Fundación

Isaac Asimov

Artículo republicado en respuesta al clamor popular

Publicado originalmente allá por 2005

En LPD somos pródigos en reseñar novelas y películas, artículos que son seguidos por mails indignados de algunos lectores porque “les explicamos el final”. Sorprendentemente, y aunque pueda parecer inusitado, de eso es justamente de lo que se trata: de explicarles el contenido, la historia y, si se tercia, el final. Así que no se llamen a engaño y no me digan después que he destruido todas sus ilusiones y expectativas de futuro. Por tanto, si Usted no ha leído las novelas de la Fundación y piensa leerlas, evite este artículo. Por otro lado, si Usted ya ha leído la serie de la Fundación, ¿para qué continuar leyendo? Quizás deberíamos circunscribir nuestro público objetivo a aquellos que no han leído Fundación ni tienen intención alguna de leerla. Sin embargo, si no la ha leído, ¿cómo sabe Usted que no querrá leerla? ¿Y si después de leer mi crónica le entran tremendos deseos de leer Fundación? Entonces ya será tarde: ya conocerá el final, destripado por este su malvado pseudocrítico literario.

Por lo tanto, si Usted ha continuado leyendo hasta aquí, siento decírselo, es un oportunista que se aprovecha de mi trabajo, un vago que quiere seguir el camino fácil, adquirir una culturilla de pacotilla para dar imagen y poco más. Mis felicitaciones: Usted ha entendido perfectamente cómo funciona el mundo (salvo en lo que respecta a pagarme por mi reseña, aunque bueno, eso en realidad demuestra que lo entiende aún mejor, pero no descarte una visita de la SGAE para partirle las piernas y exigirle el pago de un canon porque sus gritos de dolor se parecen a una canción de Mecano).

La saga Fundación nos ubica en un escenario futuro en el que la Galaxia está unida en un Imperio gigantesco que en apariencia mantiene el poder con firmeza. Sin embargo, un matemático, Hari Seldon, desarrolla una disciplina, la psicohistoria, que proclama la posibilidad de predecir la evolución futura de los acontecimientos mediante la aplicación de criterios probabilísticos, siempre y cuando el campo de estudio se circunscriba a grandes masas de población, y no a acontecimientos concretos o sujetos individuales. Mediante la psicohistoria, Seldon descubre la decadencia que se esconde tras la aparente vitalidad del Imperio, y define una evolución futura de los acontecimientos que llevará en pocos siglos a una situación de caos absoluto en toda la Galaxia, que además se prolongará durante al menos 30000 años.

Para evitarlo, Seldon, con apoyo del Imperio (que, en realidad, quiere quitárselo de encima), crea dos Fundaciones, una en cada extremo de la Galaxia, con el objetivo aparente de recopilar todo el saber humano en una gigantesca enciclopedia, y el real de convertirse en centros de poder alternativos al Imperio y que puedan sustituirlo tras un comparativamente corto periodo de tiempo (unos 1000 años).

La obra, escrita con la extraordinaria capacidad de síntesis narrativa que caracteriza a Asimov, está dividida en tres partes: “Fundación”, donde se narran los difíciles años iniciales de la Primera Fundación, “Fundación e Imperio”, que compendia un enfrentamiento con las fuerzas imperiales, enormemente poderosas pese a la continua decadencia del Imperio, y la aparición de un mutante con poderes mentales, llamado “El Mulo” (sí, a mi también me parece una mierda de nombre para un supermalo, en lugar de “Max Power” o “Wolfbeast”), que vulnera los principios de la psicohistoria en tanto fenómeno individual y consigue, momentáneamente, conquistar la Fundación, y por último “Segunda Fundación”, donde descubrimos que la otra fundación creada por Seldon tiene características muy diferentes a la primera, pues no se basa en la expansión comercial ni en la supremacía científica, sino, al igual que “El Mulo”, en el uso de los poderes mentales para manipular a las personas. La Segunda Fundación logra terminar con El Mulo e incluso consigue que la Primera Fundación crea haber acabado, a su vez, con esta peligrosa competencia, pero la verdad, como en Expediente X, “está ahí fuera”, así que la trilogía queda totalmente abierta.

Hasta la aparición de los poderes mentales, la obra es excelente. Guarda muchas similitudes con la decadencia del Imperio Romano, y de hecho pueden detectarse con facilidad a algunos personajes históricos, como el Conde Belisario, así como las pautas de desarrollo de la Fundación parodian en cierto sentido los diversos tipos de Imperio, salvo el asociado al uso de la fuerza (puesto que la Fundación, durante varios siglos, justifica su crecimiento constante no por las victorias militares, sino por factores como la supremacía religiosa, los avances científicos o el poder comercial).

