RBBE REDACCIÓN EL PARDO En cierta ocasión hará poco más de un año, Su Majestad El Rey, Juan Carlos I de Borbón y Borbón, se encontraba de visita oficial a las Islas Canarias. Esta Comunidad Autónoma es, como todo el mundo sabe, un paraíso gay de mucho cuidado. Y tal vez por ello, por cosas del subconsciente, alguien de la ‘troupe’ que viaja con El Rey dijo –él no, nunca abriría la boca para decir tal cosa- “tal vez a Juan Carlos le gustaría fumarse un puro canario aquí, ahora, en las dependencias de la Presidencia”. Los mandatarios del archipiélago cruzaron nerviosos las miradas. En los edificios públicos está prohibido fumar. Mañana me sacan al Rey fumando en el periódico y ya la hemos liado -pensarían los aborígenes- la ley no es igual para todos, el Rey sin espada, la tierra sin Rey. Entonces, Adán Martín, presidente de Coalición Canaria en ese periodo, improvisó. Eso, o que le diera una angina de pecho. Cogió ahí y, en pleno ágape, promulgó un decreto ley urgente para declarar residencia particular del presidente canario una de las habitaciones del edificio. Nuestro Amo, el Rey, se fumó su puro tan a gusto y se quedó más ancho que Dios. El Gobierno canario resolvió muy bien la papeleta. Seguramente, mientras se despedían, el sujeto de la ‘troupe’ de Juan Carlos le guiñó el ojo al presidente y, con unas palmaditas en la espalda, le felicitó: “ahí has estado fino”. Es lo que tiene ser Rey. Que puedes hacer lo que te salga de la polla porque para eso eres, eso, el puto Rey. Hace unas semanas, en el vecino Reino de Marruecos, un chico que estaba en el instituto se levantó, cogió una tiza y puso en la pizarra las dos primeras partes del lema vasco de toda la vida: “Dios, Patria y…” para a continuación, en lugar de Rey, escribir “Barça”. Como es lógico, el joven ha sido detenido y se encuentra hacinado entre violadores y traficantes con una pena de año y medio de prisión. Su padre está desesperado. Dice que estaría dispuesto a “dar la vida por Mohamed VI (hijo del vendedor de cedés que acompaña al Borbón en la imagen)”, pero por lo visto un hijo ya no. Pide que le liberen. El propio FC Barcelona, incluso, parece que va a mediar para que saquen al joven del talego. Pero a nosotros eso ya nos da igual. El gesto inocente de ese chico venía a revelar un secreto a voces: este puto Barça hace lo que le sale de la polla, cuando le sale de la polla, como le sale de la polla con un desparpajo y una impunidad que ver sus partidos resulta obsceno. Analishemos.

DON MANOLO Es buena época para ver jugar al Barcelona y mala para escribir sobre ello. Cuando todo va tan bien es jodido ponerse a glosar al Barça, primero porque las palabras no alcanzan para expresar la catarata de fútbol que supone un partido de este equipo, y segundo porque da mucho más juego la crítica que el elogio, de toda la vida.

