|
||||
Hace unos meses, con motivo de una convocatoria de huelga que tenía como destinatarios los funcionarios públicos, tuve ocasión de exponer los motivos por los que no me parecía bien que quienes disfrutamos de ese estatuto tengamos a nuestro alcance como arma de conflicto colectivo la huelga, pues entiendo que es un derecho muy potente cuyo ejercicio, para que sea responsable, requiere de contrapesos que no se dan en la función pública. Quizá recuerde alguno de los lectores de este blog que, en cambio, sí expresé mi sensación de que cuestión diferente es cuando no estamos ante una convocatoria para defender derechos del colectivo y empleada como medio de presión en la negociación para alcanzarlos, sino ante una jornada de lucha y protesta de tipo general por cuestiones orientación política general o de modelo de sociedad que trascienden el ámbito funcionarial: ante una convocatoria de huelga general, en definitiva.
Mañana hay convocada una huelga general que voy a secundar. Porque creo que en esas situaciones sí es legítimo que los funcionarios nos unamos a la protesta de la clase trabajadora ya que, a fin de cuentas, y aunque privilegiados, también somos trabajadores asalariados. Además, una huelga general es una convocatoria que trasciende a los trabajadores y a la que se pueden unir todo tipo de colectivos (profesionales liberales, autónomos, estudiantes… ¡incluso jubilados!) que no son estrictamente trabajadores. Porque una convocatoria de esta índole es, más bien, una manera de protestar públicamente frente a una determinada deriva social y política por la vía de dejar de trabajar o de paralizar tus actividades cotidianas, sean éstas las que sean.
Como es obvio no voy a secundar el paro sólo porque crea que, si la convocatoria es de este tipo, es posible que los funcionarios formen parte de ella. Me uniré al paro porque, además, creo que hay muchos y muy cualificados motivos para hacerlo. Que se resumen en una idea muy sencilla: si la clase trabajadora o quienes se sienten concernidos por sus problemas y su bienestar no reaccionamos ahora, dadas las medidas que se han venido adoptando en los últimos meses, ¿qué tiene que pasar para que lo hagamos?
De un modo algo más elaborado, creo que es responsabilidad de todos hacer frente, y hacerlo también en el plano simbólico, a una situación que está, aprovechando una crisis económica que ha generado mucho miedo y desconcierto, socavando los derechos sociales de todos, condenando a los trabajadores a una posición subordinada y, además, agravando el injusto trato que reciben las generaciones más jóvenes, entre las que me cuento, con tal de blindar derechos y bienestar de quienes mandan en el país desde hace varias décadas.
En este sentido, hay dos ideas a mi juicio absolutamente esenciales. La primera es el escándalo que supone que se adopten estas medidas con la crisis como excusa argumentativa, dado que por todos es conocido que nada ha tenido que ver el anterior estado de cosas en materia de protección social con el fallo sistémico del modelo económico al que estamos asistiendo. Lo cual se remata, por supuesto, con la obscena pretensión de que nos traguemos la mentira de que estas medidas van a tener algo que ver en ayudar a salir de la crisis, pues sólo careciendo del más elemental sentido común y conocimiento de la realidad puede uno creerse algo así. Cuestión distinta es que el capital, sus secuaces y los políticos que obedecen sus dictados (ya por gusto, ya, nos dicen, contra su voluntad pero «porque no hay más remedio») estén aprovechando el miedo de las clases medias (ya sean trabajadoras, autónomas o profesionales) a la incertidumbre, a perder el trabajo, a no encontrarlo… para lograr la aprobación de medidas de esta índole sin mayor oposición. Para lo cual se apela indisimuladamente a un espíritu social egoísta, basado en el individualismo, en que se nos invita a pensar que a cada uno de nosotros esto nos viene bien, pues en el fondo el pato lo pagarán, sustancialmente, los estratos sociales de la clase trabajadora más desguarnecidos (inmigrantes, que ni pueden votar; y jóvenes y mujeres, especialmente las que también son jóvenes, que siguen -seguimos- sin lograr trasladar sus intereses como colectivos a la esfera pública y a la agenda de problemas que «son de todos», a diferencia de lo que ocurre, por ejemplo, con los jubilados, que con enorme éxito han conseguido que todos tengamos claro que para salvaguardar las pensiones de quienes se jubilarán en 20 ó 30 años hay que arrimar el hombro entre todos y recortar… las pensiones de quienes se jubilarán dentro de 20 ó 30 años).
