William Godwin: Los iluminados, Robert Owen y William Thompson; Fourier y algunos fourieristas

Usando como excusa La anarquía a través del los tiempos, de Max Nettlau (Ed.Júcar, 1972), empezamos con un repaso a la historia de un movimiento que ha sido borrado del mapa, snif. Sin ánimo exhaustivo y a modo de mapa general, empezamos con el repaso.

«Los primeros razonamientos libertarios –que confrontan libertad y Estado, y razonanan al igual también respecto a la propiedad privada-, tienen su origen en Zenón y en el pensamiento griego no platónico, y en los gnósticos cristianos. Es una constante del cristianismo en momentos de crisis –Edad Media-, o de conflicto intelectual –Reforma-, pero no empiezan a adquirir una forma constante hasta después de la Revolución Francesa, si bien una revolución “como una guerra (…) consume y cambia a los hombres, los vuelve autoritarios y los hace poco capaces de defender la causa liberal” –por cierto, hablando del palabro liberal, Nettlau entiende el anarquismo como el ala de extrema izquierda y socialista del liberalismo; algo contario a lo que opina Chomski, que diferencia el anarquismo de la tradición liberal-.
En ese sentido, las tendencias socialistas de la Revolución Francesa –Babeuf, Buonarroti-, no son para Nettlau libertarias. Son autoritarias: sobreponen la igualdad a la libertad, necesitan un Estado autoritario que vele por la igualdad. Lo libertario, pues, declinó en Francia con posterioridad a 1789. Lo más cercano fue cierto liberalismo ultra-moderado. No así en UK. Allí, en 1793 aparece el primer gran libro libertario: An Enquiry concerning Political Justice and its influence on general virtue and happiness, de Willian Godwin. El gran best-seller político del momento. Godwin (1756 – 1836), lector de Holback, Rousseau y Helvetius defiende que los gobiernos hacen infelices a los hombres, y deforman su naturaleza moral. Con Godwin se inicia un torbellino intelectual anti-autoritario, que durará 70-80 años, en los que, además de su propia obra, nace la obra de Proudhon, Pi i Margall, Pisacane y Bakunin. Esas corrientes conviven con el nacimiento del socialismo autoritario, perfilado en la Revolución y que confía en el Estado para organizar el trabajo –Louis Blanch-, o que confía en tomar el Estado electoralmente –socialdemocracia-. Estos dos socialismos –solidificados en el socialismo marxista y el socialismo anarquista- estarán a la greña durante todo el XIX. Robert Owen y Willian Thompson son los dos primeros jalones del socialismo antiautoritario: defienden que la actividad productiva y distributiva la ejerzan los interesados, no los Estados. En Francia, Charles Fourier, lector, como los otros, del siglo XVIII, y que defiende un socialismo voluntariamente asociativo.»

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