuesto X», pone la fecha al límite temporal en la ley-. El blog Maketo, en fin, recomienda el seguimiento en prensa de los efectos económicos que tendrían lugar si ese recorte del 4% del PIB tiene lugar en los USA.

En Catalunya tenemos el triple de paro que los USA, una prima de riesgo con ellos de superior a los mil puntos básicos y, en lugar de crecer, nuestra economía, que está hecha unos zorros, está en recesión. Mientras la CT anda discutiendo sobre el carácter socialdemócrata de los adornos de los presupuestos de 2013 alumbrados por la pinza ERC- Montoro, tenemos los números siguientes:

– Si todo sale bien y se cumplen las previsiones, la combinación de subidas de impuestos y recortes de gasto será de unos 4.000 M€, un 2% del PIB.

– Sin embargo, hay quien dice que el recorte no será del déficit previsto del 2.5% al 0.7% que exige Montoro, sinó que hay que añadirle un 0.5% o un 1% addicional.

– Además del no-fiscal cliff catalán, los catalanes también disfrutaremos en 2013 de la parte proporcional del fiscal cliff generado por los bwanes. Por ejemplo, la parte proporcional del aumento de gastos en intereses -10.000M€- supone cerca de otro punto adicional. Asimismo, la parte proporcional de la cuota estatal del IVA -más de 4.000 M€- supone un ajuste adicional de 0.5% del PIB.

En resumen, el ajuste catalán -si sumamos las medidas de ese Govern independentista en las palabras y sumiso y obediente con Montoro en los hechos, y las medidas del propio Montoro- estará en una horquilla entre el 3 y el 4.5% del PIB.

La situación abre dos opciones: o uno se dedica a apoyar los presupuestos catalanes de 2013 como los únicos posibles mientras lee sandeces cavernícolas sobre el carácter estalinista y radical de las subidas impositivas cosméticas -por ejemplo, sólo se recuperan 160 M€ de las sucesiones recortadas por CiU, y permanece el recorte de 600 M€ perpetrado por el tripartito-, o se aboga por leer la prensa internacional y, habida cuenta de las consecuencias calculadas para recortes similares a los que se pretenden aplicar aquí, se opta por la única alternativa cuya inviabilidad no está demostrada: desobedecer las órdenes de Montoro y prorrogar el presupuesto, exactamente igual que ha hecho el alcalde de Barcelona e hizo Ibarretxe un montón de años.

Catalunya federal

Sigo con la serie de posts sobre el 25N y su impacto en el proceso independentista. En este minuto del partido, el soberanismo es hegemónico en el catalanismo, una hegemonía que ha obtenido principalmente gracias a cuatro factores: a) la eficaz campaña sobre el déficit fiscal, b) el uso del argumento democrático contra el Reino -consultas, sentencia del TC-, c) proscripción del nacionalismo étnico y cultural -Montilla president, marginación de realidades submorales como la ley del cine o las multas lingüísticas- y d) un activismo masivo y transversal -donde transversal significa eso, y no subordinación a la derecha- que ha servido para unir a muchos moderados.

Ese triunfo ha servido para que la CT catalana cante victoria. Los mismos nacionalistas que daban la brasa con las multas lingüísticas andan hoy dando lecciones a lo que llaman «independentismo express» -eso sí, cada vez tratan más de copiarlo, lo cual es una excelente noticia además de un mérito que se les debe reconocer-, al que culpan de alejar a los moderados, de no ser maduro y responsable y demás.

Enfrente de ellos, como cuando iban encadenando una vez tras otra el mejor acuerdo de financiación de la historia que ha quebrado la Generalitat, vuelve a estar su vieja enemiga: la realidad. La última campaña electoral enseña muchas cosas sobre ella y, específicamente, sobre los argumentos que va a usar el nacionalismo español para hundir el proyecto soberanista y, en la medida que pueda, a los catalanes.

Entre esos argumentos destaco, por su protagonismo y por su carácter decisivo, cinco, a saber: a) la corrupción; b) la incertidumbre económica -tanto por lo que se refiere a las finanzas de la Generalitat como a los daños en el mercado español-; c) la incertidumbre sobre el proceso -empezando por el ingreso o no en la UE y en otras instituciones multilaterales froilanescamente ignoradas por el independentismo CT y de una utilidad mucho mayor que el Frankenstein bruselense-; d) la apropiación convergente del proceso y su correlativo sesgo derechista y, atendiendo a la política de la Generalitat en materia de derechos civiles, copiando el GAL jurídico y policial contra la izquierda abertzale para usarlo contra la disidencia política, incluso autoritario, y e) el miedo, que además se relaciona con los anteriores.