Me toca colgarme la medalla, y me la cuelgo: desde la pretemporada dije que creía en este Barça de Guardiola, en contra del resto de opiniones que por aquí circulaban. Y tras los dos primeros partidos de liga, con un punto logrado ante Numancia y Racing, también defendí que este equipo tenía muy buena pinta pese a los dos accidentes iniciales. Ahora me toca presumir de visionario, sacar pecho y acariciarme a mí mismo: mira que sabes de esto, Manolín, granuja… pero ya sabemos como va este negocio, igual la semana que viene (Dios no lo quiera) se lesionan Messi, Xavi e Iniesta, y entonces todo podría cambiar y tendría que esconderme durante una temporada. Esto del fútbol es asín. Se trata de aprovechar los momentos buenos para disfrutar y los malos para demostrar cuanto sabemos, porque siempre damos en el clavo con los problemas del equipo. Lees o escuchas a cualquiera y todos parecen saber donde está el problema del juego del Madrid o cual es la solución para que el Atlético de Madrid por fin dé un paso al frente y se asiente entre los grandes. Todos somos sabios, y esto pasa en el fútbol y en ningún deporte más. ¿Conoceis a algún aficionado al fútbol que reconozca saber poco de esto? Yo tampoco. Pasa lo mismo que con el mus, que todo el mundo que juega cree ser el mejor. Todos cuentan las partidas que ganan y olvidan las que pierden. O los boxeadores, ves los palmarés y todos son buenos: Fulanito pelea contra Menganito. Fulanito tiene 23 combates ganados, 3 nulos y 4 derrotas. Menganito, 16 ganados, 6 nulos y 4 derrotas. Y así todos. Nunca verás a uno que tenga más perdidos que ganados. No salen las cuentas, pero es así. Igual es que empiezan la carrera con diez victorias por algún bono de bienvenida o algo similar… Otro caso claro de victoria múltiple son las elecciones. Todos los partidos las ganan, unos porque ganan, otros porque mejoran los últimos resultados, otros porque han sacado más de lo que decían las encuestas y otros porque a pesar de las sucias campañas contra ellos, han logrado perder menos de lo que creían. Todos lo celebran. Y yo me estoy yendo del tema, que venía a hablar del Barça.

Hay algo que sí debo reprochar al equipo. Y es que juegan medios partidos. Contra el Atl. Madrid, Basilea y Almería, han currado en el primer tiempo, y luego el segundo ha sido de salir al campo a cubrir el expediente. Como esos funcionarios que sacan el trabajo al principio y luego, a partir de las once se ponen a leer el periódico. No me gusta eso. Eran partidos para marcar diez goles en cada uno, y podrían haberlo hecho. No tengo nada contra esos equipos, no es que me guste humillarlos ni nada por el estilo, pero me jode que me priven del espectáculo por el simple hecho de haber solucionado ya el partido. Parece que jugaran a goles, y no a tiempo, como cuando éramos pequeños y jugábamos partidos, no de noventa minutos sino de “el que llegue a diez goles, gana”. Aquí parece que juegan a eso, a llegar a cinco goles. Y cuando llegan, se paran. Pero como el partido tiene que seguir, ellos siguen. Jugando a otra cosa, pero siguen.

En cuanto a lo bueno, todo lo demás. El Barcelona juega primorosamente, el balón circula por entre los rivales como circulan mis manos por el cuerpo de Pilar Rubio en mis sueños más tórridos, con precisión, buscando los huecos, los lugares más vulnerables. Sin balón se corre mucho, pero en realidad se corre muy poco, porque son muy pocos los momentos en que no se tiene el balón. Los buenos resultados además han otorgado al equipo la confianza que le faltaba y gracias a ella ahora entran los balones donde tienen que entrar. Ya hasta Valdés hace alguna parada.

Guardiola tiene mucha culpa de todo esto. Contra el Almería el Barcelona jugó con diez jugadores del año pasado. Pero siendo los mismos tíos, el equipo era completamente distinto, y esto es mérito de Pep. Iniesta, Messi, Xavi, Eto’o, todos estos jugadores que ahora parece haber descubierto la opinión pública, no son jugadores que hayan surgido de ninguna chistera, ya estaban el año pasado en el Barcelona. La diferencia es el rendimiento que daban y el que ahora dan. A Guardiola, no obstante, aún se le resiste Henry. Ese aún parece el mismo del año pasado. Con Henry tiene trabajo, y dudo mucho de que resulte vencedor en esta tarea de conseguir que Tití se parezca al jugador que los aficionados creían que habían fichado.

