La Profecía

La Nueva Economía desciende a los infiernos

Lo decíamos, lo decíamos, y está ocurriendo. El Justiciero ha llegado con su espada flamígera y está ajusticiando a todos los valores de la New Economy, uno a uno, y a los de la Old Economy (que tampoco tenían ninguna culpa) de paso. Cuando escribimos esto (10 de la mañana) el IBEX cae un 4%, lo mismo que Telefónica, y Terra y similares expurgan sus pecados con una caída media del 8%. Ustedes ya saben, de todas maneras, que todo esto da exactamente igual, porque sólo importará lo que pase en el Imperio, pero por el momento es un mal presagio (o bueno, si usted escapó a tiempo y se siente ahora antiguo por no tener Terras).

Lo que está ocurriendo, no nos cansaremos de decirlo, es consecuencia de la exageración de los inversores al calibrar el potencial de Internet. Si una página como la nuestra sólo lleva 4000 visitas en dos meses, ¿qué motivos serios hay para pensar que Internet es el futuro? Nosotros pensamos que al mercado no le ha gustado nada que, súbitamente, algunas de las punto com hayan empezado a ganar dinero, como sugiriendo que lo más importante no es “crecer”, tener más visitas.

El principal problema de todo ello es la minusvaloración del ciudadano. Los ciudadano NIF no teníamos ningún problema en serlo, mientras la Nueva Economía nos valorase en cinco millones o más. Hasta no hace mucho, si yo iba a Terra una vez al día valía cinco millones; si compraba un libro al mes en Amazon.com, otros cinco millones; si consultaba las cotizaciones en Patagon.com, otros cinco; y así todo el rato. Nosotros ya estábamos a la espera de que las empresas se liasen la manta a la cabeza y nos dieran la pasta por hacer todas esas cosas, pero ahora esa agradable perspectiva se desvanece por momentos. A mi no me importa ir a Terra, e inclusive pinchar en los anuncios de cuando en cuando, si me pagan por ello. Y ahora, todos los banners de esta página en los que hemos pinchado una y otra vez, ¿servirán para algo? ¿quebrarán por pagarnos? Aún peor: ¿quebrarán antes de pagarnos? Creemos que no; ninguna empresa bajo el velo protector de nuestra página tiene nada que temer (aviso para navegantes, y nunca mejor dicho).

En fin, esto no es el fin del mundo, mañana Greenspan dirá que el mercado está más ajustado a la realidad y que el crecimiento tiene bases sólidas, y todos volverán a hablar de un futuro idílico en el que Terra no sea una empresa, sino un país con sus propios ciudadanos, como Sealand. O al menos eso esperamos, porque la perspectiva de atarme el ordenador al cuello y tirarme con la ventana (como en el 29, pero “tecnológico”) no es muy agradable.онлайн оценка сайтаrussin translator


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