Clásicos
del rock que jamás han existido
Ramblin´
Joe "Cucarachos" Rogers
Joe
Rogers a los catorce años de edad
En
el sur más profundo de los Estados Unidos de Norteamérica, Jim y
Lilly Rogers, una joven pareja de granjeros, trajeron a este mundo
al pequeño Joe. Pero la alegría en el hogar de los Rogers no duró
demasiado, pues en una disputa por los límites de unas tierras de
cultivo de algodón, Hank Van Zant III, un vecino del lugar, disparó
una nada despreciable cantidad de perdigones del 8 en los respectivos
vientres de la feliz pareja, quitándoles la vida de inmediato. Como
los habitantes del Sur de los EEUU son gente de gran honorabilidad
y elevado espíritu, romper una familia y dejar huérfanos desamparados
está muy mal visto, por lo que Hank enterró a los Rogers junto con
su pequeño, que estaba vivo.
Tras
cavar las tumbas, el vil granjero se sentó a descansar en la base
de un álamo y desde ahí, para su sorpresa, observó atónito como
el pequeño bebé salía al exterior por sus propios medios motivado,
muy probablemente, por la asfixia. Asombrado por las capacidades
del muchacho, Hank decidió adoptarlo y criarlo como si fuera su
propio hijo. Esto es: recogiendo algodón junto a una turba de negros
que el belicoso granjero tenía en propiedad.
El
pequeño Joe creció al lado de los esclavos negros, por lo que se
empapó de sus costumbres y comenzó a destacar como interprete de
blues rural y música folk americana. Cuando tenía dieciséis años,
harto de trabajar por pan y agua, Joe escapó de la granja, robó
una guitarra y se dedicó a tocar sus canciones en los cruces de
caminos del Mississippi, colocando una simpática gorra delante de
él, con la intención de que los viandantes depositaran en ella monedas
con las que poder comprar alimentos para no perecer por inanición.
Mas en esas duras circunstancias, las composiciones de Joe brillaban
con luz propia y fue contratado en un burdel cercano para amenizar
el "previo" de los clientes.
Con
el tiempo Joe Rogers se convirtió en una celebridad en las aldeas
cercanas. Tanto, que la señorita Zimmerman, trabajadora interina
del burdel en el que tocaba y una de las cortesanas más famosas
del condado, le encomendó el cuidado de su hijo, Robert Allen, convirtiéndose
éste en su discípulo. Joe trató a Robert como a su propio hijo y
le enseñó todo lo que sabía. Hecho que le supuso una gran desgracia,
pues el chico era de etnia judía y eso no le hacía ninguna gracia
a los miembros locales del Klan, que, en una escaramuza, le arrancaron
a Joe las cuerdas vocales con un tenedor oxidado por tratar con
razas que no eran la suya.
Con
todo, Joe siguió cantando como pudo y desarrollando su genial estilo
con un inconfundible timbre de lo más desagradable, aunque sus letras
en contra de la intolerancia y el racismo embellecían hasta su cazallosa
voz. Pero un día ocurrió un suceso lamentable. Su discípulo, el
pequeño Zimmerman, había desaparecido y pronto recibió noticias
suyas... por la prensa. El joven judío había escapado a Nueva York
donde registró todas las canciones de Joe Rogers con el seudónimo
de Bob Dylan, comenzando una exitosa y millonaria carrera lanzando
al mercado las canciones de diez en diez durante más de cuarenta
años.
Reverso
de la curiosa postal con la que Joe Rogers felicitó a Bob Dylan
por su millonario debut discográfico
Joe,
que no paraba de oír a hablar continuamente de su discípulo, Bob
Dylan, en los medios de comunicación, estalló de rabia el día que
le oyó cantar imitando vulgarmente su genuina voz laringectomizada.
Lleno de rabia, tomó una decisión que cambiaría su vida: salió directo
a afiliarse al Klan para hacer lo que estuviera en su mano y evitar
que un hecho como éste volviera a suceder en el condado. Desgraciadamente,
su activismo político en contra del racismo le había granjeado la
suficiente fama como para que nada más pisar las oficinas del Ku
Klux Klan, le ataran por los pies a una camioneta y lo llevaran
arrastrando hasta lo más profundo del desierto.