Esos, y no otros, son los terrenos en los que hay que minar el argumentario españolista. No basta con constatar que, hables de Gurtels, de bancos o de pufos de infraestructuras, los bwanas de Madrid se dedican a perseguir a los chandalas de la periferia y se abstienen muy prudentemente de investigar nada  de los que tienen la sartén por el mango -basta ver la diferencia entre Camps y Aguirre, o entre Urdangarin y su suegro: los chorizos catalanes son un apoyo al  nacionalismo español, y sus defensores también. Del mismo modo, hay que jubilar los estudios económicos basados en ingresos fiscales propios de la época de la burbuja y que no tienen que ver ni con la realidad actual ni con la que, glups, vendrá, y que anuncian ratings catalanes a la altura de los fineses. Lo mismo sucede con los estudios que hablan de entradas automáticas en la UE. Frente a todo ello, transparencia, estudios actualizados, menos cumbres y tontulias y más plazos e hitos que le den al proceso más certidumbre que la confusión actual, que sólo sirve para dar munición a los españatarras mientras el tontuliano de turno se dedica a insultar al López Tena o al Fernández de turno para tirar de un paternalismo agotado con esos charneguitos a los que amablemente vamos a dejar -¡de nada, de nada!- hablar en castellano.

Item más, ceder, perdón, regalar el liderazgo del proceso a la derecha nacionalista y centralista es contraproducente, y sólo sirve para que el más fuerte -en este caso, el nacionalismo español- tenga un blanco más fácil. La mayoría de los catalanes estamos por el federalismo y el autogobierno, más nos valdría copiar y, en su caso, mejorar el eficaz y razonable sistema mediante el que se organizan los vascos, sin Hacienda Vasca, que reproducir los fallidos modelos parisino y madrileño.

Y la última: el miedo. Bastó un Sábado de propaganda norkoreana en los medios públicos de la Generalitat, por orden directa del Govern siguiendo las instrucciones de una empresa, para liquidar el #novullpagar. El proceso independentista entraña riesgos, y el miedo juega siempre a favor del bando conservador, en este caso el nacionalismo español, ya que en un punto u otro del proceso -cuanto más tarde, peor: habría que empezar con los presupuestos que ordena el bwana Montoro- habrá que desobeceder las leyes del Reino. La persecución vergonzosa y corruptoide de la desobediencia es, en este sentido, decir alto y claro a todos y cada uno de los catalanes: «Si osas desobedecer la ley, no sólo te dejaremos sólo sinó que te perseguiremos». Más valdría, por el contrario, empezar a hablar de economía y de corrupción, y muy específicamente de ese 1% que, en Catalunya y encabezado por una entidad financiera a la que deben dinero CDC, UDC, ERC e IC, es el que maneja el chiringuito autonomista que roba a los catalanes.

Ayer se conoció una parte del pacto entre los partidos Teletac para hacer una consulta. Faltan aún la parte sobre economía y sobre los presupuestos del hambre -no estaría de más que algún partido de izquierdas presentara los del año pasado como alternativa, sin ningún recorte, como ejemplo de hasta qué punto vamos a ir, gracias a esas condiciones marxistas-leninistas impuestas por Junqueras, muchísimo más allá de las demenciales cuentas que aprobaron los Millets y el PP-, y el pacto secreto consubstancial a nuestra subnormalidad democrática por el que acuerdan todo lo que no se puede enseñar. El pacto somete la consulta -no vinculante- a la autorización de los bwanas de Madrid, la somete a la legalidad española, y deja abierta la posibilidad de retrasarla hasta dentro de más de dos años, y la posible pregunta incluye una mención al «marco europeo». En otras palabras, incertidumbre.

Apartado de consignas: Catalunya serà federal o no serà!

Firmado: Popota, a Proud Friend of Pi y Margall.

La hoja de ruta autonomista

Está muy bien exigir claridad al proyecto independentista, claro que sí. Lo que no estaría de más es exigir esa misma claridad al proyecto autonomista, sobretodo cuando es el que ocupa el poder en Catalunya. No hace demasiado, teníamos a la misma CT explicando que el estatut que pactaron Mas y ZP era la pera, haciendo piña con los muchachos de PSC e IC, y diciendo que oponerse a la chapuza era ir con el PP.

