La Paella RusaTota empastrà

Economía

“Si me queréis, irse”

En un célebre capítulo de The Wire titulado The Dickensian Aspect,el editor de The Baltimore Sun le pide a su redactor que salga a la calle a hacer un reportaje sobre los vagabundos y yonquis de la ciudad, e insiste en que destaque el lado dickensiano de la situación. Podría ser honesto y decir que yo me marché de Valencia por decisión propia y sin agobio o necesidad, antes de ser lanzado al vacío por la nada con pompa que tenemos en casa. Podría decir que me fui como reto y aventura, como desconexión necesaria tras conocer el paro, tras un ERE mediático e inacabable pero… ¡Qué demonios! ¿Qué es La Paella Rusa sino un medio dickensiano? Así que relataré la cruda motivación de mi impuesta diáspora.

Como si de un Tom Joad del siglo XXI se tratara, la zozobra que todo lo engulle me ha expulsado hacia el próspero (¿?) (nor)oeste en busca de las oportunidades que sistemáticamente se me han negado; una marcha que he dado en llamar Los Nuggets de la ira. Me he sumado al verdadero mascarón de proa de la #MarcaEspaña, a la genuina embajada en la sombra que tanto y tan bien nos representa por Europa: he aprobado con nota la oposición para entrar a formar parte del “Cuerpo Oficial de Camareros y Cocineros Exteriores” subsección Dublín departamento McDonald’s.

Me siento importante y un elemento fundamental para la tan ansiada recuperación económica que estamos enlazando mes tras mes desde hace un par de años. No hablo de sensaciones, sino de números: una persona que se ha dado de baja en el paro ahora mismo supone un 3 por ciento en la apabullante “reducción” del desempleo conocida estos días. ¿Hemos encontrado trabajo en España? No, y qué más da. Los números dicen que el paro baja y los números, a diferencia de la turba estalinista, no mienten. Siempre he sabido que estaba destinado a grandes cosas pero jamás, ni en mis mejores sueños, imaginé que yo solito sería responsable de un 3 por ciento de brotes verdes y contribuiría de manera decisiva a la remontada de Rajoy. Lástima que hayamos acabado con los sobresueldos porque de esta me llevaba un buen y merecido pellizco.

Las políticas del Gobierno provocan un vigoroso descenso del paro

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En un lugar donde entre el 70 y el 98 por ciento de la gente viste camisetas de fútbol por la calle podemos estar tranquilos porque, aparte del Cuerpo del que formo parte, los Messi e Iniesta están en la mente de todo irlandés de bien cuando se les menciona España. El conocimiento del país se demuestra detallado y riguroso. Tres de mis compañeros de trabajo estuvieron durante el verano en Magaluf, un par más visitaron el año pasado Lloret de Mar y otra tiene previsto viajar en los próximos días a Torremolinos. ¿Qué puede salir mal en cuanto a imagen exterior con destinos tan sobrios y elegantes? Liz, una mujer de unos 45 años, me dice que España es “lovely, lovely” pero llena de cucarachas y que eso es un problema. John Fu, chino, me muestra su preocupación y sus simpatías por la cuestión gibraltareña. Dice que nos comprende porque los chinos han estado siempre muy puteados por Japón y yo le digo que la vida del colonizado es muy dura y tenemos que darnos apoyo mutuo. De trances compartidos como este ─o la mili─ nacen amigos para toda la vida. John, aquí estoy para lo que necesites.

Siguiendo mi destino dickensiano encontré trabajo en el distrito número 24 de los 24 distritos que tiene la ciudad; una zona ─Tallaght─ que los propios dublineses describen como “uy uy uy” (“oy oy oy” con el deje irlandés). Alguna jeringuilla encontrada de vez en cuando en los aseos y una especial querencia de los chavales por robar hamburguesas o los globitos reservados para los niños, pero ninguna incidencia verdaderamente destacable. Alejarse del centro significa alejarse de la marabunta de españoles que habitan la ciudad pero, aun así, comparto lugar de trabajo con dos catalanes y una mujer de Novelda. Una, la jefa del restaurante; los otros dos, encargados cabroncetes. “¡Elite extractiva!, ¡Élite extractiva!”, se escucha farfullar en inglés a los compañeros cuando se refieren a ellos.

Dublín es una ciudad que vive con naturalidad casi indiferente sus hitos y sus miserias. Miserias, por cierto, que, aunque teóricamente superadas tras el auge de la pasada década, se aprecian indelebles tanto en el panorama urbano como humano. “Estamos en pleno centro y tenemos cuatro callejones oscuros y llenos de mierda pero casi que preferimos que estén así y aquí porque esto es Dublín y qué sería de Dublín sin callejones” parece que piensen sobre la ciudad. “Tenemos a Joyce y a Becket, a Bram Stoker y a Jonathan Swift, a Yeats y Bernard Shaw. Les montamos unos cuantos museos y dejamos claro que nos molan y estamos orgullosos pero tampoco es cuestión de pasarse porque nosotros no somos así”, consideran sobre su potente legado cultural. Como los tópicos están para romperse o, en algunos casos, para apuntalarse, el “museo” más visitado de la ciudad es la fábrica de Guinness; un templo para el culto a la personalidad de su fundador pero divertido de visitar. Cerveza, carajo, que esto es Irlanda.

El reportero de The Baltimore Sun buscaba el injusto contraste victoriano de sus calles. De la emigración creciente en España contrasta ver cómo a medida que más gente sale, el fenómeno suscita una indiferencia casi irlandesa. Es más, lo celebramos, la gente se va y “baja el paro”. Camareros y cocineros, de nosotros depende el futuro. Haced caso a Lola Flores, marchaos y ni se os ocurra volver.

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5 thoughts on ““Si me queréis, irse”

  1. Arrop i Tallaetes

    Pues me va a perdonar pero en mi cabeza no cabe moverse chopecientos kilometros, ya sea desde Catalufonia o Novelda, para acabar currando en un McPerro. Más si cabe cuando existen McPerros mucho más a mano.

    Y si. Dublín tiene ese punto «Rape Me!» cuando uno pasea por sus sórdidas callejuelas.

    PD. Un fuerte abrazo a los 31 elegidos del mes. A este ritmo solo nos quedan unos 12.000 años para alcanzar el pleno empleo. A por ellos!

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    • Arrop i Tallaetes

      Si es un «Orgasmus», queda perdonando…¿pero uno no se supone que va a estudiar?
      Para salir de casa y conocer el mundo estaba «la mili»!!!

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