A partir de la aparición de la Segunda Fundación, por el contrario, la cosa decae. Y decae fundamentalmente porque a partir de ahí el escenario marcado por Asimov, caracterizado en un principio por un acendrado racionalismo, se vuelve mucho más “ficción” que “ciencia”, para entendernos, y llega a lo esotérico. La existencia de la Segunda Fundación como encargados de asegurar el correcto desarrollo del Plan Seldon convierte la psicohistoria en una idea totalmente artificiosa, que debe funcionar, y si no lo hace ya se encargará la Segunda Fundación, en plan PRISOE, de manipular, y sin enviar un mísero SMS. Y lo de los poderes mentales, por otro lado, pues qué quieren que les diga, a mi como que me dejan frío.

Posteriormente a esta trilogía (unos 25 después), Asimov continuó la serie con dos secuelas, “Los Límites de la Fundación” y “Fundación y Tierra” (además de otras dos precuelas que no he leído, “Preludio a la Fundación” y “Hacia la Fundación”). Las dos versan, en teoría, de la búsqueda de la Tierra (el misterioso planeta origen de toda la humanidad, única especie inteligente de la Galaxia), lo cual tiene su gracia como idea (imagínense a los miembros de la Fundación encontrando la Tierra y dándose cuenta de que, en realidad, la Tierra es “un conjunto de provincias que están alrededor de Madrid”).

En “Los Límites de la Fundación”, Asimov nos presenta un planeta, Gaia, en el que todas las formas de vida están integradas en torno a una mente colectiva de enorme poder, y todas trabajan, piensan y actúan en comandita. Como todos los que están en Gaia “son” ese planeta, de esta mente participan no sólo los humanos, sino los animales y plantas, e incluso los objetos inorgánicos, todos felices y amiguitos en torno al mismo objetivo. Como pueden ver, Gaia es un mundo asqueroso, una especie de planeta, como su propio nombre indica, de comunistas gays donde la individualidad inherente al ser humano es destruida en pro de una especie de “Casa de la Pradera” zen, cuyo objetivo, además, es extender el “modelo Gaia” a toda la Galaxia, como alternativa a la Primera y Segunda fundaciones. Y lo peor es que el protagonista, Golan Trevize, que ha de decidir en un momento dado cuál de estas tres posibilidades debería prevalecer, ¡se decanta por Gaia! ¿Pero qué quiere este tipo, que saquemos una guitarra y nos pongamos a cantar todos juntos? Cuando todos los lectores con un mínimo de sensibilidad esperaban que un acto civilizatorio (o sea, un buen pepino nuclear) acabase con Gaia, Asimov se dirige a un ridículo camino opuesto.

Pero, por si esto fuera poco, en “Fundación y Tierra” se nos cuenta cómo Trevize no está seguro de por qué ha de ser Gaia la opción más conveniente para el futuro de la Galaxia, y por razones que no quedan explicadas cree que encontrará la respuesta en la Tierra. Antes de llegar a la Tierra, Trevize (a quien acompañan un viejo historiador y una comisaria política de Gaia “en calidad de observadora”, que además tiene sexualmente camelado al historiador) pasa por una serie de mundos donde se supone que vivieron los primeros colonizadores que salieron de la Tierra, a cual más repulsivo. En su visita de uno de estos mundos se encuentran a una sociedad de hermafroditas autosuficientes e individualistas en el más amplio sentido de la palabra, que poseen además, como ya comienza a ser una costumbre, poderes mentales (uno que pensaba que para tener poderes mentales es necesario, de entrada, salir en la tele, y miren qué sencillo lo pinta Asimov). En su huida, perseguidos por los hermafroditas (con la tranquilidad de que, al menos, éstos no albergaban intenciones sexuales hacia ellos), y después de haber asesinado a uno de los mariconsones onanistas, embarcan en la nave con el “hijo” del fallecido, un niño/a que, para evitarnos poner la metrosexualidad suma de niñ@, designaremos como “bisho”.

Al final, aparece la Tierra, pero ¡oh fatalidad!, es pasto de la radiación, a causa, se supone, de una guerra nuclear, y resulta totalmente inhabitable. Pero en el último momento, encuentran señales de vida en la Luna y allí se encuentran con nada menos que un robot que, mira tú por donde, les explica así porque sí que él es personalmente responsable de los últimos 20.000 años de evolución de la Humanidad, que él puso las bases de la fundación de Gaia, de la psicohistoria y, en resumen, de todo, que un poco más y nos recuerda al propio Ánsar retirándose del poder cual Cincinatus.

