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DESDE LA CHOZA MULTICULTURAL

Un intento de denunciar las mentiras comúnmente aceptadas como verdades fundamentales del Sistema

Frente a la oleada ideológica uniformizadora que recorre el mundo, un ventanuco de crítica al Sistema.
Frente al gran capital oligopolístico generador de desigualdades, nuestras recetas macroeconómicas de andar por casa.
Frente al imperialismo cultural aniquilador de la diversidad, tolerancia y mestizaje.

 

Capítulo 7: España, el gallego y Portugal

I. Introducción histórica

Como complemento a un anterior artículo titulado "La Dinamita en la Palabra", me dispongo a contarles ahora uno de los más tristes casos que conozco de manipulación informativa, histórica y emocional: la destrucción sistemática, y probablemente planificada, de una lengua que conozco bien: el gallego. Inevitablemente, tendré que hablar también de nacionalismo, y de Historia.


En primer lugar, deberíamos denunciar la existencia de un mito: la realidad española no es homogénea en ningún sentido, y menos en lo que a nacionalismos se refiere. Probablemente las tres "nacionalidades" o comunidades autónomas más evidentes, y conocidas como Comunidades Históricas por haber contado con un Estatuto aprobado por el gobierno republicano antes de la llegada de la democracia y la restauración borbónica, dan una impresión de homogeneidad totalmente falsa. Galicia, País Vasco y Cataluña se parecen muy pero que muy poco en lo político. Y Galicia aun menos: gobernada desde hace más de veinte años por el PP en régimen hegemónico, con apenas un breve intervalo de gobierno progre que fue rápidamente olvidado, Galicia se erige como feudo impepinable del último ex-ministro de Franco que sigue en activo, y donde el aparato burocrático, el amigismo, la componenda y el caciquismo impregna cada aspecto de la vida pública y parte de la privada, la actividad industrial y la cultural.


El nacionalismo en Galicia, aunque activo y en algunos aspectos bastante pintoresco (a diferencia de Cataluña y País Vasco, NO son de derechas, sino un batiburrillo de distintas influencias del antiguo tradicionalismo, socialismo, comunismo, leninismo, indigenismo y de todo un poco), y con una presencia perceptible en la vida pública más por la actividad febril de los que hay que por su número, no pinta gran cosa en el conjunto de la vida pública. Sin embargo, y para asombro de muchos, la imagen que se ha conseguido dar al exterior, con la innegable ayuda de medios de comunicación y declaraciones estratégicamente bien diseminadas, es la de que estamos en una situación en la que los malvados nacionalistas gallegos tienen o bien actitudes violentas y racistas como en el País Vasco o que son sibilinos y de corte masónico como los catalanes, que a la chita callando y con buenas maneras poco a poco van consiguiendo lo que quieren.


Pues ni una cosa ni la otra: a veces los nacionalistas pueden ponerse un poco tontos, Beiras puede dar un poco de miedo cuando lo ponen desgañitándose en un mitin electoral, tienen la manía de cubrir las paredes con sus carteles (horrorosos, por cierto, no sé quién se los diseñará pero para meterlo en la cárcel, oigan), y por regla general andan bastante más desnortados que sus homólogos del norte central y del este. Resumiendo: en veinte años de PP en Galicia el nacionalismo, aunque no del todo mal asentado en un cierto sector de la población urbana (Galicia sigue siendo mucho más rural de lo que parece), no deja de ser una fuerza bastante minúscula en comparación con el fabuloso aparato estatal que ha conseguido construir el partidito de la gaviota. Por si fuera poco la mala leche concentrada del nacionalismo, el verse durante tanto tiempo relegado del poder que ellos creen que les pertenece y restringidos apenas a unos cuantos municipios, ha desatado todo tipo de fantasías y de desvaríos ideológicos que repercuten en la visión que el conjunto de los ciudadanos tienen de ellos. Probablemente lo peor que le podría pasar ya al nacionalismo gallego sería llegar al poder, y darse cuenta de todas las idas de olla con la que ha llenado las cabezas de sus votantes, que quizá le pedirían que las llevase a cabo. El continuo alejamiento del poder real por parte del nacionalismo lo ha conducido en la mayor parte de los casos por una vía de desbarre mental que lo ha ido apartando cada vez más del principio de realidad.