Pero lo mejor de todo es que, con una plantilla muy corta, todos funcionan. En Basilea el equipo fue totalmente distinto. No jugaron Iniesta, Eto’o ni Henry, lo hicieron Busquets, Bojan y Hleb, y no se echó de menos a nadie. Empezó a funcionar la máquina desde el principio y fueron cayendo los goles uno detrás de otro. Genial pase de Alves y sutil toque de Messi. Uno. Maravilloso pase de Xavi, gran control de Busquets con la zurda (siendo diestro) y remate por bajo. Dos. Maniobra de Bojan al borde del área que finaliza con remate cruzado abajo. Tres. Sensacional pase de Busquets en profundidad, y espléndida definición de Bojan. Cuatro. Remate de Xavi desde fuera del área. Cinco. Minuto 48. Cinco. Fin de la jornada. El resto del partido es un entrenamiento.

Contra el Almería repitieron la performance, como buenos actores que tienen muy bien aprendido el papel. Gol tempranero, en la primera llegada. Esta vez fue Eto’o, que no jugó en Suiza pero marcó los goles de aquí y los que habría marcado allí. Tres en total. El segundo, una obra de arte creada por Iniesta y Xavi. Cuando Dani Alves marcó el quinto sonó la campana. Fin del partido. Era el minuto 37, pero ya habían llegado a cinco. En ese momento ya me puse a hojear una revista, se había acabado el partido y empezaba el entrenamiento. El Almería, 5-0 abajo y con diez hombres, se apuntó al no-jugar. Metió los diez atrás y trató con éxito de mantener el resultado. El segundo tiempo fue insufrible.

Lo que no entiendo es lo del público. 65.000 espectadores. Con el momento de juego del Barcelona, que haya poco más de media entrada me parece inconcebible. La afición del Barcelona es lamentable, no se merecen este equipo. No sé que necesitan para ir al campo, la verdad, no lo entiendo. Ver jugar al Barcelona (al menos, hasta que llega el quinto gol) es un espectáculo que vale la pena. Si te gusta el fútbol, el lugar en todo el mundo donde mejor se juega es en el Nou Camp. Ver las gradas semivacías es descorazonador.

Yo sé que esto es muy largo y que a lo largo de las temporadas se pasan por momentos de forma muy buenos y otros malos. Y llegarán partidos espesos, ásperos, que no se disfrute del juego. En esos partidos habrá que ver si el Barcelona, además de una inigualable estética en el juego, también es capaz de pelear el cuerpo a cuerpo, de no arrugarse cuando hay que poner algo más que toque. Yo creo que sí, que este equipo también vale para los partidos sucios. Mis verdaderas dudas son, por un lado la que ya expresé antes, qué pasará cuando llegue la inevitable lesión de Messi. Y por otro, si no se le subirá el “síndrome del entrenador” a Guardiola. Síndrome que consiste en hacer tonterías del tipo de poner a Victor Sánchez en el equipo. Porque, para quien no lo sepa, Víctor Sánchez es un jugador carente de la más mínima calidad, indigno de jugar en el Barcelona. Pero, por alguna razón, no sé si de tipo sexual o de otro tipo, pero desde luego no creo que sea por motivos futbolísticos, a Guardiola le gusta. Y tengo mucho miedo de que empiece a ponerle habitualmente.

Pero no nos pongamos la venda antes de tener la herida. De momento toca pasarlo bien.

RBBE REDACCIÓN CRAPULA ROCK BAR  Volvía el Sporting a jugar en Riazor después de diez años. La última vez que lo hizo estaba en el Depor Abreu, y lo que es más acojonante, marcó y todo. Eran otros tiempos, de aquella el Depor era más o menos grande y el Sporting una mierda, ahora en cambio es diferente, el Depor ya no es grande y el Sporting sigue siendo una mierda de equipo. Y no lo digo yo solo, lo dice el propio Manolo Preciado tras el encuentro: «Ni ahora somos Leverkusen ni antes la última mierda que cagó Pilatos», y es que poner de ejemplo al Bayer Leverkusen ya lo dice todo, uno de los equipos más perdedores de Europa.