A
partir de aquí, su vida dio un giro importante, ya que Joe Rogers
decidió pasar los siguientes trece años viviendo como un ermitaño
en el desierto. Allí se nutrió de alimañas y rastrojos abandonándose
a si mismo por completo, pero encontrando la paz interior morando
lo más alejado posible del ser humano. Lamentablemente, la industrialización
avanzaba y desapareció la ya de por sí escasa fauna y flora del
desierto, con lo que a Joe no le quedó más remedio que ir a comer
a un vertedero cercano junto a los coyotes y demás animales desvinculados
de su entorno natural.
Una
noche oscura, Joe fue descubierto por un funcionario de limpieza
de residuos, que aterrorizado, llamó al Sheriff del condado. Éste
acudió con todas las fuerzas disponibles y a base de dardos sedantes,
lograron reducir a la criatura salvaje en que se había convertido
Joe Rogers. Observándolo en la celda, los muchachos decidieron apodarle
con el sobrenombre de "Cucarachos", por la similitud existente entre
el popular insecto y las curtidas por la mugre del desierto uñas
de Joe. Meses más tarde, una protectora de animales regentada por
hippies y activistas políticos compró su libertad.
Libre
como el viento, lo primero que hizo Joe fue coger la primera guitarra
que encontró a su paso, una Fender Stratocaster, y ponerse a tocar.
Uno de los hippies de la asociación, que casualmente tenía un sello
discográfico de rock psicodélico, escuchó los escalofriantes sonidos
que emitía y, a la manera hippie de hacer negocios, lo volvió a
enjaular y lo llevó de gira aprovechándose del nuevo movimiento
rockero que causaba sensación entre los jóvenes: el protofuzz psychedelia,
como no podría ser de otra forma.
La
gira le llevó irremediablemente a la Alemania del kraut-rock, donde
la jaula de Joe recorrió todos los escenarios hasta que la novedad
de un pseudo primate de uñas negras emitiendo gruñidos country folk
comenzó a pasarse de moda. Para remediarlo, su hippie promotor,
decidió introducirle por el culo una maraca con clavos en el mango,
para así animar sus actuaciones y lanzar el disco "Ramblin Joe Cucaracho
Rogers´ space country folk meet sadistic tropical rock", un "must"
del protofuzz psychedelia.
La
vejación llegó a tal punto que Joe rompió los barrotes de su celda
y escapó a la Alemania Oriental, desde donde llegó fácilmente a
la Unión Soviética, donde pensaba que iba a lograr por fin llevar
una vida digna. Leonidas Breznev le recibió calurosamente en un
homenaje presentándole a la opinión pública como una nefasta consecuencia
más del capitalismo. Aunque Joe no pudo disfrutar demasiado de su
vida de ciudadano libre en la dictadura del proletariado, pues Breznev
tenía planes para él. Siguiendo el ejemplo de la perrita Laika,
Ramblin Joe Cucaracho Rogers fue enviado al espacio a bordo del
Sputnik-8.
El
objetivo de la misión era dar un pequeño paseo espacial en órbita
con la Tierra para comprobar cómo afectaba la estancia en el espacio
a los avestruces-chimpancé, animal que no existe en la URSS, pero
al que Joe se parecía bastante tras sus años en el desierto. Dada
la tecnología punta soviética, el Sputnik-8, lejos de orbitar alrededor
de la Tierra, salió disparado a una galaxia muy lejana hasta aterrizar
en el planeta Kashyyyk, donde Joe rápidamente tomó contacto con
sus habitantes, que le confinaron en un burdel espacial sin mediar
palabra.
Al
cabo de varios años y tras haber sufrido en el recto todo tipo de
vejaciones interestelares, Joe hizo migas con un asiduo cliente
del puticlub, un zoofílico contrabandista de poca monta llamado
Han Solo, iniciándose un romance muy especial entre ambos, que llevó
a Solo a comprar la libertad de su amor, apodarle cariñosamente
Chewbacca y recorrer con él la Galaxia. Desgraciadamente, el apuesto
contrabandista se enroló en una banda de terroristas insurgentes
contra el orden galáctico establecido, obligando a Joe a introducirse
junto a él en la organización por amor. Como guerrilleros, sufrieron
multitud de desventuras y las típicas penurias de ese tipo de vida.
Joe soportó todos los males con estoicismo, pues era feliz al lado
de su pareja, pero al concluir la guerra el popular 11-S en la Estrella
de la Muerte, Solo le abandonó miserablemente para casarse con una
princesa y trepar socialmente, lo que volvió a dejar a Ramblin´
Joe "Cucarachos" Rogers solo y triste, tocando sus melancólicas
canciones en un cruce de trayectos hiperespaciales.
Hete
aquí el profesor de canto de Bob Dylan
Álvaro
(LPD)
|