Sin embargo, como antes indiqué, lo que se ha conseguido es hacer entender que el nacionalismo en Galicia es rampante, peligroso y amenazador, lo que hace verse al PP a sí mismo en Galicia como el salvador de la nación, como los ocupantes de un fuerte que resisten con heroísmo el asedio de los apaches, y en el resto de España se difunde la idea de que en Galicia el nacionalismo "ha sido contenido". Quizá sea verdad... pero a qué precio...


Esta pequeña introducción sirve para entender cuál es la situación del idioma gallego en Galicia. Resumiendo: el PP dice que el gallego vive un "bilingüismo armónico" con el español y goza de una excelente salud. Según la UNESCO, el gallego está ya en peligro de extinción, como el astur-leonés o el aragonés. No sé ustedes, pero si me dan a elegir entre lo que dice el gobierno popular y lo que dice la United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization, pues qué quieren que les diga: no tengo ni que hacer caso a la UNESCO, porque lo que dice ya lo sabía yo desde hace mucho tiempo.


El gallego se muere. Punto. A este paso no lo salva ni la caridad. Ahora bien: ¿se muere o lo mataron? Pongámonos el abrigo y la gorra de caza, encendamos la pipa y llamemos a Watson para que nos eche una mano.


Empecemos por el principio. Mal asunto, porque escarbar en la historia medieval siempre es peliagudo y rescatar datos poco conocidos o molestos siempre conlleva el riesgo de que a uno lo acusen de herejía y de ser un relajado en la doctrina de la Santa Madre Historia Oficial Española. Porque quizá no lo sepan, pero casi todos los datos y cuestiones que esgrimen los nacionalistas sobre historia o filología son ciertos, y están en los libros de las bibliotecas de las Universidades Complutense y Autónoma en Madrid; lo que joroba es que esos datos se puedan filtrar al vulgo y que éste pueda pensar que no todo lo que le cuentan es verdad, o que se les dé una interpretación que no sea la que esa Santa Madre Historia Oficial Española ha determinado según la Tradición y las encíclicas ex cathedra de los correspondientes miembros adeptos al Centro de Estudios Históricos de ayer y de hoy: Real Academia de la Historia, universidades, ABC, Franciso Umbral, etc.


Y ahora conteste rápido: ¿Qué sabe de Portugal? Cite a dos escritores en lengua portuguesa que no sean Saramago. Cite a dos equipos de fútbol que no sean el Sporting de Lisboa y el Benfica. ¿Fueron España y Portugal una misma nación? ¿Por qué no lo eran antes? ¿Por qué luego dejaron de serlo? ¿Existe Portugal? Cite un plato típico portugués. ¿Se le ha pasado alguna vez por la cabeza la idea de visitar Portugal, o es para usted un pensamiento tan exótico como el de ir a Campuchea? ¿Usan euros? Si es el caso, ¿cómo se llamaba lo que utilizaban antes? ¿Qué coño se habla en Portugal? ¿Pero de veras existe Portugal? ¿Sabe remotamente algo de la historia de Portugal o del Imperio Brasileño? ¿Sabe que además de tener fútbol y mulatas, Brasil está entre las fuerzas aliadas que combatieron contra el Eje en la Segunda Guerra Mundial, y que envió la Força Expedicionária Brasileira al mando de João Batista Mascarenhas de Morais? ¿Hace cuánto que no lee u oye una noticia referida a Portugal? ¿El portugués es un idioma o un dialecto?


Si no tiene usted ni puñetera idea de la respuesta a estas preguntas, o reconoce que efectivamente no tiene ni pajolera idea de Portugal, del portugués, de lo que hacen o dejan de hacer, no se preocupe ni lo más mínimo: ES USTED UN ESPAÑOL TOTALMENTE NORMAL. Esto sólo tiene un pequeño problema: EL QUE NO SABE ABSOLUTAMENTE NADA DE PORTUGAL NO PUEDE ASPIRAR A ENTENDER NADA DE LO QUE ES ESPAÑA.


