La semana pasada nos preguntábamos cuál era el secreto del Madrid para estar ahà tan alto. Está claro: el asco. El Madrid da tanto asco que ningún equipo se atreve a acercarse a él a menos de dos puntos. Capitaneados, comandados y dirigidos por un veterano en estas lides de asquear, Raúl González, esta cochambre urdida por Fabio Capello y llevada a la excelencia de lo repugnante por Bernard Schuster campea con Gloria por España desquiciando a propios e infieles. Pero lo bonito de este Madrid es que está uniendo de nuevo al pueblo. Qué risas, qué cachondeo. HacÃa mucho que no nos reÃamos tanto en el bar. Todas y cada una de las dos docenas de ocasiones que tuvo el Getafe nos hicieron reir como nunca. Al final, con el cabezazo doble, ya llorábamos de risa. El gol blanco no pudimos celebrarlo: nos estábamos partiendo el culo. Esto es lo único que se puede decir del Madrid. Ahà está, ganando por cojones. Ya sea apelando a la casta o a la SantÃsima Virgen. Que la cosa siga, que avance. Es más bonito esto que cualquier otra mariconada: Gott Mit Uns, en los cinturones de la Wehrmatch ¡Dios con nosotros! Por lo demás. Marcelo, muy decente. Robben, todo un descubrimiento, orienta su talento siempre a la jugada, vive en equipo. Baptista eclipsa a Robinho a diez minutos que le den y el resto, todo, en su conjunto, vive la vida, a su aire, como puede. Por último, Raúl, torpe a veces, acertado más de lo que se espera, no deja de cumplir en lo que llevamos de año siendo puntualmente decisivo en cada zarpazo de gato tiñoso que se le pega a la tabla. Que tiemble la OMS.