Diario de un aspirante a tertuliano

El sorpasso virtual, el sorpasso real y la bola de demolición

Publicado en Política por David el 11 de junio, 2016

La encuesta preelectoral del CIS ha abierto la campaña con datos no muy sorprendentes, pues siguen una tendencia ya anticipada por la media de encuestas publicadas hasta ahora. Incluso diría que la foto de hace cuatro meses no ha variado mucho, excepto por el efecto que la coalición Unidos Podemos está teniendo sobre la idea de «voto útil» y que parece estar aprovechando en su favor. Sin embargo, la mayor fiabilidad que se suele otorgar al CIS hace que la predicción del «sorpasso» impacte como una bola de acero sobre la campaña del PSOE. Podemos e IU ya superaron a los socialistas en número de votos el 20D, y pudieron obtener un número similar de escaños si, unidos, hubieran evitado el efecto de la ley electoral. Pero el 26J pueden lograrlo de verdad, aunque la medida real, en votos y escaños, de este adelantamiento es muy difícil de anticipar.

El impacto en el PSOE de este «sorpasso» inevitable, que pasará de ser virtual a real, dependerá de si el edificio sobre el que golpeará la bola de acero, esa maquina electoral de sonrisas que le llega por la izquierda, es un edificio que puede convertirse rápidamente en cascotes o es un edificio con estructura para amortiguar los golpes. Los datos indican que la «pasokización» no ocurrirá en el corto plazo, pues la realidad de los socialistas aquí es muy diferente a la vivida por los griegos. Pero el golpe no va a ser indoloro: el PSOE no tiene un electorado de gomaespuma que amortigüe el efecto «sorpasso» conservando la capacidad para recuperar el volumen y la forma de inmediato. El PSOE es un partido hecho con materiales resistentes, pero no tanto.

wreckingball

La única esperanza de los socialistas es que esta generalizada expectativa de derrumbe, relegado a la tercera plaza por UP incluso aunque mantuviera el mismo porcentaje de votos, reactive un cierto «efecto underdog». Este efecto puede hacer que parte de su electorado habitualmente fiel que se ha abstenido en las últimas convocatorias a las urnas, y que se siente desorientado por el rumbo del partido, acuda el 26J al colegio electoral en auxilio de las siglas del PSOE. Por lástima, porque ver a su partido golpeado por la bola de demolición les produce el mismo efecto que las fotos de perritos abandonados que inundan las redes sociales en estas fechas. Y ese efecto puede ser suficiente para que salve los muebles, ante un Podemos que probablemente tampoco asaltará los cielos.

Y tras los resultados del 26J, si no difieren mucho de lo que predice el CIS, llegará el momento en el que Pablo Iglesias se acercará a Pedro Sánchez para pedirle que no vuelva a decir que simplemente se alejó de él, porque la realidad es que nunca antes le golpeó tan fuerte el amor. Y le dirá que el pacto no se puede negar, que nunca tuvo la intención de iniciar una guerra. Todo lo que quería era romper sus muros, romper la barrera que los separaba, y que siempre querrá que estén juntos para pactar. Pero, como Miley Cyrus, deberá reconocer que entró… como una bola de demolición.

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