Pero aun así ganaron en Riazor, y de paliza, 0-3. Y además con más de 4000 sportinguistas en la grada como testigos, gracias a un acuerdo entre los dos máximos dirigentes de ambos clubes, Lendoiro y Arango, que quedaron en que para este partido el Dépor les vendería las entradas al módico precio de 35 euros a cambio de que en el partido de la segunda vuelta el Sporting haga lo propio con los aficionados coruñeses. Un colega me comentaba que estuviera en un Sporting-Depor de 1991 y que un viejo del Sporting les dijo en plan chulo que «Gallegos, mirad, esto es un campo de primera» y otro presumiendo de que tenían la mejor cantera de España. Lo que son las cosas, en un par de años, la supercantera del Sporting se convirtió en la del resto de los equipos de primera, también del Depor (Manjarín, Pablo Amo o Pablo Álvarez) y El Molinón así, que le pusieron asientos, bajó una barbaridad su aforo, quedó más pequeño que el propio Riazor, y además, cayéndose a cachos.

Bien, pues esta jornada de confraternización en Coruña se vio salpicada por algunos energúmenos que se pusieron a entonar el cántico de «Gallegos y asturianos primos y hermanos». ¿Qué primos y hermanos ni que hostias? Afortunadamente, el encargado del marcador estuvo rápido y puso en el mismo el resultado del Fabril (Deportivo B más allá del Telón de Grelos), algo que no hace casi nunca pero hoy hizo la excepción, ¿por qué? Pues porque el resultado era Sporting B 1 – Deportivo B 2. Esto lo aprovecharon los deportivistas para, dirigiéndose a sus primos-hermanos entonar amistosas consignas como «Real Sport…, Real Sport…, Real Sporting de Gijón, que puto equipo, puta aldea y la más puta la afición», el clásico «Si yo canto esportín, soy un hijo de puta» o el más personal «Ultraboys, que hijosputa sois». Estos alegres peñistas se encontraban en el campo (me cuentan los de esa zona que coreaban «Depor culo», y «Coruña es una mierda de ciudad») juntos pero no revueltos con otros aficionados rojiblancos que aprovechaban tan magno evento para publicitar sus negocios hosteleros. Me refiero a los que portaban una pancarta que, junto al «puxa Sporting» de rigor, rezaba el siguiente mensaje: «Si quieres estar enamorau cómete los pulpos del Bar Collau, eo, eo, eo. Si no te veo en el Collau, te veo en el Recreo. Cafetería Jesa». Tal caudal de sabiduría me turba.

Del partido en si, pues poca cosa. Se adelantó el Sporting con dos goles, el primero de penalti, y al filo del descanso el Depor se quedó con diez por expulsión de Colotto. A partir de ahí ya estaba todo el pescado vendido, porque para remontar lógicamente había que marcar goles, y eso en el Depor solo lo hacen los defensas, y si aun encima uno del que los mete está expulsado, pues con más motivo. Al final, todo dios para su casita, no sin antes recordar al público visitante que aquí no menospreciamos al Sporting alabando al Oviedo, en absoluto, los dos por igual, como debe ser. «Oviedo y Gijón, la misma mierda son», se pudo escuchar.

RBBE VENTISQUERO DE LA CONDESA Que hubiese casi más policías que aficionados en los aledaños del Calderón el pasado miércoles no obedecía a razones futbolísticas, ni mucho menos. No me estoy refiriendo a la sanción de la Huefa, sino a la verdadera noticia de calado, la breaking new de la semana pasada: la desaparición del novio de Falete.

El estadio tardó muchísimo más en llenarse que contra el Moros comunistas amigos de Platini baseball furies de Marsella, pero se puso hasta la bandera: no sólo por los que compraron su entrada, sino por los reubicados de la zona del fondo Norte que tienen que ocupar otro asiento del estadio. Eso fundamentalmente sirve para tres cosas: la primera, para que los cuatro viejos de mierda respetables señores que llegan en el minuto 7 (illa illa illa) de partido, levanten a todo el personal, que también es socio, “de esa que es su localidad”, con la consiguiente merma en la visión general, el cabreo de los que sí estamos en nuestro sitio; la segunda, que te sientes con la sección juvenil del Radikal de Torrijos, y esas tantas discotecas sucesoras del Attica, Kea, Overdrive que pueblan el Madrid Sur, que te miran mal cuando te fijas en sus mullets y mucho peor cuando crees que Robbie Keane ha marcado en posición legal.