Por otro lado, y en segundo lugar, porque todas las medidas adoptadas, además de ineficaces para lo que dicen pretender, son nefastas respecto de sus implicaciones sociales. La manera en que una sociedad disciplina la puesta a disposición de la fuerza de trabajo (en sus diferente versiones, incluyendo cada vez más el trabajo intelectual en modelos económicos como el nuestro) en el proceso productivo dice todo sobre cómo es esa sociedad. Y, en concreto, sobre el grado de desarrollo social, cívico y cultural de la misma. También sobre la efectiva igualdad y las posibilidades de promoción social basadas en el mérito, el talento y el esfuerzo. Un país que opta por liberalizar totalmente el despido y convertirlo en prácticamente gratuito, como estamos haciendo en España, está equiparando el trabajo de las personas a cualquier otro medio de producción, e introduciéndolo en la cadena productiva en una situación totalmente subordinada. Está indirectamente privando de dignidad al trabajo de sus ciudadanos y, con ello, estableciendo directamente todo tipo de incentivos a que los trabajadores sean tratados cono como agentes activos de la vida económica sino como simples factores de producción desnudos de todo interés más allá de este elemento. Una sociedad así acaba tratando a los trabajadores a partir de una evaluación estrictamente económica y cortoplacista. Y una sociedad así, como consecuencia, acaba siendo menos eficiente desde muchos puntos de vista, más conflictiva, más injusta, menos rica y participativa y, lo que es peor, a medio y largo plazo, también menos competitiva económicamente.
Yo no quiero vivir en una sociedad así.
Por este motivo creo esencial ponerlo de manifiesto y secundar la huelga. Porque, en el fondo, la responsabilidad de lo que ocurra o deje de ocurrir será de todos nosotros. Si seguimos dócilmente instalados en la comodidad y la desesperada preservación de cuantos privilegios podamos y nos prometan a cambio de vender nuestra alma laboral al diablo, la responsabilidad será simplemente nuestra. Colectivamente, y de cada uno de nosotros. Si ni siquiera ante una catarata de medidas injustificadas y lesivas, dirigidas contra la clase trabajadora y contra un modelo de sociedad más justa y equilibrada, hacemos o decimos nada, ¿qué puede esperarse de nosotros?
En cualquier caso, recomiendo la lectura de lo que Álvarez del Cuvillo, un joven y excelente laboralista, ha escrito en su interesantísimo blog Tiempos Interesantes cuando resume las razones por las que cree que toca hacer huelga mañana. Suscribo punto por punto lo que escribe, y les invito encarecidamente a visitarlo. Porque probablemente él explica mucho mejor de lo que yo lo he hecho hasta qué punto es importante movilizarse contra unos recortes que, en contra de los que nos quieren hacer creer, son muy malos para el país y para los ciudadanos.
PS: Como hay una leyenda negra que dice que mi Universidad no descuenta el sueldo cuando haces huelga (aprovechando la legendaria falta de control que hay en las Universidades públicas sobre el cumplimiento de las obligaciones del profesorado se opta por tener fiesta general en la Universidad y ya está, porque, te dicen… ¡si no sé de ordinario si das clase o vienes por tu despacho, cómo pretendes que lo sepa en día de huelga para descontarte el sueldo!) y dado que yo mañana no tengo clases ni tutorías, ya les contaré mi experiencia a la hora de lograr que descuenten el sueldo por el surrealista sistema de pedirlo por e-mail. Sé que puede sonar raro y extravagante, pero comprenderán que necesito que me descuenten el día porque, ya digo, sin clases ni tutorías, si no me quitan al menos parte del sueldo, ¿en qué se traduciría mi jornada de huelga?, ¿en quedarme en casa y que nadie se enterara siquiera?