Y mira por dónde, el robot se está muriendo merced al sobreuso de su cerebro (normal, con todo el trabajo que había tenido que realizar), y sugiere hacer una fusión cerebral con “bisho” a fin de pervivir lo suficiente como para asegurar el éxito del modelo de Gaia, el planeta de comunistas gays, a toda la Galaxia (es decir, que se supone que el destino de la humanidad será decidido por la conjunción de un robot y un bisho, un poco más y en lugar del robot aparece Joaquín Almunia explicando que él salvará la Galaxia). En ese momento uno añora, de nuevo, un buen pepino, o una mísera Kalashnikov con la que disparar unos cuantos tiros al robot, a “bisho” y a la pesada de Gaia, y disparar al aire las balas sobrantes, como es tradicional. En lugar de ello, la persona de la que depende el modelo de humanidad del futuro, Trevize (del cual, por cierto, jamás se nos explica por qué él, y no otro, es el Elegido, en plan Matrix), vuelve a decantarse por Gaia, aduciendo una confusa mención (la primera a lo largo de cinco volúmenes de la serie) a que “hay otras Galaxias, pueden aparecer, y ser hostiles” (ya puestos, que haga mención a Sadam Husein y sus Armas de Destrucción Masiva), con lo que se supone que la unión de todos los humanos en el “objetivo común” permitiría una mejor defensa (para evitar alianzas espúreas de un sector de Humanidad con los invasores, guerras civiles, etc.), lo cual, ocioso es decirlo, es profundamente metrosexual. Una persona con un mínimo de raciocionio, en lugar de esto, habría perfilado un programa militar basado en la proliferación de armamentos de destrucción masiva y el desarrollo de los transportes, con el fin de explorar otras galaxias y, a poco que aparezca algo con síntomas de inteligencia, soltarle una buena yoyah preventiva y quedarse con sus recursos, ¿sabeh?

En resumen, la serie de Asimov parte de una idea muy sugestiva pero va degenerando conforme avanza la trama, se complica y, sobre todo, pasa de lo científico a lo esotérico, y nos intenta vender un capazo de filosofía barata en plan “la unión hace la fuerza” que, la verdad, no hay por dónde cogerla, pues es más que obvio que una sociedad cooperativa en tan alto grado como Gaia es un puto desastre donde la molicie y la desidia camparían por sus respetos, pues ¿cómo va alguien a trabajar, o a pensar por sí mismo, a innovar algo, si “Gaia” ya lo hace por él? Puro cristianismo. Aunque justo es reconocer que tuvo mérito hablar de un planeta de comunistas gays como modelo de sociedad ideal en pleno reaganismo.

¿Se dan Ustedes cuenta? Si se hubieran leído los libros de Asimov habrían tardado mucho más, habrían disfrutado progresivamente menos de la trama y habrían corrido el serio peligro de adoptar una interpretación de la obra ligeramente distinta a la mía, lo cual, indefectiblemente, les habría causado un drástico rechazo y marginación de la sociedad. Sin embargo, con un resumencillo de nada, ya pueden pontificar en todo tipo de ambientes, mostrando al mismo tiempo el necesario desdén por “este tipo de subliteratura banal”, que Ustedes leen porque les gusta hablar “con conocimiento de causa y sin ideas preconcebidas”.методы рекламы в интернетеместо сайта в яндексе


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  1. Comentario de Otis B. Driftwood (08/08/2013 14:47):

    Pedir que se añada un párrafo de actualización para poder incluir una referencia a Juego de Tronos ya es mucho, verdad?

  2. Comentario de Gekokujo (08/08/2013 14:51):

    “Por lo tanto, si Usted ha continuado leyendo hasta aquí, siento decírselo, es un oportunista que se aprovecha de mi trabajo, un vago que quiere seguir el camino fácil, adquirir una culturilla de pacotilla para dar imagen y poco más. Mis felicitaciones: Usted ha entendido perfectamente cómo funciona el mundo (salvo en lo que respecta a pagarme por mi reseña, aunque bueno, eso en realidad demuestra que lo entiende aún mejor, pero no descarte una visita de la SGAE para partirle las piernas y exigirle el pago de un canon porque sus gritos de dolor se parecen a una canción de Mecano).”

    Antológico, joder, me parto y me quito el sombrero. Como decir por aquí: standing ovation.

  3. Comentario de John Constantine (08/08/2013 15:20):

    Se olvida usted de una tercera opción, la de comprobar si la opinión personal de uno sobre la obra es compartida o uno es mas raro que un perro rosa. Y debe decir que mi opinión sobre la misma casa a la perfección con la del se.Ego: los dos primeros libros son un clásico; a partir de lo del mulo,desbarre total y en progresión geométrica… Pero parece algo inherente a las grandes sagas de sci-fi. p.e. Dune

  4. Comentario de Regularizado (08/08/2013 15:29):

    Haría falta poner la fecha original de publicación, para comprender la aparición de Almunia como Deus Ex Machina.

