La estrategia de Alarte

Seguimiento de la campaña electoral valenciana (día 4) para El País Comunitat Valenciana

Desde que ha comenzado la campaña electoral, El País viene realizando una serie de preguntas a los cuatro cabezas de lista de las principales candidaturas que se presentan a las elecciones. Son cuestiones sencillas, que se han de responder en unas pocas líneas y que, en principio, exigen un posicionamiento más o menos claro. Un sí o un no. ¿Retiraría Usted las subvenciones a equipos de fútbol de elite? Cosas así.

La tónica habitual, día tras día, es que Francisco Camps pase de responder a poco que la cuestión tenga algo de comprometido. Le pregunten lo que le pregunten responde con generalidades y con vaguedades, explica que la Comunidad Valenciana es muy importante y que tal o cual sector es básico para los valencianos y con eso entiende zanjado el tema. Nada a lo que no estemos demasiado acostumbrados. Es la táctica del PP desde hace tiempo. Tratan de no ofender y explicar lo menos posible. Perfil bajo. Huyen como gato escaldado de afirmar cualquier línea programática o acción política que les pueda enajenar el más mínimo apoyo o provocar el enfado, por leve que sea, de algún sector social. La cosa más o menos les funciona y, guste o no la estrategia, nos la tenemos que tragar. De todos modos la acción de gobierno, a la postre, permite identificar con bastante nitidez cuáles son las verdaderas prioridades y objetivos de los conservadores valencianos, por mucho que quieran marear la perdiz.

Más desconcertante es que, tras el moderado cabreo mezclado con hastío provocado por la no respuesta del President de Generalitat, uno suele encontrarse a continuación con una respuesta del líder de los socialistas valencianos de un estilo muy parecido. Jorge Alarte, a diferencia de lo que suelen hacer Marga Sanz o Enric Morera, que mal que bien tratan de explicar su programa y dejar clara su posición, aunque ello les pueda costar la simpatía de algunos sectores del electorado, participa de la opinión de Camps (o tiene asesores muy parecidos) y opta sistemáticamente por eludir la respuesta como el tema sea mínimamente conflictivo. La línea política de Jorge Alarte respecto de casi cualquier asunto polémico es por ello difícil de entender para los valencianos críticos con el actual gobierno popular. Porque más allá de la catadura moral o las actitudes más o menos impresentables de quienes aquí mandan, hay una parte importantísima de la sociedad que preferiría que no gobernara el Partido Popular porque, además, o sobre todo, no les gusta nada la acción política que pone en marcha el gobierno valenciano.

El ciudadano crítico con estos años de gobierno de la derecha valenciana, que son ya 16, espera de la oposición planteamientos críticos y alternativos a la manera en que se han gestionado los asuntos públicos. En sanidad, en educación, en turismo, en agricultura, en industria, en cultura… hay muchas diferencias en la aproximación que podría llevarse a cabo. La estrategia de Alarte pasa por no decir nada sobre estos temas, ya sea porque prefiere no indisponerse con nadie, ya sea porque en algunas de estas cuestiones los planteamientos del PSPV actual no se alejan tanto de los del gobierno del PP. A lo mejor es sólo lo primero, a lo mejor es sólo lo segundo, el caso es que no lo sabemos. Lo más probable, de hecho, es que se trata de una mezcla de las dos cosas, porque la vida es así. Pero resulta muy extraño que la estrategia de Alarte busque eludir constantemente esta cuestión y nos hurte a los ciudadanos un elemento esencial para poder juzgar su acción política y sus planteamientos.

La bandera de la dignidad abrazada por los actuales estrategas del PSPV no puede ser el único enganche de un partido que aspira a ganar unas elecciones. Hace falta mucho más porque, sinceramente, uno sigue siendo ambicioso y espera de sus gobernantes no sólo que sean dignos y honrados sino que, además, nos expliquen qué prioridades tienen y cómo piensan actuar para ir acercándonos a lograr esos objetivos. Alarte y los suyos forman parte de un partido que, en el contexto actual, debiera estar luchando por ganar las elecciones. Pero para eso hace falta una estrategia mucho más ambiciosa que limitarse a imitar a los populares valencianos en fondo y forma.

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Una coseta més per Alarte i els seus companys. Fa més d’un mes que presentaren el seu slogan electoral en públic. Des d’eixe moment han estat advertits per molta gent, arran la denúncia d’una pàgina d’Internet d’anàlisi de política valenciana, que la traducció del lema de campanya que havien fet, «Altre camí és possible», anava amb una errada gramatical espectacular que fa mal a la vista a qualsevol parlant de la nostra llengua, que sap perfectament que la forma correcta és «Un altre camí és possible». Que més d’un mes després tots els cartells del PSPV que s’han penjat per tot el país des de fa 3 dies estiguen repetint l’errada diu molt poca cosa de la gent que treballa la campanya socialista. És una manera punyent de deixar clar els valencians quin és el nivell de respecte que a la gent que a hores d’ara dirigeix el PSPV li mereix el valencià. I si creuen que exagere només han de preguntar-se una coseta. Si l’errada fóra a l’inrevés, i el cartell en castellà s’haguera fet malament i diguera «Un otro camino es posible», per exemple, algú pensa que els responsables del PSPV es permetrien el luxe de deixar que una cosa com eixa estiguera encara a tots els anuncis electorals?



3 comentarios en La estrategia de Alarte
  1. 1

    La estrategia de Alarte, desde hace ya años, ha sido esperar a ver que dice Camps, comprobar la reacción mediatica, y si alguno escribe que se tocan las tradiciones y costumbres valencianas – sea el parany, los chiringuitos, construir en las marjales, la festa, els bous, regenerar playas…- apoyar pero manifestando que ellos lo harían más suave, más fino, más ético.
    Guillermo dice en otro articulo que hay algún dirigente del PsoE castellano manchego que podría sacarse el carnet del PP y no se notaría la diferencia. Con Alarte tenemos el partido liberal democrata, pero podría pasar por un ppero moderado y «ético»

    Comentario escrito por galaico67 — 09 de mayo de 2011 a las 1:29 pm

  2. 2

    Yo creo que Alarte debería ser «honesto» de «de veres» y predicar al populacho con su máximo anhelo para estas elecciones autonómicas, que no es otro que:

    «Votame, para que me coloque»

    Que en valensiano «alartiano» quedaría algo así como…

    «Vota´m-en-hi, per a que em coloque»

    Alarte ha conseguido en apenas unos meses lo imposible. Ha igualado a Camps en niveles de «asquerosidad».

    Comentario escrito por Garganta Profunda — 09 de mayo de 2011 a las 7:11 pm

  3. 3

    ¿lo del cartelito no será para que se vea que les mola el valenciano, pero que no se les pueda acusar de catalanófilos, que es lo peor que se puede ser en esta vida?

    Está muy bien, esperemos que cunda el ejemplo y en próximas elecciones el partido que quiera verse como cercano al pueblo y alejado de las élites (ponga usted el partido que quiera aquí) pone de lema electoral «Bótame» o «aciendo por tu boto». Yo los botaría, te lo juro.

    Comentario escrito por varo — 10 de mayo de 2011 a las 8:59 am

Comentarios cerrados para esta entrada.

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