En cualquier caso, ya les contaré cómo va mi experiencia.
15 comentarios en A la huelga general
Comentarios cerrados para esta entrada.
No se trata de hacer leer | RSS 2.0 | Atom | Gestionado con WordPress | Generado en 0,845 segundos
En La Red desde septiembre de 2006
Te apoyo totalmente Andrés. Yo, como alumno universitario iré a clase, aunque esté lejos (iré andando para no subir al bus, si es posible), y no sepa cuántas clases habrá. Creo que como estudiante, la forma de que se note la huelga es yendo a clase, luego intentaré unirme a alguna manifestación, aunque quizá me arrepiento viendo quien las encabezará….
PD: En la cafetería tampoco consumiré nada, jeje.
Comentario escrito por Solidamente — 29 de septiembre de 2010 a las 12:25 am
Totalmente de acuerdo con tus palabras. De hecho, el mejor argumento para hacer huelga es el chantaje al que están sometidos miles de trabajadores de pymes que acudirán a trabajar puesto que hoy «se pasa lista». Eso tiene un nombre: terrorismo empresarial.
Comentario escrito por desempleado — 29 de septiembre de 2010 a las 10:23 am
Coincido contigo en la interpretación Decretazo = despido libre.
Yo tampoco quiero vivir en una sociedad en la que los que han estado apoyando la psicotrópica política económica del gobierno los últimos 6 años y sosteniendo a este desastre de la gestión en forma de presidente de gobierno y su fabuloso equipo de iletrados, digo, me pidan ahora que haga huelga en su nombre. No quiero que el destino de la nación esté en manos de iletrados iluminados.
Creyendo que en el fondo hay buenas razones para la huelga, sin embargo creo en la absoluta falta de legitimidad moral de los sindicatos para convocarla. La aplicación de sus ideas (ocurrencias, mejor dicho) ha llevado al país al borde de la bancarrota o quiebra, mal que nos pese.
Por eso yo hoy haré huelga a la japonesa. Trabajando más y mejor y no generando más pérdidas económicas a la empresa en la que trabajo, que ya están tomando decisiones duras y económicamente graves para todos. Y el que quiera ejercer su derecho a la huelga, que lo haga, me parece bien. Yo creo más útil expresarme en las elecciones.
Algunos creo que todavía no han entendido que la interpretación económica tanto de sindicatos como del propio gobierno es totalmente falsa y sesgada. Les llevan engañando 6 años y quieren que les engañen otros 6. Aún no han entendido que la política económica establece una estructura económica del país que permite generar dinero para el resto de políticas, y supeditan lo económico a lo social, cuando sin lo primero no puede haber dinero para lo segundo….los privilegios se han acabado.
Ánimo, que aún queda algo de pasta para pagar a los profesores universitarios un tiempo….a ver cuánto dura con esta política de gasto que ha entrado en niveles absurdos.
Conclusión: Sí a la huelga, pero a la japonesa, que si no los perjudicados seremos nosotros mismos. No a los convocantes, vergüenza del país, pero por darles un poco de coherencia moral, que les hace falta. Y a pensar antes de votar, y no a toro pasado….
Comentario escrito por pepito71 — 29 de septiembre de 2010 a las 11:21 am
Yo hoy hago huelga, pero de la de no ir a trabajar, no cobrar el día (Seguridad policial y descuento en pagas extras incluidas) e ir a concentración por la tarde.
Por supuesto el trabajo es el trabajo y he de sacarlo, mañana pasado y la semana que viene tendré que quedarme más tiempo en la oficina para que salga, Pero creo que hoy, a pesar de los actores, es día de dar un toque a quien quiera escuchar, de decir que no nos gusta como van las cosas.