La tercera, y más importante, cuando tras casi una década de absoluta ignominia en el césped, y clases pasivas en la grada (no me refiero a funcionarios, me refiero a que pasivamente oigo futbolecciones cada quince días), por fin te juntas con otros reubicados y tienes una tertulia medio interesante de fúmbol. Cada uno de nosotros tenía un entrenador nuevo para el primer equipo: yo dije Ju Ju Ju Juande, que debía cobrar en White Hart Lane la cuarta parte que debe estar cobrando Aguirre en el Calderón, viendo lo que está costando echar al Vasco; por lo que coincido con la masa social del yonquigitanismo independentista y antiespañol, que arde en deseos de ver al tartaja en nuestro banquillo. Los otros tertulianos tenían sus propios candidatos: El faraonito, Javier Piruleta, Luis Aragonés, que era la opción preferida de la oficina de empleo del Ayuntamiento de Torrelodones y ¡ojo! Jokin Kaparrotz, un tío humilde que hace su trabajo (sic).

A estas alturas ya perdíamos cero uno y la actitud del equipo era comparable a la de un Real Club Deportivo Espanyol a un punto de la salvación en la jornada 37, pero jugando en miércoles antes del final de la Liga en la semifinal de la Catalunya Cup. Minutos antes, se puso el cartel de no hay billetes después de que Falete entrase en el Estadio por la puerta de arrastre y se sentase en los asientos que quedaban libres. En todos. En ese momento las pesquisas policiales estaban ya muy avanzadas y al no haber voluntarios suficientes, Luis García se ofreció a colaborar en la extracción del desaparecido del culo del cantante, poniendo fin al secuestro, con el coste de que en la primera parte jugásemos con diez.

En cuanto a la hinchada rival, qué quieren que les cuente, una cosa es ir de coleguitas y otra mariconear con la pérfida Albión. Que esto ya rezuma almíbar. Mirad a Juande: se ha llevado en un año al cambio todo lo que Drake y sucesores nos expoliaron en trescientos. Vale que a Juande no se le presume una redistribución del beneficio como la que tenía Policarpio “déjame un kilo y mañana te lo devuelvo” Díaz, pero va a necesitar clases de inglés de refuerzo, conoce los códigos de honor del Madrid Sur y nos ayudará en la crisis, aunque no será a base de hablar claro en las ruedas de prensa, ya que necesitará intérprete.

Al final no se escucharon los tan prometidos “Torres muérete”, e incluso se vio algún aficionado Atlético con las camisetas de los ingleses. De no haber tenido a la Huefa mirando con lupa, y a poco que el Liverpool hubiera apretado, hubieran llovido hostias como panes. Pero Rafa Benítez es un colega y no quiere dejarnos en ridículo, que ya lo hace bien Aguirre, ni quiere cerrarse las puertas del Calderón, que para un entrenador es más chollo aún que para un futbolista. Si no tenemos que ir a alguna fosa séptica como las que hay en Sevilla para ver al PSV, ya les contaré algo.

Y ayer contra el Porcelanosa. Lo mejor no, en verdad lo putísimo mejor del partido de Villarreal ha sido sin duda escuchar a los comentaristas de la Sexta cambiar de opinión tres veces en un partido. Y no ya cambiar de opinión, que eso lo hace la prensa con suma facilidad, sino que dado el propio estilo periodístico de la Sexta, felatorio como ninguno y consistente en poner al primer tuercebotas que hace una rabona como la gran sensación del fútbol español, han tenido que emplear la lengua bien a fondo hoy.