    La obra de Asimov a partir de aprox 1980 es basura. Empezó como escritor de relatos cortos, y cuando triunfó y le empezaron a pagar los libros “al peso”, no supo cambiar, por eso sus libros son como sus relatos breves iniciales, pero estirados sobre 500 páginas.

    Los poderes mentales no me chocaron demasiado, porque dentro de lo que cabe se hace un tratamiento “racional” de los mismos, pero el misticismo gaiano me mató. Llegué a tener como 25 libros suyos durante mis añitos mozos, y ahora solo me quedan 8: los tres tomos de la Fundación, los tres de la Edad de Oro, y las dos novelas de robots (Las Cavernas de Acero y El Sol Desnudo, no las posteriores).

  5. Comentario de Karraspito for President (08/08/2013 15:30):

    Usted no tiene ni puta idea de literatura de la vuena, y se dedica a insultarnos a todos los fanes de la siensia fikzión con sus salidas de tono y frases de listillo que demuestran que no se ha enterado de nada. Voy a tirar mi dado de 20 caras para ver qué castigo le impongo.

    Ahora en serio, a mí la saga me encantó. Me leí hasta las dos precuelas, molan mucho, sale Hari Seldon de jovencito. Estoy de acuerdo en que con las dos secuelas se le va bastante la olla, pero es que el estilo de Asimov es tan fluido y ameno, que ya me puede hablar de la reproducción de la patata y yo lo voy a leer embelesado.
    Obviamente, no me voy a ofender si alguien lo incluye dentro del saco de la subliteratura, y me va a seguir encantando, pero yo creo que Asimov tiene un talento natural para escribir que va más allá de lo que suele ser la norma. Me leí un libro suyo de historia de los EEUU, y era como estar leyendo una novela de aventuras, tal era el grado de amenidad y fluidez de las que era capaz de dotar a su prosa. No sé si tiene dicho talento realmente o es mi fanatismo por él el que me hace verlo, pero en cualquier caso, aquí estamos yo y mi acero toledano dispuestos a defender el honor asimoviano de las ofensas de cualquier ignorante, arrogante e irrespetuoso mindundi que ose criticarlo a ÉL o a su magna obra.

  6. Comentario de Camilo (08/08/2013 15:31):

    Ya en las historias de Robots aparecía la misma idea de poderes mentales que Asimov utilizó en varios cuentos y novelas. Sin embargo, en su afán por crear una especie de universo fantástico unificado, forzó demasiado unos relatos que no necesitaban extenderse más, alterando su esencia con bastante mediocridad. Y de ahí es de donde sale R. Daneel Olivaw, quien iba de detective en las Bóvedas de Acero pero que terminó de guardián de la galaxia por obra y gracia del autor. El famoso robot resultó también responsable de impulsar la psicohistoria de Hari Seldon en las precuelas de la Fundación que escribió Asimov antes de su muerte, y en las que vemos al académico en escenas de acción por todo Trántor.

    Pero claro, a quienes leemos porque nos parece entretenido y consumimos chopped o jabugo según la ocasión, no nos parece tan grave y nos divertimos como enanos viendo al robot milenario hacer comentarios sobre Susan Calvin en épocas de Cleón I. Las leyes de la robótica dan hasta para fabricar psicohistoriadores.

  7. Comentario de alfonsotwr (08/08/2013 16:06):

    Se agradece que el clamor popular sea correspondido :-)

    Como autotitulado experto de toda (bueno, toda, toda, nunca se puede estar seguro) la saga unificada de la serie Robot-Fundación del Asimov vivo, en la que incluso puede incluirse El Fin de la Eternidad, me tomo la grata tarea de matizar algunas afirmaciones:

    + La mitad de la serie original (1,5 libros) se basa mucho en la decadencia del Imperio Romano y en el inicio del Renacimiento; son relatos (cortos los del primer libro) que se fueron publicando en revistas y que luego se reunieron en un libro y medio.

    + La otra mitad es una historia detectivesca (realmente dos, pero muy conectadas) donde se decide el futuro del Universo

    + Al final, Asimov se rinde ante la posibilidad de una psicohistoria pueda predecir todo el futuro, ya que incluso pequeñas acciones, como intenta mostrar con el final de las precuelas, pueden tener grandes consecuencias (todo un ejemplo de la Teoría del Caos); no digamos de las grandes anomalías como El Mulo. Para ello no le queda más remedio que recurrir al condiciomamiento psíquico que sea capaz de reconducir la historia…al fin y al cabo es la PSICO-historia

    + Las precuelas y las dos postcuelas (Los límites de la Fundación y Fundación y Tierra) sirven para juntar todo el Universo asimoviano de los Robots y La Fundación, e incluso unir también las leyes robóticas y la psicohistoria: la psicohistoria es muy conveniente para poder aplicar la ley cero de las leyes robóticas.

