Cuelgo esto. Se trata de la versión de mi artículo en El País sobre la gestación y trayecto en la Red de las manis de ayer en BCN y MAD. Por motivo de espacio en papel -esas cosa, snif, pasan en el mundo papel; los artículos en versión digital son volcados desde la edición papel; la falta de espacio en papel es un drama-, ha aparecido sensiblemente reducido. Me parece que es un artículo que ayuda a entender cómo funciona una convocatoria del 15M. Y cómo puede no funcionar su impacto en otras series que no sean digitales.
Agradezco el esfuerzo de mis compis de la redacción por mantener el sentido del artículo, a pesar del breve espacio.
HISTORIA DEL 18J EN DOS CIUDADES
El caso Bárcenas -junto al caso Nóos, el caso ERE, el caso Palau, expedientes que, por sí solos, dibujan una corrupción sistémica y un posible fin de Régimen-, explotaba el 14J. Y lo hacia ante una relativa tranquilidad política. El PSOE, por ejemplo, anunciaba que rompía relaciones con el PP. Parecía pedir un relevo antes que unas elecciones anticipadas o/y una crítica severa a un sistema que estaba quedando evidenciado. La reacción, la lectura de lo que estaba pasando, en su gravedad y radicalismo, no venía de ningún partido.
Unos días antes, cuando el tema Bárcenas empezaba a adentrarse en su tercer acto, se convocó en la Red, de forma espontánea, urgente y anónima, una concentración en Madrid, en la calle Génova. Asistieron un millar de manifestantes, que confirmaban que la comunicación del 15M -explicada recientemente por Javier Toret y Arnau Monterde y el grupo Datanalysis15M en el estudio Tecnopolítica y 15M. La potencia de las multitudes conectadas. Un nuevo paradigma de política distribuida-, es rápida, pero no instantánea, ni está exenta de procesos. El mismísimo 14J, una serie de tuits, al parecer iniciados por Ada Colau, invitaban, bajo el hashtag #FemForaLaMafia, a una concentración, también improvisada, frente a la Delegación del Gobierno de Barcelona, que posteriormente se trasladó a la sede del PP. Activistas, usuarios de la Red e -importante y poco usual-, militantes de partidos e, incluso, partidos -CUP, ICVEUiA, Procés Constituent-, se apuntaban a la idea. El tiempo de convocatoria volvía a ser corto para las dinámicas en Red. Aún así, se concentraron otro millar de personas -entre ellas, Ada Colau y políticos de las izquierdas parlamentarias catalanas-, que acordaron repetir la protesta al día siguiente, en lo que, según el parecer de una cyberactivista barcelonesa, «es un error. Es preferible que las convocatorias crezcan en la Red. Como se ha hecho en Madrid a lo largo de la semana».
En Madrid, en efecto, el domingo nacía la convocatoria de concentración en Génova para el 18J, bajo el hashtag #EchemosAlaMafia, una traducción de la propuesta barcelonesa. A lo largo de la semana, fue gestiona a través de otros hashtag, como #BarbacoaDestituyente, que a su vez provocaron etapas de debate entre los usuarios de la Red. El mayor consistió en discutir si lo festivo -vamos, el humor- quita centralidad e importancia al asunto. Esa discusión tuvo algo de enfrentamiento entre partidos y 15M. El 15M fue aportando mensajes rigurosos junto a humorísticos. El 18J, el hashtag colectivo más utilizado era #Vamos18J, un indicio de que la propuesta inicial había sido transformada y adaptada, colectivamente. De hecho, los primeros tuits de Madrid al respecto fueron emitidos por DRY y por personas cercanas a las Mareas. A lo largo de la semana han ido usando los hashtag del 18J un número progresivo de grupos y usuarios del 15M, que han ido modificando el léxico utilizado. Mientras que la semana pasada la palabra mágica era corrupción, la palabra fundamental y reivindicativa en el 18J ha acabado siendo democracia. Esta gestación, transformación, debate, parece augurar un éxito de convocatoria. La expansión y debate en la Red de la convocatoria ha posibilitado su expansión, por otra parte, a docenas de ciudades y, al menos, dos Estados de la UE. «La pregunta clave es si cuatro días son suficientes para un salto de capa», para salir de la Red y llegar a lo analógico, opina Yolanda Quintana, investigadora de fenómenos sociales y su uso en Internet. Ella cree que, al menos en Madrid, así ha sido. Y eso «supone una recuperación de la agenda por parte del 15M» en un tema, la corrupción, cuya agenda, desde el 14J estaba gestionada por un partido y unos medios.
Barcelona ha participado de ese debate en la Red -ese sitio sin centralidad, sin Madrid ni Barcelona, vamos-. A lo largo de la semana, ha ido integrando en el tema el Caso Palau, un suceso que ha sido importante en la evolución analógica de la convocatoria. El lunes, acudió a la concentración un diputado en el Congreso por ERC. El martes -con el Caso Palau en explosión, y con una votación en el Parlament en la que PSC, CiU y ERC negaron un cargo de control a una persona que posibilitó la investigación del caso Crespo, un caso de corrupción sanitaria-, ERC dejó de emitir hashtags del 18J. En Barcelona -una ciudad ahora con mayor peso y cultura gubernamental: en la primera rueda de prensa del Govern, tras la explosión del caso Palau, sólo dos medios emitieron preguntas sobre el caso Palau-, la convocatoria, inicialmente más espontánea que la de Madrid, alude a un dibujo de la corrupción más complicado. Un indicio de la difícil comunicación de ello es que la concentración puede ser, iconográficamente, más barroca que la de Madrid. Inicialmente, es frente a la sede del Gobierno, pero tal vez después se trasladará frente a la sede de CDC y, después, frente a la del PP. ¿Ha habido suficiente tiempo en la Red en Barcelona para realizar ese «salto de campo» del que habla Yolanda Quintana?
LA MANIFESTACIÓN EN BARCELONA -POSTESCRIPTUM-
La convocatoria de Barcelona atrajo a unas 2000 personas. Descripción: no se detectaban militantes de los partidos que también habían convocado por la Red. Había personas en la estética 15M -iaioflautas, personas con la camiseta de la PAH-, pero también mucha bandera -ese objeto tan poco 15M- republicana. Frente a la Delegación se emitieron gritos contra la corrupción, y alguien tiró pintura a la fachada. La concentración, bajo la forma de manifestación animada, avanzó hasta la sede de CDC, en la calle Córcega, y luego marchó hacia la sede del PP, en la calle Urgell. ¿Es poca gente? Arnau Monterde, con quién me encuentro frente a la Delegación del Gobierno, interpeta la asistencia: «Posiblemente no se ha conseguido salir de la Red en tan poco tiempo. No obstante, al final del día, se conocía que la convocatoria había sido realizada en 50 ciudades. Es posible que esa, y no el público, sea la magnitud del éxito».
hola. sobre que no había gente de partidos, de EUiA fuimos bastantes. también vimos gente de Iniciativa. si por ‘gente de partidos’ te refieres a psc, erc… o cup (no vi ni una estelada), pues no.
no sé, lo de ayer me dejó un poco de mal sabor de boca. poca gente en bcn para lo que se prometía.
Sólo de EUiA de L’Hospitalet conté una veintena de personas. La gran mayoría portadoras de las banderas -ese objeto tan poco 15m- republicanas. Las mismas banderas y la misma gente que fue a recibir a Urdangarín a la Ciudad de la Justicia. Vaya a ser que parte del 15 m esté de vacaciones en Menorca. 😉