Aunque nos lo tomamos un poco a broma, el olvido, la dejadez, el absoluto desprecio y desconocimiento de Portugal, no puede ser casual. Sabemos tan poco de ellos, nos negamos tanto a hacerles caso o a darnos cuenta de que existen, que no puede ser algo normal, y si sencillamente pasásemos de ellos sabríamos de ellos mucho más de lo que sabemos ahora, y la única conclusión a la que podemos llegar es que ese olvido, dejadez y vivir completamente de espaldas a ellos es algo consciente y programado... desde hace siglos.


Quizá hayan hablado alguna vez con un vasco o catalán cercano a las posiciones nacionalistas y se habrán dicho: "Qué poco cuadra lo que dice este señor con lo que a mí me enseñaron en la escuela". Hablen con un portugués, ciudadano de un país independiente y con capacidad para crear sus propias mentiras históricas oficiales con la misma tranquilidad que lo puede hacer España, Alemania o Francia, y ya verán cómo se les caen todos los palos del sombrajo.


Desde luego no voy a ser yo el que los ilustre sobre todo lo que desconocen un país que sencillamente ocupa la misma península que el nuestro, con el que nos une una historia común y que es clave para entender todas las trolas que nos hicieron tragar desde el colegio, pero tendré que compartir un mínimo de ese conocimiento tan duramente adquirido por mi cuenta si quiero que puedan llegar a entender algo de lo que les quiero explicar.


Volviendo a mi artículo anterior que versaba sobre el desastre en la educación respecto a la lengua española: si ya les dijeron poco sobre las otras lenguas románicas como el catalán-valenciano o el gallego, ¿no les dijeron aún menos sobre el portugués, cuyo origen es el mismo maremágnum lingüístico y romance común que se hablaba en todo el norte peninsular? Porque no hablar de lo que en definitiva no es más que "dialectos" tendría un pase, pero el portugués se supone que es una lengua de pleno derecho y oficial en varios estados, ¿no? Además, bien mirado, no merece la pena hablar un poquito del portugués en clase de lengua española: AL FIN Y AL CABO SÓLO ES LA LENGUA QUE MÁS SE PARECE AL ESPAÑOL Y CUALQUIER PERSONA MÍNIMAMENTE ILUSTRADA CON UN POCO DE VOLUNTAD PUEDE ENTENDER EL PORTUGUÉS ESCRITO. Y echándole un poco de buena voluntad, leer novelas en portugués está al alcance de cualquiera. ¿Que no se lo creen? Pues al revés funciona, que los portugueses a poco que se ponen leen en español tranquilamente, y con muy buen tino opinan que es mejor leer las obras en su lengua original. Por un español que lee a Saramago en portugués puede haber como mínimo cien que leen a Cela en español. Inquietante...


Tampoco es cuestión de resumir demasiado, pero podríamos decir que Portugal es en cierto modo el resultado del fracaso militar y político de España. Primero, el bocas de Afonso I Henriques (1128-1185), un nieto de nuestro Alfonso VI, se le ocurre que su condado... le mola más que sea un reino. Su primo Alfonso VII (que antes de ser rey de León y Castilla lo fue de Galicia, mire usted por dónde), en vez de ponerlo en su sitio de dos collejas bien dadas, le dice: "Vale, colega, pero a mí me reconoces como Emperador de la península". El portugués (bueno, medio castellano y medio borgoñés) le dijo que vale, pero le faltó tiempo para hacerse luego vasallo del Papa y luego hacerse el sueco. ¡La cagamos! Y después mucho más el 14 de agosto de 1385, en la batalla de Aljubarrota, en la que las tropas castellanas fueron vencidas por las portuguesas, y que es para ellos uno de los puntos culminantes de su historia. (Quizá, bien pensado, no es de extrañar que queramos vivir de espaldas a unos maleducados que consideran que vencernos es algo para recordar, y que tienen como heroína nacional a una especie de Agustina de Aragón que en vez de invasores franceses, ¡mataba invasores españoles!) Precisamente esta batalla nos puede dar pie a hacer alusión a cómo los destinos de Portugal y España se fueron distanciando, a pesar de ser las dos primeras potencias coloniales del mundo: España miraría siempre hacia Francia y al continente, y Portugal como respuesta se alió desde el primer momento y hasta ahora con Inglaterra, lo que explica la presencia de temibles arqueros ingleses veteranos de la Guerra de los Cien Años en Aljubarrota, y que en las películas los nobles ingleses sean tan aficionados al vino de oporto. También es de señalar que la alianza entre la Iglesia y el poder político en España cuando ésta dominaba Europa hiciese temer a Portugal que la religión pudiese ser una forma de penetración de la política española en Portugal, y aunque siempre ha sido un país tradicionalmente católico la influencia de la Iglesia sobre las instituciones políticas fue más vigilada por el poder político.