    + El temor a los alien no es un problema que también conviene tener en cuenta, no todos los aliens van a ser los de buen rollito de Sagan y Spielberg http://news.bbc.co.uk/2/hi/8642558.stm

    + Incluso ese temor a los alien ya estaba presente en la novela que Asimov llegó a considerar como la antecente de su serie, “El fin de la Eternidad”

    + Lo de Gaia, bueno, en fin, era la época New Age, y todo eso ;-)

  8. Comentario de Guillermo López García (08/08/2013 16:50):

    # 4 Gracias por el matiz, Regularizado. Ya he puesto el año original de cuando creo que la publiqué (aunque con una fiabilidad parecida a la de Mariano Rajoy diciendo “no he cobrado en negro”).

    Me acabé leyendo también las dos precuelas. Aunque ya estaba un tanto quemado con la saga, había que hacerlo: Asimov es un autor que me encanta, aunque más como divulgador que como novelista / escritor de ficción. Sus libros históricos han caído varias veces. Sobre Fundación, coincido con lo que decís. La idea y desarrollo iniciales son brillantes, luego la cosa decae mucho y la mezcla con la saga de los robots, personalmente, hace que pierda casi todo el interés en la saga. Aunque todo sea dicho: es peor aún la trilogía que recientemente publicaron Benford, Brin y Bear (tres “reinonas” de la ciencia ficción) también como precuela de Fundación, y que me leí porque mi masoquismo no tiene límites.

  9. Comentario de emigrante (08/08/2013 17:33):

    Yo también me leí la trilogía, las secuelas, las precuelas y la saga del robot R. Daneel Olivaw. Es grave, doctor?

    El robot de marras aparece recien salido de fábrica en Bóvedas de Acero.

    En El Sol Desnudo la acción transcure en el planeta de los bichos hermafroditas cuando todavía era humanos normales aunque ya eran un poco raritos.

    En la de Robots e Imperio explica como se volvió la tierra radiactiva que no fue una guerra nuclear sino un aparatito para potenciar la radiactividad natural del planeta. Aquí Asimov presenta la que para mí es su teoría más ingeniosa. Según él los humanos han conquistado toda la galaxia sin encontrar un extraterrestre que tenga ni media hostia, todos los planetas habitabes tienen formas de vida muy simples. Lo especial en la Tierra es que es un planeta doble, la Luna ejerce su influencia gravitatoria provocando mareas en el magma que, además de la deriva continental, traen hasta la superficie elementos pesados radiactivos. Esa radiactividad natural tan alta hace que la tasa de mutación del DNA se acelere permitiendo que la evolución avance rápidamente hacia formas de vida más complejas hasta culminar en la especie humana. Se nota que el viejo Isaac era bioquímico de formación. En Robots e Imperio aparecen también los poderes mentales que son un invento de los robots.

  10. Comentario de JoJo (08/08/2013 18:20):

    Yo leí hace muchos años Cánticos de la lejana Tierra de Clarke en una época en que parecía lejano (tres o cuatro siglos vista) lo de ir a vivir a otro planeta. Pero ahora incluso piensan hacer un GH en Marte como publicaste en Chapapote. Seguro que si releo la novela ahora me parecerá una chorrada.

  11. Comentario de Gekokujo (08/08/2013 19:32):

    Que bonito en comunismo gayano, mi r***, tu r***, nuestro r***. Lo cierto es que está claro que es ciencia ficción, aunque el tema de los poderes mentales resulta más ficción, igualito que los caminantes de Juego de Tronos… huy perdón, que mal ejemplo. Lo dejamos en que viene a ser lo mismo que la fuerza y tal. Y yo pregunto ¿tendrán algo que ver los robots, los hermafroditas y los Jedi?

    En cambio crear dragones lo veo más plausible, es cuestión de genética. Aunque, claro, un bicho de laboratorio no queda nada bien en una novela artúrica.

  12. Comentario de mochuelo (08/08/2013 20:42):

    yo en mi inteligencia habitual lei primero el quinto de la saga, fundación y tierra. de hecho fue uno de los primeros que leí de pequeño y además me encantó, luego además entendí de que iba al leer el resto de la saga. Dicho esto, prefiero sus relatos cortos. Para mi gusto se defiende mejor en una idea sencilla que se desarrolla en 20 paginas.

  13. Comentario de Lluís (08/08/2013 20:54):

    Pues yo lo veo como el auténtico imPPerio de Apaña.

