Prohombres de España (VI): Fernando Poo Maragall

Fernando Maragall, preboste de la política española durante el siglo XIX, está ahora de plena actualidad debido al empuje de los nacionalismos. Para comprender la situación que vive hoy el país debemos mirar a este prohombre de España. Nace en Tarragona en 1845, y desde muy pequeño se muestra separatista, especialmente con respecto a su hermano siamés, al que se encontraba unido por el brazo. Intenta por el procedimiento del tirón deshacerse fraternalmente de este familiar a la tierna edad de ocho años, asunto que primero resuelve su padre al aplicarle en el rostro una hostia de vuelta y media y posteriormente el médico con una operación.

Asceta más por su fealdad y la prominencia de su barriga que por un carácter dado a la meditación, abandona su ensimismamiento al conocer el independentismo catalán, concretamente a la hija del presidente del PCC (Partido Catalanista Catalanista). Empieza allí, y de penalti, su carrera política. Alcanza la vicepresidencia de la entidad a la semana siguiente de su boda, coincidiendo con el bautizo de su hijo. Elabora su teoría del independentismo separatista por parte de madre, donde Cataluña debería constituirse como nación pero puede ir a casa (España) para que le laven la ropa y le pongan guisitos en recipientes de barro (entonces no había tapergüeres). Pronto le adoran las masas, aunque esa muchedumbre está compuesta principalmente por acreedores, así que huye al País Vasco, donde para despistar cambia su nombre por el de Fernando Poo Maragall.

Debido a su forma de ser utópica y a que su incipiente negocio de mangos de hacha mejoraría notablemente, se afilia al PMV (Partido Más Vasco), donde pronto alcanza un cargo de renombre y la admiración de sus compañeros, asombrados de que un catalán sean todavía más vasco que ellos. Es el primero en confeccionar una teoría política sustentada en el desprecio al maketo. Los divide en maketitos (menos de 1’60), maketoides (hasta 1’70), maketos a sekas (hasta 1’80) y maketones (más de 1’80). A los dos primeros los lanzaría al Mar de los Sargazos, y a los dos últimos los despeñaría directamente desde los Riscos Ancestrales (así bautiza a la cordillera Cantábrica, aunque reniega de los Pirineos, montañas que considera, según sus propias palabras, poco ancestrales). Su afición por el levantamiento de piedras le acerca al campeón de entonces, Iñaki Bilbado, y sobre todo a la mujer de éste. Huye a La Coruña cuando el fornido deportista manifiesta su intención de levantar una piedra de 300 kilos para dejarla reposar después en la nariz de Poo Maragall.

En La Coruña, desconcertado por su fervor patriótico itinerante, sufre una crisis de identidad que se resuelve en cuanto consigue el cargo de tesorero del PASEA (Partido de Aquí Si Estás Allí). Sus teorías revolucionarias lo catapultan a la presidencia de dicho partido. Promete subvenciones a la Santa Compaña, convertir la morriña en asignatura obligatoria y, en caso de alzarse con el poder, nombrar cónsul a un percebe.

En 1890, año arriba año abajo (en este punto no se ponen de acuerdo los historiadores), Fernando Poo Maragall se establece con su mujer y prole en Cuba, donde subsiste con cierta holgura gracias a sus ahorros, conseguidos mediante una dura y sacrificada labor de desfalco. Pronto ahonda en las raíces cubanas, especialmente en las mulatas y los toneles de ron, fundando el Partido Isleño. Declara que Cuba fue la Atlántida, o si no Tartessos, y que a partir de ahí vino lo de después. Manifiesta también que Cuba es omnipresente, todopoderosa, incolora e inodora, y que el orden de los factores no altera el producto. Pronto sus seguidores se cuentan por miles.

El desastre del 98 le hace volver a España. Debido a su precaria situación legal, a su maltrecha situación jurídica y a su complicada situación policial, debe ir de Galicia al País Vasco, y de ahí a Cataluña (y vuelta a empezar) para ir dando esquinazo a las autoridades. A causa de las prisas se declara ultracatalán en Galicia, independentista gallego en el País Vasco, y vasco separatista en Cataluña. Intenta desfacer este entuerto independizándose a sí mismo, por lo que se constituye como república personal e intrasferible con derecho a pernada. Para recuperar la simpatía de sus antiguos fieles en las tres regiones mencionadas decide declarar la guerra a España. Armado con una espada ropera y una daga de vela se persona ante el primer cuartel que encuentra, dando con el guante en la cara al centinela. Se le quitan las ganas de todo de la paliza que le dan. En 1903 se pierde su pista. Recopilamos a continuación algunas de sus más famosas sentencias:

“Soy catalán hasta la médula”.

“Soy vasco a más no poder”.

“Más gallego que yo nadie en el mundo”.

“¡Pero cuán cubano soy mi amol!”

“Tal es mi independencia que a veces no sé ni lo que estoy haciendo”.

En anteriores capítulos de prohombres de España…

Abdalá Ibn Cordio
El Niño de la Moña
Julio «El Filósofo»
Ataulfo Pastor
Papías Smith

Comments

  1. El repelente niño... wrote:

    ¿No estarás hablando de Poo-pota, verdad?, Jajaja.

  2. ElBaTeRia wrote:

    Lees demasiados ensayos de Woody Allen, rollo Sin Plumas o Como acabar de una vez por todas con la culura, pero a parte de eso es gracioso. Me pareció más surreal el del niño de las moñas. Sigue así campeón.