Y más cuando Valdano estaba en un momento “sho sha lo dije”. Comprenderán entonces que me imagine a los de la Sexta hoy como a Jenna Jameson con un nackle en cada mano, cambiando de tercio en cuanto está más duro lo que tienen en la otra.

“Enrique Cerezo, queremos tu pescuezo”. Esta alegre tonadilla, cantada en la puerta 0 del Calderón la temporada pasada, goza de la máxima actualidad. Lo putísimo peor del partido es que Aguirre va a seguir como mínimo seis temporadas más a este paso, ya que el Ayuntamiento no anda muy sobrado de pasta como para adelantar por lo que vale otra grada de la Peineta el importe del finiquito del cagaleras. Al menos ya nos hemos quitado al vikingo del fisioterapeuta, y si hubiera justicia nos tendríamos que haber cargado ya al Presidente, que no sólo aceptó la camiseta de las propias manos del criminal número 1 de SPECTRA, sino que además posó con ella.

Por cierto, íbamos cero dos con los once jugadores y le he dicho a un colega “hoy no perdemos”. Y a ver quién es el guapo que haya visto el partido que diga que no me la estaba jugando. Quién haya apostado en vivo al empate cuando se perdía 4-2 habrá podido sacar para vivir tres generaciones y pagar cuatro préstamos hipotecarios, después del roto que nos ha hecho Ever Fanegas, que es algo difícilmente explicable a no ser que sus padres sean hermanos. A destacar los tres partidos que lleva El Artista antes conocido como Timao, un portugués que juega en un equipo tan español como es mirar diez tíos mientras uno trabaja. Y es que este Atleti es como Candela Peña: la cara es de séptimo en la Liga con mucho sufrimiento, pero las tetas son de cuartos de final de la Champions. Habrá que ver si el Mallorca nos hace la de todos los años y tiene lugar el advenimiento de Ju Ju Ju…

RBBE REDACCIÓN EL PARDO Confieso que me cae mal Ramos, el millonario con cara de caballo, no el millonario tartamudo con cara de encofrador. No me gusta la gente con muñequera. Ni aquí y ahora ni en el colegio y en los ochenta. Aunque reconozco que es un buen jugador, excesivamente narcisista con el balón, pero un buen jugador para un lateral del Real Madrid, al fin y al cabo, porque es un puesto que se vende barato a la vista de los Torres, Marcelo o Salgado con los que contamos ahora o los Lasa, Secretario o Vítor que lo hicieron otrora. Pero si el chico es tonto, mira, mejor que le den por el culo. Que se vaya al Milan y en paz. Si Aragonés no consiguió espabilarlo en la selección –jugó de puta pena hasta el último minuto de la final- y aquí, según publicó ayer el Marca, no le tragan ni Raúl, Salgado, Cannavaro y Heinze (los jefes del vestuario, dice el diario de Inda; ¿y Casillas? Ahh…) lo mejor es sacar tajada. Los clubes grandes, lo decimos mucho aquí, tienen que saber vender.

Entonces un club como el Madrid, si quiere joder a un tío que lleva una vida ociosa, se empeña en subir a lanzar pases de la muerte de melonar y hace cuarenta mil faltas por minuto, debería colocar al suplente e insuflar esperanza en los contrariados aficionados que pueden dudar de que se deba joder a un menda que, repito, es un buen jugador para el Madrid. Y ahí ha salido Salgado de titular. Un tío joven, técnico, resolutivo, de altísimo nivel competitivo, toda una promesa. Ha llegado su oportunidad tras tres años en blanco, ha sabido esperar y puede marcar una época. Y no te limpies ya el ácido gastroduodenal de las solapas que seguramente potes más con lo que sigue.

