Racing de Santander

ANÁLISIS EQUIPOS PRIMERA DIVISIÓN – TEMPORADA 2003 – 2004

OBJETIVO: La permanencia. Un clásico de Primera División, el Racing de Santander es también un clásico en luchar por la permanencia en Primera hasta la última jornada, momento en el cual acostumbra a descender. Sin embargo, esta temporada las cosas se antojan difíciles, y no porque pongamos en duda la calidad del Racing para permanecer en Primera, que por supuesto no la tiene, sino porque comparte esta carencia con al menos otros doce equipos de la Liga de las Estrellas, firmes candidatos al descenso.

TRAYECTORIA: Un gran clásico de los años ochenta, el Racing acabó descendiendo a Segunda, e incluso a Segunda B, y se colocó en la antesala de la desaparición, siguiendo a irreductibles clásicos como el Burgos. Sin embargo, en el último momento el Racing reaccionó y logró ascender a Primera, manteniéndose durante buen número de temporadas, entre ellas, naturalmente, las correspondientes a la Liga de las Estrellas, de Bosman y de los contratos televisivos. Festival semejante de vino y rosas fue demasiado para un modesto como el Racing, que acabó descendiendo a Segunda hace dos años y acto seguido cayó en manos de un loco, situación en la que se encuentra ahora, curiosamente sin sufrir mayores agobios. Y es que el fútbol, como el arte (me disculparán la redundancia), está lleno de geniales piraos.

FIGURAS: Dmitri Piterman: ex presidente y ex entrenador del Racing de Santander, Piterman es el adalid en España de un nuevo modelo de hacer afición y negocios futbolísticos (ambas cosas vienen a ser lo mismo, pues gracias a la estulticia de la primera se consiguen beneficios en la segunda): el club de provincias gestionado por un magnate filántropo de origen extranjero, generalmente lucrado en un mercado tan transparente y sometido al imperio de la ley como el ex soviético. Desde su llegada, Piterman ha revolucionado el Racing, y como si de un Padrecito Stalin se tratara, no se le cayeron los anillos en bajar al duro terreno de juego y poner su sabiduría futbolística, que es mucha según indican los resultados, en manos del club, el cual, sin embargo, no supo apreciar semejante muestra de altruismo y cuando tuvo oportunidad prescindió de sus servicios como entrenador.

NUESTRO CONSEJO: Que el Racing de Santander, habida cuenta de la desproporcionada presencia de jugadores israelíes en el equipo (tres, nada menos), unida al empuje continuo y la desaforada tasa de natalidad -la menor del mundo, pues para construir a uno como mandan los cánones se tarda mucho más que para hacer lo propio con un sucio españolazo- de sus vecinos vascos, sea el adalid de una nueva forma de entender el fútbol: el fútbol – nación. Aprovechando la llegada de los regionalistas al Gobierno de Cantabria, y evitando reticencias merced al simpático casticismo proveedor de las más clásicas esencias españolas propio de la ciudad de Santander (la ciudad española con menos calles conmemorativas del Alzamiento y estatuas del Caudillo retiradas por metro cuadrado -ninguna), el Racing de Santander podría constituirse en cantón autónomo pero asociado a España, que pondría los fondos necesarios para construir granjas de producción intensiva, ganadería estabulada regada por los más prestigiosos sementales de Europa y misiles atómicos apuntando a los malvados vascos, siempre deseosos de acabar con Santander, y por extensión el Racing, como emblema y divisa de la españolidad.

COMENTARIO: El Racing de Santander es un equipo simpático que no hace daño a nadie, y no ya porque sea un modesto que habitualmente gana pocos partidos, sino porque hasta la fecha no se había significado por ninguna extravagancia capaz de copar titulares en los medios de comunicación, algo realmente digno de mérito en nuestro fútbol (y en nuestro país). Esto, naturalmente, ha acabado con la llegada de Piterman, pero aún así el Racing aún puede exhibir orgulloso una estrella rutilante en su hoja de servicios: construir y moldear con sus propias manos a dos súcubos futbolísticos del potencial de Salva y Munitis y colocárselos impunemente a los dos mejores equipos españoles según dicen los medios de comunicación de Madrid, lo que hace que muchos le tengamos particular simpatía.

EL COMENTARIO DE NUESTRO TÉCNICO: Esteee, el Racing de Santander es un club de los de antes, cuando el fútbol aún no había sido invadido por el merchandising ni el pensamiento único y la selección argentina siempre pasaba la primera fase de los mundiales. Un estadio coquetón, partidos bajo la lluvia, juego desenfadado en el campo propio e inexistente en el campo contrario… Todo esto me lleva a pensar que si ahora el fútbol es malo, imagínense antes.engineering translation serviceswedding customs


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