    España, la nación más antigua de Europa. La más grande. La que puso Dios en el centro de la tierra, para envidia de los demás (no, me ha dado demasiado el sol, pueden consultar eso en el libro de FEN de su padre o abuelo, o en el suyo si tienen más de 50 años y no hicieron novillos en su día). Bueno, a lo que iba. Tras años de evidente prosperidad ladrillera, en la que todo parecía ir bien (basta recordar que nuestro amado líder salía sin uniforme de camarero en la foto de las Azores), la decadencia iba corroyendo el sistema por dentro, y está claro que lo que era un gran imperio se convertirá en 17 taifas, a cada cual más ridícula, y en algunas de las cuales (en particular, el sector oriental), se volverá a un nivel de desarrollo propio del Neolítico y/o se convertirán en una república islamista.

    Es de suponer que en este caso las cosas irán más rápido, la decadencia de España no durará tantos miles de años (empezó en 2004, cuando ZP llegó a la Moncloa en tren de cercanías) y la anarquía tampoco. Entre otras cosas, porque los que nos ha de salvar y devolver a nuestro destino imperial inevitable no es una teoría matemática, sino unas personas de carne y huesos y que ya no tienen 20 ni 30 años, por lo que no pueden esperar tanto tiempo. Pongan ahí al nombre que más les guste para el caso: Esperanza Aguirre, J.M. Aznar, Felipe de Borbón, Pedrojota,…

  14. Comentario de hglf (08/08/2013 21:24):

    Saludos
    Me parece muy Bahrein que escriban sobre Asimov … es muchisimo mejor tema que, por ejemplo, España o el equipo de balonmano de la Republica Federal Democrática de Yugoslavia…

    Dos cuentos memorables de Asimov: “La última pregunta” y “Anochecer”. Cuando cayeron las 2 Torres recuerdo haber dicho, en voz alta: “… la larga noche había vuelto!”.

    Hasta luego.

  15. Comentario de yocomento (09/08/2013 03:30):

    Yo también leí la trilogía fundación ,podemos crear un grupo. Que tiempos…incluso leía. Para mi que fueron los primeros libros de ciencia ficción que leí fue un descubrimiento,una evasión ,hasta perdonad la palabra fue mágico. No recuerdo mucho de la trama pero si que no me gusto lo de gaia,lo del mulo si , era una manera de reavivar la historia jodiendo lo del predeterminismo. Asimov tenia fijación con el tema de los robots y en la manera de resolver la historia con lo de gaia se le notaba. Gaia era un mundo de robots humanos.En sus relatos de robots a estos los humanizaba como ideal robot y a los humanos los robotizaba como ideal humano.En Gaia faltaba humanidad ,un vicio… unas ostias… una bomba atomica….

  16. Comentario de Krakosky (09/08/2013 08:47):

    Buenas,

    Yo también me leí en su momento toda la saga incluyendo secuelas y precuelas, y la verdad es que coincido casi plenamente con el autor de la crítica. A mi la primera precuela e. La que hari seldon de joven se acaba encontrando con el robot de marras que le da el impulso a su fundacion y ademas le aconaeja que haga una segunda por si las moscas, no me parecio del todo mal, aunque luego estiro demasiado la cuerda…

    Por otra parte, os lanzo una pregunta para un posible debate: en la novela de los limites de la fundación, a Trevize se le hace elegir entre las tres opciones que son (espero escribir casi literalmente aunque no tengo los libros a mano):
    1. “Primera fundación: libre albedrío”
    2. “Segunda fundación: guía y paz”
    3. “Gaia: vida”

    No sé, pero con el riempo pensé que la primera fundación representaba el capitalismo mientras que la segunda una especie de politburó-despótico-ilustrado, o quizá lo que Asimov entendía como comunismo. Así que parece decantarse por una tercera opción aunque no la concreta ni en ese libro ni en el siguiente. Parece como si Asimov en cada nuevo libro renegase un poco de las ideas del anterior. No sé si su opinión va por ahi o en realidad yo necesito la ayuda de un doctor.

    Por otra parte, si comentamos cosas de ciencia ficción, para cuando un artículo sobre la saga de dune? Cierto que la saga decae pero la manera en que su autor entendía los entresijos del poder a mi me encantó.

  17. Comentario de Gekokujo (09/08/2013 09:04):

    Yo estoy un poco en la línea de Krakosky. Esa analogía que hace me surgió en la mente. Especialmente en el momento del encontronazo final, cuando Trevize debe decidirse.