Centro del campo. El Madrid comienza la temporada con una buena racha. Encadena cinco victorias y un empate. Un nexo común: jugaba De la Red. No me gustan los pelos de Rubén ni sus diademas, pero sobre el campo ha demostrado estar a lo que hay que estar, una excelente velocidad en la circulación de balón –la poca que puede exhibir este equipo- y algo poco visto en Madrid –un equipo de tradición sobona con la pelota- un tiro desde fuera del área de toma pan y moja; un tiro que, por muy poco, podía estar ya engalanado con media docena de goles porque la trayectoria y velocidad de sus lanzamientos desde fuera del área no es la típica que al aficionado con el ojete ya en carne viva por los años recibe al grito de “vete a la mierda hijo de puta”, sino que se reconcilia con el cándido y adolescente “¡huy!”. En fin, un tío joven, de la casa, pillándole el punto a la alta competición y la exigencia de jugar en un grande, un buen pedazo de futuro, pues a la puta grada con él.

Con esto y con la ausencia de Van Nistelrooy ha comenzado el partido. Otra vez el árbitro ha percutido al Madrid con un gol anulado por fuera de juego que no era por medio metro. Una putada, sí, pero que no puede tapar el hecho de que el único hombre que sube la bola en este club es Heinze. Pasó en Turín y volvió a pasar ayer. Tampoco importaría que el Madrid no tuviera transhishiones católicas si arriba fuésemos pura dinamita. Pero a esta delantera sin el holandés hay que ponerle dos rombos.

Intento de control de Higuaín en un contraataque, el balón rebota en su pata de palo y Aitor Ocio respira tranquilo, sosegado, viendo que no va a tener que pegarse el esprint de su vida para evitar que le desborden. La bola, como ya es costumbre, sale por la línea de fondo a unos 235 kilómetros hora. Más. Van der Vaart busca en el área un pelotazo bombeado que hay quien tiene los cojones de llamar centro medido, o balón templado al área, de puto milagro, la ley de probabilidades es asina, le cae con ventaja entre él y el gudari con guantes y al único fichaje del año sólo se le ocurre tirarse al suelo de rodillas. Que no te va a pegar un tiro en la nuca, que juegan sin pistola. En fin. El esperpento congestionaba ya a los más entusiastas hasta que ‘Rulo’ o ‘El Mito’ se queda solo e intenta una vaselina que atrapa con las dos manos el citado caballero desarmado con un estiloso brinco que a buen seguro acompañó con la voz de “¡hop!” como los gimnastas de principios del siglo XX, los que llevaban bigote y hacían los ejercicios fácil y bien con una técnica impecable. La hez sólo podía ser superada por un Raúl más joven, con más años por delante, y que lanzase peor. Y en efecto, ese cromo también lo tenemos. Higuaín echa a correr, no le entra nadie –graciosa interpretación de la agresividad que se supone que imprime Caparrós a sus hombres allá donde entrene- y el argentino envía el balón a los pies de una persona de género femenino, mediana edad, origen asiático que asiendo una cámara de fotos no le quita ojo a Casillas desde el Tercer Anfiteatro. Lo que puebla ahora el Bernabéu. Estadio en el que estos ojos han visto bigotes con tropezones de tortilla reír a carcajadas porque alguien le ha tirado a la cabeza un tarro de cristal lleno de ciruelas a una señora que llevaba una gorra (de hechuras españolas, no anglosajona) del Celta de Vigo y le caen goterones de sangre por la sien.