Ya ha pasado algún tiempo, y los efectos del Estatut son ciertamente apreciables. La Generalitat está quebrada, sus competencias de autogobierno son irrelevantes, sus mecanismos de lucha contra la crisis son inexistentes y, en fin, los resultados del proyecto autonomista están a la vista de todo el mundo que sepa contar, aunque sea con los dedos: destrucción del bienestar, destrucción del empleo, destrucción del autogobierno, destrucción de la sociedad. Y, por supuesto, de la mano de CiU, que pasaría de malvados derechistas a estadistas del copón.

Habida cuenta de la incompetencia y la corrupción que caracteriza a los políticos catalanes que han recibido el mandato en las urnas de romper la legalidad española con una consulta, es bien cierto que el proceso independentista presenta muchas incógnitas y se debe afrontar con espíritu crítico y los huevos por corbata. El proyecto autonomista, en cambio, no presenta una sola incógnita: es la ruina seguro que hemos vivido, vivimos y viviremos y únicamente se puede afrontar de una forma: huyendo, ya sea vía emigración, ya sea vía rompiendo con el Reino.

Tots units fent fossa

Ya es oficioso el acuerdo de Govern entre CiU y ERC. Los segundos se comprometen a secundar los recortes sociópatas de los primeros con recortes cosméticos que no van a evitar el hundimiento de la economía catalana, y los primeros se comprometen a hacer una consulta «antes de 2015», esto es, en medio del período en el que está previsto el nuevo proceso de reforma de los tratados de la UE. Esto es, habida cuenta de que la consulta es científicamente imposible -necesita aprobación de los bwanas de Madrid, y los poderes públicos catalanes no tienen ningún censo para plantearla de forma unilateral-, situa en la práctica el proceso -si es que se quiere hacer para entrar en la UE, como asumen CiU y ERC- más allá del próximo proceso de reforma europeo, por lo cual Catalunya tardaría una década addicional en acceder a la UE.

Para secundar a CiU ERC ha optado por el mismo sistema que en su día usó Portabella en el ayuntamiento de Barcelona, donde apoyaba obedientemente todos los presupuestos aunque desde fuera del Govern. El resultado en las urnas de esa estrategia, por llamarla de algún modo, fue el hundimiento conjunto del PSC y ERC, y eso que el ayuntamiento y sus numerosas cagadas no tenían nada que ver, ni cualitativa ni cuantitativamente, con lo que va a suponer en Charneguistán la intervención de facto de las finanzas de la Generalitat, que será un desastre que a los partidos les cuesta intelectualizar. Recortes superiores a los peores impuestos en Grecia como los que se van a implantar tienen una probabilidad de 1 sobre 1 de destrozar la sociedad catalana, que lleva dos años a un ritmo de 1 manifestación cada 2 horas.

Ayer ERC fue el único partido que no pidió la dimisión del Conseller del bate, que siguió echando balones fuera y mintiendo a todo dios de una manera que recuerda mucho al nacional-católico Acebes Paniagua. Eso es lo que viene: un gobierno autonomista, que va a aplicar recortes mientras trata de tapar los escándalos de corrupción que la Brunete policial y judicial irá publicando a conveniencia aprovechando la ausencia de nada que se parezca mínimamente a un Estado de derecho en el Reino de España, con un proyecto inexistente. Si la pasada legislatura era la de un pacto fiscal que acabó en un texto de un folio tirado a la basura y otro texto de un folio aprobado deprisa y corriendo para impulsar una hacienda catalana de acuerdo con las diputaciones, esta será la de una consulta imposible.

El independentismo y la CT

El batakazo del President Mas en particular y de la CT catalana en general en las elecciones del pasado 25N ofrece una interesante lección sobre los límites y alcance de la CT en Catalunya. La adhesión inquebrantable al proyecto de Mas -recortes+ referendum, en ese orden- no solo no evitó, sinó que hasta cierto punto fomentó, el batakazo de Mas, al movilizar el voto españolista de forma simétrica a como la Brunete mediática fomenta el independentismo.

Sin embargo, la CT catalana opta por seguir adelante como si nada hubiera pasado. Como si la cosa tuviera la menor posibilidad de ser viable -en un entorno en el que la CT española está siendo barrida por la misma crisis que dejó tocado a Mas y que va a dejar a ERC más que tocada una vez confirme que se come los recortes de los froilanescos presupuestos de 2013- se está promoviendo la firma de un acuerdo secreto, siguiendo los usos de la tradición democrática española.