Huelgas a la japonesa he hecho ya muchas, y sigo cuando procede (muchísimas), quedándome más horas de las que me tocaban y realizando un trabajo que mi empresa (empresas, en plural en realidad) facturo (en tiempo y producción) y de la cual nunca vi nada reflejado en mi nomina, y la mayor parte de las veces ni siquiera un simple “gracias por el esfuerzo”. Por eso hoy hago huelga y espero (ilusamente, realista que es uno) que ojala, sea la primera de varias que hagan rectificar al gobierno.
pepito71,
Si en USA hubiera usted escuchado más rap, me hubiera salido más combatibo. Un saludo.
Comentario escrito por BunnyMen — 29 de septiembre de 2010 a las 1:13 pm
Al autor, en su PS, con todos los respetos: es usted un poco tonto para los parámetros del español medio, supongo que pedirá que le descuenten el día para que conste que ha hecho huelga y engordar la estadística. Cualquier hijo de vecino heredero de nuestra tradición literaria picaresca haría lo contrario. Repito lo de con todos los respetos para que entienda que no es un insulto lo que digo, sino que es usted un poco rarito comparado con la media nacional y los ideales de la mayoría.
Desempleado: Muy bonito lo del «terrorismo empresarial», pero piense que las empresas en algunos casos (quizá muchos) van a pagar los platos rotos de una protesta que se dirige al Gobierno. Yo no lo veo justo, la verdad.
Pepito: Huelga a la japonesa será que va a trabajar más horas, ¿no? para hacer gasto, más que nada, y sobreproducir. Igualmente, perjudicaría económicamente a su empresa. Si no va usted a producir más de la cuenta ni a hacer gasto, por ejemplo, de luz trabajando de noche, eso no me parece una huelga japonesa.
Desde luego, no sabe uno que es peor, si hacerle el juego a estos sindicalistas que se han dedicado a tumbarse a la bartola y ahora pretenden este lavado de cara, o dar la impresión de que nos gusta que el Gobierno nos eche a todos a las fieras y pedimos más.
Esta huelga se tenía que haber hecho mucho, pero mucho antes.
Comentario escrito por JCG — 29 de septiembre de 2010 a las 1:24 pm
Lo que veo aún más injusto es que todas y cada una de las contrarreformas laborales que en este país han sido solo han servido para arrebatarnos derechos de manera sistemática.
Eso sin contar que todas las «reformas» fiscales acaban siempre igual, los «ricos» (esto es, los trabajadores que cobran nómina) pagando más que antes.
Coincido con su apreciación de los sindicatos, sin embargo yo hago huelga por convicción.
Un último apunte: dudo muchísimo que las empresas pertenecientes al ibex 35 paguen ningún plato.
Comentario escrito por desempleado — 29 de septiembre de 2010 a las 2:21 pm
«Un último apunte: dudo muchísimo que las empresas pertenecientes al ibex 35 paguen ningún plato.»
Pues eso, las empresas que a lo mejor deberían pagar no pagan, y las que se joden son las que menos culpa tienen. Esa es una de las razones por las que no me hace gracia esta huelga.
Por otro lado, de acuerdo con que hay que hacer todo lo que sea para decir a los que mandan que no nos gusta lo que están haciendo y que no nos tragamos la patraña de que «es lo único que se puede hacer», «es para salir de la crisis», etc. Pero con esos «compañeros de viaje» (que diría Fraga), pues tampoco se encuentra uno muy a gusto, sobre todo sabiendo que van a instrumentalizar la protesta para arrimar el ascua a su sardina.
Comentario escrito por JCG — 29 de septiembre de 2010 a las 3:37 pm
A este no le vana decontar el día,
http://actualidad.orange.es/economia/zapatero_voy_a_trabajar_437560.html
Comentario escrito por BunnyMen — 29 de septiembre de 2010 a las 3:37 pm
Rosa Díez (UPYD)
1. ¿Va a hacer huelga?
No.
2. ¿Por qué?
Los sindicatos han sido cómplices con las políticas que han llevado a esta situación. Respeto la decisión adoptada, pero no iré a la huelga porque he sido convocada casi de oficio, fuera de tiempo y forma».
Comentario escrito por paco — 29 de septiembre de 2010 a las 3:54 pm
Bueno: la interpretación sindical es que la huelga ha sido un auténtico éxito.