  18. Comentario de Eye (09/08/2013 15:02):

    Yo leí El Fin de la Eternidad y un tiempo después la trilogía de las Fundaciones…, y ya no me quedaron ganas de más. Asimov escribía bien pero su visión del universo y el género humano me parecía demasiado “ordenada”, por decirlo así. Me gustan más Bradbury o Vonnegut.

  19. Comentario de Krakosky (09/08/2013 15:21):

    Otra cosa que cabría apuntar es que el Mulo no es vencido por la segunda fundación, sino que simplemente logran evitar ser encontrados y aniquilados por él. Al final el Mulo muere de viejo y todo vuelve a su cauce porque, pese a ser muy poderoso era estéril y no dejó descendencia (de ahí su poco glamouroso nombre).

    Y también coincido con Eye en lo de Bradbury. Al otro no le conozco. Alguna recomendación?

    Y yo recomendaría una vez más a Herbert. Sus dos pirmeros libros de Dune son muy buenos, y algunas de sus otras novelas (mucho menos conocidas por desgracia) planteaban aspectos muy interesantes (inteligencia artificial, la idea de dios, la conciencia colectiva, la inmortalidad…había para todos los gustos)

  20. Comentario de beltza (09/08/2013 16:20):

    Yo empecé leyendo ciencia ficción con “los limites de la fundación”, luego ya me leí el resto de la saga en un orden un tanto caótico. Tiene algún libro al margen de su línea temporal (Némesis) al que le sobran unas cuantas páginas, como alguno ha comentado ya. A mi de adolescente asimov me encantaba porque era muy ameno y fácil de leer, ahora me gustan más sus libros de historia, gracias a él descubrí que el imperio romano expiró en 1453 y no en 476.

    Krakosky
    La segunda opción siempre me atrajo más que las otras dos, más que nada porque siempre me cayeron mejor Gendibal y Nobi que el playboy chulapas de Trevize, la alcaldesa Branno y la comelechugas de Bliss.

  21. Comentario de emigrante (09/08/2013 17:05):

    Esto ya parece una reunión de lectores anónimos de Asimov. “Hola, me llamo Fulanito y confieso que consumo literatura de ciencia ficción. Hola, Fulanito, todos te queremos”. Me pregunto de que novela de ciencia ficción salió la idea para este tipo de asociaciones.

  22. Comentario de Manolito (09/08/2013 18:48):

    Sr. López;
    rescate usted este artículo por lo que sea, que puede hacerlo sin más. Incluso sin esperar “un Juego de Tronos”. Pero lo de clamor popular no cuela. Si LaPáginaDefinitiva respondiese a clamores populares, todos los artículos incluirían al menos 4 fotos de la señora de Zambrotta – y a lo mejor, algún texto – y la RBBE no habría permanecido aparcada durante el pase del Mouriñismo por ejpaña.

    Pero vamos, que si LaPáginaDefinitiva respondiese a clamores populares, dejaría de ser lo que es y se convertiría en un forocarros o similar.

    Sobre el artículo en sí: Yo también leí a Asimov con ansia fiera hace ya unos lustros. Ciertamente, tiene cosas buenas, y cosas … cosas. También hay libros que empiezan muy bien y acaban más pasados de vueltas que Pocholo.
    Pero digamos que en Ciencia Ficción eso es lo normal; la idea novedosa da hasta donde da y si hay que estirarla, acaba como un chicle. La peor experiencia en este sentido la he padecido con “El Juego de Ender”. Primer libro interesante, con momentos buenos, los siguientes, un slalon sin fin por el desbarre (con sus puntazos, eso si: En un planeta mindundis al que nadie hace ni puto caso, viven colonos humanos que hablan portugués, junto con una especie alienígena que son “cerdis”)

    Pero como hay que aportar algo, les recomiendo encarecidamente que antes de redirse a Corin Tellado, den una oportunidad más a la Ciencia Ficción: Stalinslaw Lem.

  23. Comentario de beltza (09/08/2013 19:37):

    Lem es muy bueno y no le sobran páginas, es más, a veces te quedas con ganas de que hubiese explicado más cosas, las materias más misteriosas e interesantes (fiasco, eden, solaris) quedan en el aire y te quedas con ganas de más. Pero para empezar con el género me parece un poco hardcore, Asimov o HG Wells para mi son más propicios para empezar.

  24. Comentario de patillotes (09/08/2013 20:01):

    Es raro que no haya salido “Los propios dioses”, que tiene un retrato de bichos alienigenas verdaderamente guapo.

  25. Comentario de Gekokujo (09/08/2013 20:49):

    Sí, Stanislaw Lem es bastante bueno. Yo leí Retorno a las Estrellas, quizás algún dia me atreva con Solaris o Fiasco.