Como en el mundo hay pocos ejemplos de procesos que hayan salido bien, la intelectualidad indígena ha decidido tomar como referencia el proceso de la transición española, cuyos resultados disfrutamos 24 horas sobre 24 7 días de cada 7:

«Torno a buscar inspiració en la transició democràtica espanyola: Adolfo Suárez no hauria tirat endavant el procés sense un consens amplíssim, no només a l’entorn de la forma de govern, sinó també dels canvis econòmics estructurals. Els pactes de la Moncloa van implicar les esquerres i els sindicats en un moment de dimensió històrica

No sé quién les ha metido en la cabeza que la mejor manera de combatir al españolismo es usar la CT. Más allá de debates sobre la idoneidad de comerse a los caníbales, la cuestión aquí es hasta qué punto es conveniente para el independentismo tirar a la basura toda la experiencia de las consultas -basadas en la confrontación democrática, y en el uso de una cultura política en las antípodas de la CT- para jugar el partido regalando a los bwanas la oportunidad de jugarlo con sus propias armas y reglas lo que les concederá, y eso como mínimo, al menos una minoría de bloqueo muy relevante.

Imagine, la película

Con el agradecimiento, una vez más, para la división de superproducciones audiovisuales del Rival Petit, ahí va el musical de Imagine, esa reflexión sobre un mundo utópico en que los indepes no tenemos el lastre de esa Generalitat con su corrupción, su quiebra, sus pelotas de goma, su irrelevancia jurídica y un largo etcétera de asuntos que hacen que, lejos de esa interpretación ingenua que la equipara al Barça, la convierten por la vía de los hechos en una realidad perica y, en tanto que perica, filial oficioso del Montoro de turno.

La manta

25N, resumen en el campo soberanista, que se presentaba con dos objetivos: ganar de puertas afuera, y ganar en casa. Ganar de puertas afuera suponía que Mas conseguía el mandato que perseguía y se podía presentar en Bruselas diciendo que seguiría recortando, que cumpliría todo que le ordenaran y que de esta manera allanaba todos los obstáculos al reconocimiento internacional de un estado catalán.

De puertas adentro, para llevarse el gato al agua el soberanismo requiere una mayoría sólida que los resultados ponen en duda, especialmente mientras los Darwin de turno se dedican a apalear al Dioni de la Franja no por chorizo o ultra-derechista, sinó por españolazo, en lo que es un notorio disparo en el pie de los que tanto caracterizan a los mediocres políticos catalanes y a sus aburridísimas hordas de hooligans.

Si la manta cubre el frente europeo, deja descubierto el frente que importa, esto es, el interior. Si por contra se opta por cubrir el frente interior, aumenta la precariedad de la posición en Europa. Lo que enseña el 25N es, en fin, que la manta no llega, y algo aún más importante: sin la contribución de las izquierdas, el proceso está muerto, lo que les da -me refiero a la parte alfabetizada- un poder infinitamente superior al que podrían ejercer administrando un gobierno una vez hemos aprendido que, si bien todos los políticos no son iguales, la mayoría de gobiernos sí lo son.

Hablando de mantas, la campaña ha servido para que las cloacas del Reino -esto es, el Reino, con el Ministro de Hacienda a la cabeza- asomen la patita. Habida cuenta de los niveles de corrupción existentes en Catalunya, es de suponer que en el futuro veremos cosillas de estilo blavenciano -donde unos trajes sirvieron para endosar la Gürtel a Camps y compañía, cuando el 85% del dinero que se saqueó se saqueó en Madrid sin que se haya movido nada.

A esos dos factores hay que unir otros dos que debilitan las posibilidades de éxito del soberanismo. En primer lugar, los presupuestos de 2013, un suicidio incluso superior al que se llevó por delante a Papandreu en Grecia y que van a tener como consecuencia el hundimiento de la economía catalana durante un largo período de tiempo, y que van a servir para calcinar a todo aquel que los apoye una vez acreditado que la CT también ha dejado de funcionar en Catalunya. En segundo lugar, urge una revisión del proyecto independentista en al menos tres materias: a) la ingenuidad con la que se habla del reconocimiento internacional y la más que discutible entrada en la UE; b) la actualización de los datos sobre el déficit fiscal, hoy basados en datos recogidos durante la burbuja y muy lejanos tanto a lo que está sucediendo hoy como a lo que podría proveer un estado catalán, y c) la izquierdización del movimiento independentista, favorecida por las urnas y que es la única vía para que el éxito conseguido en todo el territorio con la campaña lanzada por el expolio fiscal se extienda en la AMB para invalidar el no muy desencaminado pronóstico del inspector Aznar López.