Después, bueno, llegó Felipe II, o como dicen ellos, Filipe I, pues haciendo valer sus derechos sucesorios (su mamá era hija del rey de Portugal y esposa de Carlos V, Carlos I de España) en 1580 derrota a António Prior do Crato en Alcântara y tras llegar a Lisboa es coronado en las cortes de Tomar, y jura mantener las instituciones del reino recién adquirido, y respetar que esas instituciones sean gobernadas por portugueses. (¿Les suena esto a algo?) Portugal sería uno más de los reinos de España, como Castilla o Navarra, de 1580 a 1660. Como lo oyen: los portugueses fueron españoles. Y después dejaron de serlo.

Ahora reflexionen un momento e intenten recordar lo que les enseñaron sobre ese período histórico. Más bien poquito, ¿verdad? La independencia (lo siento, pero no hay otra palabra) de Portugal es un tema muy espinoso, y ahora aun más, y se suele citar de pasada. En particular en algunos libros de bachillerato que he consultado se cita la anexión, y después a partir de 1660 se habla nuevamente de dos países independientes como si tal cosa. No, si aún será que la manipulación histórica, las medias verdades y hacer ese tipo de requiebros de argumentos no va a ser exclusiva de los nacionalismos periféricos, y que existe un nacionalismo centralista o "patriotismo constitucional". (Si quieren saber lo que era el patriotismo constitucional antes de que el PP jodiese irremediablemente el termino interpretándolo a su manera, visiten www.esi2.us.es/~mbilbao/pdffiles/vega.pdf. Y para entender del todo el tema: www.aznar.net/Opinion/Art%C3%ADculos/elpatriotismoconstitucionalleguina.240102.html).

Portugal se independizó de España en 1660 por dos razones muy simples:
1º España no pudo reaccionar a tiempo y con Felipe IV ya estábamos en lo que iba a ser nuestra decadencia política, militar y económica. Se les llega a ocurrir independizarse con Felipe II o al principio del reinado de Felipe III y ahora los brasileños estarían cantando sambas en recio y viril idioma castellano


2º Por decirlo de una forma suave, los portugueses estaban hasta los mismísimos cojones de los españoles. Pero hasta los cojones, ¿eh? Nos tenían hasta en la sopa, sus instituciones estaban siendo respetadas como ustedes se pueden fácilmente imaginar y poco a poco altos cargos políticos y eclesiásticos estaban siendo ocupados por castellanos. Y por si fuera poco, ya desde Felipe II la Chancillería española tenía muy claro que la lengua de la administración de tan vario pintos territorios como tenía la Corona, debía expresarse en español, y veían muy ominosamente la experiencia de Fernando el Católico, que en su propio reino había sustituido al aragonés por el castellano como lengua administrativa. Si hoy se le pregunta a los portugueses cuál sería el estado de su lengua de no haberse independizado de España, puede que contesten: "Pues estaríamos como ahora el gallego". Decid que sí, vecinos: si cuarenta años después, en 1700, el primer rey Borbón Felipe V hubiese sido también rey de Portugal, habría abolido las leyes portuguesas igual que hizo con los fueros de los antiguos reinos.

Bueno, ya vamos conectando los dos temas del título.

