Héctor Cúper

ANÁLISIS ENTRENADORES

Héctor Cúper es un hombre serio y razonable, que considera que la labor de un futbolista o de un entrenador no es tan distinta a la de cualquier otro trabajador, y que por ello los resultados están más o menos conectados con el trabajo. Obrando en consecuencia, su sistema se basa en un intenso trabajo, físico y táctico, lo que le convierte en un sujeto, por principio, sospechoso en un mundo lleno de divos como es el del fútbol. A esto Cúper añade un carácter decididamente sobrio, nada amigo de las alharacas innecesarias tan frecuentes en el balompié español. Con todos estos datos a nadie debe sorprender que Cúper deba ser descrito, por encima de todo, como una persona sosa. Hasta tal punto es poco divertido Cúper que cuando entrenó a Lanus los aficionados del equipo en los momentos de euforia provocados por los buenos resultados del equipo se aprestaron a llamar a la escuadra argentina “La Cuperativa”, cuando entrenó al Mallorca y el equipo vivió sus mejores momentos los mallorquines bautizaron a su equipo como “La Cuperativa” y, ¿adivinan? la afición del Valencia CF subcampeona de Europa se dio prisa en llamar a los brillantes perdedores contra el Mejor Equipo de Todos los Tiempos “La Cuperativa”.

Los equipos de Cúper, tarde o temprano, acaban convirtiéndose en un fiel reflejo de la personalidad de su entrenador: trabajados, sobrios, conservadores y, sobre todo, eficaces. Por ello las discusiones en torno a ellos suelen ser tan absurdas como la que dio lugar al famoso despido de Radomir Antic del Madrid en el 91 “porque el equipo jugaba mal” a pesar de que era líder destacado (la historia acabó con la primera y famosa Liga que el Barcelona ganó gracias al Tenerife): que si el equipo juega mal, que si el equipo aburre …. mientras Cúper, a lo suyo, va sumando puntos.

Cúper, por otra parte, es el entrenador ideal para los directivos del fútbol moderno. Se queja poco y no monta follones, aspecto secundario siempre de agradecer. Pero, sobre todo, su carácter gris permite que el Presidente del equipo luzca con luz propia. En efecto, nada más desagradable en la actualidad para gentes como Lopera, Gil o Caneda que un entrenador con personalidad que les haga sombra y les quite espacio en los medios de comunicación. Desde esta perspectiva se entiende que Gaspart vea mucho más interesante el fichaje de Cúper que el soso de Florentino Pérez. Por último, y no menos importante, Cúper hace las delicias de las Directivas en el aspecto económico. Pocos entrenadores como él han logrado hacer brillar a jugadores mediocres de manera sistemática. Año tras años Cúper arma equipos sólidos con jugadores semidesconocidos que, tras pasar un añito con él se convierten en superfiguras y son traspasados por una millonada para pasar a fracasar con otros entrenadores. Por supuesto, los jugadores también aceptan felices huir de los equipos entrenados por Cúper, pues este no les deja montar juergas en las concentraciones y les hace entrenar bastante, sin permitir bromitas en ese sentido. Así que, en conclusión, todos contentos.

¿Todos? No exactamente. La trayectoria profesional de Cúper hasta la fecha es espectacular. Los equipos por los que ha pasado (Lanús, Mallorca, Valencia) han rendido con él notablemente por encima de lo que era habitual en ellos. Y, sin embargo, no podemos considerar perfecta su labor porque, a pesar de ser argentino, Cúper se ha desligado de la polémica nacional en materia de fútbol. Poco amante de algo tan bello como el fútbol marrullero de Bilardo pero nada amigo de las veleidades ofensivas de Menotti, Cúper representa una especie de Tercera Vía futbolística que, como pasa con todas las Terceras Vías, no acaba de convencer a nadie. Demasiado defensivo para todos los propagandistas oficiales del fútbol-espectáculo y demasiado caballero para las huestes del fútbol de verdad, Cúper es el primer entrenador del mundo que, imperativamente, necesita un asesor de imagen.повышение продаж интернет магазинаseo ny service


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