15 años

Hace quince años Josep María Sala ingresaba en prisión por el caso Filesa. Hasta la puerta de la cárcel le acompañó Manuel Bustos Garrido, alcalde de Sabadell que ayer entró al juzgado para declarar como imputado, vitoreado por una entusiasta claca de unas 80 personas organizada por el PSC de Sabadell que, quién sabe, quizás dentro de otros quince años vivan la oportunidad de ser vitoreados.

Al salir de la cárcel, Josep Maria Sala se reintegró en la ejecutiva del PSC puesto que, según Pepe Zaragoza, hoy felizmente aforado en el Congreso, el PSC está a favor de la reinserción. El caso Bustos es una metáfora immejorable de qué es lo que supone la CT por al menos 3 motivos, ya que explica la relación de la política con los conceptos prensa, construcción y responsabilidad.

El tío y padrino de Bustos -que entró en el PSC con Sala, y que ha ascendido de conserje del Museo de Paleontología a alcalde con un poder bestia en la AMB y con multitud de familiares en el ayuntamiento-, hoy imputado, presidía el gremio de constructores de Sabadell, además de estar en el consejo de Vimusa, la sociedad que promovía la construcción de VPO en el municipio.

Su esposa y actual coordinadora de presidencia en la alcaldía de Sabadell, y también imputada, era periodista de la televisión local, en un perfecto ejemplo de la diferencia entre una democracia occidental y la manera como se vive por aquí abajo el tema del control del poder.

Por último, el señor imputado por llevar la trama a través de su asesoría era el concejal pepero que deshacía el 13-13 entre Bustos y la oposición, y que en un ejercicio de responsabilidad buscó siempre el consenso con Bustos para facilitar la gobernabilidad, la estabilidad y los demás ceros conceptuales con los que la CT lleva décadas saqueando España mientras aplaude a sus mártires a las puertas de juzgados y cárceles.

La pregunta, empero, sigue siendo: ¿Hasta cuándo?

Greece Is Not Catalonia

Decíamos ayer que, en su actual situación financiera -quebrada, fuera de los mercados de deuda y rescatada por el Gobierno del Reino-, gestionar lo que queda de la Generalitat es un ejercicio de froilanismo. Para 2013 se espera un recorte adicional de 4.000 M€, un 2% del PIB. De ese modo, se podrá cumplir con el obligado déficit impuesto por los bwanas del 0.7% del PIB. 2012 tenía un objetivo de déficit del 1.5% del PIB, el Govern apunta a un cierre alrededor del 2.5% y Fedea estima que será ligeramente superior.

El presupuesto para 2012 de la Generalitat era de 37.000 M€. Un recorte de 4.000 M€ supondría un 10.8% en un sólo año, y cerca del 2% del PIB. Para hacerse una idea de lo que supone eso, baste el dato de que Grecia, en el año de mayor recorte, 2010, hizo un recorte del 8% del presupuesto (un 2.5% del PIB) con los resultados conocidos: caída superior al 4% del PIB, paro disparado, implosión del sistema político, etc. Ese recorte, además, debería hacerse teniendo en cuenta que a los 2.300M€ pagados en intereses hay que añadir como mínimo 300 más por los intereses del rescate que, con nuestro dinero, nos han proporcionado amablemente los bwanas a un tipo de interés que multiplica por cinco el tipo de interés que ellos pagan a los contribuyentes alemanes por el rescate de Bankia, Catalunya Caixa y otros grandes éxitos del PPSOE. Solamente los intereses del rescate, hecho con nuestro dinero, suponen más de lo que cuesta la suma de TV3 y toda la acción catalana en el exterior.

Las izquierdas catalanas, lamentablemente poco familiarizadas con el poco valorado concepto «El presupuesto es finito», han propuesto alternativas. En primer lugar, aniquilar el euro por receta, que supondría unos 100 M€ anuales que se compensarían con los 125 M€ anuales de recuperar el impuesto de sucesiones. Además, proponen una tasa a la banca sin cuantificar y, además, «luchar contra el fraude fiscal», como si la Generalitat pudiera hacer algo en una materia que, también, depende de los bwanas de Madrid. Por último, Junqueras añade una rebaja del IRPF, y hay varias propuestas de tasas verdes también sin cuantificar.