Dejamos por tanto a Portugal nuevamente independizado, con un período de ocho años, 1660 a 1668, en el que no se le reconoció esa independencia y por tanto fue considerado una especie de reino en rebeldía al que no se le podía meter mano porque no había dinero ni ganas de hacerlo. Y Portugal desapareció de la Historia de España. Desapareció, no se puede decir de otro modo. Es lo que se llama la destrucción de la memoria, la "damnatio memoriae" que ya practicaban los romanos frente a traidores o personajes que caían en desgracia: no volver a hablar de ellos, no citarlos, y borrarlos de los registros como si nunca hubiesen existido. Esto suena, obviamente, a los desaparecidos de las dictaduras militares, a las prácticas de manipulación de la época stalinista en la que cada fotografía y papel era manipulado para borrar de la existencia a los disidentes, y al continuo revisar de estatutos y registros del Opus Dei, de modo que personas que pudieron haber trabajado gratis para ellos durante décadas sencillamente "no consta" que fueran parte de la organización. En palabras de George Orwell, se convertían en "no-personas". Pues Portugal se convirtió en un no-país. Estaba, pero como si no estuviera. Por si fuera poco, desde entonces los destinos de España y Portugal no tuvieron mucho que ver, la conflictividad terrorial de las posesiones americanas ya habían sido dirimidas, y sólo después Portugal serviría como cabeza de puente de Inglaterra para atacar al poder napoleónico, y con Godoy les chorizamos un cachito de territorio en la Guerra de las Naranjas. Pero aun así España sencillamente se olvidó de que le faltaba un buen pedazo para llamarse legítimamente España, y se negó a recordar su existencia del mismo modo que todos por experiencia conocemos familias que dejan en el olvido a un familiar que hizo algo que se consideraba horroroso, y de ahí las melodramáticas frases de "Yo no tengo hermano", o "Yo no tengo ningún hijo", o "Tu padre murió a manos de un jedi renegado llamado Darth Vader". ¡A Anakin Skywalker sí que le hicieron una buena "damnatio memoriae"!

Que España a partir de entonces viviese de espaldas a Portugal por este hecho puede parecer una exageración, pero no lo es tanto si pensamos en lo citado anteriormente, y ese hacer el completo vació a una nación que nos había a) traicionado b) abandonado c) chuleado d) todas las anteriores, contrasta por el otro lado con la obsesión nacionalista de los portugueses y cierta monomanía con España. Todo lo que nosotros los ignoramos, ellos nos prestan atención de más, y a cada maniobra política y alianza exterior de España hubo un contramovimiento diplomático y búsqueda de alianzas que garantizasen la independencia de Portugal. El mismo hecho de quedar Portugal aislada de Europa explica su necesidad de volcarse hacia el exterior hacia América, África y Asia, rodeados por una nación que se percibió siempre como hostil y amenazadora. España es en las exaltaciones patrias y excesos nacionalistas la "bestia negra" y anatema de Portugal, y eso llega a nuestros días, de modo que cualquier inyección fuerte de capital español en Portugal o la compra de empresas portuguesas por parte de españolas se ve como una agresión directa a la independencia de Portugal y como un claro intento imperialista español. Para muestra se puede consultar http://manifestoportugal.net/artigo07.htm , donde además se puede comprobar el tono más bien chulesco y ofendido de la posición española, que recuerda claramente la postura que se toma ante reclamaciones catalanas o vascas. Más aun: si se atreven con la lengua portuguesa (venga, ánimo) y bucean en ese mismo enlace principal, http://manifestoportugal.net, podrán ver el verdadero acojono que tienen a día de hoy los portugueses con respecto a España, denuncian continuos movimientos de España para atraerlos a su dominio y cosas por el estilo. Vamos: RÍANSE USTEDES DEL NACIONALISMO CATALÁN Y VASCO, y hay una constante denuncia en toda Portugal de la penetración lingüística, a la chita callando, del español en Portugal, y de la arrogancia de las empresas españolas en Portugal que pasan del portugués como de comer mierda y se dedican a hacerlo todo en español, curiosamente lo mismo que se critica aquí a las multinacionales, que lo hacen todo en inglés y pasan del español. Avasalla el que puede, no el que quiere.


Por otro lado, veamos el párrafo inicial de una de las páginas del portal de hermanamiento luso-brasileiro "Cá estamos nós" ("Aquí estamos nosotros", nada menos) http://www.caestamosnos.hpg.ig.com.br/brasil.htm:

"Muita gente esqueceu ou não sabe que Portugal antes de se tornar o único país independente da Península Hispânica (hoje Península Ibérica) teve de lutar durante muitos séculos pela sua independência. Desde os Lígures até aos Mouros, foram séculos de ocupação, privação e exploração por outros povos. Mas os Lusitanos foram reagindo e um dia tornaram-se independentes. De 1580 a 1660, Portugal voltou a ser ocupado, neste caso, pela poderosa Espanha. Mais uma vez reagimos e voltámos a ser independentes. E mais, um País tão pequeno e pobre, conseguiu reconquistar na altura enormes territórios coloniais como o Brasil e Angola, já lá com franceses, holandeses, espanhóis implantados..."