Luego marca el argentino de marras un golazo a pase de tacón del holandés que no es el bueno, ni el que va detrás, con Raúl “molestando” a los rivales con singular maestría. En este lance, casualmente, el balón lo subió un centrocampista, Sjjjjjjr, quien regresó por todo lo alto y había marcado pocos minutos antes el 1-0, un charro como Dios está mandado, aparte de enviar un tiro al palo con bastante lógica y mala hostia. Y eso que ya había avisado en el primer minuto desde el centro del campo. Lo que se dice salir a matar. De ahí, tal vez, su aspecto rapado, rubito y sonrosado como un Skin Head alemán que viene, hasta el culo de cerveza, de quemar un bloque de vivienda protegida para turcos. Todo ello no suma, en cualquier caso, ni la mitad de la hombría que gasta Yeste en la asistencia a Etxeberría –un tipo que va a jugar gratis un año y nadie le secuestra y fotografía con el periódico del día y un cuchillo en el cuello por ni más ni menos que esquirol asqueroso-. Yeste vuela, con Pepe, que no es Guti, a ver si me explico, volando también con los tacos por delante. El vasco toca, asiste con precisión de cirujano, y le clava la bota al portugués que se va del campo gimiendo y sangrando como una suerte de Julen Guerrero tras conocer a Simeone. El lance del partido para un servidor.

Por lo demás, lo único destacable antes del penalti fue una jugada de Salgado. Sí, el rubito del anuncio de Timotei. El gallego obstruye un pase, recupera la pelota, lanza un amago, pegado a la cal, y mientras los delanteros vascos regresan a su campo, da un pase a un compañero. Ante mi sorpresa, el Bernabéu aplaude. En la segunda parte, en la misma zona del campo, en el minuto 31, Iraola con tres tíos encima hace lo mismo, con bastante más seguridad y rapidez, y fíjate, a él le espera poner una tienda de chándales en la margen izquierda, mientras que el otro planea lanzarle una OPA a General Motors.

Ese minuto vino a indicar que empezaba lo bueno. Estaban ya Guti y Diarrá sobre el campo y se desplegó todo nuestro arsenal de ‘jobo bonito’ y ‘la pelota no se mancha’. Minuto 33. Diarrá se interna por la izquierda. Ante la imposibilidad de sortear o atravesar ninguno de los obstáculos que tenía a su paso, hace una jugada: balón al centro del campo blanco, obús más bien, que Gago, el dandy del Madrid, el jugador de toque, envía al área sin andarse con hostias de cabeza y bombeado con un movimiento propio de Zangief. La siguiente jugada, minuto 35, fue una contra que comandó Guti. Por lo que sea no le cae bien Robben, porque con el holandés corriendo solo, pero solo como el Sargento Elías, Willem DaFoe, en Platoon antes de morir, le da un pase a Raúl, que venía por la derecha con tres mendas para que éste asista a Higuaín, que por alguna futbolección de Valdano mal asimilada entiende por desmarcarse frotarle la cebolleta al rival entre las nalgas. Guti en la frontal, solo, pero solo como Adolfo Suárez en enero del 81, debió decir “jopetas ruloooo”. De todas formas, el pase al único jugador del Real Madrid marcado no estaba mal pensado. De haberlo dado un poco menos peor, Higuaín podría haber marrado ostentosamente el remate, que era lo suyo a la vista de la cadena de acontecimientos. Robben, aquel señor que iba por la izquierda en un principio, para ese momento ya volvía para su campo andando y rascándose las pelotas por debajo del pantalón.

Por último, y con el partido más o menos encarrilado a falta de un tiro de Llorente bastante parecido al de Del Piero en Turín –más que nada porque en ambos revoloteaba alrededor el mismo central haciendo el rídiculo, Pepe- que dio en el palo, vimos al pibito Saviola, ex compañero de habitación de Jesús Navas, tirarse unos caños a ver si podía salir dos segundos en el resumen del partido y que su vieha, allá en Buenos Aires, sepa que sigue vivo y es cierto lo que le dijo: juega en el Madrid. No se puede tener a tíos despechados en el banquillo. Ya pasaba con Munitis, que cada vez que salía tenía que hacer la jugada de su vida. Y pasará con otro de su perfil, Capel, si desgraciadamente lo termina fichando Calderón.

Lo mejor, los posibles cortes de manga de Schuster. Lo más mejor, una frase de Macua explicando sus impresiones del encuentro al alcachofero de Canal +: “el fútbol es así”.

Este artículo fue publicado el lunes, 27 octubre 2008 a las 5:05 am en la categoría de Actualidad.