Estos números, en fin, acreditan la inviabilidad de la Catalunya autonómica, que camina -o corre- directa a su implosión, la cual se puede hacer de dos maneras: bien a la griega, como se ha hecho hasta ahora, o con el Plan B: montando haciendas estatales, siguiendo el modelo vasco, y usando el Parlament para hacer oposición al que manda de verdad -Montoro- y constituïr el estado catalán. Dentro de cinco años no habrá Generalitat, la cuestión es si en su lugar estarán las diputaciones y la administración del Reino en un país arruinado, o una Catalunya federal con vegueries con más incógnitas que certezas. En cualquier caso, es razonable pensar cuáles son las estrategias que favorecen una y otra opción y empezar a asumir que, contra la identificación de la Generalitat con el Barça empezemos a verla como lo que es, un filial de los malos llamado Real Club Deportiu Espanyol.

Aunque, eso sí, siempre puede ser que hacer exactamente lo mismo que Grecia tenga como resultado exactamente lo contrario de lo que ha sucedido en Grecia.

La alternativa sensata

Junqueras ha mostrado su disposición a comerse los sociópatas presupuestos de la Generalitat, ese punto débil del independentismo. Aleix Sarri defiende aquí esa vía, señalando que los brutales recortes de 2013 serían los últimos antes de la constitución del estado catalán. Esa alternativa, perfectamente viable desde el punto de vista parlamentario -y más cuando Junqueras ya se ha ofrecido para apoyar los presupuestos-, me parece inadecuada por un motivo bien sencillo: regalar la oposición a los recortes al unionismo, y hacer justo después un referendum, me parece una manera de garantizar las mejores condiciones para los españolistas y las peores para los soberanistas. Otra opción sería convocar el referendum para dentro de cuatro años, esperando que los recortes hayan servido para reactivar la economía y la crisis haya terminado. Esa sería una opción, claro, en la medida en que uno reniegue del empirismo, y se niegue obstinadamente a reconocer lo evidente, esto es: la Generalitat de Catalunya no tiene ningún futuro, ni lo va a tener.

Hacer un referendum en un país PIGS es un suicidio. Hacerlo, además, en algo que no llega a país PIGS y que está intervenido por un país PIGS es suicidarte dos veces. Ante eso, lo conveniente es optar por una alternativa sensata, posible, pragmática y razonable. Ahí va mi propuesta:

1) Investidura de Mas como President.

2) Puesta en marcha de cuatro haciendas, siguiendo el modelo federal de la CAV, en las diputaciones catalanas.

3) Ya investido, presentación de una ley de consultas -una de verdad, no el bodrio infecto que perpetró el segundo tripartito-, con el trámite de urgencia, en el Parlament, y que le conceda a éste, en lugar del Govern, la competencia para convocar consultas populares.

4) Presentación de unos presupuestos que cumplan los criterios de déficit. Presupuestos, por cierto, sin un sólo recorte y con los impuestos que pagamos los catalanes y nos roba el Sheriff de Nottingham, perdón, la Hacienda del Reino.

5) Una vez intervenido el Govern en aplicación de los artículos 25 y 26 de la Ley de Estabilidad Presupuestaria, y ya con todos los recortes en manos de los bwanas de Madrid, esperar mientras de deje que se visualice la realidad, esto es: quién manda aquí.

6) Boicotear la revisión del sistema de financiación autonómica prevista para 2013. En la medida de lo posible, promover la desobediencia en los organismos que dependen de la Generalitat de Catalunya.

7) En el marco de esa estrategia, usar el Parlament como es debido, esto es: para controlar al Gobierno Montoro y, en su caso, machacarlo llegando a la moción de censura. Y, por supuesto, para la declaración unilateral de la independencia

Las alternativas están claras: que CiU y ERC colaboren para, bajo las órdenes de Montoro, conviertan el independentismo en un apéndice de los recortes, o nuevas elecciones que lo dejen todo igual -bueno, no es seguro: los gurús godóticos andan diciendo que la gente está superarrepentida de no haber votado a Mas-.

Poder, lo que se dice poder, pues se puede.