  26. Comentario de Gekokujo (09/08/2013 20:53):

    El Juego de Ender no está mal, pero tampoco me hizo delirar, quizás porque ya lo leí crecidito. En cambio a Lem lo leí hace muchos años, pero me dejó un regusto de algo nuevo, diferente. Lo mismo me sucedió con Dune.

  27. Comentario de Krakosky (09/08/2013 23:47):

    Beltza,

    Bueno, yo no recuerdo los personajes de las diferentes facciones, pero si, mi idea venía a ser un poco eso. Parece que en el primer libro y medio de la saga Asimov apuesta por el libre albedrío, mientras que en el libro y medio posterior se pasa al concepto de la guía y paz de la segunda fundación. En el libro de los límites de la fundación reniega de lo anterior y se pasa a gaia y en el último reniega de todo y nos deja el futuro en manos de unos robots. Parece que Asimov fue camviando de postura con el tiempo, aunque como dice Guillermo, teniendo en cuenta la época de guerra fría que le tocó vivir al menos no era muy seguidista.

    Y si, la verdad es que Trevize caía mal, nada que ver con el encanto de Hari Seldon o los responsables de salvar a la segunda fundación en el conflicto del Mulo (de los que no recuerdo el nombre)

  28. Comentario de beltza (10/08/2013 00:48):

    Fue mi primer “ladrillo”, como para no acordarse.
    A riesgo de parecer muy, muy friki: Bail Channis y Preem Palmer? Asi de memoria y a vote pronto. Por cierto que Asimov también homenajea (además de a Belisario) a un tal Fastolfe que sale en su libro “la formación de Inglaterra” con un personaje homónimo.

  29. Comentario de Latro (12/08/2013 12:05):

    Si no recuerdo mal la última etapa de Asimov de “voy a seguir con la fábrica de churros a ver si lo enlazo todo y saco unos 900 libros mas” estaba en gran parte motivada por su diagnostico de SIDA y su temor a dejar a sus hijos sin algo donde caerse muerto.

    Y en cuanto a Lem, el que no le haya leido ya tarda. Todito. No tiene desperdicio alguno. Si las historias del piloto Prix son bastante “asimovianas” luego su obra se va por unos derroteros personales que asombran. Es… se toma la mas pura esencia de la ciencia ficción y con ello se edifica algo que esta absolutamente en dirección contraria a la “sifi” americana. En vez de orgasmar con la descripción de cacharritos futuristas en obras de escapismo simple se va al corazón filosófico de todo el asunto a atacar ya no las bases de la utopía futurista sino del positivismo en si SIN renunciar a la ciencia. Casi toda su obra posterior gira en torno a la imposibilidad de conocer.

    Al final llego a depurar tanto el asunto que ya no le servian ni los remedos de personajes ni las tramas ni nada y escribió dos libros, uno con supuestas críticas a libros que no existen y otro de introducciones a otra tanda de libros inexistentes. Aparte del juego postmoderno llevado magistralmente por alguien a quien el postmodernismo le caia mal, lograba asi centrarse en lo importante – la IDEA como eje básico de la literatura “especulativa”, despojandose de todo lo demas.

  30. Comentario de caliban (12/08/2013 20:48):

    Solo diré una cosa: Biblioteca de Ciencia Ficción de Orbis (los azulillos con ribetes plateaos). Más de uno sabréis al instante a lo que me refiero.

    Cuántas horas de fascinación a cambio de tan poco.

    Aparte de titanes como Lem, Vonnegut, Ballard o Dick, me permito citar algunos otros tipos interesantes: Zelazny, Heinlein, los Strugatski, Pohl, Sturgeon y, porqué no, también el cachondo de Harry Harrison.

  31. Comentario de keenan (13/08/2013 00:12):

    Yo solo me lei el primero. No me acabó de enganchar. Sospecho que si lo hubiera pillado mas jovencito, hubiera sido diferente. Por cierto, y hablando de Juego de Tronos… como fan de mr Martin que soy, asumo que no tengo ningún tipo de credibilidad en esto, pero su novela de CF Muerte de la Luz es muy recomendable. De lejos lo mejor que ha escrito, en mi opinión.

  32. Comentario de Yopino (15/08/2013 23:36):

    Eramos tan jovenes…..todo era ciencia ficción,el futuro era nuestro ,no teníamos nada mas que futuro y el presente era tan triste y estrecho….. Cogía el libro y era como tener la llave para escapar de la cárcel de lo cotidiano.Uno nace para vivir sin fronteras ,no para estar detrás de una maquina de tapones como futuro prometedor y por eso les doy mil gracias a todos esos autores que cuando era un chaval me hicieron feliz. y aquellas piras o pellas con Marcial Lafuente Estefanía ..Ya no quedan cuentos o ya no me los creo.

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