"Mucha gente ha olvidado o no sabe que Portugal antes de convertirse en el único país independiente de la Península Hispánica (hoy Península Ibérica) tuvo que luchar durante muchos siglos por su independencia. Desde los ligures hasta los moros, fueron muchos los siglos de ocupación, privación y exploración de otros pueblos. Pero los lusitanos fueron reaccionando y un día se volvieron independientes. De 1580 a 1660, Portugal volvió a ser ocupado, en este caso, por la poderosa España. Pero una vez más reaccionamos y volvimos a ser independientes. Y además, un país tan pequeño y pobre, consiguió reconquistar al fin enormes territorios coloniales como el Brasil y Angola, ya entonces con los franceses allá, holandeses y españoles establecidos..."


En la historiografía española se habla de la "unificación de España y Portugal", y en la portuguesa, de "ocupación". Para España la unión con Portugal es la recuperación de la verdadera unidad peninsular visigótica, que no entendía de españoles y portugueses, y que según los historiadores "patriotas constitucionales" está implícita ya desde las pedradas de don Pelayo, y para Portugal eso mismo es la invasión de unos extranjeros. ¿Quién tiene razón? Pues depende desde qué lado de la frontera se mire. Difícilmente se puede por tanto considerar verdadera "ciencia" a la Historia, como defienden algunos, pues sería como si la constante de la Gravitación Universal variase de un país a otro dependiendo de un decreto ley.

Y no dude una cosa: por mucho que casi el 100% de los españoles ignoren que existió una batalla llamada Aljubarrota, si un español va a Portugal ya se encontrará con un portugués que se lo explique y le cuente la historia de Brites de Almeida, una panadera con una historia detrás más emocionante que el Capitán Trueno (secuestrada por piratas y vendida en Argel, vuelta a la patria en situaciones de película y hábil con la espada como si la hija de D'Artagnan se tratase) que se cargó a siete compatriotas nuestros a golpes de pala de panadero. De hecho, la pala se conserva, y forma parte de la procesión que celebra la victoria en esa batalla. Y si esto les da dentera imagínense al maño de turno explicándole al Jacques correspondiente cómo Agustina hacía volar a sus ancestros a cañonazos y le cante lo de: "La Virgen del Pilar diceeeee.... que no quiere ser fancesaaaa... que quiere ser Capitanaaa... de la tropaaa... aragonesaaa..."

Otra explicación complementaria de la relación España-Portugal podría ser que sencillamente se pasa de aquél que está por debajo de nosotros. Los franceses, los alemanes o los ingleses nos hacen caso, sí, pero quizá no tanto como nosotros a ellos. Sencillamente, el que se cree que es la hostia ignora a los demás, sobre todo si cree que está por encima de ellos. Esto podría ser un motivo de reflexión: nosotros nos permitimos el lujo de ignorar y ningunear a un país lleno de historia, tradiciones, literatura y cultura como Portugal, que además lo tenemos a tiro de piedra, así que, ¿por qué nos enfadamos tanto cuando sabemos que los paletos de los Estados Unidos no saben ni que existimos y prohiben la importación de jamón serrano, cuando los cultísimos japoneses igualmente ignoran que existimos y del mismo modo desprecian nuestros artesanales productos derivados del gorrino, y no por eso los criticamos? Probablemente "gracias" a la contumacia de Aznar de apoyar a los americanos en el ataque a Irak éstos sepan más de nosotros, y que efectivamente existimos, del mismo modo que para que un escritor portugués como Saramago haya sido reconocido en España éste haya tenido que venirse a vivir aquí, hable en español cuando le preguntan y demuestre su ridículo "iberismo" y cierto desapego por Portugal, alabado sentre otros por Fernando Sánchez Dragó.

Santiago

 

 
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