Eso da una idea de cómo valorar las interpretaciones de las cosas hechas por estos señores.
Felicidades a los que han hecho huelga pacífica. Felicidades a los que han ejercido su derecho al trabajo también.
Comentario escrito por pepito71 — 30 de septiembre de 2010 a las 5:06 pm
http://www.miciudadreal.es/ciudad-real/81608-estoy-de-vacaciones-pero-he-hecho-huelga-y-he-pedido-a-mi-empresa-que-me-quiten-el-sueldo-de-hoy.html
Por si se quiere echar un ligue.
Comentario escrito por BunnyMen — 30 de septiembre de 2010 a las 7:57 pm
Hola, un off topic, quizás sería interesante si pudieras hacer algún análisis del caso Wilders…
El cómo lo presenta El Mundo me alucina un poco..
http://www.elmundo.es/elmundo/2010/10/05/internacional/1286287807.html
Siendo el «progre» El País bastante más «centrista»..
http://www.elpais.com/articulo/internacional/Wilders/recusa/tribunal/le/juzga/racismo/elpepiint/20101005elpepiint_6/Tes
Como condenen a este pavo, al margen de darle un millón de votos más en Holanda, ¿se podrá condenar a cualquier que llame fascista, nazi o facha a otro, al menos en Holanda??
Saludos
Comentario escrito por asertus — 06 de octubre de 2010 a las 9:38 am
Estoy deacuerdo en practicamente todo lo que comentas Andres, pero la parte que dice que una sociedad con despido libre, es o sra menos competitiva, discrepo, pues el modelo norteamericano, que hasta donde llego es de despido libre, es uno de los más competitivos del mundo.
Cierto es que su modelo social , pueda parecernos a nosotros tal vez demasiado agresivo, alli practicamente se vive para trabajar, toda la vida de la persona vive alrededor del trabajo, no existen mecanismos que amortiguan y a la vez contaminan la percepción del valor del trabajo de las personas, si tienes un trabajo basura, cobras basura, muy basura, hasta el punto de necesitar 2 trabajos, eso si, si vales, viviras como un rey. Alli existe una meritocracia, tal vez radical, a causa de su liberalismo extremo, pero que los hace más competitivos, y donde el esfuerzo esta premiado, aqui no, aqui se despide a jovenes preparados porque cuesta mucho despedir a viejos apoltronados.
con esto no defiendo el despido libre, smplmente ofrezo mi opinión acerca de tu afirmación acerca de la competitividad.
saludos
Comentario escrito por miguelangel — 06 de octubre de 2010 a las 11:51 am
Gracias por el comentario, miguelangel. La cuestión es, ¿es más competitivo el modelo de EE.UU. o el alemán? Y, sobre todo, ¿cuál es más sostenible a medio y largo plazo?
A mí me da la sensación, por ejemplo, que el modelo de exclusión social imperante en EE.UU. genera muchas pérdidas de capital humano que se va a la basura desaprovechado. La cuestión es que ellos se lo pueden permitir porque, con su modelo dual, recompensan mejor que nadie a los listos y afortunados (igual que maltratan más que nadie a los desfavorecidos) dentro del contexto occidental. Y, así, «drenan» de recursos a las otras sociedades occidentales más protectoras. Muchos de los cuales son personas que han florecido intelectualmente porque sus países de origen, desde Rusia a cualquier otra economía europea, o la misma china, permiten acceso a ciertos bienes a casi cualquiera en condiciones más igualitarias.
¿Si todo el mundo funcionara como EE.UU, de dónde sacarían esa constante regeneración del talento? Pues de su mercado interno, que da mucho de sí, pero que no les haría, por sí solos, tan punteros como son.
Comentario escrito por Andrés Boix Palop — 06 de octubre de 2010 a las 12:12 pm
#13 Perdona pero yo creía que aquí había, y hay, despido libre. Lo que no hay, aunque ya veremos, es despido gratis. En gringo se usa la mísma palabra y a lo mejor viene de ahí la confusión ;-)
Comentario escrito por gus — 08 de octubre de 2010 a las 8:08 pm